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Iván Carvajal (San Gabriel, Carchi, 1948) es un poeta, filósofo y ensayista ecuatoriano.
Biografía
Estudió filosofía en la Universidad Central y en la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, donde se doctoró y pasó a trabajar como profesor de Letras y Filosofía.
En febrero de 2013 recibió el Premio AEDEP a las Libertades "Juan Montalvo", que le otorgó la Asociación Ecuatoriana de Editores de Periódicos.
(Sacado de https://es.wikipedia.org/wiki/Iv%C3%A1n_Carvajal_Aguirre)
*
Dos poemas de Iván Carvajal, de su obra Del avatar, 1970-1980:
EXILIO
Sangres y huesos yacen
Sin túmulos funerarios
Los muertos no enterrerán a sus muertos
Al anochecer
Las agujas de los cipreses
Enfiladas lanzas contra el campo abierto
Los muertos huirán de los vivos
En casa el baúl listo para el destierro
Y pan para el camino
Los vivos huirán de los muertos
Hacia donde van estos caminos
En noches de luna llena
En noches de tempestad
Con quién toman su vino
Por los puertos del mar dónde se van
Los vivos no tienen tiempo
Para enterrar a los muertos.
ULISES
Va a soñar entre los picos de las gaviotas
Que vienen a sus pies por las migajas
Nadie asome a perturbar su somnolencia
A solas rumia el chasquido de las madreperlas
Enhiesto marino que enhebra sus leyendas
De corsario de puertos lejanos
Viejo es su hábito de esconderse con los pájaros
En él nada queda de la ostentosa astucia
Y el olvido jubila sus Calypsos sus Penélopes
Ya sólo el sueño saquea sus andrajos.
Un poema de Iván Carvajal, de su obra Parajes, 1983:
PEREGRINACIONES
II
¿Y éstas son las tierras de la promesa?
arrabales de Eldorado que heló las sangres
Eldorado del codicioso del mercader del sicofante
país de maravillas patrimonio de la usura
Eldorado del pensativo del pusilánime
país para el despojo del placentero reposo
país de leche y miel país para el engaño
sal del vehemente sol de congojas
aguardiente y canela en el gaznate
para el buscador de tesoros
para el buceador de las aguas profundas
un valle de huesos secos
tendidos sobre la arena y el limo
un saco un légamo amarillo y granitos de cuarzo
un valle largo
con los cuerpos deshechos de los mitayos
arrimados a los pencos de cabuya
paraje trajinado por la palabrería
que soportaron las generaciones de siervos
arrumados contra los muros sobre las cruces
o ya en procesión o ya en montonera
mitigando la pesadumbre en los páramos yermos
yéndose de un sitio a otro con las herramientas
en los disímiles días del trabajo del hombre
¿Y esta ciudad que parecía perenne
ya se derrumba en su nicho?
los vientos la acuchillan y restañan las heridas
se resguarda de la corrosión en sus sudarios
se esconde en traspatios de conventillos
donde las ancianas murmuran sus presagios
y las jóvenes gimen sin término contra las almohadas
qué ganas de bramar en los zaguanes orinados
qué ganas de gemir orinando en solemne soledad
de pararme sobre los parapetos de las iglesias
allí donde los monjes disputaron a espada por las monjas
de trepar a los atrios que el diablo trabajó
de batir las campanas y proferir un canto.
La obra de Iván Carvajal Los amantes del Sumpá, 1983:
LOS AMANTES DEL SUMPA*
Para Gloria
But wherefore do not you a mightier way
Make war upon this bloody tyrant, Time?
(Y por qué no es tu guerra más pujante
Contra el tirano Tiempo sanguinario?)
WILLIAM SHAKESPEARE
*Noticia: En Santa Elena, en la costa del Ecuador, fue descubierto un extraordinario hallazgo arqueológico, los esqueletos de una pareja, un hombre y una mujer jóvenes que yacen abrazados. La edad de los restos está calculada en unos diez mil años. Al enterrarlos, colocaron sobre los cadáveres seis piedras, quizás con el propósito de protegerlos de los espíritus malignos.
I
Diez mil años contra la sal perdura
tendido el abrazo que la tierra protege
...................del deseo
la frágil escultura
...................la muerte
constelación de los huesos
echada al azar
...................sobre las dunas
...................¿rastro de amor?
huesos proféticos
(es sólo tuyo el ritual junto a la Tumba).
