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Pascual Lopez Sanchez


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    JOSÉ MARÍA GABRIEL Y GALÁN (1870-1905) - Página 12 Empty Re: JOSÉ MARÍA GABRIEL Y GALÁN (1870-1905)

    Mensaje por Lluvia Abril Sáb 29 Ene 2022, 03:55

    JOSÉ MARÍA GABRIEL Y GALÁN


    EPISTOLARIO



    Gabriel y Galán, amigo


    (cont.)


    Guijo de Granadilla 8 de Diciembre de 1899.

    Querido Mariano: Por falta absoluta de tiempo no he contestado tu última. No me dejan ni despachar el correo las muchas tareas que ahora tengo.

    Mil enhorabuenas por lo de los cuartos de la redención, y que caigan muchas brevas como esa. Enhorabuena también cuando te traslades a casa del Magistral, porque en ninguna parte estarás mejor que con él y su familia.

    ¿Vas a pasar las vacaciones en tu pueblo? Si es que tanto tienes que estudiar, tal vez te conviniera pasarlas en donde estás. Además, quince días son pocos para hacer el sacrificio del viaje. Yo no quiero que vengas ahora por acá. Supongo que hasta te complacerá mi franqueza para hablarte. Tengo (y tendré en el mes que viene) tantas y tantas ocupaciones, que no quiero que vengas tú ni ninguno de Frades por ahora. No estoy en casa más horas que las destinadas al sueño, y el que viniera en estas circunstancias, ni me dejaría moverme de un lado a otro con entera libertad, ni podría acompañarme a mis quehaceres, ni en casa podrían atenderte tampoco ni un momento.

    Así se lo diré a los de Frades para que no vengan ninguno por ahora ni me esperen en las próximas Navidades, aunque bien siento no poder acompañarles.

    La recolección de la aceituna, sin contar otras mil cosas a que hay que atender, no me dejan tiempo para nada. A Hervás y Plasencia necesito ir desde hace tiempo y no he podido lograrlo.

    Hoy he recibido un número del «Correo Josefino» con los versos y una atentísima carta de D. José Campos, a quien también hoy contesto.

    Se conoce que le has dicho que tengo versos sin publicar y me los pide. De seguro que le habrás hecho creer que tengo inéditas unas cuantas preciosidades literarias, muchacho, y no tengo nada, pues lo poco y malo que tenía de mis tiempos de idealismo inocentón, lo he ido condenando al fuego. Cuando mis ocupaciones me lo consientan, haré algo para la revista que el señor Campos me ha enviado y que le agradezco mucho.

    De Luis tuve carta hace poco, pidiéndome versos míos. Le envíe unos de Zorrilla y le gustaron, pero dice que los quiere míos, y allá le envíe hace días una composición que escribí hace poco tiempo.

    Al morir uno de mi pueblo, dijeron cuatro tías calzudonas que había vomitado unas vírgenes, nada menos.

    El cura mandó guardar el vómito, dio calor al asunto, se desplomaron allí los pueblos próximos, etcétera. Mi padre furioso contra el cura. Toledano le amenazó con hablar de él en los periódicos, y al cabo el hombre ha dicho desde el altar que no fue milagro el caso, que no.

    ¡Qué curas!

    Te abraza tu amigo

    JOSÉ MARÍA.

    (cont.)


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    JOSÉ MARÍA GABRIEL Y GALÁN (1870-1905) - Página 12 Empty Re: JOSÉ MARÍA GABRIEL Y GALÁN (1870-1905)

    Mensaje por Lluvia Abril Sáb 29 Ene 2022, 04:07

    JOSÉ MARÍA GABRIEL Y GALÁN


    EPISTOLARIO



    Gabriel y Galán, amigo

    (cont.)



    Querido Mariano. Contesto la tuya del 18 del pasado en la que me pides noticias de Jesús y de su mamá.

    Ambos están buenos, gracias a Dios. Desideria48 como siempre, muy atareada y haciendo sus novenas y demás devociones en cuanto sus quehaceres le dejan una hora libre.

    El mozo prospera mucho en todos sentidos. Me sale muy hablador (en algo tenía que parecerse a su padre)49. Tiene ocurrencias de hombre grande. Yo no sé dónde ni cómo aprende tanto como sabe.

    Es traviesísimo y de muy buena inteligencia. Esto último no lo digo yo, sino que lo oigo decir a los que no son su padre ni sus parientes.

    Puedes decir a Escobar, cuando quieras, que le avisaré cuando publiquen «El Cristu benditu» para que disponga luego de la composición como mejor te parezca.

    Sentí no poder complacerte ni complacerle, pero ya has visto que mi negativa era justificada.

    Creo que cualquiera día haré otra composición en verso o un cuento en prosa, de sabor extremeño y se lo daré a la Revista de Extremadura, ya que él así lo desea.

    Ahora he tenido que enviarle a Baldomero y a Unamuno algo que me tenían pedido, al primero le envíe unos versos y al segundo un cuento y algunos apuntes para una obra que está escribiendo.

    Baldomero me excita a que escriba prosa, sin dejar el verso, y a que le mande cuanto haga.

    Hago muy poco por falta de tiempo, y por la misma razón lo hago todo muy de prisa.

    Algo más debiera trabajar con la pluma, la verdad, pues ya quisieran para sí muchos de los que escriben, que se les ofrecieran padrinos literarios de la talla que a mí se me han ofrecido, sin merecerlo, por supuesto, pero también sin yo solicitarlo.

    Te abraza tu amigo

    JOSÉ MARÍA.


    ________________________________________
    I.º de Febrero de 1903.

    Querido Mariano: Muy asendereada vida traes50: Siento mucho que así vivas, o que así tengas que vivir, si es que no puede ser de otro modo.

    Tantos oficios ensayas, tantos estudios acometes, tantos proyectos adoptas y abandonas, que pareces lanzado por no sé quién a perpetua vida de aventuras. Vas teniendo hasta ahora mala suerte: ya lo veo.

    Y como yo te quiero mucho y te quiero bien, perdóname que recuerde alguna vez, para desahogo estéril, aquella serena vida que yo soñaba para ti, cuando te veía hecho sacerdote, dedicado al vivir sencillo y bueno, sin ese triste ajetreo de ahora, y... con el pan asegurado.

    Todo el sueño hubiese sido a estas horas hermosa y positiva realidad, si no abandonas tu primera orientación. No es esto acusar, no es regañar, no es traer a la memoria frustrados deseos y no seguidos consejos míos para que veas el contraste resultante. Yo no diré nada que te apure ni que te pueda molestar y aun afligir. Lo que hago es recordar, para satisfacción de mi conciencia el modo que yo tuve de entrever tu porvenir, y contemplar ahora, con dolor de corazón, el triste espectáculo de la lucha desigual que tienes entablada con la vida y por la vida. Bien sabía yo por entonces, como lo sé ahora también, lo dura, lo amarga, lo desagradable que es esa lucha, y lo que cuesta llegar al éxito que se persigue.

    Por eso contribuí como pude a desviarte algo del camino fragoso; es decir, quería yo que te dieran hecho el porvenir, no que tú solo, rodando por el mundo, tuvieras que andar buscándolo como andas hoy...

    Repito que nada quiero ahondar en la materia: sería, en efecto, una verdad inconcusa el dictamen de los señores médicos, que, cuando no saben curar -y lo saben pocas veces-, se dedican a dar consejos... ¡ellos que necesitaban tantos! Sería verdad que tu salud se resentía, no por lo que yo opinaba (el encierro, la mala alimentación, etc., etc.), sino por lo que ellos alegar en aquella vulgarota cantinela que entonan junto al oído de las vírgenes que quieren dejar de serlo o de los chicos espirituales... a ratos, que buscan un argumento científico que tranquilice su conciencia... Será o sería verdad todo esto y todo lo que se quiera, pues yo no he de discutirlo a estas horas; pero, por que ello sea una verdad ¿no he de poder yo entonar también otra cantinela en que llore recuerdos buenos de ayer y tristes espectáculos de hoy?

    Yo tenía esperanzas y me las arrebataron. ¿Con permiso de la ciencia, no podré lamentar la pérdida? Yo me metí a profeta y acerté. ¿Es pecado sentir que la predicción funesta haya venido o lleve trazas de venir a realizarse?

    Hasta llego a conceder que los hechos han confirmado lo que decían los doctores. Lo concedo porque creo que es verdad que tienes ahora salud. Lo que no sabemos ni los doctores ni yo, es si también la hubieses recobrado con un género de vida en el que no hubiese habido fríos de seminario y bazofias de su cocina. Porque del estudio no hay que hablar puesto que con él continúas. ¡A no ser que también me hagan creer que la Teología desbarata las barrigas y las matemáticas abultan las pantorrillas! -Yo no soy amigo de soluciones radicales en casi ningún asunto. En las luchas no debe abandonarse más que la impedimenta que embaraza y estorba por el momento, pero no tirando todo, armas inclusive.

    Y basta ya. Tenía ganas de llorar un poquillo por lo que debes figurarte, pues aunque me habrás oído hablarte poco, o tal vez nada, de estas cosas, de sobra habrás comprendido que yo te seguí a la rastra en tus nuevos caminos. Pero ¡ay! que me cantabas la cantata de la salud desbaratada, y como la salud es cosa tan respetable, tan querida y tan necesaria, y como todos creíamos y creeréis que para recobrarla era menester aquello... yo callé, porque tenía que callar. Y callé, entre otras razones, porque también por el camino viejo se pone enferma y hasta se muere la gente, y si un día se me echaban a mí culpas como esas...

    Hoy ya lo veo, tienes salud, y de tontos es andarte diciendo lo que yo me alegro de ello. Dios te dé ahora lo que te falta: porvenir.

    Sigue luchando, ya que no tienes otro remedio para vivir, como yo y como todos los pobres, que ganar pan trabajando. Ojalá que tu fortuna te depare pronto lo que deseo para ti, que es mucho y bueno.

    Tienes que perdonarme esta carta, escrita en un tono que no he querido dar a ninguna de las que te he escrito tiempo ha. Bien sabes que los que sabemos querer, necesitamos decir lo que sentimos, tal y como lo sentimos.

    Ánimos y adelante. Esta expresión de un pasajero desahogo mío, sirva para convencerte más y más de la necesidad que ya tienes de continuar trabajando sin dormirte para ser algo mañana, y no sea motivo de desaliento y de disgusto para ti, pues me serviría de profundísima desazón.

    Por hoy no te hablo de cosas mías, porque ya no hay tiempo para ello.

    Escribe pronto con todo lo que te suceda, y aunque nada te suceda, y no olvides que soy un gran amigo tuyo.

    JOSÉ MARÍA.

    (cont.)


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    JOSÉ MARÍA GABRIEL Y GALÁN (1870-1905) - Página 12 Empty Re: JOSÉ MARÍA GABRIEL Y GALÁN (1870-1905)

    Mensaje por Lluvia Abril Sáb 29 Ene 2022, 04:09

    JOSÉ MARÍA GABRIEL Y GALÁN


    EPISTOLARIO



    Gabriel y Galán, amigo


    (cont.)


    18 de Enero de 1904.

