[Resuelto]SOBRE LA ROSA...

SOBRE LA ROSA... ( J. Pérez de Guzmán y Gallo)

MANOJO DE ROSAS

SIGLO XVII 

71. FERNANDO DOMINGUEZ CAMARGO (1606 - 1659)


LA MUERTE DE ADONIS. (Romance) CONT.


Mas las víboras de sangre
Que se arrastran por las flores,
Nueva Eurídice la muerden,
Miembros de mármol la ponen.


Rabiosamente se arroja
Y es el remedio que escoge,
Beberle en la boca el mismo
Veneno que la corrompe.


La boca avecina al labio, 
A heredarle el alma, á donde
Como llegó Venus muerta
Alterna muerte matóles.


¡Ay Píramo! ¡Ay Tisbe, muere!
Riscos ablandáis que os lloren,
Pues caváis en una herida
Hoyo á dos vidas conforme.


Con las palabras enjagua
Y dando nieve en sudores
Con cansados huelgos dice
Estas quejas á los dioses:


— «¡Ay, Dios bronce! ¡Ay, Dios diamante!
¡Ay, Júpiter! Cuando adores
A Europa toro, oso á Dafne,
Tus amores se malogren.


¡Ay, Apolo vengativo!
Cuando con pies voladores
Sigas á Dafne, de ingrato
Laurel tus sienes corone.


¡Ay, náufraga vida mía!
Que un mar bermejo te sorbe,
Y en la zona de la muerte
Te estrelles ya sin tu norte.» —


Dijo; y por la herida misma
Hasta el corazón entróse,
Que aún más allá de la vida
Un dulce amor se traspone.
 
Ramillete de varias /lores poéticas, por el Maestro 
Xacinto de Hevia: Alcalá de Henares, por Nicolás de 
Xamares, 1675 Página 240.

SOBRE LA ROSA... ( J. Pérez de Guzmán y Gallo)

MANOJO DE ROSAS

SIGLO XVII 

72. Juan de Avilés  (Mediados S. XVII - ?)

ROSA MUERTA.
 
EN LA MUERTE DE SOR JUANA INÉS DE LA CRUZ,
LA MUSA DE MÉJICO.
 
Si en la pequeña clara luz del día,
Vive la fresca rosa edad entera;
La rosa, cuando el día muere, muera,
Pues ya no ha de crecer en gallardía.
 
Si su débil fragante bizarría
No ha de ser más, aunque su vida fuera
Émula de la deifica carrera,
Muera, que ocioso su vivir sería.
 
Pues si esta rosa, que la fama llora,
En nueve lustros siglos ha tenido,
Ya no ha de saber más, ya nada ignora:
 
¡Muera ya! pues que docto acuerdo ha sido;
Que á quien todo lo sabe en una hora
Le sobra mucho tiempo en lo vivido.
 
Exequias mitológicas. Llantos Piérades: coronación apolínea 
de la fama postuma de la singular poetisa Sor Juana Inés de 
la Cruz, escrito por el Bachiller D. Lorenzo González de la 
Sancha: Méjico, 1695 — Fol. 19 vuelto. 

SOBRE LA ROSA... ( J. Pérez de Guzmán y Gallo)

MANOJO DE ROSAS

SIGLO XVII 

73. Juan de Ovando Santarem ( 1624 - 1706)


SONETOS


I


ROSA DE ALEJANDRÍA.
 
Tú, que de Egipto traes la descendencia,
Cleopatra inanimada y más famosa,
Cuya rosada tez, estrella hermosa,
En cielo de esmeralda es influencia;
 
Carmesí terciopelo en la apariencia
De tu estado te ilustra, y luminosa,
Ostentando la púrpura lustrosa,
Brillas diosa de amor por excelencia.
 
Despreciando las cumbres cada día
Arroyos corren á encontrarse al llano,
De tu beldad movidos á porfía.
 
No es mucho lisonjee tan humano,
Porque siendo la flor de Alejandría,
El tuyo es natural rostro gitano.