II
diez mil años
el abrazo defiende
al agónico gesto
contra la afrenta del óxido
con que el Tiempo conspira
despojados de rictus y de máscaras
sólo huesos
...................fémur del hombre
sobre pelvis de mujer
y sobre el húmero
dura reposa la calavera
...................en el abrazo yerto.
III
ninguna rosa
ninguna agua benéfica
en el caldeado mediodía
sólo arena y sol
...................el cementerio
¿qué lejana huella
de la pasión aún provoca?
IV
pacientes
entre los escombros de esas órbitas
y de las bocas
...................el gusano y las lluvias
despojaron la piel
...................desnudaron al hueso
V
ya nada puede el sueño de perpetuidad
aún si los cuerpos al abrazo se aferran.
VI
pero aún si sólo escombros residuo calcio
junto prosigue el pulpo en su instinto
persiguen sus tentáculos al sueño
...................y anhela el cuerpo
diez mil años el mar persigue
con su pausado canto de sirenas
a la locura humana
...................el cuerpo.
VII
huésped de paso
levantará el hombre casa y canto
cultivará los huertos y los usos
labor sueño y escombros
en la sucesión que mide la clepsidra
hasta que el agua se pierde
quedan los restos de la fatiga humana
huesos arcillas máquina ocarina
tránsito del hombre por los lechos
que el Tiempo desnuda
huésped de paso
deja en la casa el canto
tu huella en las arenas.
VIII
no sólo la carne
más la pasión se extraña
se consume se consuma se anonada
¿qué queda de las batallas cuerpo a cuerpo?
¿esa acuciante huella del deseo
en estos huesos?
IX
lateral cae la luz sobre la Tumba
fulgura en la Pareja eterno el gesto:
el abrazo desespera de la carnal ternura
el abrazo de otra pareja junto a la Tumba
a la luz cenital repite el gesto:
desespera del amor que no perdura.
X
¿qué queda de la pródiga búsqueda del cuerpo?
¿qué de las voces de llamada?
¿qué del ardor de la caricia de los labios?
¿qué del eléctrico contacto de los sexos?
¿qué resta en estos rastros guardados por un pueblo
que escondió ferviente el misterio
...............................................bajo las piedras?
cadáveres ocultos a los ojos del profanador
legados a nuestra mirada
consagrando en esqueletos la unión
diez mil años la tierra escuda
al efímero gesto.
XI
ninguna frase queda de su lengua
ningún nombre registra su duración
...................todo su cosmos:
la Pareja
estos huesos
ordenados en el suelo bajo el sol
gaviota pez delfín y garabatos
la pura atmósfera sobre el mar infinito
pero adivina sus ojos de obsidiana
mirándose por sobre el fuego
adivina su voz
silbido de serpiente
que arrastra su magia hacia la espuma
allí desova la serpiente emplumada.
XII
sexo de mujer
abierta boca del mundo
ruedan las estrellas de lo interno
abalorios de coral en su pecho
y entre el viento y el mar
su cabellera de torbellino
emergiendo de la profundida
profuso en ruidos el caracol
los peces en fosforescencias
el sexo de flor de concha de ensenada
habitación resguardo rincón de acogimiento
en la noche más oscura
que la pequeña selva que el beso
desentraña
y el sexo masculino
báculo de la ceremonia
árbol que se enfila hacia el abismo
gavilán que desciende vertical
sobre su presa
y asciende el humo
desde el fogón del sacrificio
alcatraz que se precipita
detrás de la anchoveta
émbolo de la máquina
que en la tierra penetra.
XIII
la fortaleza del cuerpo
en la danza en el juego
y del abismo afloran
furor y fervor
persistir es vivir
y volver a morir
insistir.
XIV
jamás escucharemos sus palabras
jamás escucharemos
nos quedan los supuestos
y la superstición
sólo los abrazados espectros
los cautivos del sueño
XV
morir pudieron en plenitud perseverando
más allá del ruego y del espasmo
muriendo uno con otro uno en el otro
acabando en este juego de espejos
o repitiendo nosotros el abrazo
o nuestro encuentro reflejado en los huesos
morir perseverando en el abrazo
vano triunfo del amor por sobre el Tiempo.
