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por ernesto würth 19.10.09 20:43LA CONFUSIÓN DE LA SINRAZÓN DEL SIN POR QUÉ.
tomada de la prosa
THE REASON WHY. AÑO 2.000
Casi en la totalidad de nuestro tiempo, todos los minuteros, dan vueltas en la esfera de un reloj, y los campanarios de las iglesias repican a soto voce, ó una moto ruge de madrugada en la calle, despertando al vecindario.
Grita el loco, que vende diarios en la esquina de mi casa, y llega a mis narices, el olor a la fruta madura, en el árbol del jardín; con la silla vacía, que me espera en la terraza y las rosas rojas y blancas crecidas en primavera, más el olor a tostadas y café caliente oloroso; también me espera la ducha de agua helada, para saciar el chuchaqui,** Afuera se escucha el agua que suena como en el campo. Es el filtro de la piscina, que comienza a caminar.
Todo esto, conforma éste “ most of the time”, que llevamos colgando en los labios al despertar y comenzar a pensar, the reason why, por qué vivimos y si vale la pena, para no darle mas cuerda al reloj y parar el tiempo.
¡¡ Que diablos !! .detener el minutero, que rige la tonta vida diaria, al no saber por qué y para qué vagaremos esta semana, mirando fijamente al horizonte, sin ver nada…………. perdón, es quie estoy con stress.
Most of the Time we dont know anything, the why we live, the why of all the time we loose the time, without percibing anything except the watch is runing, perhaps ignoring too, the why he lives and run too fast. Lo digo en mi mediocre inglés, porque estoy pensando en mi casa de Fort Lauderdale , de donde llegamos ayer a ésta casa en Santiago.
Y comienzo a conversar solo, ya que mi mujer estárá durmiendo hasta tarde.
Me converso a mi mismo aún gringo de pensamiento, reflejado en un espejo colgado de la muralla.
Aparte de lo dicho tendríamos que juntarnos un día para hablar si existe el tiempo y en caso positivo romper y anular este monólogo, que nació un día perdiendo el tiempo. Creo que vale la pena, me respondo. Es que anoche conversamos en al avión acerca del tiempo, lo cerca en horas que está todo transportándonos en este medio, recorriendo miles de kilómetros mientras dormimos. Nos dormimos en Miami y despertamos en Santiago. Antes de dormirnos, le dije, mi linda le voy a explicar la teoría de Einstein que habla sobre este tema. No sé si me dormí o fuéella la que se durmió primero, el hecho es que esa teoría fué una pastilla de letargo.
Hay un sueño que es quebrado cuando el avión entra en nubes espesas y se mueve como diablos.
Recorro mi taller de pintura, que se mantiene ordenado y limpio gracias a la Nana
que se quedó viviendo en casa, mientras permanecimos un mes en el hemisferio Norte, en donde vamos a capear los calores y los fríos de Santiago de Chile.
Una vida agradable, apropiada para gente de mi edad, a lo mejor un poco loca, porque es algo costosa, pero que diablos, mientras se pueda.......así me dice mi mujer, a quien le encanta viajar y cambiar de ambiente. Y lo mejor de todo, es que tenemos humor suficiente para trasladarnos de un lado a otro sin quejarnos. Es la gracia de ser DOS típica frase también de ella.
Afuera, el sol comienza a calentar el aire con sus primeros rayos, y miro el volcán Manquehue, que está frente a nuestra casa, a unos dos mil quinientos metros de distancia más o menos.
Pongo la televisión en un canal cultural, donde generalmente se escucha buena música. Y lo dejo sonando a decibeles normales, como si la orquesta estuviese adentro de esta sala. Pasado unos minutos, anuncian la Novena de Beethoven.
Al fondo se oye el movimiento de la casa recién despertada detrás de un minutero. Pero el genio de éste músico se impone sobre el reloj. Su sordera le imprime un cierto gesto de autoridad sobre nosotros, y le escuchamos con cierta respetable sonrisa. Pasa el primer y segundo movimiento. No se siente volar una mosca y hasta el reloj deja de sonar. Es tanto el agrado de escuchar cuando inician los coros su canto a la paz y al Universo, la Oda a la alegría de Schiller, que a nadie se le ocurre negar las ganas que le darían a cualquiera, de tomar una batuta y dirigir a la orquesta.y el gran Coro:
Freude, schöner Götterfunken,
Tochter aus Elysium!
Wir betreten feuertrunken,
Himmlische, Dein Heiligtum.