    Querido Mariano: Llegó tu última, y ya era hora. No debiera decir esto porque yo te tengo también a media correspondencia, pero yo no puedo hacer más de lo que hago, puedes creerlo. Estoy hasta salva sea la parte, y basta de preámbulos.

    Te metieron pa fuera en las oposiciones ¿eh?

    Pues ya podías habérmelo dicho hombre, que ello no es ninguna cosa que avergüence ni deshonre. Te advierto que te recomendé a un pájaro gordo, gordo en Madrid, no en cualquier parte. Y me dijo que sí, y me lo dijo muy expresivamente, y hasta con sinceridades. Pero, por lo visto, la cosa no resultó, lo cual no es tampoco ningún milagro, sino cosa muy corriente. Tú no te desanimes por el resultado. Los menos consiguen colocación al primer golpe51. Hay que repetir, repetir y estudiar mucho, estudiar mucho.

    De lo mío no tengo tiempo de hablarte largamente. Digo de lo mío por no decir de lo de esos tus amigos que te han hablado de algo de lo que me convendría hacer. Les agradezco muy de veras la buena intención que supongo en ellos.

    No me pidas perdón por lo que hables, hombre. Habla todo lo que quieras, aunque sea metiendo el pie una miajita, como con lo de la probabilidad de la piececita para Lara.

    En eso no puedo darte gusto.

    Mejor se lo daría por ejemplo a uno de nuestros mejores músicos, que me tiene pedida una zarzuela grande; sería, por supuesto, para estrenarla... el día que yo quisiera. Y riesgo por riesgo, la elección no es dudosa entre una piececita para Lara y una zarzuela para el Lírico.

    Lo del Dardo no te preocupe. Todo lector discreto no extraña ciertas cosas. Hay que saber también dónde se lee y por qué se habrá escrito. Se lee en El Dardo, por ejemplo: se escribe... por cortesía, por compromiso, etc., etc.

    No tengo más tiempo y siempre así, querido.

    Escribe más a menudo que yo, tú que puedes, y recibe un abrazo de tu amigo

    JOSÉ MARÍA.


    Ahora, a cuenta del mensaje de Zaragoza a la Universidad de Salamanca, enviándola mi diploma, ha surgido un lío tan grande entre Unamuno y el Claustro, que yo no sé en qué acabará esto.

    Al librero que pague 100 ejemplares de «Castellanas» al hacer el pedido, se le hace un descuento del 30 por 100 de su valor. Al que los vende en comisión se le abona 15 por 100.

    Si alguien los quiere en tales condiciones, me lo avisas, para dar yo la orden de que se los envíen.
    ________________________________________


    Guijo de Granadilla I.º de Febrero de 1902.

    Querido Mariano: Celebro que hayas llegado con felicidad a la corte.

    Yo no te entiendo. Hace tiempo perdí el hilo de tu ovillo, y realmente, Mariano, no sé hacia dónde va rodando tal ovillo.

    Eso es un lío de cálculos, proyectos, optimismos, estudios, carreras y oposiciones, y cuerpos, y cosas, que a mí no me van cabiendo ya en la cabeza. Últimamente quedamos en que hasta Mayo; ahora (que ya es más últimamente), resulta que tal vez hasta Octubre54...

    Y yo, entre esta y otras cosas, no sé ya ni a qué atenerme, ni por dónde apearme, si por el rabo o... por las orejas.

    Lo creo: te gustará mucho esa vida, aunque yo no sé qué vida es, pero lo creo. ¿Qué voy a hacerlo, sino creerlo?

    A mí también me fue muy bien en Madrid, porque en Madrid hay para todos los gustos, y para todas las fortunas, y para todas las tendencias.

    Yo no sé si podremos vernos por ahí algún día. Creo que no, porque si yo tengo grandes deseos de ver por ahora a la gran ciudad, ni los pocos asuntos que tengo y tendré en ella me obligarán a visitarla, porque podré resolverlos sin moverme de mi puesto. Tengo ahí algunos amigos, y de ellos me valdré para dar solución a mis pequeños negocios. Los que ahora traigo entre manos no puedes tú resolverlos y por esta razón no acudo a ti en demanda de servicio alguno.

    Para las cosas literarias de que me hablas en la tuya, me estoy carteando frecuentemente con Villegas (Zeda), que precisamente me acaba de escribir con motivo de los encomiásticos artículos de crítica que publicaron días pasados El Imparcial y El Universo sobre la composición que envié a los Juegos Florales de Salamanca.

    Ahora mismo acabo de contestar la carta que me escribió el crítico de El Universo, a quien no conozco más que como escritor público, enviándome unos números del referido diario.

    Del libro te hablaré otro día, que hoy estoy cansado de escribir cartas.

    No te olvides, hombre, de tu amigo

    JOSÉ MARÍA.

    (cont.)


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    JOSÉ MARÍA GABRIEL Y GALÁN (1870-1905) - Página 12 Empty Re: JOSÉ MARÍA GABRIEL Y GALÁN (1870-1905)

    Mensaje por Lluvia Abril Sáb 29 Ene 2022, 04:10

    JOSÉ MARÍA GABRIEL Y GALÁN


    EPISTOLARIO



    Gabriel y Galán, amigo


    (cont.)



    SR. D. MIGUEL DE UNAMUNO.

    SALAMANCA.

    Mi querido amigo: Ha llegado el momento de utilizar el bondadoso ofrecimiento que me hizo usted en favor del maestro interino de Zarza de Granadilla, D. Victoriano Mandado Mediante, que cesa en su interinidad el día primero de próximo Noviembre.

    Se dirigen a mí los zarceños (me escribe el alcalde) para que interese el ánimo de usted en favor de tan discreto maestro, al que quieren mucho.

    Ha solicitado ya en esa provincia otra interinidad, sin determinación de ninguna, y el deseo es que le dé usted, si le es posible, la de una escuela de 825 pesetas, para que pueda dar de comer menos malamente a su numerosa familia: tiene seis hijos.


    Perdóneme la molestia y la buena memoria que tengo para recordar ofrecimientos.

    De por aquí nada tengo que contarle: que ando muy atareado estos días con mi pequeña sementera.

    De libros y papeles, poco también. En mis ratos de vagar, sigo escribiendo versos para, algún día, hacer otro pequeño tomo de ellos.

    Estos días me pidió doña Emilia Pardo Bazán55 todo lo que he publicado. Me dice que quiere hablar de ello en una revista de Francia. Y, claro es, me quedaré sin saber lo que allá diga.

    Muy pronto tendré el gusto de verle, porque necesito hacer un viaje a esa ciudad.

    Hasta entonces se despide de usted y con afecto le saluda su buen amigo s. s.

    JOSÉ MARÍA GABRIEL Y GALÁN.
    ________________________________________


    Guijo de Granadilla 19 de Octubre de 1902.

    Querido Mariano: Al vuelo, porque me es imposible hoy otra cosa te digo que recibí tu carta y quedo enterado de todo.

    Dime quiénes son los jueces del Tribunal cuando los conozcas y veré de recomendarte a quien conozca que pueda hacer algo por ti. Y dime cómo se llaman los destinos a que aspiras para poder hacer correctamente la recomendación. No será fácil el que a las primeras oposiciones obtengas plaza, porque lo más frecuente es tener que repetir; pero no por eso te desanimes, porque el que se sienta en el camino o retrocede no llega al fin del viaje jamás.

    Estudia mucho y déjate de insanas preocupaciones que no sirven para otra cosa que para quebrantar la salud y robar tiempo y energías muy necesarias para otras empresas útiles56.

    Ya sabrás que me han dado la flor natural en los Juegos Florales que van a celebrarse en Zaragoza. Además, según veo en la lista de los demás trabajos premiados resulta que me han premiado también otras tres poesías que mandé además de la que ha obtenido el premio de honor. Acabo de contestar un telegrama del alcalde de Zaragoza, delegando en él la facultad de nombrar reina de la fiesta, porque yo no voy a Zaragoza aunque me den para un burro57. Acabo de pasar ocho días en Salamanca y vengo fastidiado. Para descanso empieza a caer una nube de cartas y tarjetas que me tienen reventado.

    No puedo ¡imposible! hacerte hoy una copia de las poesías. Sólo a Baldomero le he podido dar copia de una.

    Trabaja y no te olvides de tu amigo y maestro


    JOSÉ MARÍA.
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    Mensaje por Lluvia Abril Lun 31 Ene 2022, 00:24

    JOSÉ MARÍA GABRIEL Y GALÁN


    EPISTOLARIO



    Gabriel y Galán, amigo


    (cont.)


    Mi buen amigo: Llegué bien a ésta tu casa, y para que lo sepas, aunque ya te lo dijese en una postal, te escribo estas líneas a toda velocidad.

    Mi prolongada ausencia de aquí ha sido causa de un retraso general en mis tareas, y no quiero darme punto de reposo hasta que logre poner mis cosas al día.

    Aún estoy, y estaré no sé cuánto tiempo, bajo la acción de las impresiones en Cáceres recibidas.

    Y a medida que las horas van pasando y yo recogiendo ideas que traje dispersas por falta de reposo para reunirlas y ordenarlas, voy comprendiendo que Cáceres se excedió conmigo en sus obsequios, y que yo tal vez estuve débil al admitirlos tan grandes y desusados sin hacer más protestas de las que hice en los comienzos de las cosas.

    Total, que se ha metido en la cabeza que me huele a vanidad, y el perfume de esta señora de mal vivir es de los que me producen terribles náuseas.

    Hay una cosa que por lo halagüeña que es para mí me hace olvidar de todo algunos ratos, y es que en Cáceres tengo yo buenos amigos. Pero en seguida me pregunto: ¿y me los he ganado lícitamente o es que he violentado las cosas hasta el punto de abusar de la cortesía de todos y ahora me hago la ilusión de que me los he ganado?

    Te estoy ya oyendo decir que me deje de preocupaciones que no tienen base sólida, etc., etc., pero es lo cierto que aún estoy desconfiando de mi conducta en Cáceres.

    Di a todos esos buenos amigos, a medida que vayas teniendo ocasión de ello, que la deuda de agradecimiento que me han hecho contraer es muy grande, pero que también lo es el sentimiento de gratitud que cabe en mi corazón para todos.

    Bien sabes que te quiere tu amigo

    JOSÉ MARÍA.




    AL SR. D. LUIS GRANDE BANDEESÓN.

    CÁCERES.

    Distinguido amigo mío: Última nota del concierto de aplausos que en Cáceres he escuchado, llega la carta de usted hasta el silencio de la aldea.

    Y no ha venido en la obscuridad simpática de cerrado el pliego de amigo, para yo leer y callar, sino arriba, en las columnas de un periódico, en la altura para que el aplauso suene; a la luz, para que a mí se me vea; al aire, para que el eco se desparrame por todas partes.

    Está bien, querido amigo. Pero ahora voy también yo a encaramarme por única vez para estas cosas, en las columnas del periódico, y a platicar en voz alta desde ellas. De cualquier modo, en Cáceres, el escándalo está dado; lo dimos todos: sus paisanos con las palmas de las manos y con la lengua; usted y los periodistas con la pluma, y yo, con los ojos y con los oídos, a todo abiertos, y no digo con el alma, porque ésta, gracias a Dios y a mí, cerrada estuvo y está para todo lo que ella sabe que no puede merecer.