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SIGLO XVII 

73. Juan de Ovando Santarem ( 1624 - 1706)

SONETOS

II

PARALELO.
 
Reina de los palacios de Amaltea,
Joyel del vulgo del florido coro,
Alma del prado, carmesí tesoro,
Que poma del albor eres sabea;
 
Encarando Faetón te, en la tarea
Que tan breve despeña tu decoro,
Corriste exhalación de nácar y oro,
Iris del valle siendo en la librea.
 
Bella eres copia del albor perdido,
A sus luces me lleva deliciosa
Del imán de sus luces impelido.
 
Que tenga la ventura de la rosa;
Cual tú, recelo, su vivir florido,
Pues también, como tú, su cara es rosa. 

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SIGLO XVII 

73. Juan de Ovando Santarem ( 1624 - 1706)

SONETOS

III


FAMA ESCLARECIDA.
 
En guardapiés rosado ayer salías
Tocándote al espejo de esa fuente,
Flor de las flores, rosa; y en tu oriente
Al alba rayos de ámbar esparcías;
 
Hoy reparé cuan presto te ponías,
Siendo de la floresta sol luciente,
Y desmayado el nácar floreciente
En rosa-seca el rosi-cler teñías;
 
No sientas, flor, el acabarte en rosa,
Que en una aurora, eternidad la fama
Deja esa pira de jazmín hermosa.
 
Duración sin honor antes infama;
Muerte es la vida que muriendo acosa;
Vida es la muerte que muriendo aclama.

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SIGLO XVII 

73. Juan de Ovando Santarem ( 1624 - 1706)

SONETOS

IV


FLOR DE MAYO.
 
BURLESCO.
 
Tú, que en cortes de Flora presumida
Te vieron sol los sitios más amenos;
Tú, que á la mayor flor tuviste en menos,
Por mirarte adulada de aplaudida;
 
Ya en clausuras de vidrio recogida,
Lastimada de botes de Galenos,
Embestida de drogas y venenos,
Juzgas las vanidades de tu vida.
 
Es verdad que conservas la dulzura
En el mismo peligro del desmayo:
Que al fin tu estimación con eso dura.
 
Y aunque deshoja tanto tirio rayo
Tiene olido de corte tu hermosura,
Que es ayuda de cámara de mayo.
 
Ocios de Castalia, de D. Juan de Ovando Santarem: 
Málaga, por Mateo López Hidalgo, 1663.— Fols. 24, 
26, 26 vuelto y 10.

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MANOJO DE ROSAS

SIGLO XVII 

74. José Delitala y Castelvi ( 1627 -1703)

EN ALUSIÓN DE LA ROSA Á SANTA ROSA.



Rosa, que en el pensil más soberano

Creces, asombro y maravilla hermosa,

Pompa del sol, y en sus auroras rosa,

Primer cuidado de su docta mano.

 

Coronada de espinas vio el tirano

Esa pureza, que por misteriosa

No la ofende la furia licenciosa

Del Euro, ni el rigor de invierno cano.

 

Armado, pues, contra el botón dorado,

No puede ajar el generoso anhelo

Que en breve cárcel se fabrica amante;

 

Delicia eres del sol, dulce desvelo,

Que en sus esferas hoy te ve triunfante

Por peregrina flor del mismo cielo.

 

Cima del monte parnaso español, de D. José De-Lítala y 

Castelv(, caballero de Calatrava: Caller, por Onofrio 

Martin, 1672. —pág- 34-

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MANOJO DE ROSAS

SIGLO XVII 

75. Capitán Miguel de Barrios ( 1635 - 1701 )


SONETOS.
 
I.
 
ROSA FLORA.
 
Flora es de mayo la deidad más bella,
Que sin querer las vidas avasalla:
A su guerra el amor frágil muralla,
A sus ojos el sol leve centella.
 
Cada cual sin sentido arde por ella
Y perdiéndose en sí en su luz se halla:
Toda flor sale á su triunfal batalla,
Y á su fulgor se esconde toda estrella.


