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    Lucía Sánchez Saornil (1895-1970)

    Pedro Casas Serra
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    Lucía Sánchez Saornil (1895-1970) Empty Lucía Sánchez Saornil (1895-1970)

    Mensaje por Pedro Casas Serra Jue 19 Dic 2024, 12:15

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    Lucía Sánchez Saornil (Madrid, 13 de diciembre de 1895-Valencia, 2 de junio de 1970) fue una poeta ultraísta, militante anarquista y luchadora por la emancipación de las mujeres española. Utilizó el seudónimo literario Luciano de San-Saor, y los periodísticos La Compañera X, Vigía, Un Confederado, El Observador y puede que otros en la prensa anarcosindicalista de los años treinta. Telefonista en 1916, se afilió a la Confederación Nacional del Trabajo (CNT) en 1931. En abril de 1936 cofundó la revista y la organización Mujeres Libres, de la que fue secretaria nacional. En 1937 participó en la creación de Solidaridad Internacional Antifascista (SIA), de la que fue secretaria general. En ese año conoció a América Barroso Mery, con la que vivió el resto de su vida. Se ha convertido en figura simbólica y en torno de ella circulan abundantes ficciones.

    Biografía

    Primeros pasos

    Nació el 13 de diciembre de 1895 en Madrid en el seno de una familia obrera. Hija de Gabriela Saornil Serrano y Eugenio Sánchez Rodríguez, procedentes de Pozal de Gallinas (Valladolid). Vivieron en la calle Labrador del barrio de Peñuelas, de la que se mudaron a finales de 1897 a la calle Hortaleza y, después, a Pedro Unanue, Calvo Asensio y Paseo de Santa María de la Cabeza, en la que habitaron desde la década de 1910 hasta su marcha de Madrid en 1937.​ Su hermano mayor, José, murió en 1900 y su hermana menor, Eleuteria, en 1901, al año de nacer; vivió con su hermana Concha (1897-1970), aquejada de una enfermedad intestinal que requería cuidados. Su madre falleció en 1908; a ella la evocó en el poema Calle de la infancia y le realizó un retrato en la madurez. Su padre trabajó de jornalero (según los padrones municipales) y, entre los años 1915 y 1922, en la Compañía Madrileña de Teléfonos, sin que pueda especificarse en qué consiste la noticia de que trabajó en la centralita de la casa del duque de Alba;​ en años posteriores estuvo afiliado a la Sociedad de Albañiles El Progreso de Unión General del Trabajo (UGT).

    No se conoce dónde realizó los estudios elementales. Hay quienes afirman, al basarse en el relato El breviario de tía Isabel (1914), que tenían una biblioteca heredada de una tía paterna. Las noticias fehacientes de su formación pertenecen a la época en que fue alumna del Centro Hijos de Madrid (o Casa de los Gatos), ya en 1913, en el que pudo cursar diversas disciplinas, entre ellas las artísticas, y consultar la prensa y la biblioteca aunque sin obtener títulos académicos. No hay constancia de que estudiara en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, aunque pudiera asistir de por libre a alguna clase de la Escuela de pintura de San Fernando, adjunta a la academia, sin que pueda precisarse si ello lo hizo cuando ya trabajaba.​

    En enero de 1914 publicó su primer poema, Nieve, en el semanario Avante de Ciudad Rodrigo,3​ en el que se prodigó hasta mediados de 1915. Los poemas de Sánchez Saornil son arrebatos sentimentales inmersos en el Modernismo.​ A finales de 1916 inició su colaboración en la revista Los Quijotes,​ de Madrid con el seudónimo Luciano de San-Saor. En Los Quijotes, iniciativa del propietario de una imprenta, Emilio G. Linera, su poesía se volvió sensual. Aquí figuran algunos de los poetas con los que coincidió en los años siguientes, tales como César A. Comet o Guillermo de Torre, además de Rafael Cansinos-Assens, figura principal del grupo de jóvenes. Entretanto, Saornil publicó fuera de Madrid en 1916-1918, principalmente en Cádiz-San Fernando, así como en la colección Los Noveles o en El Progreso de Lugo. En enero de 1919 se adhirió al ultraísmo, primero de los movimientos vanguardistas literarios en España, activo hasta 1923, con el que colaboró en sus publicaciones más señeras: Grecia, Cervantes, Ultra, Tableros y Vértices, con frecuencia con el seudónimo citado;​ finalizó con unos poemas en Plural (1925) y extendió su colaboración a Manantial (1929) y La Gaceta Literaria (1930-1931).