Deine Zauber binden wieder,
Was die Mode streng geteilt,
Alle Menschen werden Brüder,
Wo Dein sanfter Flügel weilt.
Y de repente entra una nieta atraída por la música y me mira dirigiendo la orquesta con un pincel como batuta, y se sienta a mirarme muy callada, su mirada fija en mí, como pensando, ¿que le pasa al Tata? Y yo, impertérrito sigo dirigiendo, moviendo la cabeza, agitando los brazos, cerrando los ojos imvadido de un sopor inexplicable. Entre mi nieta y yo se inicia un diálogo de miradas sin palabras. Le traspaso la belleza y ella cae también en una especie de vahido, y al terminar la música con el final impresionante de la novena, nos miramos callados los dos, y sin pronunciar palabra, se para, me da un beso en la mejilla y me cierra sus dos ojitos en señal de comprensión de estos minutos tan bellos.
Me quedé solo en la habitación y medité lo ocurrido en estos segundos musicales. Volaba una mosca y sentí los minuteros del reloj como seguían avanzando sin pensar porqué lo hacían. Me miré las manos y unté un poco de óleo al pincel y lo pasé suavemente por la tela.
Miré el cuadro y pensé ¿como lo titulo? y coloqué al dorso de la tela,
LA RAZON DEL SIN PORQUÉ.
Haciendo un resumen de éstos pensamientos disparados al aire, me siento en la silla de la terraza y dejo que el ruido del agua me lleve al meditar lejos de los puntos de interrogación, en los que a menudo caemos, sin darnos cuenta que la vida es hermosa. ¿para qué pensar en la reason why de la vida? ¿en el para qué vivimos? ¿la muerte? Creo que son preguntas egoístas. Nos gusta sufrir. Creo que hay que buscar lo positivo y mirar la realidad de lo que se tiene y goza.
No sé. A lo mejor estoy recién llegado de vacaciones y vengo con un optimismo desmedido. Podría ser una manera de vivir pensando en cosas que no debiéramos pensar.
Me acomodo en el asiento y recuerdo lo que no debiera recordar. Los problemas que tengo frente a mi vista. Mañana deberemos ir al médico para seguir un tratamiento especial. Se me nubla todo. La razón del porqué. Y me dan ganas de cambiarle el nombre al cuadro. Y el agua sigue corriendo semejando al estero del campo.
SANTIAGO, 2002.
tomada de la prosa
THE REASON WHY. AÑO 2.000
Casi en la totalidad de nuestro tiempo, todos los minuteros, dan vueltas en la esfera de un reloj, y los campanarios de las iglesias repican a soto voce, ó una moto ruge de madrugada en la calle, despertando al vecindario.
Grita el loco, que vende diarios en la esquina de mi casa, y llega a mis narices, el olor a la fruta madura, en el árbol del jardín; con la silla vacía, que me espera en la terraza y las rosas rojas y blancas crecidas en primavera, más el olor a tostadas y café caliente oloroso; también me espera la ducha de agua helada, para saciar el chuchaqui,** Afuera se escucha el agua que suena como en el campo. Es el filtro de la piscina, que comienza a caminar.
Todo esto, conforma éste “ most of the time”, que llevamos colgando en los labios al despertar y comenzar a pensar, the reason why, por qué vivimos y si vale la pena, para no darle mas cuerda al reloj y parar el tiempo.
¡¡ Que diablos !! .detener el minutero, que rige la tonta vida diaria, al no saber por qué y para qué vagaremos esta semana, mirando fijamente al horizonte, sin ver nada…………. perdón, es quie estoy con stress.
Most of the Time we dont know anything, the why we live, the why of all the time we loose the time, without percibing anything except the watch is runing, perhaps ignoring too, the why he lives and run too fast. Lo digo en mi mediocre inglés, porque estoy pensando en mi casa de Fort Lauderdale , de donde llegamos ayer a ésta casa en Santiago.
Y comienzo a conversar solo, ya que mi mujer estárá durmiendo hasta tarde.
Me converso a mi mismo aún gringo de pensamiento, reflejado en un espejo colgado de la muralla.
Aparte de lo dicho tendríamos que juntarnos un día para hablar si existe el tiempo y en caso positivo romper y anular este monólogo, que nació un día perdiendo el tiempo. Creo que vale la pena, me respondo. Es que anoche conversamos en al avión acerca del tiempo, lo cerca en horas que está todo transportándonos en este medio, recorriendo miles de kilómetros mientras dormimos. Nos dormimos en Miami y despertamos en Santiago. Antes de dormirnos, le dije, mi linda le voy a explicar la teoría de Einstein que habla sobre este tema. No sé si me dormí o fuéella la que se durmió primero, el hecho es que esa teoría fué una pastilla de letargo.
