.
Antonio Pereira (Villafranca del Bierzo, 13 de junio de 1923 - León, 25 de abril de 2009) fue un poeta y escritor español, especialmente reconocido por sus relatos breves. Gran narrador oral, junto a otros autores leoneses como Juan Pedro Aparicio, José María Merino o Luis Mateo Díez practicó la costumbre del filandón, esto es, la de contar cuentos en público (en origen se hacía mientras se llevaban a cabo trabajos manuales(.
Datos biográficos
Fue el cuarto hijo (y segundo varón) del matrimonio formado por el villafranquino, de origen lucense, José Pereira (dueño de una ferretería) y la alavesa Claudia González. Hacia mitad de los años 40 llega a León, donde estableció contacto y amistad con los poetas de Espadaña, revista en la que publicó 3 sonetos. En León obtuvo el título de maestro, aunque nunca ejerció como tal, ya que en 1949 fundó un negocio de venta al por mayor de artículos de electricidad y del hogar. En 1951 contrajo matrimonio con Úrsula Rodríguez, natural de Jaén, a la que conoció en el hoy desaparecido cine del barrio de El Crucero.
Inicios
Su primer libro fue el Quijote que le regaló su madre en su décimo cumpleaños. Con 13 años envió al Diario de León un artículo solicitando su publicación. Obtuvo una rápida respuesta del director del periódico que le produjo mucha satisfacción: Enhorabuena a un valiente como usted que a los trece años se atreve a lanzarse a la aventura del periodismo. En el periódico leonés mantuvo amistad con Filemón de la Cuesta, por entonces director del periódico. En 1950 inició en el Diario de León una sección de artículos con la cabecera general de «Atalaya».
Obra poética
Los inicios de Antonio Pereira en el mundo de la literatura fueron en el campo de la poesía. Publicó sus primeros textos, tres sonetos, en las revistas Espadaña (aunque propiamente no formó parte del grupo poético que se creó en torno a esta publicación, llegó a tener una estrecha amistad con Antonio González de Lama, y Alba. En 1972 recopiló su producción poética en el libro Contar y seguir: 1962-1972 (Plaza y Janés) y en 2006 reunió toda su obra poética en el volumen Meteoros. Poesía 1962-2006 (Calambur).
Narrativa breve
El primer cuento publicado por Pereira se remonta al año 1957, pero su primer libro de cuentos (Una ventana a la carretera) se publicó en 1966 tras ganar el concurso Leopoldo Alas. A partir de entonces lo practicará asiduamente hasta convertirse en uno de los escritores de relatos más fecundos y prestigiosos de la literatura española. Dentro de este género, ha publicado los siguientes libros (incluidas recapitulaciones y antologías):
Novelas
Aunque famoso sobre todo por sus cuentos, Antonio Pereira también ha escrito novelas, entre las que destacan:
Diarios
Los dietarios inéditos que Antonio Pereira redactó durante más de tres décadas se publicaron de manera póstuma:
Cine
Participó en la película El filandón (1984) de José María Martín Sarmiento, en la que Pereira narró el cuento Las peras de Dios.
Premios y reconocimientos
Antonio Pereira era cronista oficial de su localidad natal, Villafranca del Bierzo. La Biblioteca de Letras y Humanidades de la Universidad de León tiene una sala con su nombre.
Homenajes
En abril de 2019 se organizó en León un congreso internacional académico titulado Entre la seda y el hierro dedicado a su figura, que reunió a especialistas como Tomás Albadalejo, Eloísa Otero, Carmen Morán o Sergio Fernández Martínez. Durante tal congreso, se presentó el libro Antonio Pereira y 23 lectores cómplices, una antología de cuentos del autor comentados por distintas figuras de la literatura española del momento.
(Sacado de [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] )
*
Algunos poemas de Antonio Pereira:
De El regreso (1964):
LOLA
No miente, no, no miente.
(O acaso mienta un poco,
lo justo para alzaros
en rosas desde el lodo.)
Gime -decís- y engaña.
Os engañáis vosotros.
Ella, tendida, salva
las distancias del gozo.
Allá amanece ahora entre los montes.