    Es motivo de controversia el uso del seudónimo, del que se ofrecen tres explicaciones: la una, que son meras creaciones estéticas; la segunda, que así podía reflejar sin temor su deseo lésbico; la tercera, porque tratándose de un escritor y no una escritora, y al juzgar por la época y región, su obra tal vez tuviese más posibilidades de ser respetada y, en el mejor de los casos, publicada.

    Trabajadora y militancia anarcosindicalista

    Según extracto de su expediente laboral5​, en 1916 entró a trabajar de operadora en la Compañía Madrileña de Teléfonos, convertida en CNTE, Telefónica, en 1924; en marzo de 1927 fue nombrada operadora de primera en el Centro Interurbano de Madrid-Alcalá y, en septiembre, trasladada a Valencia por necesidades del servicio; causó baja en la Compañía el 29 de enero de 1931; readmitida en octubre de 1936, no consta la fecha de la baja definitiva, aunque es posible que fuera depurada en mayo de 1939. Su traslado a Valencia pudo ser motivado por implicarse en un conflicto laboral. Lo que sí es seguro​ es que estaba activa en la huelga general del sector de julio de 1931 (aunque causó baja), en la que intervino en las asambleas y fue encarcelada por unos días. Por entonces era miembro del Partido Radical Socialista Revolucionario, de Balbontín, al que abandonó en 1932.

    En el inicio de la Segunda República se afilió, con el número 26, al Sindicato Nacional de Teléfonos, afecto a la CNT, con lo que se integró al seno del movimiento anarcosindicalista. Dadas su preparación y aptitudes, pronto se convirtió en una figura destacada en el mundo libertario: en 1932-1933 participó en mítines en Cuenca, Manzanares (Ciudad Real), León, Burgos, La Horra (Burgos), Talavera de la Reina (Toledo), Madrid, etc.; en 1933-1934 pasó a formar parte del equipo editor del diario confederal CNT, en el que desempeñó el cargo de jefa de redacción, y en el que colaboraba con frecuencia, bien con su nombre bien con los seudónimos Vigía, El Observador, Un Confederado o sin firma; desde 1931 hasta 1936 colaboró en diversos periódicos y revistas del movimiento, así en El Libertario de Madrid, Tierra y Libertad y Solidaridad Obrera de Barcelona, Avance Marino de San Sebastián, etc., lo que continuó entre 1936-1939, especialmente en Umbral de Valencia, a veces como La Compañera X. En paralelo a la militancia sindicalista, Saornil se integró en Madrid en la Federación Anarquista Ibérica, en el grupo Los Intransigentes, y en 1938 en el Grupo Trabajo de Barcelona, con sus cercanos Miguel González Inestal y Trinidad Urién.

    Anarcofeminismo. Mujeres Libres

    L. S. Saornil se mostró sensible a la situación de decaimiento y penuria de las mujeres ya en su primer artículo de 1913, lo cual continuó en otro de 1924. Por entonces creía que las aristócratas y las intelectuales burguesas tenían que ser las abanderadas de asociaciones femeninas que terminaran con esa precariedad. No figura en los listados del Lyceum Club Femenino (creado en 1926) ya que su extracción social y la falta de estudios superiores no le facilitarían la entrada. Al llegar al anarquismo, en 1932, su posición cambió;​ sostenía que el feminismo burgués, que concedía a la mujer los derechos y empleos del hombre, era un remedo para salvar a la sociedad capitalista. Ella se consideraba revolucionaria y no deseaba heredar el mundo masculino, sino que pretendía que las mujeres pudieran culturizarse y planificar la sociedad que anhelaran, desde los supuestos de crear un mundo nuevo, solidario y justo, concebido desde el humanismo integral, en unión con los compañeros.

    En 1932 encabezó manifiestos dirigidos a las mujeres del pueblo, llamadas a redimir la humanidad. Con estos presupuestos se unió a Mercedes Comaposada Guillén y Amparo Poch y Gascón e idearon una fórmula para culturizar a las obreras: editar una revista y, después, crear asociaciones femeninas. No fue fácil, pues dentro del anarcosindicalismo no tenía acogida esta propuesta, centrado en luchas generales, pues se creía que cuando llegara el comunismo libertario se solucionarían las desigualdades, además de que denunciaban la situación de los hogares del movimiento en los que la mujer estaba al servicio del compañero, que era quien acudía al sindicato. En mayo de 1936 editaron el primer número de la revista Mujeres Libres (con sede en Paseo de Santa María de la Cabeza, 26, domicilio de Saornil), con gran acogida, parada después del número 3 al inicio de la guerra, cuya publicación retomaron con aire combativo y llegaron al número 13, más el último, que quedó sin publicar al terminar la guerra​.

