Un recorrido por la poética angolana con José Eduardo Agualusa
Tania Adam - Barcelona
Hacía tiempo que conocía al escritor y periodista José Eduardo Agualusa, pero solo pude profundizar en su trabajo cuando me invitaron a moderar la conversación entre él y el escritor mozambiqueño Mia Couto, “Traductores de sueños” (CCCB, 2021). Se le considera uno de los escritores africanos más originales de las últimas décadas, su narrativa es imprevisible y seductora, y funciona como una recopilación de memorias colectivas estrechamente vinculadas a los imaginarios y a la historia de Angola. Pero lo que más me llamó la atención de él no fue su estética literaria, sino cómo conciliaba la literatura y la música. Hace años que dirige el programa A hora das cigarras, en RTP África, donde explora constantemente la poesía y la música. Me intrigaba la poética que vestía las músicas populares y su conocimiento del universo musical lusófono. Enseguida le propuse una conversación para hablar de música y nos encontramos un año después de vernos en Barcelona. Agualusa, vive entre la Isla de Mozambique y Lisboa, no tenía claro dónde se encontraba el día que quedamos para hablar, por lo que hubo una confusión de horarios y se conectó una hora más tarde. Cuando encendió la cámara, le vi en su estudio de Lisboa, de fondo se podía ver su biblioteca llena de libros, pero estaba agobiado, y yo me puse nerviosa. Los más allegados le llaman Zé, el diminutivo de José, y yo me vi incapaz de llamarle por otro nombre porque sentía la necesidad de revertir la situación, intenté ser lo más cercana posible, pero sin mucho éxito. Agualusa, no acababa de estar cómodo y mis preguntas no fluían, aun así, pudimos conversar con calma.
Zé, en tu programa A hora das cigarras, exploras la poesía y la música en el ámbito lusófono. En Angola, ¿es común que los músicos utilicen la poesía en sus composiciones?
En el caso de Angola tenemos a Rui Mingas, una figura importantísima de la música popular urbana, descendiente del fundador de la música popular urbana en Angola, Carlos Aniceto “Liceu” Vieira Dias. Rui compuso a partir de poemas existentes de poetas angoleños, por ejemplo, su canción Meninos do Huambo es con el poema de Manuel Rui Monteiro. También puso música a las melodías de muchos otros poetas angoleños, como Mário António de Oliveira, Ruy Duarte de Carvalho o Jessica Areias, pero sobre todo de Manuel Rui Monteiro, quien fue un gran poeta de los años 50. Más tarde, Bonga hizo una canción de Mario Andrade basada en su único poema en Kimbundu. Entre los músicos más jóvenes está Aline Frazão, que también ha puesto música a poemas, incluido un poema mío que está en uno de sus discos, como a los de Ondjaki, Ruy Duarte de Carvalho y Cassé (Carlos Ferreira). Pero son raros los casos de quienes desean poner música a la poesía existente o trabajar con poetas, no es común en la música angoleña, se pueden contar con los dedos.
Esta mañana estaba escuchando el programa de radio que hicisteis con los poemas de Conceição Lima, conocí su poesía cuando estuve en Santo Tomé en diciembre, ahí compré el libro de Pierre Akendengué. Me gustó tanto que me puse en contacto con ella y escribimos entre las dos un precioso artículo.
Es increíble, es una excelente poeta que debería tener más reconocimiento. Es realmente muy buena.
Naciste en Huambo, en Angola, en los años 60, ¿cuál fue tu relación con la música en casa?
En casa, mis padres solo escuchaban música clásica, no se escuchaba la música hecha en Angola. Mi relación con la música empezó con la radio, principalmente angoleña y un poco brasileña. Recuerdo muy bien haber escuchado los primeros discos de Rui Mingas (Temas Angolanos) y Bonga (Angola 72 y Angola 74), fue durante los años 70 (1972) cuando aparecieron. Después de 1974 hubo una explosión musical debido al fin del colonialismo y se empezó a escuchar mucho la música angoleña, hasta el punto que incluso una compañía discográfica portuguesa, Valentim de Carvalho, que producía más música angoleña que portuguesa, se trasladó a Luanda y hoy tiene un enorme archivo de música angoleña. Entonces, los angoleños consumían más música que los portugueses.
Tania Adam - Barcelona
Hacía tiempo que conocía al escritor y periodista José Eduardo Agualusa, pero solo pude profundizar en su trabajo cuando me invitaron a moderar la conversación entre él y el escritor mozambiqueño Mia Couto, “Traductores de sueños” (CCCB, 2021). Se le considera uno de los escritores africanos más originales de las últimas décadas, su narrativa es imprevisible y seductora, y funciona como una recopilación de memorias colectivas estrechamente vinculadas a los imaginarios y a la historia de Angola. Pero lo que más me llamó la atención de él no fue su estética literaria, sino cómo conciliaba la literatura y la música. Hace años que dirige el programa A hora das cigarras, en RTP África, donde explora constantemente la poesía y la música. Me intrigaba la poética que vestía las músicas populares y su conocimiento del universo musical lusófono. Enseguida le propuse una conversación para hablar de música y nos encontramos un año después de vernos en Barcelona. Agualusa, vive entre la Isla de Mozambique y Lisboa, no tenía claro dónde se encontraba el día que quedamos para hablar, por lo que hubo una confusión de horarios y se conectó una hora más tarde. Cuando encendió la cámara, le vi en su estudio de Lisboa, de fondo se podía ver su biblioteca llena de libros, pero estaba agobiado, y yo me puse nerviosa. Los más allegados le llaman Zé, el diminutivo de José, y yo me vi incapaz de llamarle por otro nombre porque sentía la necesidad de revertir la situación, intenté ser lo más cercana posible, pero sin mucho éxito. Agualusa, no acababa de estar cómodo y mis preguntas no fluían, aun así, pudimos conversar con calma.