¡Qué pura el agua inmóvil de los pozos!
Las ventanas, ay luz, eran sin rejas.
¿De dónde, ay noche, el rondador que oigo?
Tiembla, sentís. No finge.
Vuestra boca en su boca
es un sabor remoto.
PARQUE INFANTIL
Mirad la perfección: Todo está en orden,
en higiene, en razón. Riesgo, ninguno.
Las puertas para el gozo se abren lentas
y se clausura el gozo a la hora en punto.
Un guardia advierte con la voz a sueldo,
sus galones de oro en paño oscuro:
"Hijos, de la Ciudad, el Presupuesto
os garantiza globos y columpios,
pero hay que hacer en orden la alegría,
acercarse a la fiesta de uno en uno.
Dicen que en tierra podres quedan niños
corriendo libres con los pies desnudos,
expuestos a morirse como niños
a salto de torrentes y de muros.
Vosotros, no. Tenéis los toboganes:
cada niño su risa tres minutos.
Basta ponerse en fila
y estar atentos a que llegue el turno.
LOS REGALOS
Para ti, amor, ¿qué podría
que no te haya dado ya?
Para mi tierra secana,
conchas donde suene el mar.
Para el pecho de los padres,
mi pecho sin nada más.
A mi hermano, la guitarra
más redonda de abrazar.
Para la iglesia una Virgen
de palo jacarandá.
Cintas para las hermanas,
pero a la pequeña, más.
A mi ciudad, mil cerezos.
Bien hay donde los plantar.
Para mí no traigo nada.
Sólo la voz y el cantar.
LOS MÍOS
Canto la tierra, el trigo que le nace,
y repito la rosa demasiado;
los pájaros de Dios, las amistades
y tantas hermosuras voy cantando.
¿Podré callar entonces lo más mío?
Voy a decir los padres, los hermanos.
Hoy os requiero en vecindad del río
a merendar los dones del verano.
Ahora que todavía, cuando somos,
antes de que nos falte algún pedazo,
éste es el tiempo de extender manteles
sobre la hierba de los prados.
¡Qué júbilo de sol en la distancia
y de azulada sombra en los castaños!
Todo está pleno, el corazón, las cestas,
y la tarde sus zumos derramando.
Sobre la palma ruda de la tierra
pongo mi cuerpo a contemplar tumbado
la dimensión profunda con que el aire
pesa sobre mi pecho sin cansarlo.
A Dios lo siento arriba inconfundible,
y por la espalda el suelo donde aguardo
y a vosotros os siento, los más míos,
como un calor dormido en el costado.
Esto es ser rico un hombre, tener madre
donde llorar aún, espejo claro
el padre que nos mira todavía,
y sangre repetida en los hermanos.
Decidme si no es tiempo hasta los bordes
de levantar la espuma de los vasos,
de saltar en el soto, de encender
una lumbre donde oficiar el cántico:
Porque madre se olvida de su espalda.
Porque el padre envejece muy despacio.
Porque les damos hijos de sus hijos.
ÚRSULA CIUDAD
La belleza plural de mis ciudades
en una se resume triunfadora.
Penúltima ciudad, acento esdrújulo
que alza la voz y luego la desploma.
Estás como te había presentido,
sobre el énfasis leve de una loma,
no tan alta que el sol te destituya,
no demasiado al ras donde las otras.
Ciudad mía, que sólo yo conozco
en fuentes de la gracia surtidoras,
¡oh, jardines secretos donde entro
y levanto un revuelo de palomas!
Eres ciudad de estar. Si se pudiera…
En ti se cumplen todos mis caminos
y sólo queda hacer parada y fonda.
Vengo a esperar a tu sala de espera,
en tu hueco dulcísimo de sombra,
la luz que irrumpirá por cualquier vía,
acaso a contratiempo y en deshora.
Antonio Pereira (Villafranca del Bierzo, 13 de junio de 1923 - León, 25 de abril de 2009) fue un poeta y escritor español, especialmente reconocido por sus relatos breves. Gran narrador oral, junto a otros autores leoneses como Juan Pedro Aparicio, José María Merino o Luis Mateo Díez practicó la costumbre del filandón, esto es, la de contar cuentos en público (en origen se hacía mientras se llevaban a cabo trabajos manuales(.
