MAIAKOVSKY Y OTROS POETAS RUSOS Y SOVIÉTICOS, 3

POETAS CONTEMPORÁNEOS DE RUSIA Y LA FEDERACIÓN RUSA. CONT.

4. Victoria Nikolaevna Vetrova

POEMAS.

4.49. Ni en el cordero, ni en este aposento...

Ni en el cordero, ni en este aposento,
sino en el mismo vientre del patio,
estoy en el primer umbral,
donde solía quedar
el "ayer", y dejarlo todo detrás de la puerta,
resentimientos, mentiras, calumnias,
lucharé contra la incredulidad
y de nuevo creceré por el asfalto.

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4. Victoria Nikolaevna Vetrova

POEMAS.

4.50. Se eleva sutilmente por encima del mundo...

Se eleva sutilmente por encima del mundo,
aunque apenas puede llegar a ser más sabio,
sus sueños son ridículos, como líneas
punteadas en los mapas de mares inexplorados.

Y sus ojos son lobos
arrebatados que corren por el camino detrás de mí, como un saboteador en el último adiós
,
disfruto de este silencio, que ensordece dulce e ilimitadamente
,

y en el avión, donde el día es feo y puro
, seré tocado tiernamente
por un amante locamente egocéntrico.

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4. Victoria Nikolaevna Vetrova

POEMAS.

4.51. ¿Por qué lo harías? ¿Por qué sucedería de repente?

¿Por qué lo harías? ¿Por qué sucedería de repente?
Ángel y yo pasamos la noche en la estación.
Queremos comer. Se me rompió el talón.
Y nuestros compañeros estaban atados.
Cabalgamos en un equipo hacia el este,
para salvar el mundo, evitando la caída,
pero tres hermanos fueron arrastrados por el desagüe,
plenamente conscientes del mal comportamiento,
y los otros siete, angustiados
, robaron dos carruajes por la noche, en arameo
antiguo,
con el conductor nos peleamos en la plataforma,
y aquí estamos solos con el ángel. Uno.
Estamos esperando el tren para hacer un rescate.
El mundo se está cayendo. Sus luces tiemblan.
Y ahora llegó el domingo.

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4. Victoria Nikolaevna Vetrova

POEMAS.

4.52. Angela

Ángela, con orquídeas blancas
, fue a medianoche a mirar la luna,
su cabeza, llena de ideas,
se sumergió en la primavera con pesada angustia.

Ángela vagaba por las criptas y los ángeles que en una dicha de mármol levantaban alas
y las estrellas en el cielo como antorchas amarillas
llevaban el triunfo de la inevitabilidad del mal,

y los cabellos
lánguidos caían como serpientes ligeras
sobre los hombros de la más delicada de las doncellas,
cuyo cerebro iluminado estaba lleno de ideas,
cuya mente solar era eclipsada por la visión.

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4. Victoria Nikolaevna Vetrova

POEMAS.

4.53. Una pandilla se reúne en nuestro patio por la mañana...

Una pandilla se reúne en nuestro patio por la mañana,
fumamos, tomamos café y planeamos jazz juntos.
Somos cuatro: yo, Cid borracho, Diógenes y Orlando,
que compramos un contrabajo la semana pasada.

Apenas dormimos, pero Sid ya está haciendo
fusión En una vieja guitarra roída por un gato pelirrojo,
No necesitamos una ciudad, y no necesitamos este mundo en absoluto,
Haremos el nuestro, aullando con el estómago vacío.

Canto mal, pero me veo hermosa en la pantalla
Y nuestro Diógenes da a luz a un sueño con un saxofón,
En resumen, de todos nuestros trapos humeantes locales,
Solo nosotros, probablemente, podemos apreciar la belleza,

Además, tenemos una buena oportunidad
de vivir hasta las canas y beber quinientos millones,
Y aunque todavía estemos jugando a los bailes
¡En nuestro patio hemos alcanzado alturas celestiales!

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4. Victoria Nikolaevna Vetrova

POEMAS.

4.54. Qué nubes frías...

¡Qué nubes frías
Y en la casa de cristal
Entran vientos libres,
como antes del bien y del mal!

En la encrucijada la calle
duerme Y, corriendo por el patio,
Un perro viejo se encorva,
Dejando su perrera,

La estrella tiembla en el cielo herido,
Apenas distinguible como una lágrima,
Mi mundo retumba como marcos de ventanas
, que desaparecerán sin dejar rastro,

Y en latitudes
sin precedentes Se extenderá a todos los extremos,
Constelaciones con notas alegres
Y dulce como un caramelo.