    En el verano de 1936, amparadas en la guerra, crearon la Agrupación Mujeres Libres en Madrid, que se unió con el Grupo Cultural Femenino de Barcelona; de ahí se expandió por zona republicana y nació un año después en Valencia la Federación Nacional de Mujeres Libres, de cuyo Comité Nacional fue secretaria Lucía Sánchez Saornil, en cuyo nombre intervino en numerosas ocasiones.​ Las agrupaciones se encuadraban en el ámbito de CNT y de FAI. Llegaron a alcanzar 147 agrupaciones y 20 000 afiliadas en 1938.

    Guerra civil y exilio

    Cuando estalló la Guerra Civil se implicó activamente en la lucha antifascista, pues para ella se trataba de una revolución que atañía a la humanidad entera. Justificaba la violencia (no indiscriminada) del momento, ya que era el único camino para derribar los privilegios. El 19 de julio de 1936 salió a la calle y participó en el asalto al Cuartel de la Montaña. Actuó como cronista de guerra en los frentes de Guadalajara para el diario CNT en los primeros días; después escribió en Juventud Libre y Frente Libertario. Colaboró en la estructuración de las primeras colectividades campesinas.​ En la batalla de Madrid en noviembre compuso el poema Madrid, Madrid, mi Madrid, leído por ella misma en Radio Madrid en una noche de bombardeos ininterrumpidos​, editado al poco en octavillas. Desde la Agrupación Mujeres Libres, fue Sánchez Saornil quien propuso la formación de brigadas de trabajo de mujeres que, en caso necesario, pudieran reemplazar a los compañeros combatientes y organizó un servicio de enlace que intercambiara correspondencia y paquetes entre los luchadores y sus familiares.​

    En la primavera de 1937 fue enviada por CNT a Valencia con el fin de crear Solidaridad Internacional Antifascista (SIA), lo que hicieron en junio, de la que se ocupó de la Secretaría de Propaganda y Prensa de la sección española, y con el fin de fundar el semanario gráfico Umbral​, del que fue redactora jefe; las colaboraciones de Sánchez Saornil fueron reportajes, a los que acompañaban documentos gráficos, que informaban de los cambios que se operaban en la vida social y económica de las diferentes regiones bajo el signo de la revolución.​ A partir del 20 de agosto de 1937 empezó la Conferencia Nacional de Mujeres Libres, en la que se constituyó la Federación Nacional, en cuyo mitin de clausura intervino.

    En Umbral conoció a América Barroso García (1908-1977) Mery, que fue su compañera sentimental hasta la muerte. A finales de año viajaron a Barcelona; allí Lucía fue dejando de colaborar en Umbral y se implicó en la marcha de Mujeres Libres y, en especial, en SIA, de la que en mayo de 1938 se hizo cargo de la secretaría general internacional, lo que le supuso una carga considerable de trabajo y una prueba más de su capacidad organizativa, ya que tenía que atender a colonias infantiles, hospitales, comedores del miliciano, etc. con el material que llegaba desde Francia y, en alguna ocasión, ella misma viajó al país vecino. Además, la organización le solicitó que pasara a las colectividades agrarias de Castellar.

    Pasó al exilio de Francia a finales de enero de 1939, junto a América Barroso, Mateo Baruta y Cristina Kong. Desde Perpiñán organizaron la distribución de ancianos, mujeres y niños hasta que la Administración francesa les obligó a asentarse cerca de París, donde continuaron la ayuda a la gente refugiada. Perseguidas de nuevo, Lucía y Mery fueron a Orleans donde la primera dirigió el semanario España Expatriada, que conectaba la ayuda exterior (principalmente de EE. UU. y de Suecia) con los campos de concentración y albergues. Declarada la Segunda Guerra Mundial, el Gobierno francés ilegalizó las organizaciones y periódicos anarquistas. Ante la invasión de Francia, en junio de 1940 se trasladaron a Montauban, en donde al igual que en anteriores residencias, Lucía y Mery se inscribían como primas. Allí, Mery trabajó en la organización cuáquera y Lucía retocaba fotografías en su domicilio. Los archivos departamentales muestran​ que la policía francesa les seguía los pasos y que Sánchez Saornil era considerada una anarquista peligrosa.

    En Montauban la situación se les complicó; a finales de 1941, Lucía recibió el aviso de ingresar en un albergue de Cazals por estar desempleada que consiguió evitar; Mery recibía en casa unas cartas a un nombre supuesto, lo que la policía interpretó como atentado a la seguridad del Estado, por lo que estuvieron unos días arrestadas al inicio de 1942.​ Hacia marzo de 1942 decidieron trasladarse a Perpiñán y regresar a España. A ello se unía que el padre y la hermana de Lucía, él anciano y ella dependiente, que habían estado en el exilio, habían vuelto a España. Además, L. S. Saornil estaba dolida por el modo en que Francia trataba a los antifascistas españoles y, no menos importante, por cómo funcionaban los organismos republicanos —SERE, Gobierno, etc.— que disponían del dinero sacado de España, que se dedicaban a cuestiones de ambición interna en vez de planificar una ayuda eficiente a la población.