José Eduardo Agualusa
Zé, en tu programa A hora das cigarras, exploras la poesía y la música en el ámbito lusófono. En Angola, ¿es común que los músicos utilicen la poesía en sus composiciones?
En el caso de Angola tenemos a Rui Mingas, una figura importantísima de la música popular urbana, descendiente del fundador de la música popular urbana en Angola, Carlos Aniceto “Liceu” Vieira Dias. Rui compuso a partir de poemas existentes de poetas angoleños, por ejemplo, su canción Meninos do Huambo es con el poema de Manuel Rui Monteiro. También puso música a las melodías de muchos otros poetas angoleños, como Mário António de Oliveira, Ruy Duarte de Carvalho o Jessica Areias, pero sobre todo de Manuel Rui Monteiro, quien fue un gran poeta de los años 50. Más tarde, Bonga hizo una canción de Mario Andrade basada en su único poema en Kimbundu. Entre los músicos más jóvenes está Aline Frazão, que también ha puesto música a poemas, incluido un poema mío que está en uno de sus discos, como a los de Ondjaki, Ruy Duarte de Carvalho y Cassé (Carlos Ferreira). Pero son raros los casos de quienes desean poner música a la poesía existente o trabajar con poetas, no es común en la música angoleña, se pueden contar con los dedos.
Esta mañana estaba escuchando el programa de radio que hicisteis con los poemas de Conceição Lima, conocí su poesía cuando estuve en Santo Tomé en diciembre, ahí compré el libro de Pierre Akendengué. Me gustó tanto que me puse en contacto con ella y escribimos entre las dos un precioso artículo.
Es increíble, es una excelente poeta que debería tener más reconocimiento. Es realmente muy buena.
Naciste en Huambo, en Angola, en los años 60, ¿cuál fue tu relación con la música en casa?
En casa, mis padres solo escuchaban música clásica, no se escuchaba la música hecha en Angola. Mi relación con la música empezó con la radio, principalmente angoleña y un poco brasileña. Recuerdo muy bien haber escuchado los primeros discos de Rui Mingas (Temas Angolanos) y Bonga (Angola 72 y Angola 74), fue durante los años 70 (1972) cuando aparecieron. Después de 1974 hubo una explosión musical debido al fin del colonialismo y se empezó a escuchar mucho la música angoleña, hasta el punto que incluso una compañía discográfica portuguesa, Valentim de Carvalho, que producía más música angoleña que portuguesa, se trasladó a Luanda y hoy tiene un enorme archivo de música angoleña. Entonces, los angoleños consumían más música que los portugueses.
“Makesu” canción incluida en el segundo disco de Ruy Mingas “Temas Angolanos”, publicado en 1974. La letra es del poeta Viriato da Cruz.
¿Las diásporas también formarán parte de ese panorama con el éxodo que se produce a partir de 1975?
No, no, hablo de los años anteriores al 25 de abril, finales de los 60 y principios de los 70 con la explosión del rock angoleño, que fue muy fuerte. Incluso José Eduardo dos Santos, el que fue presidente de Angola por casi cuarenta años, era el vocalista de una banda de rock. Ahora estoy haciendo una biografía de Abel Chivukuvuku, tendrá unos 77 años, él estuvo en la lucha por la independencia de Angola, con la UNITA – Unión Nacional para la Independencia Total de Angola–, su hermano (Samuel) era el cantante de una banda de rock como él. Fue un movimiento muy fuerte y esta ola también existía en Portugal, pero en Angola fue mucho más intensa.
En los años 70 también hubo una oleada de Blues en Angola, la música de Carlos Nascimento tenía un toque de blues. Y al mismo tiempo había música popular urbana con los merengues de Santo Domingo (República Dominicana) y la rumba congoleña. Existe un eterno debate sobre su procedencia, sobre si la rumba congoleña empezó en Angola o en el Congo porque uno de los primeros grandes músicos de la rumba congoleña es de origen angoleño. De todos modos, es de influencia caribeña. El merengue y la rumba tuvieron su explosión un poco antes, en los años 50 con la banda N’gola Ritmos o con Liceu Vieira Dias que buscaba la música tradicional y la mezclaba con la música del Caribe y creaba música urbana con versiones al piano de muchas de estas canciones.
¿Habían compañías discográficas angoleñas?
No muchas. Valentim de Carvalho es portugués, pero se trasladó a Luanda y montó un estudio para grabar este estilo de música y se convirtió en la principal compañía discográfica. El mercado era tan grande que les convenía estar en Luanda para grabar estas canciones, en esa época aparecieron cantantes como Teta Lando.
¿Y la semba?
La semba es básicamente una agrupación de sonidos que surgió en esa época con la influencia caribeña y el merengue.