¿Qué fortaleza habrá que la resista,
Si de las vidas diosa flechadora
Antes de ofrecer guerra, las conquista?
 
No sienten el morir, mirando á Flora;
Por ser tal el hechizo de su vista,
Que cuando mata más, más enamora.
 
Coro di las musas por el capitán D. Miguel de 
Barrios: Bruselas, por Baltasar Vivien, 1672. 
— Pag. 232.

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SIGLO XVII 

75. Capitán Miguel de Barrios ( 1635 - 1701 )

SONETOS.
 
II

AL CASAMIENTO DE D. DIEGO DE LA
ROSA Y DE DOÑA BLANCA PINA.
 
La reina flor, que Venus presurosa,
Con sangre avergonzó de planta herida,
Ya en blanca espina queda convertida
Y la espina feliz en feliz rosa.
 
La prisión no violenta, sí amorosa,
Una con otra dulcemente unida:
La rosa es de la unión fragante vida,
La espina es de su cárcel tierna esposa.
 
Con veinte abriles luce cada una
No teniendo á la planta de Ericina
Sol sin ocaso, sin menguante luna.
 
Pues tan conforme amor las ilumina,
Que si hay en ellas diferencia alguna
Es porque Diego es Rosa y Blanca es-Pina.
 
Coro de las musas por el capitán D. Miguel de Barrios: 
Bruselas, por Baltasar Vivien, 1672. — Pág. 516.

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SIGLO XVII 

75. Capitán Miguel de Barrios ( 1635 - 1701 )

SONETOS.
 
III


ENVIDIA EN SU MORIR AL DE LA ROSA.
 
Naces, oh rosa, del amor hermana,
Jurada reina de las otras flores,
Tan aplaudida de los ruiseñores
Que le sirves de risa a la mañana.
 
Efímera es un día de la vana
Presunción que tenían, sus verdores,
Pues de Febo á la luz y á los ardores
Yace ceniza tu luciente grana.
 
Tu muerte envidio, rosa malograda,
Aunque morir cuando nacer te viste:
Dichosa eres, si fuiste desdichada;
 
Ya se acabó tu pena, pues moriste.
¡Infeliz yo! que en muerte dilatada
Más desdichado soy viviendo triste.
 
Coro de las musas por el capitán D. Miguel d- Barrios: 
Bruselas, por Baltasar Vivien, 1672. — Pág. 531.

Gracias por tu inmenso trabajo, y que yo disfruto.
Besos.

Lo cierto y verdad, si tuviera fuerzas, es que me gustaría continuar esta magna obra con los siglos XX - XXI. Ahora mismo me digo: "¡Estás loco! ¡Estás loco de remate!"

Sigo, por aquí... y sin nuevos proyectos.

Gracias, Lluvia, por recompensar el trabajo de los demás con tus palabras.

Besos.

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MANOJO DE ROSAS

SIGLO XVII 

76. Juan Bautista de Aguilar  (1630/35 - 1714)


A SANTA ROSA DE LIMA. (Canción)
 
Domingo, ofreciendo al cielo
Amenas florestas, logra
A los bellos lirios blancos
Juntar las purpúreas rosas:


Con flores de todos reinos
Tejió florida corona;
Dieron las demás los lirios;
Dio el Perú, en Rosa, la rosa.




¡Oh mil veces feliz! pues que dichosa
En el mundo jardín luciste rosa,
Y en tu purpúrea flor por su ventura
Herido breve pie la dio hermosura,
Y á tí en rara virtud, con gran fineza,
Larga mano de Dios te da belleza.


Vive entre espinas, reina de las flores,
Esa que á hermoso prado ofrece honores,
Y entre penas que glorias tú imaginas
Reina presides, siendo las espinas
Quien te fabrica en ansias transitorias
Trono de penas para eternas glorias.


Con encendida púrpura asegura
De sus hojas la rosa su hermosura,
Y no te falta á tí, tengo advertido,
Bella encendida rosa, lo encendido:
Que estás, por lo de Dios enamorada,
Encendida á su amor y aun abrasada.