    Vuelta a España. Madrid. Valencia

    Volvieron a España con la ayuda de Electra, hermana de América (ciudadana argentina), que al vivir en la zona fronteriza de La Junquera les facilitó el paso​ marchando a Madrid. En julio de 1942 formalizó un contrato a su nombre en calle de Donoso Cortés, a donde vinieron su padre y hermana, y, en el padrón de 1945, figura como cabeza de familia, acompañada de su prima Mery, ambas de oficio comisionistas;​ a lo que sumaba la confección de redecillas para el pelo. No parece que Lucía se implicara de lleno en actividades subversivas o de ayuda a personas encarceladas, aunque queda el testimonio de las hermanas Carmen y Visitación Lobo que afirman que intentaron reorganizar Mujeres Libres, de lo que se conoce un manifiesto de 1946; además se dice que la vieron en una reunión confederal. Sin duda, el recrudecimiento de la represión sobre el movimiento libertario que se produjo en el otoño de 1947 influyó en que se decidieran a abandonar Madrid, además de que en Valencia disponían del apoyo familiar de Mery, por lo que en enero de 1948 se trasladaron a Valencia.

    A poco de llegar a Valencia se instalaron en un piso del barrio de Ruzafa que les proporcionó Elena Samada, sobrina de Mery, trabajadora en su momento de SIA, a cuyos hijos se puso a dar clases Lucía. Por un tiempo abrieron una empresa, Gabriren (de Gabriela e Irene, sus madres), para su actividad comisionista, en la que representaban géneros de punto.​

    En junio de 1953 Lucía recibió su primer DNI, con oficio de pintora de abanicos, el mismo con el se le expidió el carné sindical en 1954. Retomó las relaciones que trabó en los años veinte, Juan Lacomba, Genaro Lahuerta y, en especial, el pintor Pedro de Valencia, el cual parece que le proporcionó encargos de reproducción de cuadros, que Lucía pintaba. En su casa se realizaban tertulias en las que se leían sus poemas.​ Uno de ellos, Quiero en mi ley cumplirme, fue publicado en la revista Estrofa, de la juventud falangista de Burgos, en 1955. Los últimos los recogió R. M. Casamitjana en Poesía (1996). Otros, según recogió M. Cimbalo (2020), los encuadró en el título Siempre puede volver la esperanza.

    Murió el 2 de junio de 1970 de un cáncer de pecho,​ cuatro meses después de que falleciera su hermana Concha. Mery murió de un infarto en 1977. Sobre su tumba, esta hizo grabar el verso Pero... es verdad que la esperanza ha muerto?

    Pensamiento

    Postura ante el lesbianismo

    Saornil no se pronunció ante ello. Sostenía que el modo de vivir la sexualidad era un asunto privado y no se tenía que dar cuentas de ello a persona o entidad alguna. Las interpretaciones que le sitúan como precursora del lesbianismo en España provienen de que utilizara (a veces) un seudónimo masculino en su poesía y de que, desde que se conocieran, viviera con América Barroso, lo cual se tomó por su familia como una amistad estrecha. Por ejemplo, para la editora primera de su poesía, Rosa Martín Casamitjana, sus poemas amorosos están atribuidos generalmente a un yo lírico masculino y dirigidos a un destinatario femenino porque o bien son una mera creación estética o bien son el reflejo de sus inclinaciones lésbicas.