Datos biográficos
Fue el cuarto hijo (y segundo varón) del matrimonio formado por el villafranquino, de origen lucense, José Pereira (dueño de una ferretería) y la alavesa Claudia González. Hacia mitad de los años 40 llega a León, donde estableció contacto y amistad con los poetas de Espadaña, revista en la que publicó 3 sonetos. En León obtuvo el título de maestro, aunque nunca ejerció como tal, ya que en 1949 fundó un negocio de venta al por mayor de artículos de electricidad y del hogar. En 1951 contrajo matrimonio con Úrsula Rodríguez, natural de Jaén, a la que conoció en el hoy desaparecido cine del barrio de El Crucero.
Inicios
Su primer libro fue el Quijote que le regaló su madre en su décimo cumpleaños. Con 13 años envió al Diario de León un artículo solicitando su publicación. Obtuvo una rápida respuesta del director del periódico que le produjo mucha satisfacción: Enhorabuena a un valiente como usted que a los trece años se atreve a lanzarse a la aventura del periodismo. En el periódico leonés mantuvo amistad con Filemón de la Cuesta, por entonces director del periódico. En 1950 inició en el Diario de León una sección de artículos con la cabecera general de «Atalaya».
Obra poética
Los inicios de Antonio Pereira en el mundo de la literatura fueron en el campo de la poesía. Publicó sus primeros textos, tres sonetos, en las revistas Espadaña (aunque propiamente no formó parte del grupo poético que se creó en torno a esta publicación, llegó a tener una estrecha amistad con Antonio González de Lama, y Alba. En 1972 recopiló su producción poética en el libro Contar y seguir: 1962-1972 (Plaza y Janés) y en 2006 reunió toda su obra poética en el volumen Meteoros. Poesía 1962-2006 (Calambur).
- 2011: Sesenta y cuatro caballos. Madrid, Calambur. Selección de Úrsula Rodríguez Hesles y prólogo de Juan Carlos Mestre. Dentro de la colección "Calambur 20 años".
- 2006: Meteoros. Poesía, 1962-2006. Madrid, Calambur. Incluye un libro inédito, titulado Viva voz y epílogo del autor, "El poeta hace memoria".
- 1995: Una tarde a las ocho. Villafranca, "Calle del Agua", Ayuntamiento.
- 1986: Antología de la seda y el hierro. León, "Provincia", Diputación.
- 1972: Contar y seguir. Barcelona, Plaza y Janés. Prólogo de Miguel Dolç.
- 1972: Dibujo de figura. Barcelona, "El Bardo", Saturno.
- 1969: Cancionero de Sagres. Madrid, "Arbolé", Oriens.
- 1966: Del monte y los caminos. Barcelona, "El Bardo", Saturno.
- 1964: El regreso. Madrid, "Adonáis", Rialp.
Narrativa breve
El primer cuento publicado por Pereira se remonta al año 1957, pero su primer libro de cuentos (Una ventana a la carretera) se publicó en 1966 tras ganar el concurso Leopoldo Alas. A partir de entonces lo practicará asiduamente hasta convertirse en uno de los escritores de relatos más fecundos y prestigiosos de la literatura española. Dentro de este género, ha publicado los siguientes libros (incluidas recapitulaciones y antologías):
- 2007: La divisa en la torre, Madrid: Alianza Editorial.
- 2006: Cuentos del noroeste mágico
- 2006: Oficio de volar.
- 2005: Clara, Elvira, la teta de doña Celina, mujeres.
- 2004: Recuento de invenciones
- 2000: Cuentos de la Cábila
- 1999: Me gusta contar, Madrid: Del Taller de Mario Muchnik, ISBN (13): 978-84-923869-5-6 (Antología de sesenta cuentos seleccionados por el autor).