XVI
pronto la rosa agota su esplendor
en días perece el bello escarabajo
que en la larva germinara en meses
y también la piel lustrosa del felino
se aja y el rugido enmudece y al fin
nos causa lástima su pupila sin brillo
el tiempo humano es vértigo
de instauración
...................destrucción
ya nos devastará del todo el Tiempo
borrará de tus pupilas todo el brillo
y surcará tu rostro y en tus labios
no sonarán joviales las palabras
y yo iré para viejo y ya distantes
iremos uno y otro
a las arcanas sospechas de la muerte.
XVII
la plenitud no está en la eternidad
reposa breve en el instante de invención
cercano a lo mortal estalla el gozo
bien puede el Tiempo arrasar y ser perverso
logrará acabar con tu amor y con mi cuerpo
mas qué importa si ya la rosa vivió su esplendor.
Un poema de Iván Carvajal, de su obra En los labios / La celada, 1996:
MI MIRADA VAGABUNDEA POR TUS LARGOS
DEDOS EXTENDIDOS...
Mi mirada vagabundea por tus largos dedos extendidos.
No reposa, naufraga. Se hunde en tus ojos.
Se vuelve ávida, quiere cada detalle.
Párpados, labios, el océano infinito de los hoyos,
bosques de luz entre las grietas.
Hurta en el vello sombras pequeñas,
señuelos de imperfección en el piélago perfecto.
Fluye mi mirada codiciosa. Te quiere entera,
trepa y desciende cada colina,
por la planicie de tu vientre, por su cráter,
hurgando entre tus muslos haraganea mi mirada,
se solaza en tus esferas,
te exige aparecer y orgullosa
exhibes tus encantos. Mi mirada cae en ti.
Una cascada.
Debo adorar al sol que se entrega,
la noche dándose, el don junto a la lumbre,
desnuda, alegre, inabarcable.
Un poema de Iván Carvajal, de su obra La ofrenda del cerezo, 2000:
LA OFRENDA DEL CEREZO
Para Arga y ¡uan González Soto
I
Simulacro de la escarcha
en el día soleado,
mapa de un cielo de estrellas
albas y enanas, o un firmamento
que apenas se sostiene
de las cuerdas mecidas
por un rumor de niños que se alejan.
Las flores del cerezo
copan el cuadro de la ventana.
II
Esta ventana se abre al jardín.
Detrás de sus cristales,
la luz y el cerezo.
En este instante
la ventana existe
para que la luz
ilumine el despliegue
de las flores blancas,
su suave balanceo.
III
El mundo podría seguir rotando sobre su eje
aun si no estuviese este cerezo en marzo
sobre la acera de una calle en Washington.
Tal vez ninguna necesidad tenga la Tierra
de su color, de su perfume o de su peso.
Ninguna necesidad de él tienen los imperios.
Seguirían su curso los negocios.
El asesino no detendría el disparo
ni la víctima se volvería a mirarlo
antes de caer. Que aquí florezca
se debe a la intriga diplomática:
un obsequio del imperio japonés
a Norteamérica.
IV
Ninguna necesidad tiene el cerezo
que venga de tan lejos y me detenga
a contemplarlo en su milagro.
Nada es necesario para el árbol
salvo la luz, la noche, el agua,
los fermentos, la brisa del Potomac
y el vuelo de las moscas.
La rotación incesante de la Tierra.
V
Para ser, el árbol no necesita que
me detenga a contemplarlo.
No mora el cerezo real en mi palabra.
Mi palabra es tarda, sólo evoca
un cerezo que florecía en Washington
y aquél otro en el jardín de Arga
junto al Mediterráneo. Existen
una avenida que va al Potomac
y una ventana que da al jardín
para guardarlos, y en mi memoria
avenidas de diáfanos cristales
por donde llego al árbol que contemplo.
VI
El poema es movimiento interno.
Memoria, imagen. Luego, vacío.
Imaginación y palabra inventan otro cerezo,
la sombra del cerezo contemplado
en otro lugar una mañana.
¿La sombra?... ¡La luz! La luz
espléndida en la flor del cerezo.
VII
Contemplo el cerezo en su milagro.