    Postura ante la situación de la mujer

    Desde el primer texto que conocemos de L. S. Saornil, de 1913, esta mostró interés en la suerte de las mujeres. Algo que dejó claro en sus argumentos de 1932,​ y que, con respecto al mundo anarquista, se recogen en la serie de artículos publicados en Solidaridad Obrera en otoño de 1935 bajo el título de La cuestión femenina en nuestros medios y en diversos artículos en la prensa anarcosindicalista y en la revista Mujeres Libres. Para ella, la mujer española era inculta y poco preocupada por los temas sociales pero esto era debido a su papel de sometimiento a lo largo de la historia. El único horizonte de la mujer en la sociedad se había limitado al prostíbulo o al matrimonio, como ya había afirmado Proudhon. Recogiendo una idea, que ya había expresado Teresa Claramunt, la explotación de la mujer fue reforzada todavía más por el sentimiento de superioridad del hombre. Así, la mujer sufría una doble explotación, como ser humano ante el capitalismo y como mujer ante el hombre. Aunque reconocía que esta última situación había mejorado algo, sobre todo entre las intelectuales.​ Criticó, sin nombrarlo, a Gregorio Marañón que sostenía la diferencia física entre hombres y mujeres. De hecho, este endocrino visitó a Ana Martínez Sagi ya que los padres de esta estaban preocupados por las rarezas deportivas e intelectuales de su hija. Para Sánchez Saornil, las diferencias son por el medio ambiente en que se desarrollan hombres y mujeres. Tanto en el yo poético como en el yo político estuvo siempre presente su espíritu crítico. Este no le llevó a idealizar ningún credo y con él desplegó una visión feminista total. Realizó una lectura feminista del psicoanálisis y de las teorías de diferenciación sexual y propuso como solución a la pasividad femenina, la concienciación de la existencia de mecanismos represivos y el conocimiento de su poder limitado en la configuración del yo. Así decía que el mundo masculino había venido oscilando frente a la mujer entre dos conceptos extremos de la prostituta a la madre sin detenerse en lo estrictamente humano, es decir, la mujer como ser racional pensante y autónomo.

    Postura ante la familia

    Para el anarquismo la alternativa a la familia y al matrimonio convencional era el amor libre, que permitía entender las relaciones sentimentales entre personas con los mismos derechos; se basaba en la ley natural de la atracción mutua y significaba un mentís al capitalismo de Estado y a sus leyes, amparadas por la Iglesia. Sin embargo, en la práctica revolucionaria de 1936-1939, no siempre fue así y, de hecho, se realizaron ceremonias civiles en los Ateneos y sindicatos anarquistas. Por ello, en la revista Mujeres Libres escribió un artículo denunciando este retroceso: «Proyecto para la creación de una fábrica de bodas en serie (Churros auténticos)». Llegó a equiparar el matrimonio con la prostitución cuando las mujeres carecían de un salario propio y de un cierto grado de equiparación moral.

    Postura ante la maternidad

    La corriente mayoritaria entendía que la procreación de los hijos era la culminación de la vida de la mujer, si bien muchas de ellas, entre quienes estaba Federica Montseny, afirmaban que no estaban dispuestas a renunciar a la lucha social por centrarse en la familia. Sánchez Saornil defendía que la maternidad era una más entre las posibilidades de la mujer para realizarse.​ Sostenía, además, que «el concepto de madre [está] absorbiendo el de mujer, la función, anulando al individuo. Para un anarquista, antes que el trabajador, está el hombre, antes que la madre debe estar la mujer.»

    Trayectoria poética

    Poesía

    La obra poética de Sánchez Saornil se inició en 1914 y terminó en 1970, poco antes de su muerte. Comenzó con el modernismo, desde el que se adscribió al ultraísmo que abandonó para entregarse a una literatura de compromiso político y a los romances bélicos en la guerra civil. Continuó componiendo a la vuelta del exilio, ya con poemas centrados en el «yo», no en el «nosotros» -«Yo siempre he dicho nosotros»-,​ que al final de su vida quedó impregnada del dolor ante la proximidad de la muerte. El único libro de poesía que publicó en vida fue Romancero de Mujeres Libres en 1938.13​. Su poesía completa dispone de edición crítica en la obra Lucía Sánchez Saornil. Siempre puede volver la esperanza, con edición, introducción y notas de Jesús Gallego Montero, en 2022.

    Modernismo y Ultraísmo

    En enero de 1914 apareció en la revista Avance su primer poema "Nieve", encuadrado en el modernismo tardío; un tipo de composición que publicó en diversos periódicos, en especial del sur de España, en el que abundan las cuartetas rimadas de madrigales, con algunos sonetos (alejandrinos).​

    En diciembre de 1916 inició su colaboración en la revista Los Quijotes, lo que alternó hasta 1919 en Cádiz-San Fernando. Aunque los motivos son recurrentes del estilo modernista: jardines, atardeceres, otoños..., han perdido su simbolismo de paisaje interior, son meros recursos espaciales. Su métrica respeta el metro y la rima: rima consonante, cuartetas, redondillas, sonetos... También plasma en sus poemas otras artes, la pintura, la escultura y quiere captar el mundo sensorial: aromas, sonidos... Y utilizó el lenguaje erótico, lo que produjo sorpresa al conocerse su identidad ya que aludía abiertamente al deseo carnal.​