    Porque lo siente, lo sabe; porque lo sabe, lo afirma, y porque afirma como lo siente usted oírla y creerla. Y si no, niégueme usted que la tengo, porque es mejor no tenerla, que tenerla poco honrada.

    Yo no he debido ir a Cáceres. A buena hora lo digo, ¿verdad amigo mío? Pues no pude antes decirlo por ignorar lo que es Cáceres y por saber lo que yo soy. Sabía, sí, que en esa ciudad tenía cuatro o seis amigos a quienes nunca había visto, y alguno a quien ya conocía personalmente. Les prometí una visita que estrechara la amistad y allá fui.

    No resultó una modesta visita; pero ellos tienen la culpa, y páguela quien la tiene, que eso es hermosa justicia. Resultó... lo que usted sabe; lo que debe reservarse para los buenos hijos de la casa, la honran con sus méritos; para los padres que la dirigen con sus talentos y la defienden con sus prestigios; y en todo caso, para quien vaya de fuera con un nombre hermano, ya de las ciencias o de las artes, o de la industria, o de la política...; pero no para muchachos que escriben versos, así derramen en ellos los sentires de su alma y logren dar una simpática nota que interese los corazones honrados, naturalmente propensos a las emociones puras, fáciles de despertar en ellos porque las tienen por su mejor nutrimiento.

    Mi obra (¡pobre obra mía!) es la obra de los oscuros del mundo de la cultura; una obra bien intencionada, pero muy pobre; honrada porque es sincera; buena, porque Dios no la reprueba...; versos modestos, poesía sana para el pueblo, que es mi padre, y yo lo quisiera creyente, lo quisiera resignado, trabajador y tranquilo, fuerte y bueno... Y porque tanto lo amo, también lo quisiera artista, también lo quiero poeta...

    Todo esto ¿sabe usted lo que merece? Pues es buena moral, nada; bien lo sabe; es un deber de los más elementales. Pero puestos a premiarlo con buen premio, basta con un apretón de manos y una frase como ésta: «Somos amigos; siga usted haciendo lo que buenamente pueda, que eso hacemos los demás; y Dios nos lo pague a todos».

    Pero esos amigos de Cáceres (ya tengo muchos: ¿les parece flojo premio?), esos amigos de Cáceres, y usted es uno, cuando premian a un poeta ya son espléndidos hasta llegar al derroche. Ellos son también poetas, y al sentirse estremecidos por la emoción artista, aplauden sinceramente al poeta que les canta la canción, sin cuidarse de observar que el poeta, que el milagro no es aquel, sino el que cada uno de ellos lleva dentro de sí mismo.

    Eso es todo; y así se explican y así solamente pueden conciliarse dos cosas contradictorias que son dos grandes verdades: la honrada sinceridad de sus aplausos y el escasísimo valor de la obra a que los han dedicado. Los plácemes que corresponden a su exquisita percepción, que sólo precisa un toque para surgir vigorosa, se los dan a quien solamente sabe recordarles la belleza ¡son generosos! No se acuerdan de sí mismo al aplaudir a su prójimo; su modestia no peligra. Pero aplauden, y resulta que quien paga los vidrios rotos es la modestia del prójimo, que ve caer sobre sí puñados de hojas de laurel que, realmente, no son suyas.

    ¡Pequé de debilidad! «Me parece que me he dejado querer demasiado», le he dicho a modo de confesión a mi querido huésped en Cáceres, D. Guzmán Fernández, que es sacerdote, y acaso quiera absolverme. Supongo que no encontrará la fórmula, porque yo no estoy dispuesto a restituir. Mi pecado me ha valido un buen número de amigos58, y eso yo no lo devuelvo.

    Su carta, que me honra demasiado, me ha dado el mejor pretexto para desahogarme un poco, porque estaba...

    Largo ha resultado esto; pero es muy grande la bondad de los lectores de «El Fomento», y la de su amable director. Mi deuda de gratitud hacia usted es inmensa; pero también es inmenso el sentir de mi alma agradecida.

    Es de usted buen amigo y seguro servidor, que besa su mano,

    JOSÉ MARÍA GABRIEL Y GALÁN.
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    Mensaje por Lluvia Abril Lun 31 Ene 2022, 00:27

    JOSÉ MARÍA GABRIEL Y GALÁN


    EPISTOLARIO



    Gabriel y Galán, amigo


    (cont.)


    Guijo de Granadilla, Enero de 1913.

    SR. D. JULIO DE LA CALLE.

    ROMA.

    Mi buen amigo Julio: De todas veras te agradezco la enhorabuena que me envías con motivo de haber obtenido la flor natural una poesía que llevé a los Juegos Florales de Salamanca.

    Y ya que en tu grata me significas tu deseo de conocer esa composición, te la remito adjunta, recortada de uno de los rotativos de Madrid que la reprodujeron. Mayor gusto mío fuera enviártela en una edición más esmerada y elegante; pero, aunque me dieron numerosos ejemplares en revistas de lujo, esta es la hora en que no me han dejado uno sólo los amigos, los conocidos y aun los que no son lo uno ni lo otro. De todos modos, aparte alguna ligera incorrección, lo mismo dice el adjunto ejemplar que los mejor editados.

    La premiaron con la Flor natural, un diploma y el ramo de oro que regaló el Ayuntamiento de la ciudad a guisa de portaflor. A mí con los dichosos Juegos, me han sobado horrorosamente. Me hicieron ir a Salamanca, nombrar reina de la fiesta (que lo fue la esposa de mi hermano Baldomero), me hicieron disfrazarme de frac, presenciar la fiesta con el jurado y el mantenedor desde el escenario, etc., etc.

    Y después, cuando pude escaparme al pueblo, me ha caído un diluvio tal de cartas, tarjetas, periódicos con bombos estupendos y peticiones de más versos, que han pasado cinco meses y continúa el bombardeo.

    Estoy comprometido a escribir un pequeño tomo de poesías, que ya tengo casi terminado y que enviaré pronto a un editor de Madrid para su impresión. El Ama figura también entre ellas59.

    Hablemos ahora de ti, aunque sea poco, porque todo tengo que hacerlo muy de prisa.

    Ante todo, mi parabién por tus progresos académicos. De los espirituales nada quiero decir, porque siempre los he supuesto en continuo y vigoroso avance60. Dichoso tú, que a ellos puedes dedicar una gran parte de tu tiempo y de tus energías. Nosotros tenemos que consumir uno y otros empeños de menor cuantía que esos en que tú andas embebido. Rezar y estudiar es un programa de vida que parece un programa de eterna fiesta para los que andamos siempre enfrascados en el cumplimiento de otros deberes o atolondrados en medio de la general ligereza que preside la vida en estos dichosos tiempos...

    Aprovéchate ahora, bébete media Ciudad Eterna por los ojos y por la frente y tráenos luego aires puros; que andamos hambrientos de ellos en esta querida y desventurada patria61, cuyo amor habrá revivido en ti con mayor fuerza que nunca desde que estás de ella ausente.

    Dios te dé todo género de dichas y prosperidades, y no te olvides de que en esta aldea tienes un sincero amigo. Mi esposa te agradece y devuelve tus saludos, que recibirás unidos a los de tu paisano que te aprecia de veras,

    JOSÉ MARÍA GABRIEL Y GALÁN.
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    Mensaje por Lluvia Abril Lun 31 Ene 2022, 00:29

    JOSÉ MARÍA GABRIEL Y GALÁN


    EPISTOLARIO



    El amigo Pepe

    Comprendiendo nuestro maestro que su labor más fructífera era con los que iban a abandonar la escuela, nos dedicaba los mejores ratos; casi todos fuimos desfilando: unos, para comenzar los estudios; otros, al comercio, y entre ellos, uno de los predilectos era Pepe, perdió por entonces a su padre, comerciante muy inteligente y emprendedor, que dejaba varios huérfanos y muchos negocios; Pepe tenía unos once años, muy despierto de inteligencia y de corazón tan bondadoso, como educado por su madre, piadosísima en extremo; desde este instante se consagró a su instrucción, y con el afecto que le profesaba, como lo demuestran sus versos y cartas, sacó lo que él quería, un jefe que guiara el comercio y un carácter que hiciera las veces de padre de aquellos huérfanos. En la camilla de su trastienda pasábamos entre las cartas y libros de negocios, con su charla chispeante, largos ratos, comentando sucesos de pueblo y leyendo revistas como la «Lectura Dominical», versos de Zorrilla y novelas de Pereda.

    Tanto cariño todos le teníamos, que sentíamos celos de rivales por ser los preferidos, aunque siempre guardó a todos consideraciones al par que frases mortificantes para enmendar alguna travesura o instinto avieso. Hasta su muerte conservó esta amistad, y en su casa guarda como joyas inapreciables los versos que a él y a su hermana Cándida dedicó...
    ________________________________________


    Adiós, amigo de mi alma. No voy a tu casa, ni quiero que tú vengas a la mía a despedirte de mí.

    No quiero que nadie me vea llorar, como a solas estoy llorando ahora, ni quiero tampoco verte sufrir al darme tu último abrazo. Dámelo desde tu casa, como yo te doy el mío desde aquí, con todo mi corazón puesto en el pensamiento, y todo el pensamiento puesto en ti. ¿Verdad que nos hemos querido como dos hermanos, más que como dos amigos? Sí, no cabe duda que sí. ¿Verdad que yo he procurado que seas bueno y virtuoso porque te quiero? ¿Verdad que tú has visto en mí algo así como un hermano mayor, y me has pagado con creces mi cariño con tu cariño y mi noble interés con tu inclinación al bien y con tu agradecimiento? Pues ahora, cuando tanto nos queríamos y vivíamos tan dichoso el uno al lado del otro, es cuando tenemos que separarnos, Dios que lo permite sabrá por qué; y tú y yo, que somos por dicha nuestra, cristianos, debemos de conformarnos con la voluntad de Dios.

    Si al darte con tanta pena este cariñoso adiós de despedida pudiera darte con él cuantas virtudes quisiera yo que tuvieses, fueras un santo. Ya ves si sabré quererte bien que antes que para mí ni para nadie te quiero para Dios, que es tu Padre, el Padre de todos, y muy señaladamente de todos los huerfanitos que ya no tienen el que Dios les dio en el mundo.

    Si quieres darme todas las pruebas de cariño en una sola, atiende mi último ruego, que es éste: sé buen cristiano. Yo te lo ruego y te lo pido por Dios, por tu madre, por ti mismo, por tus hermanitos y por todos los que te queremos en el mundo. No te pido más, porque, si eres buen cristiano, lo serás todo después: buen hijo para tu madre, buen hermano de tus hermanos y buen amigo para mí. Ya ves: yo mido la bondad de la amistad por la virtud del amigo que me la da, y es porque creo que es muy difícil ser buen amigo sin ser bueno. Y deseo que lo sean los poquísimos que tengo, porque sé que el que es bueno, es para Dios, y para Dios quiero yo que sean los seres a quien amo.

    Sé bueno, sí; y sé constante en el bien, lo mismo cuando te creas en brazos de la felicidad más grande que sea posible en el mundo, que cuando llores abatido y oprimido por la desgracia y el dolor. Precisamente el dolor y la desgracia parecen el patrimonio de los buenos en este mundo.