Reina á la rosa ve y la lisonjea
El céfiro, que es quien más la hermosea,
Y á tí reina en virtud, perfecta rosa,
A los ojos de Dios te pone hermosa
Ese á tu corazón lisonja y tiro
Céfiro que lo es cada suspiro.


Al nacer fresca rosa con decoro
Perlas le da la aurora en salvas de oro;
Y en esto tú y la rosa sois iguales,
Que, al aceptar á Dios, llorando males,
A tus mejillas rosas, por despojos,
Perlas, como el aurora, dan tus ojos.


Aunque tan parecida, ¡oh flor hermosa!
No en todo rosa eres, bella Rosa:
En florido jardín, reina se nombra,
Siendo del prado sol ayer y hoy sombra;
Mas tú ya trasplantada con desvelo
Sin sombra brillas sol, en jardín cielo.
 
Varias hermosas flores del Parnaso por diversos 
poetas ilustres de España: Valencia, por Francisco 
Maestre, 1680. — Pág. 32.

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MANOJO DE ROSAS

SIGLO XVII 

77. Licenciado Vicente Sánchez. (1610 - 1679) (*)


El licenciado Vicente Sánchez, llamado el Divino, nació en
Zaragoza hacia 1610. Aunque se dedicó desde joven á la 
música de tecla, consiguiendo en la edad adulta el cargo 
de Maestro de capilla en la del Pilar, se dedicó á la poesia 
religiosa, y escribió muchos versos cortos y villancicos,
propios para el canto, y con aplicación á las festividades de 
la iglesia en que servia. A pesar de lo modesto de su posición, 
fué admitido á la Academia poética que reunía en su palacio 
el Virrey D. Fernando de Borja, y á la que tenía en su casa la 
Condesa de Aranda. Doña Luisa de Padilla. Después, durante 
las revueltas de D.Juan de Austria, en la minoridad de Carlos II, 
fué bastante favorecido por el hijo bastardo de Felipe IV. Sánchez
murió en 1679. «La gentileza hermosa de su espíritu acompañó
á la de su cuerpo. Destinóle su genio á la poesía, y últimamente
le hizo las pruebas de benemérito la fortuna, pues le dejó
dejó sin el premio que habían merecido sus talentos. Sólo se
vio coronado con el árbol que no da frutos. » (Prólogo de la
LIRA POÉTICA). 


(*)Un trabajo de unas once o doce páginas sobre la


 LIRA POÉTICA


los autores reseñan como año de nacimiento 1643. esta fecha, in embargo , ofrecería ciertas dudas sobre la obra del personaje del que se habla: LICENCIADO VICENTE SÁNCHEZ. El trabajo que se cita parece  bastante interesante para musicólogos y amantes de la música tradicional y los villancicos.
Comiena así:

"Edición crítica de Lola JOSA y Mariano LAMBEA Breve introducción La Lira poética (1688) de Vicente Sánchez (ca. 1643-ca. 1680) es una fuente literaria de indudable valor para los musicólogos que estudiamos los tonos y villancicos de esa época, y que pretendemos hallar los textos poéticos utilizados por los compositores para ese tipo de obras"

SOBRE LA ROSA... ( J. Pérez de Guzmán y Gallo)

MANOJO DE ROSAS

SIGLO XVII 

77. Licenciado Vicente Sánchez. (1610 - 1679)


ROMANCES.
 
I
 
LA FIESTA DEL ROSARIO.
 
Siempre mi vena de amante
De María se picó,
Y hoy que es rosa con espinas
Se podrá picar mejor.
Esta fiesta que á la rosa
Consagra la devoción,
A maravilla me huele
Ó no la entiendo la flor.


Rosa encarnada florece,
A cuyo puro blasón
Se opone el común azar,
Mas no viola su esplendor.
Si desenvainan sus hojas
Las flores más bellas, hoy
De temor de competirla
Todas pierden el color.