    Su poesía dio un cambio al empezar a publicar sus poemas en revistas más vanguardistas: Grecia, Cervantes y Ultra. En 1919 fue el año del primer manifiesto ultraísta. Así, su poema en prosa El madrigal de tus sortijas ya refleja la transición en su forma de ver la poesía. Aunque el tono sea modernista, sin embargo ya incluye elementos de la vida moderna: «las grandes ampollas eléctricas». Su primer poema claramente vanguardista es Cuatro Vientos, publicado en Cervantes en junio de 1919, dentro de una selección hecha por Cansinos-Assens con el título de Los poetas del Ultra. El poema hace referencia al aeródromo de Madrid y un accidente ocurrido. Es una clara exaltación del mundo moderno. Usó la tipografía también como las primeras vanguardias.​ La vinculación de Sánchez Saornil al Ultraísmo se debió sin duda a la coincidencia porque algunos de los 10 firmantes del Manifiesto eran colaboradores habituales de Los Quijotes, ya que ella no frecuentaba tertulias ni actos públicos. El primer poema que firmó con su nombre fue Hora, en el que suprimió los signos de puntuación.​ Los poemas más vanguardistas son los publicados en Ultra a lo largo de 1921, en los que emplea imágenes inconexas, frases inconclusas y motivos de la vida urbana.​

    La poesía amorosa de esta época está marcada por la ambigüedad. No solo por el uso de un seudónimo, sino por la utilización de metáforas como la ceniza, la noche, el silencio, la oscuridad, el espejo, el agua, los sueños..., que responden a un código común compartido con otras poetas lesbianas como Carmen Conde y Ana María Martínez Sagi.​

    Según la teoría queer, en los poemas modernistas y vanguardistas, Sánchez Saornil denuncia con el uso del seudónimo la necesidad de encajar en los roles genéricos asignados por la sociedad patriarcal como único modo de obtener legitimidad en cuanto escritora. Además con el uso alternativo de su nombre y de su seudónimo, que no era necesario porque era conocida la autoría femenina de los poemas de tan fuerte contenido erótico en el círculo de los ultraístas, consigue presentar identidades alternativas que suponen una reconsideración y cuestionamiento de las categorías femenina y masculina.

    Compromiso político

    Abandonó el movimiento ultraísta porque el afán de renovación literaria que este había propugnado no estaba revolucionando el mundo de las letras; por ello se dedicó al periodismo y a la literatura de compromiso político. Así fue una gran divulgadora del ideario anarquista, que quería regenerar el país desmontando las estructuras de poder existentes a través de la subversión de las formas culturales dominantes y creando una sociedad nueva igualitaria, cuyos miembros se verían libres de fuerzas externas alienantes como el capitalismo y la religión. En el órgano libertario CNT de Madrid, en el que trabajó como secretaria de redacción desde mediados de 1933, publicó el ensayo Literatura nada más, en el que dio cuenta de su personal paso de la estética vanguardista a una literatura políticamente comprometida y atacó a las vanguardias afirmando de ellas que solo eran «burguesas iconoclastas».​ Su paso de la pureza estética al compromiso político es reflejo de la creciente politización de la vida española.​

    Durante la batalla de Madrid en 1936 escribió el poema Madrid, Madrid, mi Madrid, que fue portada del número 6 de Mujeres Libres.​ La composición la incluyó en su Romancero de Mujeres Libres. Esta obra está compuesta de poemas escritos desde la militancia, en los que intenta exacerbar los sentimientos revolucionarios. Claro ejemplo es el Himno de Mujeres Libres.​ Ahora el contenido es más importante que la forma. Su objetivo es poner de relieve la lucha femenina y la presencia de la mujer en la sociedad. Así hizo en el Romance de La Libertaria o el Romance de la vida, pasión y muerte de la lavandera de Guadalmedina, dedicados a dos de las heroínas de la revolución, María Silva Cruz y Encarnación Giménez.​ En el Romance de la Libertaria glosó la vida de María Silva Cruz,​ la nieta de Seisdedos que escapó de la muerte tras la matanza de Casas Viejas, pero fue fusilada dos años después.

    Parte de su prosa de compromiso fue recogida en el folleto Horas de revolución, editado también por Mujeres Libres; los 33 artículos que lo componen no llevan referencia alguna,​ aunque han sido identificados: varios de ellos se fueron publicados con los seudónimos Vigía, Un Confederado, El Observador, y algunos sin firma.