    Son caminos que Dios abre para el Cielo. El que en ellos desfallece, el que camina sereno y resignado con la cruz que Dios le ha puesto sobre los hombros y todo lo hace por Dios, hasta Dios llega. Tú no desmayes jamás ante las pruebas que Dios te envíe; pídele ayuda, porque es cosa bien sabida que Dios nos pone la cruz sobre los hombros, y Él nos lleva el mayor peso de nuestra pequeña cruz.

    No quiero hablarte de tus graves deberes particulares, porque de sobra sé yo que los conoces. Tú ya sabes que eres la esperanza más grande de tu madre, después de la que tienen en Dios, que es la que la ayuda y alienta a todas horas. Tú bien sabes que ella ve en ti algo así como un segundo padre de tus hermanos, un descanso y un apoyo para ella en el horizonte del porvenir.

    Un hijo que la ayude a ganar el pan que coméis, a educar a tus pequeños hermanos, a conservar y acrecentar vuestro patrimonio honradamente y a sobrellevar sus penas con tus consuelos. ¡Qué infame, qué perverso sería el hijo que no hiciera todo eso por su madre! Tarde o temprano, en esta o en la otra vida, la mano de Dios, de la justicia, caería como un rayo sobre la frente de ese hijo para hundirlo eternamente en el abismo... No, tú no eres de esos, gracias a Dios, ni Dios te dejará de su mano para que lo seas en tu vida. ¡Sé yo que tú no eres de esos! Me lo dicen tus cristianas ideas, me lo dicen tus sanas inclinaciones, me lo dice tu natural propensión al bien, me lo dice el cariño que sientes por tus hermanos y el amor que tienes a tu madre. Y me lo dice, por último, mi corazón, que tiene el presentimiento de que has de ser bueno siempre, amante de tu madre y de tus hermanos, honrado y trabajador.

    Dios te lo premiará y nosotros lo veremos con la más íntima alegría.

    Antes que olvidar cualquiera de esos santos deberes que yo te recomiendo con tan tenaz insistencia, olvídame, olvídame a mí cien veces, pues yo valgo mucho menos que la menor de esas santas virtudes de que te hablo.

    Pero no, no olvidarás tus deberes ni me olvidarás a mí; serás bueno y recordarás toda tu vida lo mucho que te he querido y el bien que te he deseado. Si encuentras pronto un amigo de verdad, como yo lo he sido tuyo, quiérele mucho, muchísimo, pero antes mira bien dónde pones tu cariño, tu confianza y tu amistad; que hay pocos lugares en esta vida donde estén esas tres cosas seguras. Tus mejores amigos serán tus hermanos: tus íntimos confidentes, el confesor y tu madre. No encontrarás en tu vida amigos más leales que los primeros, ni más prudentes y sabios consejeros que los dos últimos.

    Con los demás amigos ten prudencia. No caigas en el peligro de buscarlos, porque siempre es peligroso buscar flores entre espinas. Los que hay buenos, que hay muy pocos, son como los tesoros: no se buscan, se encuentran.

    Y adiós otra vez, amigo del alma. En estas líneas, que no sé si podrás traducir, porque apenas veo lo que escribo, te quisiera enviar la expresión de todo cuanto siento, cuanto pienso y cuanto bueno deseo para ti. Yo confío en que Dios permitirá que nos volvamos a ver; pero si no lo quisiera, la voluntad de Dios es nuestra ley y a ella debemos someternos con entera sumisión.

    Pero también a distancia pueden quererse desde lejos, sin saber si podrán volver a verse en la vida. Y así, hermanos tú y yo. Tú me contarás tus alegrías y tus dichas, y antes que nada, tus penas y tus desgracias, que para eso son los buenos amigos para consolarse en sus penas, aconsejarse en sus más duros trances y participar mutuamente de todas las felicidades y de todas las desventuras. Yo haré lo propio contigo, y uno y otro rogaremos al Señor que nos dé, en todo caso, lo que mejor nos convenga.

    Pon tu confianza en Él y adiós.

    Te abraza
    JOSÉ MARÍA.
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    Mensaje por Lluvia Abril Lun 31 Ene 2022, 00:32

    JOSÉ MARÍA GABRIEL Y GALÁN


    EPISTOLARIO



    El amigo Pepe


    (cont.)

    Guijo de Granadilla, 17-12-1899.

    Mi querido amigo: Nunca sospecho que me olvides, aunque tardes mucho en escribirme. Sabía, sin que me lo hubieras dicho, que tenías mucho que hacer, y, por consiguiente, poco tiempo que dedicar a nadie. No desatiendas por nada vuestros negocios y ten para siempre la seguridad de que tanto me complace el saber que vives abstraído en tus tareas, como leer cartas tuyas. Así, pues, escribirás cuando buenamente puedas, y si no puedes hacerlo una vez al mes, lo haces cada dos meses, que conmigo tienes cumplido de cualquier modo.

    También yo estoy ahora ocupadísimo, y aún lo estaré más todavía, con motivo de la recolección de la aceituna, operación que se nos une en esta época con las que ordinariamente tenemos y con otras que parece que resucitan cuando menos tiempo hay.

    No podré pasar en mi pueblo las ya muy próximas Navidades, como tenía proyectado, y dejaré el viaje para más adelante, cuando las cosas no apuren tanto. Ya ves cómo andamos todos; y sin duda alguna, es mejor y más conveniente vivir así, siempre muy atareados, cocíos en obra, como dicen en mi pueblo, que vagar por las plazas, tomando el sol de los holgazanes, los cuales, como no se ocupan en cosa buena, tienen que ocuparse en algo malo. Testigos de mi afirmación, si tuvieran oídos para escuchar y lenguas para contar lo que oyen, serían las columnas de la plaza de esa villa, y las de todas las villas del universo.

    Me dice tu mamá que estás muy bien de salud y que no te conocería si te viera. ¡Vaya si te conocería! Aunque te hayas puesto redondo de puro gordo y alcances la talla de un recluta disponible, te conocería en seguida tu amigo.

    Aquellos versos titulados «Soledad», que hace años te envié desde mi pueblo los han publicado en el Correo Josefino. Te lo digo porque, como realmente eran tuyos, la publicación de ellos sin tu consentimiento constituye un delito castigado en el Código, aunque yo creo que tú sabrás perdonar a los que con la mejor intención del mundo los publicaron... No ha sido cosa mía, sino de Mariano, el cual se los leyó al señor director de un Colegio de vocaciones eclesiásticas que hay en Plasencia. Este señor dijo a Mariano que los iba a publicar, para lo cual me pidió el último mi permiso y perdón. Yo se lo otorgué sin decir nada, no hacer esperar tanto al señor que quiso darlos a la publicidad, pues demasiados reparos le había yo puesto ya respecto a correcciones que necesitaban los referidos versos antes de darlos a luz. Volvió a decirme Mariano en otra segunda carta lo propio que en su primera, y cuando vi que la cosa iba ya a degenerar en descortesía por mi parte, les di el permiso.

    El señor aquél me envió hace unos días un número de la revista con los versos y una atentísima carta pidiéndome más, y diciéndome que me pagaría en oraciones lo que le envíe. Por ahora no me es posible mandarle nada, porque no tengo tiempo disponible para ello, y así se lo dije a él, prometiéndole algo si alguna vez me lo permitían hacer mis muchas ocupaciones.

    Porque es una grandísima verdad que yo no puedo dedicarme a cosas de pluma por absoluta falta de tiempo, y sin embargo, «tú que no puedes llévame a cuestas».

    Lo digo porque Luis me tiene frito también con peticiones de versos. Hace pocos días le envié unos de Zorrilla para que se le calmara algo la sed, y para no gastar yo tiempo; y de nada me sirvió mi estratagema, porque me dijo que sí, que le habían gustado mucho pero... que los quería que fuesen míos. Amor de hermanos que ciega. Y para mandarle algo, he sudado un disparate, a causa de la falta de tiempo y de lo trabajosos que son los partos poéticos de mi rebelde mollera. Me río ahora mismo al pensar que a lo mejor me estaba hablando el vaquero de un choto que se ha quedado «pellejuino y na relambio», o el porquero me hablaba de algún garrapo «zamarrio y arrecogío», mientras yo hacía tres oficios a un mismo tiempo: oír al que hablaba, mirar al choto o al cerdo y componer y escribir en la cartera una redondilla. Y claro, así saldría ello. Pero así se lo envié.

    Os deseo muy felices salidas y entradas de año, con positivos provechos materiales y espirituales, y os felicito anticipadamente las Pascuas, deseando que las paséis todo lo bien que yo quiero.

    Repetiremos este año, ya que Dios nos tiene con vida y con salud, el brindis de Nochebuena, que entre nosotros ya no es nuevo. Yo, a las diez en punto de la noche del Nacimiento brindaré y beberé a tu salud una copita (que no hace perder el ayuno), y tú harás lo propio, hayas o no hayas cenado. Después, a la hora del Rosario, si no esperas a del Nacimiento, rezarás y rezaré un Padrenuestro para que Dios haga de nosotros lo que sea su voluntad.

    Jesús parece un rollo de manteca.

    El catálogo de sus habilidades es muy largo de contar y por eso lo suprimo. Sólo te diré que cuando le pregunto dónde está Dios, señala al cielo con el dedo índice muy extendido y se queda un momento con los ojos muy abiertos, como queriendo decir: «¡qué grande es Dios!» Sabe también cómo tiene puestos los brazos el Cristo de la ermita, sólo que de esta sabiduría abusa mucho, pues en cuanto yo le reprendo por algo de los muchos estruyos que suele hacer, pone corriendo los brazos como el Cristo de la ermita para que no le riña más y me ponga yo contento. Bien sabe él que así nos desarma a todos y le cae una lluvia de besos en vez de una de sermones.

    Da muchos besos a tus hermanos y recuerdos de Desideria para tu mamá.

    Y recibe un abrazo de tu mejor amigo,

    JOSÉ MARÍA.
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    Mensaje por Pascual Lopez Sanchez Lun 31 Ene 2022, 01:24

    "Todo esto ¿sabe usted lo que merece? Pues es buena moral, nada; bien lo sabe; es un deber de los más elementales. Pero puestos a premiarlo con buen premio, basta con un apretón de manos y una frase como ésta: «Somos amigos; siga usted haciendo lo que buenamente pueda, que eso hacemos los demás; y Dios nos lo pague a todos»."




    Es importante lo que dice José María Gabriel y Galán... y aplicable a muchas situaciones; a muchas personas... y a muchos grupos. Este hombre tenía un olfato especial y una pluma crítica.


    Gracias, Lluvia.


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    Mensaje por Lluvia Abril Mar 01 Feb 2022, 01:08

    Y así es, una pluma excepcional, admirable, digo yo.
    Gracias, Pascual.


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    Mensaje por Lluvia Abril Mar 01 Feb 2022, 01:17

    JOSÉ MARÍA GABRIEL Y GALÁN


    EPISTOLARIO


    El amigo Pepe



    (cont.)




    24 de Junio de 1900.