Igual que el zouk
No, el zouk llegó mucho más tarde, en los años 80. Mucho después de la independencia. En los años 70, la versión angoleña del merengue se creó junto con la música rock, que era la dominante.
El rock que surgió, ¿cómo era?
El pop rock que surgió acabó transformándose y uniéndose a los grupos de música popular urbana.
Tania Adam - Barcelona
Hacía tiempo que conocía al escritor y periodista José Eduardo Agualusa, pero solo pude profundizar en su trabajo cuando me invitaron a moderar la conversación entre él y el escritor mozambiqueño Mia Couto, “Traductores de sueños” (CCCB, 2021). Se le considera uno de los escritores africanos más originales de las últimas décadas, su narrativa es imprevisible y seductora, y funciona como una recopilación de memorias colectivas estrechamente vinculadas a los imaginarios y a la historia de Angola. Pero lo que más me llamó la atención de él no fue su estética literaria, sino cómo conciliaba la literatura y la música. Hace años que dirige el programa A hora das cigarras, en RTP África, donde explora constantemente la poesía y la música. Me intrigaba la poética que vestía las músicas populares y su conocimiento del universo musical lusófono. Enseguida le propuse una conversación para hablar de música y nos encontramos un año después de vernos en Barcelona. Agualusa, vive entre la Isla de Mozambique y Lisboa, no tenía claro dónde se encontraba el día que quedamos para hablar, por lo que hubo una confusión de horarios y se conectó una hora más tarde. Cuando encendió la cámara, le vi en su estudio de Lisboa, de fondo se podía ver su biblioteca llena de libros, pero estaba agobiado, y yo me puse nerviosa. Los más allegados le llaman Zé, el diminutivo de José, y yo me vi incapaz de llamarle por otro nombre porque sentía la necesidad de revertir la situación, intenté ser lo más cercana posible, pero sin mucho éxito. Agualusa, no acababa de estar cómodo y mis preguntas no fluían, aun así, pudimos conversar con calma.
José Eduardo Agualusa
Zé, en tu programa A hora das cigarras, exploras la poesía y la música en el ámbito lusófono. En Angola, ¿es común que los músicos utilicen la poesía en sus composiciones?
En el caso de Angola tenemos a Rui Mingas, una figura importantísima de la música popular urbana, descendiente del fundador de la música popular urbana en Angola, Carlos Aniceto “Liceu” Vieira Dias. Rui compuso a partir de poemas existentes de poetas angoleños, por ejemplo, su canción Meninos do Huambo es con el poema de Manuel Rui Monteiro. También puso música a las melodías de muchos otros poetas angoleños, como Mário António de Oliveira, Ruy Duarte de Carvalho o Jessica Areias, pero sobre todo de Manuel Rui Monteiro, quien fue un gran poeta de los años 50. Más tarde, Bonga hizo una canción de Mario Andrade basada en su único poema en Kimbundu. Entre los músicos más jóvenes está Aline Frazão, que también ha puesto música a poemas, incluido un poema mío que está en uno de sus discos, como a los de Ondjaki, Ruy Duarte de Carvalho y Cassé (Carlos Ferreira). Pero son raros los casos de quienes desean poner música a la poesía existente o trabajar con poetas, no es común en la música angoleña, se pueden contar con los dedos.
Esta mañana estaba escuchando el programa de radio que hicisteis con los poemas de Conceição Lima, conocí su poesía cuando estuve en Santo Tomé en diciembre, ahí compré el libro de Pierre Akendengué. Me gustó tanto que me puse en contacto con ella y escribimos entre las dos un precioso artículo.
Es increíble, es una excelente poeta que debería tener más reconocimiento. Es realmente muy buena.
Naciste en Huambo, en Angola, en los años 60, ¿cuál fue tu relación con la música en casa?
En casa, mis padres solo escuchaban música clásica, no se escuchaba la música hecha en Angola. Mi relación con la música empezó con la radio, principalmente angoleña y un poco brasileña. Recuerdo muy bien haber escuchado los primeros discos de Rui Mingas (Temas Angolanos) y Bonga (Angola 72 y Angola 74), fue durante los años 70 (1972) cuando aparecieron. Después de 1974 hubo una explosión musical debido al fin del colonialismo y se empezó a escuchar mucho la música angoleña, hasta el punto que incluso una compañía discográfica portuguesa, Valentim de Carvalho, que producía más música angoleña que portuguesa, se trasladó a Luanda y hoy tiene un enorme archivo de música angoleña. Entonces, los angoleños consumían más música que los portugueses.
“Makesu” canción incluida en el segundo disco de Ruy Mingas “Temas Angolanos”, publicado en 1974. La letra es del poeta Viriato da Cruz.
¿Las diásporas también formarán parte de ese panorama con el éxodo que se produce a partir de 1975?
No, no, hablo de los años anteriores al 25 de abril, finales de los 60 y principios de los 70 con la explosión del rock angoleño, que fue muy fuerte. Incluso José Eduardo dos Santos, el que fue presidente de Angola por casi cuarenta años, era el vocalista de una banda de rock. Ahora estoy haciendo una biografía de Abel Chivukuvuku, tendrá unos 77 años, él estuvo en la lucha por la independencia de Angola, con la UNITA – Unión Nacional para la Independencia Total de Angola–, su hermano (Samuel) era el cantante de una banda de rock como él. Fue un movimiento muy fuerte y esta ola también existía en Portugal, pero en Angola fue mucho más intensa.