    Poemas del exilio interior

    No dejó de escribir poesía, aunque apenas publicó, lo que ha contribuido a su olvido. En 1953, la antología Safo en Castilla reproducía su soneto Margarita. En octubre de 1955 publicó el poema Quiero en mi ley cumplirme en el número 22 de Estrofa, revista burgalesa de la juventud falangista (seguramente a través de su amigo Lacomba).​ Según la familia, decidió enviar sus poemas a Sudamérica, pero no recibió respuesta y ella no hizo copia de ellos, pero bien pudieran ser los conservados en la carpeta Siempre puede volver la esperanza, mostrada por Cimbalo.​ A ello se unen los 23 poemas publicados por Casamitjana en 1996. Son en su mayoría sonetos que tienen como preocupación fundamental la proximidad de la muerte, el balance de su vida y el deseo de trascendencia,​ en los que los temas centrales son su no aceptación de la muerte y las ganas de vivir centrados en el autoexamen de su vida, la añoranza de la juventud y la invocación a un Dios en cuya existencia quiere creer aunque la duda persista. El yo poético desea convencerse de la existencia de un más allá justo y renovador pero sospecha que esa idea es después de todo una mentira y solamente le queda pedir serenidad para aceptar la muerte.

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    Algunos poemas de Lucía Sánchez Saornil:


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    Lucía Sánchez Saornil (1895-1970) Empty Re: Lucía Sánchez Saornil (1895-1970)

    Mensaje por Pedro Casas Serra Vie 20 Dic 2024, 13:54

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    NIEVE

    …..En la tarde silenciosa
    está dormida la nieve...
    Hay una paz melancólica
    en el día que se muere.
    …..Todo es blanco; todo es puro
    y hay un azul que florece
    como un pálido reflejo
    en la tarde que se pierde.
    …..Todo es blanco, todo es blanco
    igual que almas de mujeres.
    Todo tiene la blancura
    de un idilio sonriente.
    …...Está la llanura inmensa
    toda cubierta de nieve,
    y bajo su manto añoso
    todas las praderas verdes.
    …..¡Qué silencio!, ¡qué quietud!
    Enmudecieron las fuentes...
    ... Nada hiere los oídos,
    ¡qué lenta la noche viene!
    …..El paisaje está dormido,
    los árboles no se mueven.
    No hay risas ni melodías
    todo es dulce... todo duerme.
    …..Hay una nube violeta
    en la tarde que se muere,
    un silencio melancólico
    ¡y unas huellas en la nieve!



    TIGRESA

    Ella es alta y rubia, moderna silueta,
    felina, que ondula, ligera y mimosa;
    su carne fragante, de nardo y de rosa,
    es de extraña fiebre lámpara secreta.

    La mano elegante, que cede al poeta
    en una encantada hora, milagrosa,
    es como una garra, fina y poderosa,
    que en un largo espasmo crispada os inquieta.

    Divino y extraño contraste la seda,
    dulce y armoniosa, de su voz, más leda
    que la canción maga, que teje la brisa.

    Su boca, de sangre, muerde cuando besa,
    y luego, en desdenes de altiva princesa,
    os clava los dardos locos de su risa.



    AUTORRETRATO

    Este refinamiento de la vida moderna
    arde mis energías en llamas de histerismo;
    por la duda y la muerte en confusión eterna
    rodará mi cerebro hasta el siniestro abismo…

    Llevo quietos los ojos, negros y taciturnos,
    una sonrisa vaga en los labios marchitos...,
    en la calma medrosa de los negros nocturnos
    recito versos tristes, solemnes como ritos.

    Acaso en una noche, serena y cristalina,
    en la albura del lecho esperaré a la Muerte
    —la sangre envenenada de perlas de morfina—

    en perversos placeres refinados y sabios,
    y la nueva alborada sorprenderme inerte
    con la pipa de opio en los rígidos labios.


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    Lucía Sánchez Saornil (1895-1970) Empty Re: Lucía Sánchez Saornil (1895-1970)

    Mensaje por Pedro Casas Serra Sáb 21 Dic 2024, 13:32

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    MOTIVOS TRIUNFALES

    RITO, PECADO…

    Eras grave y augusta, eras casi hierática
    y te amé en la escultura de tu cuerpo pagano,
    tu mirada dormida era quieta y estática
    y era, un mármol desnudo, tu blancor soberano.

    Un jardín luminoso; una fuente sonora;
    desmayados los cuerpos en la luz violeta;
    un perfume violento exhalaba la flora
    que abrasaba la carne en un ansia secreta.

    En la hora encantada, del jardín principesco,
    la armonía del verso devanaba en tu oído,
    encendidos los ojos de un arder satanesco.

    Tal que un rito pagano, a la luz postrimera,
    como a un dios, en el templo del jardín florecido,
    me ofrendaste el exvoto de tu cuerpo de cera.



    MARGARITA

    En las amplias estancias, al placer penumbrosas,
    tu desnudo triunfaba como un mármol egregio,
    y tu carne divina, sobre un tálamo regio,
    deshojaba el encanto de sus líricas rosas.