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4. Victoria Nikolaevna Vetrova

POEMAS.

4.55. ¡Señor, escucha mis oraciones!

¡Señor, escucha mis oraciones!
Mientras sean afiladas,
Mientras turben los sueños
y nazcan de la oscuridad,
mientras la vieja melancolía
se cuele en mis bosques y montañas, y en los viejos corredores
de los edificios,
en el exiguo abrazo de la corriente de aire,
y en estos cuentos del pasado
no pienses en lo malo,
en el hecho de que estoy casi delirando
en las escaleras hacia ti,
como ángeles, sin ver señales,
Como Jacob sumido en el sueño.

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4. Victoria Nikolaevna Vetrova

POEMAS.

4.56. Un buen policía ha muerto

Un buen policía está muerto.
Un buen partisano es mudo.
Nadé más allá de los horizontes,
Donde hace demasiado frío en invierno,

Reconocí en tres cuentas
Esas sombras que corrían hacia atrás
en la oscuridad para besar a alguien
Y abrazar los vestidos de alguien.

Donde la ciudad es como un semicírculo de la luna, extendida en el
dolor,
Donde decir: "¡Adiós a las armas!"
Como de costumbre, no para ti,

Y así hierve Celsius,
Y el sueño vaga por el mundo borracho
, Golpeado como un policía muerto,
Disparado como un partisano.

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4. Victoria Nikolaevna Vetrova

POEMAS.

4.57. Las películas han sido voladas por los aires...

Las películas son infladas,
como el cinturón de cartuchos de otra persona,
Este es el final de la leyenda,
Cuarenta y dos pisos.

Este es un héroe en desgracia,
que está francamente enojado,
cae en una
manta hecha de resinas chamuscadas.

Las víctimas escuchan al cielo,
rezan al Dios del día,
una
película placebo se vierte en la esencia misma de mí.

Pinté escenas
de Grey Rains en el estanque
donde Damn Hollywood bailaba con la sirena

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4. Victoria Nikolaevna Vetrova

POEMAS.

4.58. Y lo que ha estado viviendo en mí durante muchos años...

Y lo que ha vivido en mí durante muchos años,
y lo que no está en mí, todo esto es santo.
Como un copo de nieve que vuela hacia el conducto de aire
, cruzo las fronteras del Estado.

Y Dios está conmigo. O mejor dicho, Dios está en mí.
Es como una orquídea azul,
tan pura e intachable, como en un
sueño un viento brumoso que vuela más rápido

a través de mi coche. Cabalgo en la noche
y la ventana sopla sin un
salpicón de emociones vacías, el mundo volando lejos,
en algún lugar de la casa donde se abre el telón.

Toda esta casa, que está abrazada por la luminosidad,
me llama, donde el sol está en medio de la sala de estar,
se encuentra
con su amanecer y su atardecer sobre el mar y el alma de la aguamarina.

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4. Victoria Nikolaevna Vetrova

POEMAS.

4.59. Una plaza somnolienta y amenazante...

Una plaza somnolienta y amenazadora,
una nube en lugar de un metro, aquí está
, medio despellejada,
en el borde negro de los vientos.

Aquí está, casi fumando,
mirando por encima de las nubes,
todos sus hermanos desde las cárceles envían ecos
de llamadas.

He aquí su frágil felicidad:
el cristal está apretado entre sus dedos,
el amor de alguien ha fluido en el sombrío estuche del
contrabajo.

Y nadie necesita hacerlo,
y no
necesita vivir en anticipación del veneno de
las cartas a su regreso a la prisión.

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4. Victoria Nikolaevna Vetrova

POEMAS.

4.60. Soy una flor. Soy un clavel desgarrado por el sol

Soy una flor. Soy un clavel desgarrado por el sol.
Nunca me marchito, caigo al suelo.
Y de nuevo resucito, de un grito
agudo salvo las hojas, como de la tierra.

Soy una flor. Soy una capuchina casi sin vida.
Asesinado por el cielo como una granada de mano.
Una onza
entera de Amor nacido de la tierra jorobada todavía respira en mí.

Soy una flor. Soy una dalia del sol.
Creciente. Brillante. Soy una ilusión.
Creció como si fuera el único
creado para la felicidad, para la nueva música.

No soy nada. Eso surge de la nada.
Soy una criatura de la sangre de Dios.
Luz de luna en el agua de la noche.
La luz del sol sobre la cubierta terrestre.