En los años 70 también hubo una oleada de Blues en Angola, la música de Carlos Nascimento tenía un toque de blues. Y al mismo tiempo había música popular urbana con los merengues de Santo Domingo (República Dominicana) y la rumba congoleña. Existe un eterno debate sobre su procedencia, sobre si la rumba congoleña empezó en Angola o en el Congo porque uno de los primeros grandes músicos de la rumba congoleña es de origen angoleño. De todos modos, es de influencia caribeña. El merengue y la rumba tuvieron su explosión un poco antes, en los años 50 con la banda N’gola Ritmos o con Liceu Vieira Dias que buscaba la música tradicional y la mezclaba con la música del Caribe y creaba música urbana con versiones al piano de muchas de estas canciones.
¿Habían compañías discográficas angoleñas?
No muchas. Valentim de Carvalho es portugués, pero se trasladó a Luanda y montó un estudio para grabar este estilo de música y se convirtió en la principal compañía discográfica. El mercado era tan grande que les convenía estar en Luanda para grabar estas canciones, en esa época aparecieron cantantes como Teta Lando.
¿Y la semba?
La semba es básicamente una agrupación de sonidos que surgió en esa época con la influencia caribeña y el merengue.
Igual que el zouk
No, el zouk llegó mucho más tarde, en los años 80. Mucho después de la independencia. En los años 70, la versión angoleña del merengue se creó junto con la música rock, que era la dominante.
El rock que surgió, ¿cómo era?
El pop rock que surgió acabó transformándose y uniéndose a los grupos de música popular urbana.
¿Al salir de Angola mantuviste alguna conexión con la música africana?
Cuando dejé Angola me fui a Lisboa a estudiar Agronomía, en aquella época había una gran comunidad africana y pude mantener una conexión. Iba a bailes y todo. Esto fue en 1977/78, cuando ya había muchos “retornados” en Portugal.
¿Cómo era esa comunidad?
La comunidad angoleña era grande y fuerte, había mucha cultura y presencia angoleña. Y en esa época había muchas más discotecas, restaurantes, fiestas angoleñas que ahora en Lisboa. Cuando estudiaba era increíble, recuerdo ir a grandes encuentros angoleños con Bonga, quien era una gran figura en aquel entonces, y cantaba en las fiestas de fin de año. Recuerdo una vida muy activa y dinámica, y la conexión con la música era muy fuerte. La nuestra es una comunidad festiva.
Cuando dice que sois festivos, ¿quieres decir que hay más intensidad, más energía?
No hay duda, si tienes a un angoleño en una fiesta, es otra cosa. Incluso en Mozambique, si aparecen cinco angoleños en una fiesta, es otra cosa. Es difícil encontrar una banda en Mozambique que pueda mantener una fiesta.
Es otra energía (risas)
Creo que en el fondo cualquier mozambiqueño está de acuerdo conmigo, he tenido esta discusión con mozambiqueños, al principio discrepan, pero al final todos se repliegan. Es cierto, Angola tiene una cultura de fiesta y una gran tradición de música urbana. Por ejemplo, si piensas en la rebita, es algo que viene del siglo XIX, es un baile de salón que viene del vals e incorpora elementos de la música africana e incluso tiene el acordeón y elementos de percusión. La rebita está en declive, pero Bonga tiene algunas canciones de este estilo. Y aún hoy hay grupos de Rebita en Luanda, porque es un baile de salón, por lo que necesita un ambiente determinado.
Respecto a esa confrontación musical entre Mozambique y Angola, ¿cómo valoras la música mozambiqueña?
Bueno, hay mucha música mozambiqueña, obviamente, al igual que en Angola; pero por regla general hay una mayor conexión con el mundo rural. En donde vivo, en la Isla de Mozambique, las músicas son antiguas y se ve que hay influencias ancestrales. Yo nunca estudié, no sé de dónde vienen, pero incluso el nombre de la danza Tofu de la isla, viene de adufo que es una palabra portuguesa que viene del árabe, una palabra arcaica por lo que me imagino que es un baile muy antiguo. Así que, Mozambique tiene estas particularidades, al igual que Zambeze, que es una zona de mestizaje, existe una influencia oriental que no tiene Angola.
Pero existe una influencia de los sonidos que van y vienen en Angola.
Angola tiene una influencia y conexión muy grande con el Caribe, de la música afrocaribeña, de Santo Domingo, Cuba, entre otros. Ese lado latino no lo encuentras en la música de la Costa Este o de Sudáfrica. Sólo en la Costa Oeste. Eso está muy claro. ¿Has oído hablar del Dúo Ouro Negro?
No.
Olvidé de hablar de ellos, el Dúo Ouro Negro comienza en los años 50, es un dúo angoleño, el primer grupo del mundo que hizo “World Music” con éxito, antes de que existiera ese nombre. En los años 50 y 60, cantaron en las grandes salas europeas con Harry Belafonte y otras grandes estrellas de la música internacional. Tuvieron una gran gran acogida a nivel mundial e hicieron giras en Japón, fueron el primer grupo africano que tuvo éxito global.