- 1999 Cuentos del medio siglo
- 1998: Relatos sin fronteras
- 1994: Las ciudades de Poniente
- 1994: Obdulia, un cuento cruel, Madrid: Diseño Editorial, ISBN (13): 978-84-87666-36-0
- 1991: Relatos de andar el mundo, Madrid: Compañía Europea de Comunicación e Información, ISBN (13): 978-84-7969-238-4
- 1990: Picassos en el desván , Barcelona: Mondadori, ISBN (13): 978-84-397-1748-5
- 1989: Cuentos para lectores cómplices, Madrid: Espasa-Calpe, ISBN (13): 978-84-239-1901-7
- 1988: El síndrome de Estocolmo, Barcelona: Mondadori, ISBN (13): 978-84-397-1456-9
- 1982: Los brazos de la i griega, Gijón: GH Editores, ISBN (13): 978-84-86015-19-0
- 1976: El ingeniero Balboa y otras historias civiles, Madrid: Magisterio Español, ISBN (13): 978-84-265-7177-9
- 1967: Una ventana a la carretera
Novelas
Aunque famoso sobre todo por sus cuentos, Antonio Pereira también ha escrito novelas, entre las que destacan:
- 1978: País de los Losadas, Barcelona: Plaza&Janés [Reedición: Madrid: Espasa-Calpe, 1999, ISBN (13): 978-84-239-9653-7
- 1975: La costa de los fuegos tardios
- 1970: Un sitio para Soledad, Barcelona: Plaza&Janés ISBN (13): 978-84-01-80633-9
Diarios
Los dietarios inéditos que Antonio Pereira redactó durante más de tres décadas se publicaron de manera póstuma:
- 2019: Oficio de mirar. Andanzas de un cuentista (1970-2000). Valencia: Pre-Textos.
Cine
Participó en la película El filandón (1984) de José María Martín Sarmiento, en la que Pereira narró el cuento Las peras de Dios.
Premios y reconocimientos
Antonio Pereira era cronista oficial de su localidad natal, Villafranca del Bierzo. La Biblioteca de Letras y Humanidades de la Universidad de León tiene una sala con su nombre.
- 2010: La red de Paradores de turismo puso el nombre del escritor al Parador de Villafranca del Bierzo, al que estuvo muy ligado, como homenaje póstumo a su figura.
- 2007: Premio Quevedo del Ayuntamiento de Madrid por Meteoros 1962-2006 (Antología de Poesía).
- 2000: Doctor Honoris Causa por la Universidad de León.
- 1999: Premio Castilla y León de las Letras
- 1994: Premio Torrente Ballester por Las ciudades de poniente (libro de cuentos).
- 1988: Premio Fastenrath de la Real Academia Española por El síndrome de Estocolmo (libro de cuentos).
- 1985: Leonés del año, otorgado por Radio León, Cadena SER.
- 1966: Premio Leopoldo Alas por Una ventana a la carretera (libro de cuentos).
Homenajes
En abril de 2019 se organizó en León un congreso internacional académico titulado Entre la seda y el hierro dedicado a su figura, que reunió a especialistas como Tomás Albadalejo, Eloísa Otero, Carmen Morán o Sergio Fernández Martínez. Durante tal congreso, se presentó el libro Antonio Pereira y 23 lectores cómplices, una antología de cuentos del autor comentados por distintas figuras de la literatura española del momento.
(Sacado de [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] )
*
Algunos poemas de Antonio Pereira:
De El regreso (1964):
LOLA
No miente, no, no miente.
(O acaso mienta un poco,
lo justo para alzaros
en rosas desde el lodo.)
Gime -decís- y engaña.
Os engañáis vosotros.
Ella, tendida, salva
las distancias del gozo.
Allá amanece ahora entre los montes.
¡Qué pura el agua inmóvil de los pozos!
Las ventanas, ay luz, eran sin rejas.
¿De dónde, ay noche, el rondador que oigo?
Tiembla, sentís. No finge.
Vuestra boca en su boca
es un sabor remoto.
PARQUE INFANTIL
Mirad la perfección: Todo está en orden,
en higiene, en razón. Riesgo, ninguno.
Las puertas para el gozo se abren lentas
y se clausura el gozo a la hora en punto.
Un guardia advierte con la voz a sueldo,
sus galones de oro en paño oscuro:
"Hijos, de la Ciudad, el Presupuesto
os garantiza globos y columpios,
pero hay que hacer en orden la alegría,
acercarse a la fiesta de uno en uno.