    Mi querido amigo Recibí tu última con la de tu madre. Aplazo la contestación a esta última hasta que Desideria lo determine. Copiándola muy de prisa, te envío adjunta una de las últimas composiciones que escribí, y que acaso conocerás ya por N., que la vio en Plasencia. Si N. no tiene copia de otra, cuyo título es «Vocación», yo te la remitiré también, siquiera para que te distraigas un rato.

    Tengo un proyecto que voy a comunicarte, aunque no es cosa que me agrada echar a vuelo las campanas antes del día de la función, parque se me suelen aguar casi todas las fiestas que me preparo a disfrutar con mucha anticipación.

    El proyecto que acaricio es el de ir a Salamanca en los días de las ferias de Septiembre próximo, y he ahí una excelente ocasión para vernos, siempre que te fuese concedido por tu madre el permiso correspondiente para ir a Roma la chica.

    El proyecto, como todos, está sujeto, ¡ay!, a muchas contingencias, relativas unas a la salud propia y a la de la familia, y a giros inesperados que pudieran tomar los negocios de casa.

    Pero haciendo estas salvedades, la verdad es que la idea existe, y que yo la realizaré si Dios no dispone otra cosa en contrario. Y basta de proyecto, no sea que en fuerza de acariciarlo se haga arisco y no se deje convertir en grata realidad.

    Tienes buena memoria. Sí. El 27 del actual cumplo años. ¡Treinta, hijo, treinta, treinta! Treinta millones de gracias porque te has acordado de ello.

    Ando estos días tomando baños en el río y aprendiendo a nadar. Mi profesor de natación es mi vaquero, que nada como una tenca y tiene toda la paciencia que es menester para dominarme a mí en el agua.

    Saluda a todos, y recibe un abrazo de tu verdadero amigo que te quiere mucho,

    JOSÉ MARÍA.


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    Mensaje por Lluvia Abril Mar 01 Feb 2022, 01:19

    JOSÉ MARÍA GABRIEL Y GALÁN


    EPISTOLARIO



    La obra de Gabriel y Galán

    Cuando el artista se compenetra con el asunto, le caldea y vivifica en sus entrañas, comunicándole algo de su esencia, sale la obra llena de vida y realidad, como generoso fruto de legítimos amores.

    Tal espontaneidad tienen los versos del maestro, que la divulgación de «El Ama» no tiene ejemplo en la historia poética. En cambio, como él confiesa en sus cartas, le era extraño el artificio teatral, y tuvo que desistir de la obra comenzada.

    Como Mistral en la Provenza, cantó costumbres patriarcales bebiendo en ricos y naturales veneros el caudal de su inspiración; por eso cuando en el certamen de Buenos Aires se presentó su canto al trabajo, en lucha con 400 poesías, obtuvo el premio entregado por un noble español, presidente de aquel certamen72.

    Al revés que algunos poetas salmantinos, como Meléndez, que, disfrazados de pastores, fingen una poesía bucólica, escrita en la ciudad por quien no vivió más que entre pleitos y libros, él nació, vivió entre labradores, en el campo aguantó las inclemencias y no fue sólo el enamorado que se deleita con el paisaje, sino que con él tuvo que convivir e interpretarle como buen compañero.

    Poco antes de su muerte, cuando recibía los homenajes de allende los mares, fue cuando verdaderamente comenzó a difundirse en el pueblo73 su poesía, obra social como pocas, por predicar amor al trabajo y resignación ante las tribulaciones; es más humana que la de Tolstoi, aquel pensador, también amigo y compañero, de los humildes.
    ________________________________________

    Mi querido amigo: Gracias sinceras por todo; por su felicitación, por sus excelentes deseos y por su cariñosísimo y hermoso artículo del «Adelanto».

    El triunfo en sí mismo, me ha complacido mucho, que fuera mentir negarlo; pero no miento si digo que ha habido cosas que me han complacido, todavía más que el triunfo literario; el cariñoso antes que encomiástico artículo de usted o la alegría de los de mi casa; el sincerísimo regocijo de tantos queridos paisanos, la unanimidad en la concesión del premio por los señores del Jurado, ninguno de los cuales me conocía personalmente, lo contentísimo que todos ellos se me mostraron y las inmerecidas atenciones y deferencias de que me han hecho objeto estos días en Salamanca dichos señores; la misma facilidad con que pudieron cumplir su delicada misión, según han dicho ellos mismos en público, cosa que a ellos y a mí creo que nos habrá evitado esa serie de... cosas tristes que suelen venir detrás de este género de asuntos... todo esto me ha alegrado más que nada. Si el teatro que tan lleno estaba de espectadores, no hubiera estado tan horriblemente vacío para mí, créame usted, hubiese saboreado con verdadero deleite mi triunfo ¡pobre porque llegó ya muy tarde; cuando no podía verlo quien más lo hubiera gozado!...

    Pues sí, amigo mío: ha gustado mucho en nuestra tierra la poesía. Se conoce que acerté; lo digo como lo siento, porque de todas partes estoy recibiendo todavía afectuosas enhorabuenas, después del infinito número que recibí en Salamanca, y muchas de personas verdaderamente peritas en la materia. Es claro que ser yo de aquella tierra, el contar en aquellos versos afectos y sentimientos que allí encuentran fácil eco el sabor de la tierra que al leerlos se percibe y otras causas semejantes, habrán suplido la falta de otras buenas cualidades literarias. Pero aun con eso yo me he atrevido a sospechar que debe quedarles algo que es capaz de agradar a los que no han nacido en nuestra tierra, pues tengo pruebas inequívocas de ello.

    Me hubiera alegrado muchísimo verle a usted por allá en aquellos días, porque hemos charlado mucho de estas cosas y de otras que agradan a usted seguramente.

    Unos cuantos amigos me hicieron prometer que hiciera un tomito de versos. Hoy me escribe Zeda, volviendo sobre lo mismo y a la vez me envía números de «La Época» con la composición premiada y un artículo suyo donde dice, nada menos que una cosa como esta: «Dudo que después del Idilio de Núñez de Arce, se haya escrito en castellano una composición tan sentida, tan sincera y tan poéticamente campesina...» Esto es muy fuerte... creo que Villegas dice lo que siente, porque de antiguo tengo pensado de él que es un escritor honrado y además, porque no hay más vínculo entre los dos que una amistad de ocho días; pero para creer, he necesitado pensar en todo eso...

    De usted no quiero decir nada, o quizá no sepa decirlo como quisiera y debiera. Me quiero limitar a agradecer...

    Y nada más, amigo mío, que hoy tengo que escribir muchas cartas, aunque no han de ser, ni mucho menos, tan extensas como esta que he querido dedicarle.
    Ya sabe usted que es afectísimo amigo suyo

    JOSÉ MARÍA GABRIEL Y GALÁN.

    (cont.)


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    JOSÉ MARÍA GABRIEL Y GALÁN (1870-1905) - Página 12 Empty Re: JOSÉ MARÍA GABRIEL Y GALÁN (1870-1905)

    Mensaje por Lluvia Abril Miér 02 Feb 2022, 00:44

    JOSÉ MARÍA GABRIEL Y GALÁN


    EPISTOLARIO


    La obra de Gabriel y Galán


    (cont.)


    23 Enero 1901.
    ________________________________________

    A los Sres. D. Martín Dedeu y D. Ramón Esteve, presidente y secretario del «Centre Català».

    Muy distinguidos señores míos: Una desgracia de familia me ha impedido contestar antes de ahora la afectuosísima carta en que se han dignado ustedes enviarme sus felicitaciones con la buena compañía de los señores socios de ese «Centre», por el honor otorgado en los Juegos Florales de esa ciudad a mi modesta composición, intitulada «Canto al Trabajo».

    Bondades de un respetable Jurado, que no por ser muy benévolo con mi pobre poesía, deja de ser digno y culto, han querido concederme esa honra abrumadora, de cuyo peso me aligero haciendo caer una buena parte de él sobre el «Centre Català», noble padre de la idea nobilísima de dedicar al trabajo una canción española en su decir.

    Nadie, al proponer ese tema, podría justificarlo con mayor autoridad que los hijos de Cataluña, primogénitos hijos del trabajo en esta Patria querida que les debe tanto honor y tanto pan.

    Yo les debo también un pedazo de ambas cosas, porque con una culta fiesta en mi obsequio celebrada me han honrado, y con oro del que fluye gota a gota del manantial del trabajo, han premiado generosos una sencilla canción que me quiso inspirar precisamente la musa de mis amores con el Trabajo, que son grandes como los horizontes de éste y serán tan duraderos como mi vida en la tierra.

    Este humilde compatriota, que los ama y los admira, les envía en estas líneas todo un sencillo homenaje, en cuya hondura palpita el cariño patriota junto a la honda gratitud y la admiración del poeta.

    Yo deseo que en el «Centre Català» suene este débil eco de su voz agradecida que lleva un trozo de alma de quien la tiene muy grande para amar y agradecer.

    Ruego a ustedes que con sus palabras elocuentes suplan ante los muy dignos socios del «Centre Català» lo que dejo decirles de mi gratitud sincera, por pobreza de expresión.

    Y con un entusiasta saludo para todos y muy señaladamente para ustedes, se les ofrece sin condiciones su amigo afectísimo seguro servidor y compatriota, q. l. b. l. m.,

    JOSÉ MARÍA GABRIEL Y GALÁN.

    (cont.)


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    Mensaje por Lluvia Abril Miér 02 Feb 2022, 00:44

    JOSÉ MARÍA GABRIEL Y GALÁN


    EPISTOLARIO


    La obra de Gabriel y Galán


    (cont.)



    7 de Mayo de 1903.

    Querido Mariano: Llegó tu última del 30 de Abril. ¿Que no te contesté la anterior? No lo creas así porque no es verdad. Qué te dije, no lo recuerdo ahora, pero sé que no tengo deudas epistolares contigo.

    El mes pasado he estado lleno de ocupaciones, y por si ellas eran pocas, me cayeron encima dos pequeñas desgracias: un catarro de los ojos y el nombramiento de hijo adoptivo de este pueblo. La fiesta con que esto último se celebró terminó con un banquete, y como me habían rogado de antemano que predicase, preparé un sermón (que el Ayuntamiento imprimió en folleto para regalar a los de acá) y tuve que recitar desde uno de los balcones del Ayuntamiento, pues estos pueblos próximos se nos vinieron a oír y había que llenar la plaza con la voz. Y de charlar cerca de dos horas a toda voz y de beber agua fría en los descansos que me tomé, me puse ronco y tuve que andar luego con parchecitos de tapsia a la garganta hasta recobrar nuevamente la voz perdida.

    Ando atareadísimo. De ahí, de Madrid, me apuran hoy mismo precisamente con la zarzuela, y también traigo entre manos un libro, que llevo a medias escasamente.

    ¿Por qué me preguntas que qué tengo con «Kasabal»? Pues no tengo nada; ni siquiera sé de él otra cosa sino que es un revistero de salones. Por ignorar, hasta su nombre ignoro. Lo que me han dicho de él recientemente, y luego he visto reproducido en periódicos de por aquí, es que al hacer la reseña de la fiesta con que obsequió doña Emilia a Brunetière, hablaba de que una señorita -la de Longoria- recitó muy bien una poesía de Zorrilla, otra de Víctor Hugo y otra mía; ¡que ya es un salto mortal en la elección de autores favoritos!