Hay un sueño que es quebrado cuando el avión entra en nubes espesas y se mueve como diablos.
Recorro mi taller de pintura, que se mantiene ordenado y limpio gracias a la Nana
que se quedó viviendo en casa, mientras permanecimos un mes en el hemisferio Norte, en donde vamos a capear los calores y los fríos de Santiago de Chile.
Una vida agradable, apropiada para gente de mi edad, a lo mejor un poco loca, porque es algo costosa, pero que diablos, mientras se pueda.......así me dice mi mujer, a quien le encanta viajar y cambiar de ambiente. Y lo mejor de todo, es que tenemos humor suficiente para trasladarnos de un lado a otro sin quejarnos. Es la gracia de ser DOS típica frase también de ella.
Afuera, el sol comienza a calentar el aire con sus primeros rayos, y miro el volcán Manquehue, que está frente a nuestra casa, a unos dos mil quinientos metros de distancia más o menos.
Pongo la televisión en un canal cultural, donde generalmente se escucha buena música. Y lo dejo sonando a decibeles normales, como si la orquesta estuviese adentro de esta sala. Pasado unos minutos, anuncian la Novena de Beethoven.
Al fondo se oye el movimiento de la casa recién despertada detrás de un minutero. Pero el genio de éste músico se impone sobre el reloj. Su sordera le imprime un cierto gesto de autoridad sobre nosotros, y le escuchamos con cierta respetable sonrisa. Pasa el primer y segundo movimiento. No se siente volar una mosca y hasta el reloj deja de sonar. Es tanto el agrado de escuchar cuando inician los coros su canto a la paz y al Universo, la Oda a la alegría de Schiller, que a nadie se le ocurre negar las ganas que le darían a cualquiera, de tomar una batuta y dirigir a la orquesta.y el gran Coro:
Freude, schöner Götterfunken,
Tochter aus Elysium!
Wir betreten feuertrunken,
Himmlische, Dein Heiligtum.
Deine Zauber binden wieder,
Was die Mode streng geteilt,
Alle Menschen werden Brüder,
Wo Dein sanfter Flügel weilt.
Y de repente entra una nieta atraída por la música y me mira dirigiendo la orquesta con un pincel como batuta, y se sienta a mirarme muy callada, su mirada fija en mí, como pensando, ¿que le pasa al Tata? Y yo, impertérrito sigo dirigiendo, moviendo la cabeza, agitando los brazos, cerrando los ojos imvadido de un sopor inexplicable. Entre mi nieta y yo se inicia un diálogo de miradas sin palabras. Le traspaso la belleza y ella cae también en una especie de vahido, y al terminar la música con el final impresionante de la novena, nos miramos callados los dos, y sin pronunciar palabra, se para, me da un beso en la mejilla y me cierra sus dos ojitos en señal de comprensión de estos minutos tan bellos.
Me quedé solo en la habitación y medité lo ocurrido en estos segundos musicales. Volaba una mosca y sentí los minuteros del reloj como seguían avanzando sin pensar porqué lo hacían. Me miré las manos y unté un poco de óleo al pincel y lo pasé suavemente por la tela.
Miré el cuadro y pensé ¿como lo titulo? y coloqué al dorso de la tela,
LA RAZON DEL SIN PORQUÉ.
Haciendo un resumen de éstos pensamientos disparados al aire, me siento en la silla de la terraza y dejo que el ruido del agua me lleve al meditar lejos de los puntos de interrogación, en los que a menudo caemos, sin darnos cuenta que la vida es hermosa. ¿para qué pensar en la reason why de la vida? ¿en el para qué vivimos? ¿la muerte? Creo que son preguntas egoístas. Nos gusta sufrir. Creo que hay que buscar lo positivo y mirar la realidad de lo que se tiene y goza.
No sé. A lo mejor estoy recién llegado de vacaciones y vengo con un optimismo desmedido. Podría ser una manera de vivir pensando en cosas que no debiéramos pensar.
Me acomodo en el asiento y recuerdo lo que no debiera recordar. Los problemas que tengo frente a mi vista. Mañana deberemos ir al médico para seguir un tratamiento especial. Se me nubla todo. La razón del porqué. Y me dan ganas de cambiarle el nombre al cuadro. Y el agua sigue corriendo semejando al estero del campo.
SANTIAGO, 2002.
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