El sol está alto y fuerte cuando se levanta. Busca las pantuflas debajo de la
cama, palpando con los pies, mientras se abriga en el pijama de franela. El
sol empieza a cubrir el ropero, reflejando en el suelo el amplio cuadrado de
la ventana.
Siente la cabeza endurecida en la nuca, los movimientos tan difíciles.
Los dedos de los pies son cualquier cosa helada, impersonal. Y los
maxilares sujetos, cerrados. Va hasta el lavabo, llena las manos de agua,
bebe ávidamente y esta se menea dentro de él como en un frasco vacío. Se
moja la cabeza y respira desahogado.
Desde la ventana observa la calle clara y con movimiento. Los
chiquillos juegan a las canicas a la puerta de la Confitería Mascote, un carro
toca el claxon junto al bar. Las mujeres, con la bolsa en la mano, sudadas,
vienen del mercado. Pedazos de nabos y lechugas se mezclan con el polvo
de la calle estrecha. Y el sol, puro y cruel, extendido por encima de todo.
Se aleja con disgusto. Vuelve hacia dentro, mira la cama revuelta, tan
familiar después de la noche insomne… La Virgen Madre destaca ahora,
nítida y dominante, bajo la luz del día. Con las sombras, ella también como
un bulto, es más fácil no creer. Va caminando despacio, arrastrando las
piernas desganadas, levanta las sábanas, golpea la almohada grande y se
mete de nuevo, con un suspiro. Se vuelve tan humilde delante de la calle
viva y del sol indiferente… En su cama, en su cuarto, con los ojos cerrados,
él es rey.
Se encoge profundamente, como si en el exterior lloviera, lloviera, y
aquí unos brazos silenciosos y tibios lo atrajeran y lo transformaran en un
niño pequeño, pequeño y muerto. Muerto. Ah, es el delirio… Es el delirio.
Una luz muy suave se expande sobre la Tierra como un perfume. La luna
se diluye lentamente y un sol-niño se despereza con los brazos
translúcidos… Frescos murmullos de aguas puras que se abandonan a los
declives. Un par de alas danza en la atmósfera rosada. Silencio, mis amigos.
El día va a nacer.
Un quejido lejano viene subiendo desde el cuerpo de la Tierra… Hay
un pájaro que huye, como siempre. Y esta, jadeante, se rompe de repente
Página 50
con un estruendo, en una amplia herida… ¡Ancha como el océano
Atlántico y no como un río loco! Vomita borbotones de barro a cada
grito.
cont
[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
50
Ayer a las 23:20 por Lluvia Abril
» Olga Orozco (1920-1999)
Ayer a las 21:38 por Liliana Aiello
» CÉSAR VALLEJO (1892-1938) ROSA ARELLANO
Ayer a las 16:18 por cecilia gargantini
» Manuel José Castilla- Poeta argentino (1918-1980)
Ayer a las 16:08 por cecilia gargantini
» 2020-10-27 COVID-19: UN SUEÑO
Ayer a las 15:43 por cecilia gargantini
» Rabindranath Tagore (1861-1941)
Ayer a las 15:07 por Maria Lua
» Yalal ad-Din Muhammad Rumi (1207-1273)
Ayer a las 15:05 por Maria Lua
» NO A LA GUERRA 3
Ayer a las 12:57 por Pedro Casas Serra
» EDUARDO GALEANO (1940-2015)
Ayer a las 09:24 por Maria Lua
» Khalil Gibran (1883-1931)
Ayer a las 09:17 por Maria Lua