    Lo que no he podido saber es qué poesía eligió. Del «Heraldo de Madrid» copiaban la noticia, y si tú la viste en él podías habérmela mandado en el periódico; no por nada, ¿eh?, sino por «el acuerdo» tuyo, que otros amigos han tenido.

    ¡Amigo de C.! ¡Ahí es nada! Yo no tengo amigos de ese calibre financiero.

    Esos ricos tan bárbaramente ricos, tengo para mí que nos desprecian; bárbaramente, también muy bárbaramente, despreciarlos a ellos, porque son unos bárbaros que saben lo que no saben los sabios: ganar dinero a quintales. Mis amigos bien puedes tú figurarte quiénes son: unos «méndigos», algunos de ellos muy listos, es verdad, pero gentes que no tienen prebendas que repartir, pues el que más y él que menos vive de alguna que pudo ganar a pulso.

    Sin embargo, nunca dejes de decirme quién podrá favorecerte, pues quizá alguna vez pudiéramos hacer algo. Tú cuéntamelo todo, y cuando veas que yo me callo, mala señal, amiguito. Bien quisiera, bien quisiera; pero cuando yo no lo hago...

    Y hoy nada más, sino que no pases mucho tiempo sin escribir. ¡Ah!, y que cuando leas alguna cosa que lo merezca, me mandes algún papel.

    Te abraza tu buen amigo,

    JOSÉ MARÍA.
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    Mensaje por Lluvia Abril Miér 02 Feb 2022, 00:45

    JOSÉ MARÍA GABRIEL Y GALÁN


    EPISTOLARIO


    La obra de Gabriel y Galán


    (cont.)


    Guijo de Granadillo, 6 Octubre de 1903.

    Querido Mariano: Llegó tu última. Sentí que no pudieras ir a Béjar. Pepe me acompañó hasta que salí para este pueblo. También fueron Luis y Maturino que, estando hospedados en la misma fonda, se fueron a Castilla sin despedirse de mí: tal me traían los bejaranos de ocupado y de mimado. Lo propio les sucedió a Abdón y a otros de por allá, que no encontraron cinco minutos a propósito para decirme adiós.

    Los extremeños que acudieron a los juegos me dieron un banquete, sólo de extremeños. Los bejaranos otro para el mantenedor y para mí.

    El mantenedor (hermano del Obispo de Santander y catedrático de la Universidad de Sevilla)76 es un neo, y yo otro, según creo. Béjar tiene fama de lo contrario; los obreros están en huelga, etc., y el mantenedor les arreó un discurso que fue un sermón de la virgen; y yo les solté unos versos77 (antes del discurso del mantenedor), escritos de tal manera, que tenía que santiguarme al leer los tres o cuatro primeros.

    Pues nada: en vez de una bomba de dinamita o de una tremenda silba, por lo menos, lo que oí fue una ovación que me tuvo largo rato con las cuartillas en la mano sin leer.

    Allá van recortes con lo de Béjar y lo de Murcia.

    No tengo más tiempo.

    No olvides a tu amigo

    JOSÉ MARÍA.

    (cont.)


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    Mensaje por Lluvia Abril Vie 04 Feb 2022, 00:45

    JOSÉ MARÍA GABRIEL Y GALÁN


    EPISTOLARIO


    La obra de Gabriel y Galán


    (cont.)




    Mi querido amigo: Me dices en tu última como en todas las tuyas, muchas cosas buenas que yo no merezco. No hay que decir que me refiero a cosas de literatura.

    A mí me complace muchísimo (no puedes figurarte cuánto) que mis escritos te produzcan buenas y hasta fuertes impresiones. Pero ¿es todo ello mérito literario o es excesiva delicadeza de percepción tuya, que al ledo y sentir aumenta la cantidad literaria de mis pobres concepciones artísticas? Algo, y mucho, debe haber de esto, y he ahí la explicación que yo doy a tus elogios, que tú caldeas demasiado al recuerdo de impresiones exquisitamente tamizadas... Y es claro, en tales momentos, hasta el nombre de Pereda (no el de Zola, que es inmortal enemigo poderoso de todo mi yo), digo que hasta el nombre de Pereda te parece muy poco...

    Pasemos por ello y sigue escribiéndome, que es un favor que me haces, y que yo sé agradecerte.

    Ya he recibido juicios sobre el tío Gorio, todos muy encomiásticos. Hay quien me dice que vale más que Alma charra, de Berrueta78. Yo no puedo decirte nada sobre esto, porque esta es la hora en que no conozco Alma charra, que su autor me ha prometido enviar.

    Dicen que afirma (hablo por referencias epistolares) que el ochenta por ciento de los amores charros terminan en el Hospicio... Y si lo dice, creo que no dice verdad. En fin, es amigo mío, y he de permitirme decirle algo, cuando me envíe su trabajo.

    Vengan, y vengan pronto esos versos. Ahora me toca a mí oficiar de crítico y ya verás con qué frescura te voy a soltar cuatro frescas, si las mereces, o echarte un poco de incienso si te haces acreedor a ello.

    De El Vaquerillo, no del cuento así llamado, sino del Vaquerillo del cuento... habría que hablar mucho para llegar a un acuerdo, y creo que llegaríamos a él.

    Ante todo, has de saber, que la última parte del cuento, cuando de primera intención lo escribí, no era esa... ¡qué había de ser! No había porquera, no había hembra, porque, para el fin que primeramente me propuse, lo que más estorbaba allí era una mujer: me bastaba con el muchacho y la soledad... El estudio aquél era, sin duda, demasiado atrevido... Y lo sometí, contra mi costumbre, a la previa censura, no de nadie, sino de un hermano mío, que cogió el lápiz rojo, señaló, y dijo: «desde aquí para adelante no debes continuar, y si quieres continuar, haz que se presente por ahí alguna vaquera, que sólo así puedes proseguir, sin novedad, por ese camino». Y así lo hice.

    ¿Que a qué viene toda esta historia? Pues a decirte: si dándole el giro que al fin le di, te parece imposible el vaquerillo ¡Dios de Dios! lo que me hubieras dicho si lo presento como quise presentarlo.

    Tal vez entonces no te hubiera yo llamado médico, como te lo llamo ahora, porque me has dicho que mi vaquerillo es falso, desde el punto de vista fisiológico. No lo afirmes así, en redondo, porque demasiado sabes que la vida es un misterio, y la vida psicológica, un laberinto de misterios.

    Y si un día llega en que hablemos tú y yo, y hablemos del vaquerillo, llegaríamos a un acuerdo sobre la base de grandes concesiones que tendrías que hacerme si te ponías muy médico en el curso de nuestra plática. Una plática, por cierto, que no sé si algún día podremos tener los dos, pero que yo deseo tanto como tú, aun contando con que son grandes tus deseos. Esperemos, esperemos...

    También yo vivo muy solo, y ya creo que te lo dije, sólo en el orden espiritual, porque vivo respirando el que yo mismo he creado, y el que de fuera me viene.

    Pero no sé por qué, me figuro que llevo la cruz de la soledad de otra manera que tú, no más digna ¿eh? pero sí más resignada, o mejor, más sabrosa y dulce. En fin, ya hablaremos también de eso alguna vez, que hoy hay otros puntos que tratar.

    ¿Piensas guardar reserva acerca del proyecto literario que traes entre manos, según me dices en tu grata? Entonces, nada; pero si no, sepa yo algo de eso que preparas, aunque sólo sea el nombre de la cosa, para saber a qué alturas andas encaramado.

    Yo tengo entre manos, como te dije, un tomito de versos castellanos, y calculo que tengo ya originales para algo más de la mitad del libro. Cuando los complete, tendré el gusto de enviártelos, aunque estoy atrozmente perezoso para copiar lo que una vez escribo.

    No sé si te dije que se ha ofrecido a hacerme la edición Rodríguez Serra, el editor de Madrid. Aún no he decidido nada sobre ello.

    Leí lo de las Hurdes. ¿No piensas rectificar? Yo no puedo hablar de las Hurdes científicamente, porque aún no he realizado mi viejo proyecto de visitarlas y no las conozco más que a medias, y con un conocimiento que me figuro imperfecto por inexacto. No obstante, me ha parecido demasiado radical la solución que das al problema. Porque soy de los que creen que en la Naturaleza nada hay estéril e inútil, en el sentido amplio de estas palabras. Los inútiles somos los hombres, que no sabemos adaptar, aplicar y aprovechar. Aun en el caso de que el suelo de las Hurdes las haga inhabitables ¿se sabe ya que el subsuelo no podría hacerlas ricas y bien pobladas?

    Punto en boca y adelante. Porque tengo que decirte que, aunque no me has llamado la atención sobre ello, hay en Briznas una que, a lo menos para mí, es una cosa lindísima. No diré por qué, pues fácilmente vuelvo a decir las cosas de manera que no se me entienden por mala expresión, como sucede con la página anterior, que parece querer decir que El cielo del dolor no me gusta, y afirmo bajo mi palabra que me gusta mucho. Pues esto que ahora te digo que me ha gustado tanto como lo más es. ¡Lo estaba viendo!...

    Espero un ejemplar de tu obra en prensa, y te doy mil parabienes por los premios con ella alcanzados y por el que le dio Le Correspondant medicale (creo que fue ella), de París.


    Tampoco me has enviado esa Historia clínica de la última enfermedad de Carlos V.

    Ya sabes que, con gusto, pasaría charlando contigo dos o tres días siquiera en Madrid, pero ahora no puede ser porque... acabo de venir de Madrid. ¿No esperabas tal cosa? Pues verás. No sé si te he dicho que envié a Zeda doce o trece composiciones (que pienso publicar en un tomito) para que hiciera el prólogo que me ofreció. (Lo que voy a decir de aquí para adelante es confidencial).

    El Obispo de Salamanca, que en distintas ocasiones ha exteriorizado la buena impresión que dice le producen mis versos, supo, no sé por quién, que iba a publicar un tomo de ellos, y se me descolgó con este ruego: que le permitiera adelantarse a mí, tomando de mi librito en proyecto tres o cuatro composiciones (que ya conoce el público), para editarlas él con esmero, ponerlas prólogo suyo, hacer fijar la atención de los demás Obispos y de sus amigos particulares (Menéndez Pelayo, el Conde de Cheste, etc.,) sobre las poesías y servirme como de viajante que va llevando una muestra, etc.

    La intención, excelente, y yo la agradezco muchísimo. Mi hermano me recomendaba que le complaciera, y fui a hablar con Villegas y luego con el P. Cámara, que esperaba mi contestación con impaciencia grande.

    Puse entre otros reparos, el de la repetición inmediata en dos libros de tres o cuatro composiciones ya conocidas (El Ama, Castellana, El Cristu Benditu...), pero estaba decidido a no dejarse convencer y ante mí mismo dio órdenes a los de su imprenta, a fin de que estuvieran impresas las poesías esas para la próxima Pascua. No te sorprendas, pues, si ves ese libro, que resultará del tamaño de una Novena, si el prologuista no tiende mucho la pluma. Y se acabó lo que, por ahora al menos, debo llamar confidencia, y rogarte que así lo consideres.