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4. Victoria Nikolaevna Vetrova

POEMAS.

4.61. ¿Por qué es tan torpe este firmamento?

¿Por qué es tan torpe este firmamento?
Vago por ella con desapego,
entre los lazos de la tormenta celestial,
entre las nubes desgarradas sin dormir.

¿Por qué es torpe este firmamento?
Y sus profundidades conducen al abismo del mundo,
Y el pájaro vuela a mi manga,
Como si fueran las mangas de un faquir.

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4. Victoria Nikolaevna Vetrova

POEMAS.

4.62. Noches de boa violeta...

La boa violeta
de la noche ¡En tu pecho, Esperanza!
En muchos países mi cabeza
no quería inclinarse ante ti.

Pero tú, querida mía, y tus labios,
y tus negras cejas "españolas",
me condujeron por el largo camino del amor,
como una muerte gravemente herida.

Conocí tus noches, conocí las tardes,
Pero no te gustó,
Ayer enterramos el abismo contigo,
Y mañana no creció en verano.

¡Así que canta, mi Hada, en sueños violetas!
¡Y en plumas de puro calicó!
Sobre cómo un monje
de la iglesia vecina se atrevió a invadirte.

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4. Victoria Nikolaevna Vetrova

POEMAS.

4.63. ¡Adiós, Michael!

Ángel de la Noche. Un ángel que se ha dormido.
Caído. Cansado. Resucitado. Enfermo.
Tus canciones, que se colaron en mis oídos,
se erguían como un muro entre el cielo y el mundo.

Mis lágrimas que pendían de los hilos,
Mis tormentas eléctricas que volaban de la montaña,
Todo se disolvía en las sonrisas
lejanas del Ángel triste de todos los niños,

que aparecía cuando corríamos por la escuela
, o cuando simplemente deambulábamos por el río
. Y como si la
de la Canción se precipitara, partiéndose en pedazos,

La falta de libertad que anidaba en nosotros,
Reglas, formas, prohibiciones y maldad,
¿Cómo sucedió que el desfavor
de alguien al Mundo Nocturno rompió un ala?

¿Quiénes somos ahora? Solo gente adulta,
esa que entierra pesadamente
hasta las lágrimas el sol que ya no será,
la infancia que se ha ido contigo.

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4. Victoria Nikolaevna Vetrova

POEMAS.

4.64. He aprendido a odiar...

He aprendido a odiar
ese crecimiento maligno de la ventana,
las flores con mejillones enrevesados,
la guerra que has levantado.

Cruces colocadas torcidamente
en el campo de batalla, donde yacían
en la hierba, durmiendo maravillosamente
sobre los contornos de la tierra.

Y en su lugar, como los signos
del cielo, se alzaron con la hermosura del dolor,
amapolas de noche sangrienta pesadas
como anclas.

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4. Victoria Nikolaevna Vetrova

POEMAS.

4.65. Pestañas del viento, ¿dónde están tus lágrimas?

Pestañas del viento, ¿dónde están tus lágrimas?
¿Dónde están tus gemidos en las puertas de los demás,
dónde están las tormentas envueltas en mantas,
llamando a las profundidades y a los mares?

Pestañas del viento, ¿dónde están tus aleteos?
¿Dónde está el aleteo de las plazas soñolientas?
El deseo de componer, como un anfibraquio
, ¿Un poema de las lluvias ajenas?

Las pestañas del viento, donde están los besos,
Fluyendo, que hasta ahora
En tus arroyos
llamo furiosamente Y corren el corredor en mi memoria.

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4. Victoria Nikolaevna Vetrova

POEMAS.

4.66. Tenía muchas ganas de venir...

Tenía muchas ganas de venir,
pero dormí
en el tren durante mucho tiempo y me bajé en la estación de Echo,
donde la voz perforó los espejos.

Tenía tantas ganas de verlo,
pero el día era duro,
escondía su cuerpo
helado bajo las pieles de las alfombras persas,

y luego tocaba torpemente
sobre los laúdes del fuego de la noche.
Tenía muchas ganas de venir,
pero la vida no me lo permitió.

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4. Victoria Nikolaevna Vetrova

POEMAS.

4.67. No le pidas generosidad a la vida...

No pidas generosidad a la vida,
cuando es amarga.
Difícilmente sabrás de antemano
dónde temblarán las nubes.

Apenas se puede comprender cuál es la esencia de las cosas
, y si esta esencia existe,
cuando es tan difícil, en general,
mirar la vacuidad.