Florece. Y aunque me embriaga su aroma,
no estaré aquí para probar sus frutos.
Mi vida depende del cerezo apenas
mientras dure este instante. Un blanco manto
que cae y se mece, un fresco olor,
mi júbilo. Me iré en unos minutos.
Mi vida no depende del cerezo.
Y sin embargo irá el fantasma
del árbol conmigo para siempre,
VIII
El universo continuaría en expansión
sin el cerezo. Seguirían la historia
y las catástrofes. El ascensor descendiría
con su carga y en el puente
esta pareja de amantes se abrazaría igual.
Y sin embargo el explendor del día
se hundiría en mi mente
sin el cerezo en flor.
Sin el fantasma de ese cerezo en flor.
IX
Siembro un cerezo en Chigchirián.
Tal vez un día alguno de estos petirrojos
parezca un sol del tamaño de un puño,
la mancha de un corazón spbre el manto
blanco del cerezo. Tal vez estaré
sentado en una silla del jardín
esperando el milagro. Otro cerezo
distinto de aquellos que contemplé
plantados en una avenida que va al Potomac
y en un jardín que da al Mediterráneo.
Otro cerezo: hoy mi mano abre
su nido en el suelo. Y espero la lluvia
con unción.
X
¡Una ventana para este cerezo
y una avenida para llegarse a él!
Tampoco se detendría la vida
si no plantase hoy este cerezo,
si un día no llegase a florecer.
Mi política en este pequeño reino
—el huerto en Chigchirián—
apenas consiste en abrir un hoyo
para sembrar el árbol.
Mi diplomacia: la paciente espera.
Que la Tierra gire y con ella el Sol
en torno a su tallo. Que las ramas
sean sacudidas por la lluvia y el viento.
Que florezca y revoloteen las moscas
polinizándolo. Por lo demás,
la historia y las catástrofes
seguirán su curso sin el poeta,
sin el jardín, sin el cerezo.
IVAN CARVAJAL, Tentativa y zozobra. Antología 1970-2000, Visor, 2001
Iván Carvajal (San Gabriel, Carchi, 1948) es un poeta, filósofo y ensayista ecuatoriano.
Biografía
Estudió filosofía en la Universidad Central y en la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, donde se doctoró y pasó a trabajar como profesor de Letras y Filosofía.
En febrero de 2013 recibió el Premio AEDEP a las Libertades "Juan Montalvo", que le otorgó la Asociación Ecuatoriana de Editores de Periódicos.
(Sacado de https://es.wikipedia.org/wiki/Iv%C3%A1n_Carvajal_Aguirre)
*
Dos poemas de Iván Carvajal, de su obra Del avatar, 1970-1980:
EXILIO
Sangres y huesos yacen
Sin túmulos funerarios
Los muertos no enterrerán a sus muertos
Al anochecer
Las agujas de los cipreses
Enfiladas lanzas contra el campo abierto
Los muertos huirán de los vivos
En casa el baúl listo para el destierro
Y pan para el camino
Los vivos huirán de los muertos
Hacia donde van estos caminos
En noches de luna llena
En noches de tempestad
Con quién toman su vino
Por los puertos del mar dónde se van
Los vivos no tienen tiempo
Para enterrar a los muertos.
ULISES
Va a soñar entre los picos de las gaviotas
Que vienen a sus pies por las migajas
Nadie asome a perturbar su somnolencia
A solas rumia el chasquido de las madreperlas
Enhiesto marino que enhebra sus leyendas
De corsario de puertos lejanos
Viejo es su hábito de esconderse con los pájaros
En él nada queda de la ostentosa astucia
Y el olvido jubila sus Calypsos sus Penélopes
Ya sólo el sueño saquea sus andrajos.