    Después de este libro, en seguida, saldrá a luz el mío, del cual te remito copiadas al vuelo y en sobre aparte, todas las composiciones, excepto una muy larga, que ya te enviaré, y las que ya conoces (El Ama y Castellana, que irán las primeras en el tomito).

    «Tú que no puedes llévame acuestas», es decir, que tienes que leerte todas esas cuartillas de mala letra que te envío, pues yo deseo que las conozcas tú antes que el público, conforme ya te lo había manifestado.

    Después, allá, cuando tú quieras, ya hablarás algo de ellas, porque así lo quiero yo, y además, porque tú no debes estarte callado cuando un salamanquino publica algo sea ello como fuere.

    En la corte estuve un día nada más. Un ateneísta amigo mío, con quien estuve almorzando, me llevó a tomar café a la docta casa, con el propósito de presentarme a varios de allí que, según él, deseaban conocerme. Lo supe a tiempo y se lo prohibí en redondo. Lo que me dijo fue, que según había oído allí, en el Ateneo, se pensaba en que la Sección de Literatura me invitase para que fuera a leer versos míos una noche.

    Decliné tan alto honor y regresé a Salamanca aquella misma, desoyendo los ruegos que me hizo el amigo para que oyera a los sabios (¿?) que al poco rato iban a continuar resolviendo el problema obrero... del modo que tú donosamente señalas en tu hermoso artículo de El Adelanto, porque hay quien cree que es un crimen de lesa libertad, etc., tirarles unas chinitas a los señores que, según ellos, van delante...

    ¿Has visto qué manera tan cobarde de adular a esa legión de infelices que para comer necesitan trabajar (como tú y como yo lo necesitamos también, aunque sea en orden distinto)? Créeme que yo tomo en serio el asco que me inspiran esos monosabios, la mayoría de los cuales se morían de hambre por impotencia el día que se dijera «el que quiera pan, que lo gane, y el que no, que reviente de hambre». ¡Sí, en el fondo, todos somos obreros... menos ellos!

    Te felicito tardía, pero cordialmente, tus días y te deseo... lo que para mí deseo.

    Y que escribas pronto a tu sincero amigo que te quiere,

    JOSÉ MARÍA GABRIEL Y GALÁN

    (cont.)


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    Mensaje por Lluvia Abril Vie 04 Feb 2022, 00:46

    JOSÉ MARÍA GABRIEL Y GALÁN


    EPISTOLARIO


    La obra de Gabriel y Galán


    (cont.)



    SR. D. MIGUEL DE UNAMUNO.

    SALAMANCA.

    Muy distinguido señor mío: No pude darme el gusto de ir a su casa a gozar un rato hojeando sus artículos y a aprender mucho escuchándole. Paciencia.

    Téngala usted para leer esos romances que le envío, tomados al azar de entre otros que veo en mi cartera.

    Poco es ello, pero no le envío más por aquello del cric-cric79 del grillo, de que hablaba usted una noche, hace muy pocas.

    Verá usted cosas ilógicas, o mejor, que lo parecen. No son mías; son de las gentes de acá, que a veces -por ejemplo- dicen qui, y a veces que, según... los casos. Ellas y usted sabrán por qué.

    No sé por dónde, he sabido que es de usted el discurso de apertura de este año académico. Se lo pediré a mi hermano y lo leeré con sumo gusto, porque estoy seguro de que el discurso de usted no será, como el de muchos, un retacito de ciencia, una lecioncita de cátedra en traje de calle, para que los pobres veamos...

    Le estoy robando a usted el tiempo80.

    No he olvidado su encargo.

    Es de usted afmo. s. s. q. b. s. m.,

    JOSÉ MARÍA GABRIEL Y GALÁN.

    (cont.)


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    Mensaje por Lluvia Abril Vie 04 Feb 2022, 00:48

    JOSÉ MARÍA GABRIEL Y GALÁN


    EPISTOLARIO


    La obra de Gabriel y Galán


    (cont.)


    Guijo de Granadilla.

    SR. D. JOSÉ G. CASTRO.

    Mi querido amigo: Hablé a los organizadores de la fiesta que proyectan en la Zarza en honor del doctor Bejarano, y desean con empeño que seas tú el que escribas la biografía del obsequiado.

    De mí no hay que decirte nada, pues bien debes saber que leeré con mucho gusto tu trabajo, que puedes desde luego ir preparando y enviármelo cuando lo tengas listo.

    De fecha no puedo decirte otra cosa que lo que me dicen los organizadores: que es probable que ello sea para después del 20 de Agosto.

    Sin embargo, no te descuides, por si Bejarano adelantase las cosas.

    Yo no he hecho aún nada, ni sé qué hacer, o mejor, ni he pensado en ello. Lo mío, será cosa más breve, y no tengo, por lo mismo, tanta prisa.

    No tengo a la vista tu última carta (escribo en el campo), pero recuerdo que me dices que te amplíe el concepto relativo a lo que te dije en mi última sobre tu temperamento y tus ideas, como menos a propósito que el de Leopolda para la aceptación resignada de las penas.

    Punto más, punto menos, quería decirte que el tuyo, es el de todos los hombres intelectuales, menos a propósito, cierto, comparado con el de las mujeres cristianas y sencillas, para sufrir los embates de la vida. Somos nosotros más pobres que ellas. Somos más fáciles al acceso de las rebeldías iracundas, a las vacilaciones de la fe, etcétera, etcétera.

    Entiende que para mí no es inmodestia llamarme también intelectual; al contrario, es una confesión humilde, pues el mote, en el sentido que le suelen dar en estos tiempos, entiendo que es deprimente.

    No sé si te dije que Blanco y Negro había publicado una poesía mía titulada Plétora. No tengo más que un número de esa revista y por eso no te lo mando. Pero adjunta va copia de la poesía.

    La ilustró Varela con una estatua que ha sido muy discutida entre mis conocidos, pues mientras unos afirman que se inspiró maravillosamente en la poesía, otros dicen que no hay tal, a no ser en cuanto a la actitud, que es verdaderamente acertada.

    ¿Que a mí qué me parece? ¿...?

    Te quiere mucho tu amigo

    JOSÉ MARÍA

    (cont.)


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    Mensaje por Pascual Lopez Sanchez Vie 04 Feb 2022, 02:33

    "...Entiende que para mí no es inmodestia llamarme también intelectual; al contrario, es una confesión humilde, pues el mote, en el sentido que le suelen dar en estos tiempos, entiendo que es deprimente...."


    Es curioso: yo nunca quise ser clasificado en el lado de la intelectualidad. Quizás, de manera errónea, entendía que el cultivo del entendimiento y el espíritu se alejaba del compromiso social. Estoy seguro que mi percepción no se ajusta a lo verídico... pero aún me quedan cenizas de esa animadversión al mundo puramente "intelectual". Creo que parte de la culpa de ello es mi autodidactismo con incorrecta interpretación de ciertos hechos históricos: Rechazo a Miguel Hernández por parte de destacados miembros de la Generación del 27; recuperación del gongorismo por haber sido denostado - cuando, históricamente, el gongorismo siempre gozó de buena salud y escuela boyante  (lo que puede demostrarse en la exposición que estoy haciendo sobre LA ROSA)...


    En fin... un lío. Pero agradezco a Gabriel y Galán y por ende a ti, la posibilidad de haber hecho estas reflexiones.


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    Mensaje por Lluvia Abril Dom 06 Feb 2022, 02:34

    Pues que bien, amigo mío, que la reflexión forme parte de las lecturas, es señal de que algo nos dejan.
    Se que estás ahí y eso también es reconfortante.
    Besos y gratitud, siempre siempre.


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    Mensaje por Lluvia Abril Dom 06 Feb 2022, 02:38

    JOSÉ MARÍA GABRIEL Y GALÁN


    EPISTOLARIO


    La obra de Gabriel y Galán


    (cont.)



    Guijo de Granadilla, 27-XII-904.

    SR. D. MIGUEL DE UNAMUNO.

    SALAMANCA.


    Mi querido amigo: Le doy muchas gracias por la felicitación que me envió cuando aquello de la Argentina. Tardíamente se lo agradezco. No me ha dejado hacerlo antes la desgracia de familia que acabo de padecer82.

    Voy empezando a enterarme nuevamente de las cosas que pasan por Salamanca. He anudado la hebra por eso de la venida del doctor hispanoamericano a nuestra Universidad. No sé de ello más que lo que cuentan los periódicos. Tengo deseos de ir a esa ciudad y enterarme de todo lo que pueda.

    Se repite de usted buen amigo que b. s. m.,

    JOSÉ MARÍA GABRIEL Y GALÁN.
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    Mensaje por Lluvia Abril Dom 06 Feb 2022, 02:38

    JOSÉ MARÍA GABRIEL Y GALÁN


    EPISTOLARIO


    La obra de Gabriel y Galán


    (cont.)



    SR. D. MIGUEL DE UNAMUNO.

    SALAMANCA.

    Mi querido amigo: Recibiría usted mi última extensa carta, en la que, después de contestar su grata, le anunciaba la respuesta oficial -que adjunta le remito- al traslado que me hizo de los mensajes.

    Veo, con más disgusto cada vez, que el desdichadamente asunto no reposa todavía siete estados bajo tierra. Acabo de regresar a esta su casa y aún he tenido que leer en los periódicos de estos días las palabras Mensaje, Zaragoza, etc., etc., que me suenan hace tiempo a lo mismo, que mejor es no calificar.

    Hoy ya supongo definitivamente terminado el asunto, pues el espectáculo de la división del Claustro, último término a que podía haber llegado, ya llegó.

    Por eso, y porque no hubieran sido leídos con el mismo buen espíritu con que yo los escribí, acabo de echar en la lumbre unos versos que ya tenía bajo sobre para enviarlos a El Adelanto. Y para lo que habían de haber servido, mejor están donde están.

    No me toca hablar de cosas que, en definitiva, no son mías; pero al ver cómo soplan en Salamanca vientos de discordias chicas, cualquiera tiene el derecho de decir que nada hay tan bueno como la paz; pero si lucha ha de haber, que sea grande, generosa y en el terreno correspondiente...

    No olvide a su amigo afmo. que mucho le estima,

    JOSÉ MARÍA GABRIEL Y GALÁN.

    (cont.)


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    Mensaje por Lluvia Abril Dom 06 Feb 2022, 02:40

    JOSÉ MARÍA GABRIEL Y GALÁN


    EPISTOLARIO


    La obra de Gabriel y Galán


    (cont.)



    SR. D. MIGUEL DE UNAMUNO.

    SALAMANCA.


    Mi estimadísimo amigo: Con estas líneas le envío los siguientes papeles:

    Unas cuartillas con medio centenar de palabrejas de las de acá, un cuento en prosa y unos versos de los pocos que tengo escritos en la jerga de este país.

    Palabrotas no le mando ahora más por si no es eso lo que usted me pide, o por si, aun siéndolo, es cosa que para nada puede servirle. Veo que van malamente hechas mis indicaciones acerca del uso y significación de tales palabras, pero no he rectificado porque supongo que usted no lo necesitará. Si en alguna cosa lo necesita, yo me explicaré más y algo mejor.