Pero el valor del mundo es tal
y no es culpa de
nadie que se hayan vendido los derechos de todos los
sueños de colores.

El perdón no es un regalo de Dios,
no hay prerrogativas en él,
y la sinceridad nunca
se invierte en "¡Perdona!"

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4. Victoria Nikolaevna Vetrova

POEMAS.

4.68. Escucha, viejo...

Oye, viejo, ¿te acuerdas del
perro que nos vendió el Cadillac?
Me refiero a ese malvado vagabundo
que nos despojó y huyó al crepúsculo.

Si tan solo pudiera encontrarlo... Mi Cadillac estornuda
Y en algún lugar de algún agujero hay condensación....
¿Crees que todavía entiendo
cómo no nos estrellamos mientras jugábamos al aterrizaje?

Vamos a Bugsy's. Bugsy's es hermoso.
Le encanta la diversión y siempre está feliz,
no le importa su cerveza
negra e incluso el hecho de que su barba esté polvorienta.

Disfrutaremos de su caída
y comeremos chile frío con él angustiados.
Vamos a Bugsy's. Me pondré
un vestido y zapatos con los tacones más grandes.

Y en un Cadillac morado
nos meteremos en un agujero donde nadie sabe,
por qué estoy vestido de manera tan extraña,
y tú has estado sin abrigo durante muchas temporadas.

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4. Victoria Nikolaevna Vetrova

POEMAS.

4.69. El brillo del afeitado de las hojas moradas...

Un reflejo afeitado de cuchillas moradas,
manos diestras, y ahora el maníaco absolutamente sobrio
y guapo Zero vuelve a entrar en el metro
.

Aquí sus labios, en cansada dicha,
tocarán silenciosamente tu cabello
, en la bulliciosa aglomeración y en la ruidosa carrera
del veloz tren de las ruedas del mal.

Aquí sus fosas nasales huelen
el cuerpo de una mujer dentro de su abrigo,
Aquí se desliza por la escalera,
como una pitón en sueños de cachemira,

y se calma. Por un segundo.
Detenerme cuando ves la luz,
congelarte un poco con escasa
anticipación y correr detrás de ti.

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4. Victoria Nikolaevna Vetrova

POEMAS.

4.70. Creo que ya no te aburres...

Me parece que ya no te aburres,
no esperas la campanada y estás enojado con todo el mundo
por las preocupaciones y tristezas pasadas,
que parecen existir sin mí.

Y parece que sin mí ya es habitual
Volar a casa por la noche por la carretera
Bajo la oscuridad de la
melodía del violín No pienses en mi amor en absoluto.

Pero, ¿es cierto, dime, que cuando la eternidad de la separación esté contada
,
y el viento azote con un pesado látigo
, dudes de que no me necesitas,

de que no pasas por la casa,
y al no notar la luz en mi ventana,
no conocerás la angustia que es
tan familiar y ha vivido en mí desde entonces?

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4. Victoria Nikolaevna Vetrova

POEMAS.

4.71. Tommy...

Tommy... Tommy... Llamo desde casa.
¿Dónde estás, vagabundo, a dónde has ido?
Este Universo y mi madre, a excepción de mi madre,
no tengo a nadie más.

¿Por qué no escribes para el segundo verano?
Presentamos una petición ante el tribunal,
para que te encuentren en algún lugar
aquellos que llevan la libertad en sí mismos.

¿Dónde estás, Tommy? Mi viejo payaso.
Las manos son como rastrillos y moscas del ojo.
La casa está llena de expectación sin ti,
la medianoche retumba como una palangana de cobre.

Estoy salvaje y llorando para siempre,
pensando solo que allí, en algún lugar en la oscuridad,
has encontrado suerte
, feliz, y no quieres venir más con nosotros.

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4. Victoria Nikolaevna Vetrova

POEMAS.

4.72. Este movimiento es incómodo...

Este movimiento es
torpe y un puño flota en la mandíbula.
En nuestro patio hay una
pelea coloreada como la bandera de un diablo.

Allí, negros y puertorriqueños,
chinos y nuestros sinvergüenzas
tiraban de sus cuerpos en el aro,
sin saber que el cielo no es de nadie.

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4. Victoria Nikolaevna Vetrova

POEMAS.