Un poema de Iván Carvajal, de su obra Parajes, 1983:
PEREGRINACIONES
II
¿Y éstas son las tierras de la promesa?
arrabales de Eldorado que heló las sangres
Eldorado del codicioso del mercader del sicofante
país de maravillas patrimonio de la usura
Eldorado del pensativo del pusilánime
país para el despojo del placentero reposo
país de leche y miel país para el engaño
sal del vehemente sol de congojas
aguardiente y canela en el gaznate
para el buscador de tesoros
para el buceador de las aguas profundas
un valle de huesos secos
tendidos sobre la arena y el limo
un saco un légamo amarillo y granitos de cuarzo
un valle largo
con los cuerpos deshechos de los mitayos
arrimados a los pencos de cabuya
paraje trajinado por la palabrería
que soportaron las generaciones de siervos
arrumados contra los muros sobre las cruces
o ya en procesión o ya en montonera
mitigando la pesadumbre en los páramos yermos
yéndose de un sitio a otro con las herramientas
en los disímiles días del trabajo del hombre
¿Y esta ciudad que parecía perenne
ya se derrumba en su nicho?
los vientos la acuchillan y restañan las heridas
se resguarda de la corrosión en sus sudarios
se esconde en traspatios de conventillos
donde las ancianas murmuran sus presagios
y las jóvenes gimen sin término contra las almohadas
qué ganas de bramar en los zaguanes orinados
qué ganas de gemir orinando en solemne soledad
de pararme sobre los parapetos de las iglesias
allí donde los monjes disputaron a espada por las monjas
de trepar a los atrios que el diablo trabajó
de batir las campanas y proferir un canto.
La obra de Iván Carvajal Los amantes del Sumpá, 1983:
LOS AMANTES DEL SUMPA*
Para Gloria
But wherefore do not you a mightier way
Make war upon this bloody tyrant, Time?
(Y por qué no es tu guerra más pujante
Contra el tirano Tiempo sanguinario?)
WILLIAM SHAKESPEARE
*Noticia: En Santa Elena, en la costa del Ecuador, fue descubierto un extraordinario hallazgo arqueológico, los esqueletos de una pareja, un hombre y una mujer jóvenes que yacen abrazados. La edad de los restos está calculada en unos diez mil años. Al enterrarlos, colocaron sobre los cadáveres seis piedras, quizás con el propósito de protegerlos de los espíritus malignos.
I
Diez mil años contra la sal perdura
tendido el abrazo que la tierra protege
...................del deseo
la frágil escultura
...................la muerte
constelación de los huesos
echada al azar
...................sobre las dunas
...................¿rastro de amor?
huesos proféticos
(es sólo tuyo el ritual junto a la Tumba).
II
diez mil años
el abrazo defiende
al agónico gesto
contra la afrenta del óxido
con que el Tiempo conspira
despojados de rictus y de máscaras
sólo huesos
...................fémur del hombre
sobre pelvis de mujer
y sobre el húmero
dura reposa la calavera
...................en el abrazo yerto.
III
ninguna rosa
ninguna agua benéfica
en el caldeado mediodía
sólo arena y sol
...................el cementerio
¿qué lejana huella
de la pasión aún provoca?
IV
pacientes
entre los escombros de esas órbitas
y de las bocas
...................el gusano y las lluvias
despojaron la piel
...................desnudaron al hueso
V
ya nada puede el sueño de perpetuidad
aún si los cuerpos al abrazo se aferran.
VI
pero aún si sólo escombros residuo calcio
junto prosigue el pulpo en su instinto
persiguen sus tentáculos al sueño
...................y anhela el cuerpo
diez mil años el mar persigue
con su pausado canto de sirenas
a la locura humana
...................el cuerpo.
VII
huésped de paso
levantará el hombre casa y canto
cultivará los huertos y los usos
labor sueño y escombros
en la sucesión que mide la clepsidra
hasta que el agua se pierde
quedan los restos de la fatiga humana
huesos arcillas máquina ocarina
tránsito del hombre por los lechos
que el Tiempo desnuda
huésped de paso
deja en la casa el canto
tu huella en las arenas.
VIII
no sólo la carne
más la pasión se extraña
se consume se consuma se anonada
¿qué queda de las batallas cuerpo a cuerpo?
¿esa acuciante huella del deseo
en estos huesos?
IX
lateral cae la luz sobre la Tumba
fulgura en la Pareja eterno el gesto:
el abrazo desespera de la carnal ternura
el abrazo de otra pareja junto a la Tumba
a la luz cenital repite el gesto:
desespera del amor que no perdura.
X
¿qué queda de la pródiga búsqueda del cuerpo?
¿qué de las voces de llamada?
¿qué del ardor de la caricia de los labios?
¿qué del eléctrico contacto de los sexos?