    De la lira sonora bajo el lánguido arpegio
    al amor se encendieron tus pupilas radiosas,
    y en silencio alumbraron —lamparitas gloriosas—
    el ensueño sin nombre de tu azul sacrilegio.

    Fuiste toda una hoguera de placeres paganos,
    los gusanos del vicio —los terribles gusanos—,
    incansables, tejieron el telar de tu suerte.

    Y en la trágica hora de tu terrible agonía,
    aun sentiste el deseo que tu carne encendía,
    bajo al bárbaro abrazo con que asalta la Muerte.



    EL MADRIGAL DE TUS SORTIJAS

    Oh tus sortijas líricas...

    J. R. JIMÉNEZ

    Como un aroma de flores exóticas me llegó de tus manos...
    Bajo el pálido artificio luminoso de las grandes ampollas eléctricas, esta noche las he admirado largamente, estáticamente.
    La dulce pedrería de tus sortijas las llenaba de constelaciones.
    Tenían un anillo antiguo, de un oro viejo con dos corazones rojos.
    Otro era tan leve, que tu dedo parecía cercenado y engarzado luego a tu mano como un hilo de oro.
    En otro conté hasta trece piedras, casi microscópicas, que ponían una como rociada de estrellas en la extrema palidez de tus manos.
    Oh tus manos líricas, como cercenadas en las muñecas por dos finas pulseras de oro! Eran, en la sombra de tu falda, como las manos truncas de una virgen antigua dispuestas sobre un altar negro para no sabemos qué horrendo sacrificio.
    Y, como una ofrenda trágica, sangraban en tu anular los corazones de tu sortija.


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    Lucía Sánchez Saornil (1895-1970) Empty Re: Lucía Sánchez Saornil (1895-1970)

    Mensaje por Pedro Casas Serra Lun 23 Dic 2024, 03:53

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    CUATRO VIENTOS

    ……..Mi balcón:
    rosa de cristal frente al ocaso.

    ……..En el río del horizonte
    naufraga Cuatro Vientos,
    nido de águilas de acero,
    de alas inmóviles
    y vientres sonoros.

    ……..Tarde de domingo,
    cuando se ahoga el sol en el río fantástico.
    He aquí los grandes pájaros sonoros,
    rondel de gaviotas,
    sobre un mar lejano.
    En la costa ilusoria
    hay un faro:
    la torre telegráfica.
    He aquí los grandes pájaros sonoros,
    que se elevan, se persiguen y se abaten,
    sobre las lejanas olas imaginarias.
    Tornan a alzarse
    triunfales, como cóndores altivos,
    trepidan los vientres locos
    en una embriaguez de energía,
    canto bárbaro de las fuerzas domeñadas.

    ……..Un pájaro soberbio
    rasga el cristal del poniente
    en un vuelo al sol.

    ……..Y de pronto
    aletea... gira y cae.
    Temblamos,
    como si la tierra se hubiera removido
    en una sacudida sísmica.

    ……..Un pájaro yace inerte y roto:
    sobre la tierra,
    cara al sol,
    el corazón del pájaro muerto
    de una estrella caída y opaca.

    ……..El río del horizonte,
    que se había teñido de sangre,
    se desbordó por los cielos.



    POEMA EN EL AGUA

    Íbamos trillando estrellas…

    Tus manos iban a una caza
    de estrellas partidas
    pero ellas te burlaban
    escurriéndose entre tus dedos abiertos.
    Las palabras, como pájaros,
    se ahogaban en el agua.
    Pasaba la brisa
    —adioses de abanico en nuestras frentes—.
    Tenías un aire desmayado
    que te iba bien.
    Músicas colgaban de tus labios.
    —¿Y por qué no había de ser
    esta noche
    nuestro viaje a la luna?
    ¡Oh!, ¡no tendríamos más que dejarnos caer!



    NOCTURNO DE CRISTAL

    Los cines
    cobijan la luna bajo sus alas.
    ¿Quién ha sembrado el fondo negro
    de anzuelos de oro?
    Las hojas de los árboles
    sobre el estanque sueñan
    con un viaje a ultramar.
    Me ha tentado el suicidio
    y al mirarme al espejo
    me ha espantado mi doble
    ahogándose en el fondo.



    HORA

    La tarde
    pegaba su cara a las vidrieras
    Vivíamos un verso antiguo
    Desde el fondo del cuarto
    el espejo dialogaba con nosotros
    Tus palabras se tronchaban las alas
    contra los cristales
    Cambiábamos las manos
    como bandejas colmadas
    de los frutos nuevos de todas las promesas
    Los labios tímidos
    apretaban su horca
    mientras la tarde
    nos volvía la espalda arrastrando su pena.


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