4.73. Dígame, Señora Separación...

Dime, Señora Separación,
¿Por qué te toca a ti otra vez?,
Cuando el amante de otra persona toma

tu
mano avara y se va de nuevo como un gigante,
que levantó el cielo sobre sus hombros,
a otros que aún son amados,
cuya ciudad se congela en ladrillos

y cae en tus ventisqueros
y charcos de invierno nublado,
donde solo sobreviven los microbios,
los gatos callejeros y nosotros.

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4. Victoria Nikolaevna Vetrova

POEMAS.

4.74. Todos los niños son como destellos brillantes de la muerte...

Todos los niños son como destellos brillantes de la muerte.
Y sin embargo, agarrando sus direcciones en nuestras palmas,
cabalgamos con los chicos a través del firmamento erosionado,
regado por las lluvias, roto como los cielos.

Vamos con los chicos, sentados en un autobús somnoliento,
para verte y saludarte de parte de Dios,
con las narices juntas, para congelarnos en la cabecera de la ventana,
para volver atrás por largos años malos.

Nuestros sueños deben ser demasiado ingenuos y demasiado malos,
pero cómo podría ser de otra manera, hasta siempre,
Somos los hijos muertos de tu edad esquiva,
Y tú eres el hombre más devoto de nuestras muertes.

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4. Victoria Nikolaevna Vetrova

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4.75. Ciudades desoladas y malvadas...

Ciudades
desiertas y malvadas Colgadas en cautiverio de líneas de alta tensión,
yo estaba aquí, y parecía que para siempre
saboreaba el fruto prohibido del azul nacarado de la
Luna Grande. Como una manzana en la
noche, colgaba de un
árbol sobrenatural, y mi luz pensativa era encendida
por mí, moviéndose constantemente hacia la izquierda,
y en la oscuridad el cuadrado
sin contorno dibujó de repente el perfil de un vidente,
besando este orgullo y este atardecer,
que nunca se repetirá.

Una pandilla se reúne en nuestro patio por la mañana...

Una pandilla se reúne en nuestro patio por la mañana,
fumamos, tomamos café y planeamos jazz juntos.
Somos cuatro: yo, Cid borracho, Diógenes y Orlando,
que compramos un contrabajo la semana pasada.

Apenas dormimos, pero Sid ya está haciendo
fusión En una vieja guitarra roída por un gato pelirrojo,
No necesitamos una ciudad, y no necesitamos este mundo en absoluto,
Haremos el nuestro, aullando con el estómago vacío.

Canto mal, pero me veo hermosa en la pantalla
Y nuestro Diógenes da a luz a un sueño con un saxofón,
En resumen, de todos nuestros trapos humeantes locales,
Solo nosotros, probablemente, podemos apreciar la belleza,

Además, tenemos una buena oportunidad
de vivir hasta las canas y beber quinientos millones,
Y aunque todavía estemos jugando a los bailes
¡En nuestro patio hemos alcanzado alturas celestiales!

Así son las pandillas guay.
Gracias, Pascual, voy con mucho retraso, pero te sigo.
Besos.

POETAS CONTEMPORÁNEOS DE RUSIA Y LA FEDERACIÓN RUSA. CONT.

4. Victoria Nikolaevna Vetrova

POEMAS.

4.76. Tú y yo salimos de la nieve...

Tú y yo salimos de la nieve.
Estamos cubiertos de copos de nieve en fila.
Dos personas
murieron y ahora están parados cerca de la casa.

Sus contornos son invisibles,
sus voces no se han escuchado durante mucho tiempo.
Dos peregrinos sombríos
en la eterna búsqueda de un nuevo país.

Ambos miran desconsolados
E incapaces de volver atrás,
Nos hemos vuelto locos, por supuesto,
Y nuestras palabras a Dios son atrevidas,

Solo que apenas queríamos probar la
libertad luz.
Nos arrastramos a las profundidades del
firmamento en un idioma extranjero, jurando.

POETAS CONTEMPORÁNEOS DE RUSIA Y LA FEDERACIÓN RUSA. CONT.

4. Victoria Nikolaevna Vetrova

POEMAS.

4.77. Hoy en día, todo, desde la salsa hasta el merengue...

Hoy, todo, desde la salsa hasta el merengue
, está sujeto solo a mi cuerpo, en el parpadeo de las faldas,
las rodillas
afiladas perforan la oscuridad de la noche.

Y es amargo porque ninguno de los lugareños busca
sentir el coraje
que vivirán quienes conocen estos sabores del maquillaje en los rostros
.

Y aunque en un flamenco frenético
la boca morada toque los labios de alguien,
la tierra girará en todos los tonos y la noche a su alrededor será como un aro de
hula.