¿qué resta en estos rastros guardados por un pueblo
que escondió ferviente el misterio
...............................................bajo las piedras?
cadáveres ocultos a los ojos del profanador
legados a nuestra mirada
consagrando en esqueletos la unión
diez mil años la tierra escuda
al efímero gesto.
XI
ninguna frase queda de su lengua
ningún nombre registra su duración
...................todo su cosmos:
la Pareja
estos huesos
ordenados en el suelo bajo el sol
gaviota pez delfín y garabatos
la pura atmósfera sobre el mar infinito
pero adivina sus ojos de obsidiana
mirándose por sobre el fuego
adivina su voz
silbido de serpiente
que arrastra su magia hacia la espuma
allí desova la serpiente emplumada.
XII
sexo de mujer
abierta boca del mundo
ruedan las estrellas de lo interno
abalorios de coral en su pecho
y entre el viento y el mar
su cabellera de torbellino
emergiendo de la profundida
profuso en ruidos el caracol
los peces en fosforescencias
el sexo de flor de concha de ensenada
habitación resguardo rincón de acogimiento
en la noche más oscura
que la pequeña selva que el beso
desentraña
y el sexo masculino
báculo de la ceremonia
árbol que se enfila hacia el abismo
gavilán que desciende vertical
sobre su presa
y asciende el humo
desde el fogón del sacrificio
alcatraz que se precipita
detrás de la anchoveta
émbolo de la máquina
que en la tierra penetra.
XIII
la fortaleza del cuerpo
en la danza en el juego
y del abismo afloran
furor y fervor
persistir es vivir
y volver a morir
insistir.
XIV
jamás escucharemos sus palabras
jamás escucharemos
nos quedan los supuestos
y la superstición
sólo los abrazados espectros
los cautivos del sueño
XV
morir pudieron en plenitud perseverando
más allá del ruego y del espasmo
muriendo uno con otro uno en el otro
acabando en este juego de espejos
o repitiendo nosotros el abrazo
o nuestro encuentro reflejado en los huesos
morir perseverando en el abrazo
vano triunfo del amor por sobre el Tiempo.
XVI
pronto la rosa agota su esplendor
en días perece el bello escarabajo
que en la larva germinara en meses
y también la piel lustrosa del felino
se aja y el rugido enmudece y al fin
nos causa lástima su pupila sin brillo
el tiempo humano es vértigo
de instauración
...................destrucción
ya nos devastará del todo el Tiempo
borrará de tus pupilas todo el brillo
y surcará tu rostro y en tus labios
no sonarán joviales las palabras
y yo iré para viejo y ya distantes
iremos uno y otro
a las arcanas sospechas de la muerte.
XVII
la plenitud no está en la eternidad
reposa breve en el instante de invención
cercano a lo mortal estalla el gozo
bien puede el Tiempo arrasar y ser perverso
logrará acabar con tu amor y con mi cuerpo
mas qué importa si ya la rosa vivió su esplendor.
Un poema de Iván Carvajal, de su obra En los labios / La celada, 1996:
MI MIRADA VAGABUNDEA POR TUS LARGOS
DEDOS EXTENDIDOS...
Mi mirada vagabundea por tus largos dedos extendidos.
No reposa, naufraga. Se hunde en tus ojos.
Se vuelve ávida, quiere cada detalle.
Párpados, labios, el océano infinito de los hoyos,
bosques de luz entre las grietas.
Hurta en el vello sombras pequeñas,
señuelos de imperfección en el piélago perfecto.
Fluye mi mirada codiciosa. Te quiere entera,
trepa y desciende cada colina,
por la planicie de tu vientre, por su cráter,
hurgando entre tus muslos haraganea mi mirada,
se solaza en tus esferas,
te exige aparecer y orgullosa
exhibes tus encantos. Mi mirada cae en ti.
Una cascada.
Debo adorar al sol que se entrega,
la noche dándose, el don junto a la lumbre,
desnuda, alegre, inabarcable.
Un poema de Iván Carvajal, de su obra La ofrenda del cerezo, 2000:
LA OFRENDA DEL CEREZO
Para Arga y ¡uan González Soto
I
Simulacro de la escarcha
en el día soleado,
mapa de un cielo de estrellas
albas y enanas, o un firmamento
que apenas se sostiene
de las cuerdas mecidas
por un rumor de niños que se alejan.