Dicen que en tierra podres quedan niños
corriendo libres con los pies desnudos,
expuestos a morirse como niños
a salto de torrentes y de muros.
Vosotros, no. Tenéis los toboganes:
cada niño su risa tres minutos.
Basta ponerse en fila
y estar atentos a que llegue el turno.
LOS REGALOS
Para ti, amor, ¿qué podría
que no te haya dado ya?
Para mi tierra secana,
conchas donde suene el mar.
Para el pecho de los padres,
mi pecho sin nada más.
A mi hermano, la guitarra
más redonda de abrazar.
Para la iglesia una Virgen
de palo jacarandá.
Cintas para las hermanas,
pero a la pequeña, más.
A mi ciudad, mil cerezos.
Bien hay donde los plantar.
Para mí no traigo nada.
Sólo la voz y el cantar.
LOS MÍOS
Canto la tierra, el trigo que le nace,
y repito la rosa demasiado;
los pájaros de Dios, las amistades
y tantas hermosuras voy cantando.
¿Podré callar entonces lo más mío?
Voy a decir los padres, los hermanos.
Hoy os requiero en vecindad del río
a merendar los dones del verano.
Ahora que todavía, cuando somos,
antes de que nos falte algún pedazo,
éste es el tiempo de extender manteles
sobre la hierba de los prados.
¡Qué júbilo de sol en la distancia
y de azulada sombra en los castaños!
Todo está pleno, el corazón, las cestas,
y la tarde sus zumos derramando.
Sobre la palma ruda de la tierra
pongo mi cuerpo a contemplar tumbado
la dimensión profunda con que el aire
pesa sobre mi pecho sin cansarlo.
A Dios lo siento arriba inconfundible,
y por la espalda el suelo donde aguardo
y a vosotros os siento, los más míos,
como un calor dormido en el costado.
Esto es ser rico un hombre, tener madre
donde llorar aún, espejo claro
el padre que nos mira todavía,
y sangre repetida en los hermanos.
Decidme si no es tiempo hasta los bordes
de levantar la espuma de los vasos,
de saltar en el soto, de encender
una lumbre donde oficiar el cántico:
Porque madre se olvida de su espalda.
Porque el padre envejece muy despacio.
Porque les damos hijos de sus hijos.
ÚRSULA CIUDAD
La belleza plural de mis ciudades
en una se resume triunfadora.
Penúltima ciudad, acento esdrújulo
que alza la voz y luego la desploma.
Estás como te había presentido,
sobre el énfasis leve de una loma,
no tan alta que el sol te destituya,
no demasiado al ras donde las otras.
Ciudad mía, que sólo yo conozco
en fuentes de la gracia surtidoras,
¡oh, jardines secretos donde entro
y levanto un revuelo de palomas!
Eres ciudad de estar. Si se pudiera…
En ti se cumplen todos mis caminos
y sólo queda hacer parada y fonda.
Vengo a esperar a tu sala de espera,
en tu hueco dulcísimo de sombra,
la luz que irrumpirá por cualquier vía,
acaso a contratiempo y en deshora.
Ayer a las 23:20 por Lluvia Abril
» Olga Orozco (1920-1999)
Ayer a las 21:38 por Liliana Aiello
» CÉSAR VALLEJO (1892-1938) ROSA ARELLANO
Ayer a las 16:18 por cecilia gargantini
» Manuel José Castilla- Poeta argentino (1918-1980)
Ayer a las 16:08 por cecilia gargantini
» 2020-10-27 COVID-19: UN SUEÑO
Ayer a las 15:43 por cecilia gargantini
» Rabindranath Tagore (1861-1941)
Ayer a las 15:07 por Maria Lua
» Yalal ad-Din Muhammad Rumi (1207-1273)
Ayer a las 15:05 por Maria Lua
» NO A LA GUERRA 3
Ayer a las 12:57 por Pedro Casas Serra
» EDUARDO GALEANO (1940-2015)
Ayer a las 09:24 por Maria Lua
» Khalil Gibran (1883-1931)
Ayer a las 09:17 por Maria Lua