Es una historia increíble, uno de los integrantes era amigo mío, se llamaba Raul Indipwo, murió hace años aquí en Lisboa. Era una persona muy divertida, era del sur de Angola, de Benguela, y hacía música de raíz étnica angoleña, cantando los éxitos de N’gola Ritmos y al mismo tiempo cantaban también música más internacional.
Es curioso lo que dices porque tengo la sensación de que hay una falta de información sobre los músicos del África lusófona en comparación con los músicos francófonos y anglófonos. Por ejemplo, yo tengo acceso a mucha información sobre músicos de Malí, Senegal e incluso de Sudáfrica, que es otra genealogía musical.
Te diré que el dúo Ouro Negro es poco conocido hoy en día, se merecen un libro sólo para ellos.
Hay muchas joyas que se han perdido de la música afrolusófona.
Cuando los escuches, verás que el Dúo Ouro Negro canta música de raíz angoleña, pero también la mezclan con música brasileña, americana, etc. Cantaban los grandes éxitos de su época y lo mezclan todo. Raúl Indipwo tenía una expresión que creó que era “África Latina”, que básicamente significa los países lusófonos y francófonos que seguían teniendo una gran conexión con el Caribe en la costa occidental de África. Esto también tenía que ver con los países que tenían grandes puertos de esclavos. Bueno, Mozambique también tenía un gran puerto de esclavos en la isla de Mozambique (Tanzania también en Zanzíbar), pero me refiero de la Costa Atlántica. Así que, en ese sentido en Angola, Congo, Senegal, había mucha música latina mezclada con música africana, como la Orquesta Baobab. Había muchos grupos de baile que hacían esta música latina. Y teníamos grupos en Angola similares a la Orquesta Baobab, enormes grupos de danza y música latina.
¿Existe un archivo en algún lugar? Porque toda esta información puede perderse y la gente empieza a morir y la historia desaparece…
No, lamentablemente no. Esto sólo está en la mente de la gente. Por ejemplo, el Dúo Ouro Negro se hizo muy rico y tuvo mucho éxito, tanto que en Portugal el propio Raúl Indipwo tenía un archivo enorme en su palacio de Sintra, y durante años acumuló grabaciones y materiales, pero como no tenía familia desconozco el paradero de ese material. Puedo intentar averiguar lo que ocurrió, porque él estuvo detrás mio para que escribiera una biografía del Duo Ouro Negro. Me arrepiento de no haber aceptado, porque tenían una historia increíble. Así que, no sé dónde está su archivo, qué pasó con su casa, que era un palacio enorme con un zoológico dentro y todo, una locura. Siempre se rodeaba de algunos chicos más jóvenes que eran un poco traviesos. El otro chico del grupo, Mac Mahon, que era de una família de Namibe, murió de VIH/SIDA justo al principio del SIDA.
¿Mac Mahon, como la cerveza de Mozambique?
Sí, exactamente, es una familia angoleña. Creo que eran novios, no puedo asegurarlo, es sólo una suposición. Y recuerdo que Mac Mahon murió justo al comienzo de la pandemia y creo que fue el SIDA, fue uno de los primeros. Y Raúl sobrevivió.
Y también supongo que era complicado ser homosexual en una época en la que no había ninguna aceptación. Por otro lado muchos músicos murieron de SIDA y jóvenes en todo el continente.
Tienes al músico de Guinea Bissau, José Carlos Schwarz, un músico fabuloso que murió a los 27 años en un accidente de avión, fue novio de Miriam Makeba, tiene un disco con ella y todo, producido por Mario Pinto de Andrade cuando era secretario de cultura de Guinea. La Orquesta Baobab incluso robó varios temas de Zé Carlos, a través de un hombre que era de Casamance. Zé Carlos era un gran poeta en criollo, sus letras en criollo eran poesía. Su hijo también es cantante, pero vagamente, algunos caboverdianos también le rinden homenaje.
¿Por qué no haces un libro sobre estas figuras, sobre Zé Carlos, sobre el Dúo Ouro Negro?
Sería un buen libro, es cierto.
Tania Adam - Barcelona
Hacía tiempo que conocía al escritor y periodista José Eduardo Agualusa, pero solo pude profundizar en su trabajo cuando me invitaron a moderar la conversación entre él y el escritor mozambiqueño Mia Couto, “Traductores de sueños” (CCCB, 2021). Se le considera uno de los escritores africanos más originales de las últimas décadas, su narrativa es imprevisible y seductora, y funciona como una recopilación de memorias colectivas estrechamente vinculadas a los imaginarios y a la historia de Angola. Pero lo que más me llamó la atención de él no fue su estética literaria, sino cómo conciliaba la literatura y la música. Hace años que dirige el programa A hora das cigarras, en RTP África, donde explora constantemente la poesía y la música. Me intrigaba la poética que vestía las músicas populares y su conocimiento del universo musical lusófono. Enseguida le propuse una conversación para hablar de música y nos encontramos un año después de vernos en Barcelona. Agualusa, vive entre la Isla de Mozambique y Lisboa, no tenía claro dónde se encontraba el día que quedamos para hablar, por lo que hubo una confusión de horarios y se conectó una hora más tarde. Cuando encendió la cámara, le vi en su estudio de Lisboa, de fondo se podía ver su biblioteca llena de libros, pero estaba agobiado, y yo me puse nerviosa. Los más allegados le llaman Zé, el diminutivo de José, y yo me vi incapaz de llamarle por otro nombre porque sentía la necesidad de revertir la situación, intenté ser lo más cercana posible, pero sin mucho éxito. Agualusa, no acababa de estar cómodo y mis preguntas no fluían, aun así, pudimos conversar con calma.