Luce entre espinas agudas
Su rubio hermoso arrebol,
En quien sólo la hermosura
Con agudeza se vio.
Apenas fué concebida
En su candido botón
Quiso la culpa cogerla,
Mas ni la vio ni la olió.


Salió de esta flor el fruto,
Y el rubio seno no abrió;
Privilegio de la gracia
Le dio de justicia el sol.
Esta, al fin, sagrada rosa
Es del soberano autor,
Libro verde en cuyas hojas
Misterios sus letras son.


De su aplauso sólo digna
Es del silencio la voz,
Y así doblemos la hoja
De esta misteriosa flor.
 
Lira poética de Vicente Sánchez, natural de la 
imperial ciudad de Zaragoza: Zaragoza, por Manuel Román, 
1688. — Pág. 136. 

SOBRE LA ROSA... ( J. Pérez de Guzmán y Gallo)

MANOJO DE ROSAS

SIGLO XVII 

77. Licenciado Vicente Sánchez. (1610 - 1679)


ROMANCES.
 
II


LA VIRGEN DE LA AURORA.
 
Rompe el oriente del nácar
Alba pura, virgen rosa:
Serán tus despojos ojos
Si ostentas las rojas hojas.
 
Ya es tiempo que de la tarde,
Al esparcir blanca aurora
Rayos brilladores, dores
Las que al mundo asombras sombras.
 
Los rayos de tu cabello
Astros giran mariposas;
Son tus tornasoles soles,
Si al aire tremolas olas.
 
Desmayados los claveles
Quedaron al ver tu boca,
Y en tu desaliento aliento
Del ámbar recobran cobran.
 
El alba envidia tu frente,
Porque en su plaza lustrosa,
Si cristal que admira, mira,
Candor que enamora, mora.
 
Por lo que debe á tu amparo
Hoy en diluvios de glorias
Te celebra Abarca arca
Y entre pompa honrosa rosa.
 
Fénix luciente, á tus cultos
Renazca el sol de las hondas,
Siendo de luz claras aras
Las que al día doras horas.
 
Todo el bien cifra en un punto
Tu planta que pisa heroica.
Soberana nueva Eva
De la sierpe roscas hoscas.
 
Lira poética de Vicente Sánchez, natural de la 
imperial ciudad de Zaragoza: Zaragoza, por Manuel 
Román, 1588. — Pag. 150.

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MANOJO DE ROSAS

SIGLO XVII 

78. Antonio de Solís y Rivadeneyra ( 1610 - 1686) 


DESTINO DE LA ROSA (Soneto Burlesco)


 
Viene abril: ¿y qué hace? En dos razones
Viste á un rosal de hojas, que ha tejido;
Y luego toma y dice: — «Este vestido
Tiene ojales; pues démosle botones. 
 
Dáselos, y los rompen á empujones
Las hormillas, que el tiempo ha colorido;
Ascuas hoy, que la púrpura ha encendido,
De los que eran ayer verdes carbones.
 
Nace la rosa, pues, y apenas deja
El botón, cuando un lodo la salpica,
Un viento la sacude, otro la acosa;
 
Ájala un lindo, huélela una vieja;
¡Y al fin viene á parar en la botica!
¡Si esto es ser rosa, el diablo que sea rosa!
 
Varias poesías sagradas y profanas de D. Antonio 
de Solís y Rivadeneyra: Madrid, por Manuel Fernández, 
1732. — Pág. 61.

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SIGLO XVII 

79.  D. Agustín de Salazar (1636 - 1675)


BREVEDAD DE LA VIDA (Soneto)


Este ejemplo feliz de la hermosura
Que en purpúreos ardores resplandece,
Si á dar admiraciones amanece,
A no dar escarmientos se apresura;
 
No miden los espacios su ventura,
Pues cuando breve exhalación florece,
De aplausos de la vista se enriquece
Y de injurias del tiempo se asegura.


¿Para qué más edad, si no mejora
La pompa que en fragante incendio brilla
Y á cada instante contrapone un daño?