Las flores del cerezo
copan el cuadro de la ventana.
II
Esta ventana se abre al jardín.
Detrás de sus cristales,
la luz y el cerezo.
En este instante
la ventana existe
para que la luz
ilumine el despliegue
de las flores blancas,
su suave balanceo.
III
El mundo podría seguir rotando sobre su eje
aun si no estuviese este cerezo en marzo
sobre la acera de una calle en Washington.
Tal vez ninguna necesidad tenga la Tierra
de su color, de su perfume o de su peso.
Ninguna necesidad de él tienen los imperios.
Seguirían su curso los negocios.
El asesino no detendría el disparo
ni la víctima se volvería a mirarlo
antes de caer. Que aquí florezca
se debe a la intriga diplomática:
un obsequio del imperio japonés
a Norteamérica.
IV
Ninguna necesidad tiene el cerezo
que venga de tan lejos y me detenga
a contemplarlo en su milagro.
Nada es necesario para el árbol
salvo la luz, la noche, el agua,
los fermentos, la brisa del Potomac
y el vuelo de las moscas.
La rotación incesante de la Tierra.
V
Para ser, el árbol no necesita que
me detenga a contemplarlo.
No mora el cerezo real en mi palabra.
Mi palabra es tarda, sólo evoca
un cerezo que florecía en Washington
y aquél otro en el jardín de Arga
junto al Mediterráneo. Existen
una avenida que va al Potomac
y una ventana que da al jardín
para guardarlos, y en mi memoria
avenidas de diáfanos cristales
por donde llego al árbol que contemplo.
VI
El poema es movimiento interno.
Memoria, imagen. Luego, vacío.
Imaginación y palabra inventan otro cerezo,
la sombra del cerezo contemplado
en otro lugar una mañana.
¿La sombra?... ¡La luz! La luz
espléndida en la flor del cerezo.
VII
Contemplo el cerezo en su milagro.
Florece. Y aunque me embriaga su aroma,
no estaré aquí para probar sus frutos.
Mi vida depende del cerezo apenas
mientras dure este instante. Un blanco manto
que cae y se mece, un fresco olor,
mi júbilo. Me iré en unos minutos.
Mi vida no depende del cerezo.
Y sin embargo irá el fantasma
del árbol conmigo para siempre,
VIII
El universo continuaría en expansión
sin el cerezo. Seguirían la historia
y las catástrofes. El ascensor descendiría
con su carga y en el puente
esta pareja de amantes se abrazaría igual.
Y sin embargo el explendor del día
se hundiría en mi mente
sin el cerezo en flor.
Sin el fantasma de ese cerezo en flor.
IX
Siembro un cerezo en Chigchirián.
Tal vez un día alguno de estos petirrojos
parezca un sol del tamaño de un puño,
la mancha de un corazón spbre el manto
blanco del cerezo. Tal vez estaré
sentado en una silla del jardín
esperando el milagro. Otro cerezo
distinto de aquellos que contemplé
plantados en una avenida que va al Potomac
y en un jardín que da al Mediterráneo.
Otro cerezo: hoy mi mano abre
su nido en el suelo. Y espero la lluvia
con unción.
X
¡Una ventana para este cerezo
y una avenida para llegarse a él!
Tampoco se detendría la vida
si no plantase hoy este cerezo,
si un día no llegase a florecer.
Mi política en este pequeño reino
—el huerto en Chigchirián—
apenas consiste en abrir un hoyo
para sembrar el árbol.
Mi diplomacia: la paciente espera.
Que la Tierra gire y con ella el Sol
en torno a su tallo. Que las ramas
sean sacudidas por la lluvia y el viento.
Que florezca y revoloteen las moscas
polinizándolo. Por lo demás,
la historia y las catástrofes
seguirán su curso sin el poeta,
sin el jardín, sin el cerezo.
IVAN CARVAJAL, Tentativa y zozobra. Antología 1970-2000, Visor, 2001
Hoy a las 15:00 por Maria Lua
» CARLOS DRUMMOND DE ANDRADE (Brasil, 31/10/ 1902 – 17/08/ 1987)
Hoy a las 14:58 por Maria Lua
» VICTOR HUGO (1802-1885)
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