José Eduardo Agualusa
Zé, en tu programa A hora das cigarras, exploras la poesía y la música en el ámbito lusófono. En Angola, ¿es común que los músicos utilicen la poesía en sus composiciones?
En el caso de Angola tenemos a Rui Mingas, una figura importantísima de la música popular urbana, descendiente del fundador de la música popular urbana en Angola, Carlos Aniceto “Liceu” Vieira Dias. Rui compuso a partir de poemas existentes de poetas angoleños, por ejemplo, su canción Meninos do Huambo es con el poema de Manuel Rui Monteiro. También puso música a las melodías de muchos otros poetas angoleños, como Mário António de Oliveira, Ruy Duarte de Carvalho o Jessica Areias, pero sobre todo de Manuel Rui Monteiro, quien fue un gran poeta de los años 50. Más tarde, Bonga hizo una canción de Mario Andrade basada en su único poema en Kimbundu. Entre los músicos más jóvenes está Aline Frazão, que también ha puesto música a poemas, incluido un poema mío que está en uno de sus discos, como a los de Ondjaki, Ruy Duarte de Carvalho y Cassé (Carlos Ferreira). Pero son raros los casos de quienes desean poner música a la poesía existente o trabajar con poetas, no es común en la música angoleña, se pueden contar con los dedos.
Esta mañana estaba escuchando el programa de radio que hicisteis con los poemas de Conceição Lima, conocí su poesía cuando estuve en Santo Tomé en diciembre, ahí compré el libro de Pierre Akendengué. Me gustó tanto que me puse en contacto con ella y escribimos entre las dos un precioso artículo.
Es increíble, es una excelente poeta que debería tener más reconocimiento. Es realmente muy buena.
Naciste en Huambo, en Angola, en los años 60, ¿cuál fue tu relación con la música en casa?
En casa, mis padres solo escuchaban música clásica, no se escuchaba la música hecha en Angola. Mi relación con la música empezó con la radio, principalmente angoleña y un poco brasileña. Recuerdo muy bien haber escuchado los primeros discos de Rui Mingas (Temas Angolanos) y Bonga (Angola 72 y Angola 74), fue durante los años 70 (1972) cuando aparecieron. Después de 1974 hubo una explosión musical debido al fin del colonialismo y se empezó a escuchar mucho la música angoleña, hasta el punto que incluso una compañía discográfica portuguesa, Valentim de Carvalho, que producía más música angoleña que portuguesa, se trasladó a Luanda y hoy tiene un enorme archivo de música angoleña. Entonces, los angoleños consumían más música que los portugueses.
“Makesu” canción incluida en el segundo disco de Ruy Mingas “Temas Angolanos”, publicado en 1974. La letra es del poeta Viriato da Cruz.
¿Las diásporas también formarán parte de ese panorama con el éxodo que se produce a partir de 1975?
No, no, hablo de los años anteriores al 25 de abril, finales de los 60 y principios de los 70 con la explosión del rock angoleño, que fue muy fuerte. Incluso José Eduardo dos Santos, el que fue presidente de Angola por casi cuarenta años, era el vocalista de una banda de rock. Ahora estoy haciendo una biografía de Abel Chivukuvuku, tendrá unos 77 años, él estuvo en la lucha por la independencia de Angola, con la UNITA – Unión Nacional para la Independencia Total de Angola–, su hermano (Samuel) era el cantante de una banda de rock como él. Fue un movimiento muy fuerte y esta ola también existía en Portugal, pero en Angola fue mucho más intensa.
En los años 70 también hubo una oleada de Blues en Angola, la música de Carlos Nascimento tenía un toque de blues. Y al mismo tiempo había música popular urbana con los merengues de Santo Domingo (República Dominicana) y la rumba congoleña. Existe un eterno debate sobre su procedencia, sobre si la rumba congoleña empezó en Angola o en el Congo porque uno de los primeros grandes músicos de la rumba congoleña es de origen angoleño. De todos modos, es de influencia caribeña. El merengue y la rumba tuvieron su explosión un poco antes, en los años 50 con la banda N’gola Ritmos o con Liceu Vieira Dias que buscaba la música tradicional y la mezclaba con la música del Caribe y creaba música urbana con versiones al piano de muchas de estas canciones.
¿Habían compañías discográficas angoleñas?
No muchas. Valentim de Carvalho es portugués, pero se trasladó a Luanda y montó un estudio para grabar este estilo de música y se convirtió en la principal compañía discográfica. El mercado era tan grande que les convenía estar en Luanda para grabar estas canciones, en esa época aparecieron cantantes como Teta Lando.
¿Y la semba?
La semba es básicamente una agrupación de sonidos que surgió en esa época con la influencia caribeña y el merengue.
Igual que el zouk
No, el zouk llegó mucho más tarde, en los años 80. Mucho después de la independencia. En los años 70, la versión angoleña del merengue se creó junto con la música rock, que era la dominante.
El rock que surgió, ¿cómo era?
El pop rock que surgió acabó transformándose y uniéndose a los grupos de música popular urbana.
¿Al salir de Angola mantuviste alguna conexión con la música africana?