¡Sobrada eternidad es una hora
Para ser en la muerte maravilla,
Y no ser en la vida desengaño!
 
Cítara de Apolo: varias poesías de D. Agustín de
Salazar y Torres: Madrid, por Antonio González de 
Reyes, 1694. — Tomoj, Pág- 53.

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SIGLO XVII 

79.  D. Agustín de Salazar (1636 - 1675)


DESDICHADA SUERTE DE LA ROSA (Soneto burlesco)


Rosa del prado, estrella nacarada,
Astro que el mismo prado ha producido
A los soplos del céfiro encendido:
Que no pierde la rosa por soplada;
 
Reina del soto, del abril jurada,
Como el purpúreo dice real vestido
De tanto tirio múrice teñido;
Que esto quiere decir que es colorada.
 
¿Mueres ajada y vives presumida;
Que aunque de presunción peca la hermosa,
También de ajada muchas veces peca?
 
Copia de la verdad miro en tu vida:
¡Sale fresca al nacer, y es fresca rosa!
¡Viene seca á morir, y es rosa seca!
 
Citara de Apolo: varias poesías de D. Agustín de 
Salazar y Torres: Madrid, por Antonio González de 
Reyes, 1694. — Tomo j, pág. 65

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SIGLO XVII 

79.  D. Agustín de Salazar (1636 - 1675)


A SANTA ROSA DE LIMA 

ESTRIBILLO.
 
Hoy una rosa es estrella,
Que hojas cambia en resplandores;
Que es flor de todas las flores,
Pues todas las flores se incluyen en ella.
 
 
Rosa es que de la azucena
Imita la perfección,
Pues en sus ampos excede
La pureza á su candor.
 
Si es lo rojo del clavel
Símbolo dulce de amor,
Si le imitó en lo encendido
En lo amante le excedió.
 
Girasol es, pues si sigue
Los movimientos del sol,
Halló del sol de justicia
Más gloriosa observación.
 
Lirio es, pues si el lirio burla
Veneno de áspid feroz,
La astucia y el cruel veneno
Del común áspid burló.
 
Narciso es, pues si hermosura
Es su significación,
Por mayor beldad del alma
Cedió la beldad mayor.
 
¿Pues qué mucho que á lucero
Se pase tan bella flor,
Y que hoy ilustre la esfera
La que la tierra ilustró?
 
¿Y qué mucho que el Abel
En justa aclamación,
La aplauda festivo
Y el cielo armonioso responda á su voz?
 
 
 
ESTRIBILLO.
 
Que hoy una rosa es estrella,
Que hojas cambia en resplandores:
Y es flor de todas las flores,
Pues todas las flores se incluyen en ella.
 
 
 
Cítara de Apolo: varias poesías de D. Agustín 
de Salazar y Torres: Madrid, por Antonio González 
de Reyes, 1694 — Tomo j, pag.2. 

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MANOJO DE ROSAS

SIGLO XVII 

80. D. Eugenio de Coloma ( 1649 - 1697)


COMPARA EL APLAUSO
DE LA HERMOSURA Á LA FRAGANCIA DE
LA ROSA, QUE SE ACABA CON EL TIEMPO
 
 
 
Fragancia á la virtud el sabio llama,
Y fragancia también aquella gloria
Con que siempre inmortal en la memoria
Respirar suele el aire de la Fama.
 
Fragancia es en la rosa aquella llama
Que en púrpura encendió la vanagloria,
De su lisonja al prado transitoria,
Pues en su olor su vida se derrama.
 
Aquélla viva, eterna y prodigiosa,
Ésta siempre caduca, se aventura,
Al paso que lasciva se apercibe:
 
Y en desengaños fáciles la rosa,
Imitando al aplauso en hermosura,
Muere con la fragancia con que vive.
 
Obras postumas de poesía de D. Eugenio Coloma, caballero 
del hábito de Calatrava: Madrid, imprenta de La Música, 
1702. —