Cuando dejé Angola me fui a Lisboa a estudiar Agronomía, en aquella época había una gran comunidad africana y pude mantener una conexión. Iba a bailes y todo. Esto fue en 1977/78, cuando ya había muchos “retornados” en Portugal.
¿Cómo era esa comunidad?
La comunidad angoleña era grande y fuerte, había mucha cultura y presencia angoleña. Y en esa época había muchas más discotecas, restaurantes, fiestas angoleñas que ahora en Lisboa. Cuando estudiaba era increíble, recuerdo ir a grandes encuentros angoleños con Bonga, quien era una gran figura en aquel entonces, y cantaba en las fiestas de fin de año. Recuerdo una vida muy activa y dinámica, y la conexión con la música era muy fuerte. La nuestra es una comunidad festiva.
Cuando dice que sois festivos, ¿quieres decir que hay más intensidad, más energía?
No hay duda, si tienes a un angoleño en una fiesta, es otra cosa. Incluso en Mozambique, si aparecen cinco angoleños en una fiesta, es otra cosa. Es difícil encontrar una banda en Mozambique que pueda mantener una fiesta.
Es otra energía (risas)
Creo que en el fondo cualquier mozambiqueño está de acuerdo conmigo, he tenido esta discusión con mozambiqueños, al principio discrepan, pero al final todos se repliegan. Es cierto, Angola tiene una cultura de fiesta y una gran tradición de música urbana. Por ejemplo, si piensas en la rebita, es algo que viene del siglo XIX, es un baile de salón que viene del vals e incorpora elementos de la música africana e incluso tiene el acordeón y elementos de percusión. La rebita está en declive, pero Bonga tiene algunas canciones de este estilo. Y aún hoy hay grupos de Rebita en Luanda, porque es un baile de salón, por lo que necesita un ambiente determinado.
Respecto a esa confrontación musical entre Mozambique y Angola, ¿cómo valoras la música mozambiqueña?
Bueno, hay mucha música mozambiqueña, obviamente, al igual que en Angola; pero por regla general hay una mayor conexión con el mundo rural. En donde vivo, en la Isla de Mozambique, las músicas son antiguas y se ve que hay influencias ancestrales. Yo nunca estudié, no sé de dónde vienen, pero incluso el nombre de la danza Tofu de la isla, viene de adufo que es una palabra portuguesa que viene del árabe, una palabra arcaica por lo que me imagino que es un baile muy antiguo. Así que, Mozambique tiene estas particularidades, al igual que Zambeze, que es una zona de mestizaje, existe una influencia oriental que no tiene Angola.
N’Gola Ritmos para RTP en 1964.
Dúo Ouro Negro
Pero existe una influencia de los sonidos que van y vienen en Angola.
Angola tiene una influencia y conexión muy grande con el Caribe, de la música afrocaribeña, de Santo Domingo, Cuba, entre otros. Ese lado latino no lo encuentras en la música de la Costa Este o de Sudáfrica. Sólo en la Costa Oeste. Eso está muy claro. ¿Has oído hablar del Dúo Ouro Negro?
No.
Olvidé de hablar de ellos, el Dúo Ouro Negro comienza en los años 50, es un dúo angoleño, el primer grupo del mundo que hizo “World Music” con éxito, antes de que existiera ese nombre. En los años 50 y 60, cantaron en las grandes salas europeas con Harry Belafonte y otras grandes estrellas de la música internacional. Tuvieron una gran gran acogida a nivel mundial e hicieron giras en Japón, fueron el primer grupo africano que tuvo éxito global.
Es una historia increíble, uno de los integrantes era amigo mío, se llamaba Raul Indipwo, murió hace años aquí en Lisboa. Era una persona muy divertida, era del sur de Angola, de Benguela, y hacía música de raíz étnica angoleña, cantando los éxitos de N’gola Ritmos y al mismo tiempo cantaban también música más internacional.
Es curioso lo que dices porque tengo la sensación de que hay una falta de información sobre los músicos del África lusófona en comparación con los músicos francófonos y anglófonos. Por ejemplo, yo tengo acceso a mucha información sobre músicos de Malí, Senegal e incluso de Sudáfrica, que es otra genealogía musical.
Te diré que el dúo Ouro Negro es poco conocido hoy en día, se merecen un libro sólo para ellos.
Hay muchas joyas que se han perdido de la música afrolusófona.
Cuando los escuches, verás que el Dúo Ouro Negro canta música de raíz angoleña, pero también la mezclan con música brasileña, americana, etc. Cantaban los grandes éxitos de su época y lo mezclan todo. Raúl Indipwo tenía una expresión que creó que era “África Latina”, que básicamente significa los países lusófonos y francófonos que seguían teniendo una gran conexión con el Caribe en la costa occidental de África. Esto también tenía que ver con los países que tenían grandes puertos de esclavos. Bueno, Mozambique también tenía un gran puerto de esclavos en la isla de Mozambique (Tanzania también en Zanzíbar), pero me refiero de la Costa Atlántica. Así que, en ese sentido en Angola, Congo, Senegal, había mucha música latina mezclada con música africana, como la Orquesta Baobab. Había muchos grupos de baile que hacían esta música latina. Y teníamos grupos en Angola similares a la Orquesta Baobab, enormes grupos de danza y música latina.
¿Existe un archivo en algún lugar? Porque toda esta información puede perderse y la gente empieza a morir y la historia desaparece…
No, lamentablemente no. Esto sólo está en la mente de la gente. Por ejemplo, el Dúo Ouro Negro se hizo muy rico y tuvo mucho éxito, tanto que en Portugal el propio Raúl Indipwo tenía un archivo enorme en su palacio de Sintra, y durante años acumuló grabaciones y materiales, pero como no tenía familia desconozco el paradero de ese material. Puedo intentar averiguar lo que ocurrió, porque él estuvo detrás mio para que escribiera una biografía del Duo Ouro Negro. Me arrepiento de no haber aceptado, porque tenían una historia increíble. Así que, no sé dónde está su archivo, qué pasó con su casa, que era un palacio enorme con un zoológico dentro y todo, una locura. Siempre se rodeaba de algunos chicos más jóvenes que eran un poco traviesos. El otro chico del grupo, Mac Mahon, que era de una família de Namibe, murió de VIH/SIDA justo al principio del SIDA.
¿Mac Mahon, como la cerveza de Mozambique?
Sí, exactamente, es una familia angoleña. Creo que eran novios, no puedo asegurarlo, es sólo una suposición. Y recuerdo que Mac Mahon murió justo al comienzo de la pandemia y creo que fue el SIDA, fue uno de los primeros. Y Raúl sobrevivió.
Y también supongo que era complicado ser homosexual en una época en la que no había ninguna aceptación. Por otro lado muchos músicos murieron de SIDA y jóvenes en todo el continente.
Tienes al músico de Guinea Bissau, José Carlos Schwarz, un músico fabuloso que murió a los 27 años en un accidente de avión, fue novio de Miriam Makeba, tiene un disco con ella y todo, producido por Mario Pinto de Andrade cuando era secretario de cultura de Guinea. La Orquesta Baobab incluso robó varios temas de Zé Carlos, a través de un hombre que era de Casamance. Zé Carlos era un gran poeta en criollo, sus letras en criollo eran poesía. Su hijo también es cantante, pero vagamente, algunos caboverdianos también le rinden homenaje.
¿Por qué no haces un libro sobre estas figuras, sobre Zé Carlos, sobre el Dúo Ouro Negro?
Sería un buen libro, es cierto.
A través de las lecturas que hago, porque mi relación con la música viene mucho con la lectura, percibo que estas figuras, estos compositores están atravesados por el estereotipo del compositor del mundo occidental, por lo que la idea del músico africano como creador es difícil que entre en el imaginario colectivo de occidente. Por lo que la idea es rescatar y reforzar la historia de estos compositores y creadores que tuvieron éxito para que no se pierda su historia en el camino, es importante. Porque la mitología es angoleña como la música africana en portugués, en parte, están invisibilizados.
Es cierto, falta literatura al respecto sí, tanto el Dúo Ouro Negro como Zé Carlos merecen buenas biografías y creo que en algún momento se recuperarán, Zé Carlos sobre todo. Creo que necesitamos un disco de muchos músicos africanos contemporáneos haciendo temas de Zé Carlos como Liceu Vieira Dias y N’gola Ritmos. Algún día esto sucederá, al menos eso espero.
El programa musical de la radio, la Hora da Cigarra, ¿cómo empezó esta aventura radiofónica?
Comenzó en la radio TSF, su director era un hombre de la radio angoleña, Ilídio Rangel, había muchos angoleños en la radio en ese momento, Ilídio me llamó y me pidió que hiciera un programa de música africana y le propuse un programa de música y poesía africana que surgió con su voz y luego pasó a RTP África. Este programa debe tener ya 30 años.
30 años entonces, ¿y repiten los poetas?
Repito poetas como por ejemplo Duarte Carvalho y Ana Paula Tavares, que tienen más trabajos, pero intento no repetir poemas. En 30 años puede que haya repetido alguno, no lo recuerdo. En general, creo que hay más renovación en la música que en la poesía, así que siempre tengo más música africana para tocar que poesía nueva. Eso es así, y una cosa que me entristece mucho es que no entiendo las diferentes lenguas africanas que existen, porque hay mucha poesía en las canciones y en los textos y no soy capaz de entender lo que dicen y cómo lo dicen. Por supuesto, me quedo con las lenguas europeas que conozco, el portugués, el inglés y el español.
¿Qué poeta te gusta más, quién te parece más interesante?
Senghor es probablemente el que más me gusta releer, es uno de los grandes poetas africanos con una estructura clásica, es una poesía que alimenta. Como escritor, me alimenta.
Para terminar, una de las cosas alimenta tu escritura es la música, pero cuando estás escribiendo, pero ¿cómo entra la música en tu historia y alimenta a tus personajes?
La música ayuda a escribir, a veces escucho música que no tiene letra, como a Abdullah Ibrahim que es instrumental de piano, pero para empezar a escribir escucho canciones que me empujan y me despiertan. Entran de forma natural en el libro, la novela absorbe el entorno que la rodea, mi conexión con la música, mi experiencia, varios de mis personajes están relacionados con la música. En Barroco Tropical la protagonista es una cantante, por ejemplo. Así que sucede de forma natural porque conozco a los músicos.
https://www.radioafricamagazine.com/jose-eduardo-agualusa-un-recorrido-por-la-poetica-angolana/
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