    El cuento me resultó largo y lo partí. Le envío la parte primera, que es la más larga, y lo doy por terminado para evitarle lectura. Lo he escrito de prisa: conozco que puedo hacerlo mejor, o menos peor.

    De los versos nada le digo, sino que he escrito y pienso escribir muy pocos en ese lenguaje para evitar monotonías y repeticiones, inevitables si se ocontina con ella. Así me pareció oírselo también a usted. Los de hoy le parecerán doblemente monótonos, porque precisamente he ido a elegir unos que tiene rima y metro iguales a los del Cristu Benditu.

    Cuando usted tenga lugar me dice algo, aunque sea poco y agrio. Los amargos suelen aprovecharse.

    Y vea si tiene que mandar algo a su afmo. y agradecido amigo

    JOSÉ MARÍA GABRIEL Y GALÁN.

    Guijo de Granadilla, 1.º de Enero de 1901


    (cont.)


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    Mensaje por Lluvia Abril Dom 06 Feb 2022, 02:40

    JOSÉ MARÍA GABRIEL Y GALÁN


    EPISTOLARIO


    La obra de Gabriel y Galán


    (cont.)



    SR. D. MIGUEL DE UNAMUNO.

    SALAMANCA.

    Muy señor mío: Me piden, para publicarlos en una revista de este país, unos versos míos titulados El Cristu Benditu, que usted conoce.

    Recuerdo que, por conducto de mi hermano Baldomero, me manifestó usted hace ya tiempo deseos de publicarlos, y yo accedí a ello, siempre que el periódico o revista en que se publicasen fueran católicos, o siquiera, indiferentes en materia religiosa, condición que yo no podía menos de imponer.

    Yo supongo que usted habrá ya olvidado por baladí, tal asunto; pero a pesar de todo, yo no me atrevo a conceder la autorización que hoy me piden, por si no pareciese a usted correcto que la concediese a otro sin oírle antes a usted.

    Siento obligarle a fijar su atención sobre un asunto que tan poco vale, considerado en sí mismo; pero quisiera justificar debidamente mi negativa, en el caso de que tuviera que dársela, al amigo que hoy me pide la composición citada, o concederle lo que me pide con absoluta facultad para ello.

    Es de usted con el mayor respeto afmo. amigo, seguro servidor q. b. s. m.,

    JOSÉ MARÍA GABRIEL Y GALÁN.

    Guijo de Granadilla, (Cáceres), 27 de Noviembre de 1900.

    (cont.)


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    Mensaje por Lluvia Abril Lun 07 Feb 2022, 00:22

    JOSÉ MARÍA GABRIEL Y GALÁN


    EPISTOLARIO


    La obra de Gabriel y Galán


    (cont.)


    SR. D. MIGUEL DE UNAMUNO.

    SALAMANCA.

    Mi querido amigo: En los periódicos he visto lo de su viaje a Madrid, su hermosa conferencia en la Unión Escolar y el camino que lleva el asunto de las Facultades. Ojalá que las esperanzas se confirmen.

    Yo ando por aquí muy ocupado en la recolección -que ya empieza- de la aceituna.

    De otros trabajos no tengo otro ahora que el de ir enviando a Calón originales y pruebas corregidas para un tomo de versos, de unas cien páginas, que se titulará Campesinas. En seguida que esté hecho se lo enviaré en solicitud de su sincera y autorizada opinión.

    Para después había pensado escribir algo de las Jurdes, en renglones cortos por ahora; pero no podré hacerlo como quisiera hasta que logre mi propósito de atravesar la región sin mucha prisa.

    Mientras ello llega, me limitaré a hacer alguna propaganda de otro género entre los amigos de por aquí, pues hoy me han mandado el nombramiento de delegado en este pueblo de la Sociedad «La Esperanza», por si puedo adquirir para ella alguna suscripción particular. No tengo fe en nada de esto, pero la bondad de la obra, o mejor, el buen deseo de los iniciadores de ella, no me consienten negativas que pudiesen contribuir a un decaimiento de los ánimos. Creo que es pecado negarse a cualquier cosa que sea para los pobres jurdanos.

    Tenga usted, con todos los suyos, mucha salud, y disponga de su amigo,

    JOSÉ MARÍA GABRIEL Y GALÁN.

    (cont.)


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    Mensaje por Lluvia Abril Lun 07 Feb 2022, 00:23

    JOSÉ MARÍA GABRIEL Y GALÁN


    EPISTOLARIO


    La obra de Gabriel y Galán


    (cont.)


    SR. D. MARIANO DE SANTIAGO.

    MADRID.

    Guijo de Granadilla, 3 de Mayo de 1904.

    Querido Mariano: Tienes derecho a no volver a escribirme, pero no hagas uso de semejante prerrogativa. Perdona, y sigue escribiendo.

    Hablaré con Baldomero sobre esa recomendación que decías. Ayer le envíe tu carta. Veremos si puede hacer algo por ti acudiendo a Fidalgo83.

    No con esto de los destinos olvides tus estudios, pues mejor te convendría, aunque fuese más modesta, una cosa más segura.

    Me explico que no hayas visto Campesinas en esos escaparates. Al mes de publicada, me dijo el editor que la edición estaba agotándose, y me pidió autorización para preparar la segunda, de otros mil ejemplares.

    Esos libreros de X..., los más bandidos de España, se conoce que olfatearon el negocio y han pedido repetidas veces ejemplares.

    Mi editor se ha permitido, y no se lo tomé a mal, su miajita de venganza, imponiéndoles condiciones ¡a ellos que se las imponen a todo bicho viviente! y alguno ha acudido a mí, pidiéndome con toda urgencia cien ejemplares de cada uno de los libros que yo tuviese publicados. Ni siquiera tuve la cortesía de contestar, sino que les dije al editor y a Baldomero: contestad a ese... pillín de X. Y creo que lo hicieron diciéndole, en sustancia: estos libritos se dan con tal premio de venta, y si los quiere usted así bueno, y si no, también, amigo.

    Se pusieron tan valientes, porque la edición, aunque hubiese sido de doble número de ejemplares, se habría agotado en un mes. Como que de muchas provincias se han quedado con los pedidos hechos, y a mí me han tenido frito a peticiones. Hasta los escritores con quienes yo tengo amistad, se descararon y me escribieron pidiendo, alto y claro, un ejemplar.

    ¡Olé por el olfato literario de los críticos de la Corte, es decir, de alguno de ellos! Porque me han dicho que ese Gómez Baquero, crítico de El Imparcial, hizo una nota bibliográfica del libro, aludiendo al rótulo que dice en la portada: Primer millar, y diciendo, en sustancia: ¿Con qué libro de poesías y primer millar de ejemplares? ¡Qué cándidos!

    Santa Lucía bendita les conserve esa vista muchos años. ¡Una vista más turbia que la de Calón, un editor provinciano, a quien yo no mandé poner el rótulo aquél, pero que ha demostrado saber mucho mejor que el Baquero lo que se quiere leer en Barcelona, Sevilla, Bilbao y demás aldeas de la península Ibérica!

    ¿No tienes el libro? Pues yo tampoco puedo mandártelo. Espera que hagan la segunda edición y te lo mandaré.

    Lo que te mando adjunto es un ejemplar de la segunda edición de Extremeñas. ¡Otra candidez, que diría el Sr. Baquero! Este debe creer que en España no hay más que gente que lea, que los pollos y los literatos que entran en la librería de X. El cual también ha pedido ahora ejemplares, y recordarás que cuando yo estuve en esa ciudad, me pedía como premio de venta de Castellanas, y se lo dio el escritor, no sé si el 30 o 35 por 100. A Sierra Morena a vender libros!

    Ya que hablé de Extremeñas, en el número próximo de Blanco y Negro publicarán una poesía en esta jerga. Supongo que en el primer número, porque ya les devolví corregida la prueba, que pedían con prisa.

    No vayas a ser tan cándido que creas que se la mandé gratis, sino que a vuelta de correo vinieron los cuartos con atenta carta. Me propongo ahora, si tengo tiempo, irme metiendo en esas revistas, que pagan a toca teja. Que paguen, que mucho ganan.

    Yo, por ensayar, por ver si estimaban en algo mi firma, le mandé la poesía con una carta de dos o tres líneas, muy seca. Y salió bien el ensayo, lo cual es muy significativo, dada la soberbia de esas publicaciones y el pugilato que hay cerca de ellas entre los escritores para que les admitan cosas. Porque eso hay que verlo, como yo lo vi, para creerlo. Es un asco. Estoy suscrito a Blanco y Negro, pero allá van sellos para que me mandes el número en que se publique eso, para yo mandarlo a casa.

    Escribe, y te abraza tu amigo

    JOSÉ MARÍA.

    (cont.)


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    Mensaje por Lluvia Abril Lun 07 Feb 2022, 00:24

    JOSÉ MARÍA GABRIEL Y GALÁN


    EPISTOLARIO


    La obra de Gabriel y Galán


    (cont.)



    Guijo de Granadilla, 9 Diciembre de 1905.

    Querido Mariano: Contesto la tuya del 15 de Noviembre. No hay novedad por aquí, gracias a Dios, y te deseamos salud y mil cosas buenas.

    Tu silencio parece decirme que no ha sido satisfactorio el resultado de las oposiciones, porque las noticias agradables suelen darse sin perder tiempo. Habrías practicado cuando escribiste el primer ejercicio, y sospechabas un poco del resultado de los siguientes porque te inspiraban más miedo. ¿Qué resultó de todo ello?

    No son Nuevas castellanas, sino Campesinas las poesías que están en prensa. Hoy precisamente devuelvo pruebas corregidas. Verán muy pronto la luz.

    De teatro, nada; ni pienso en ello, por falta de tiempo y por falta de humor para meterme en ese género de aventuras, que, por otra parte, no se han hecho para mí.


    No cifro mis aspiraciones como crees, en que se me conozca en Madrid. Tiro a otro blanco. Lo que dices del dinero, no está mal84.

    Me vendría como pedrada en ojo de boticario, pero para llegar a esto hay que acertar primero, y eso de acertar, como dices y como dicen los que de esas cosas hablan, tiene, entre otras cosas, gracia. Por lo visto, y está visto hace mucho tiempo, no es bastante hacerlo bien, porque a las veces, esto no es acertar. Acertar es... lo otro, darle cosa de su agrado al monstruo, como algunos llaman al señor público, del cual no dice un gran disparate Unamuno cuando afirma que es un gran imbécil compuesto de personas que, cada una por separado, pueden ser muy discretas y razonables.

    No tengo más tiempo hoy.

    Mándame noticias de todo, pero señaladamente de tus cosas.

    Desideria, que, como siempre, me pregunta por ti continuamente, te saluda, y con su saludo va un abrazo de tu amigo

    JOSÉ MARÍA.
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    Mensaje por Lluvia Abril Lun 07 Feb 2022, 00:25

    JOSÉ MARÍA GABRIEL Y GALÁN


    EPISTOLARIO


    La obra de Gabriel y Galán


    (cont.)




    Guijo de Granadilla, 2 de Noviembre de 1903.

    Querido Mariano: Esta mañana llegó tu última. Me tenía Baldomero intranquilo sin noticias. Ya no lo estoy y me alegro mucho de que hayan terminado esas dichosas oposiciones para las cuales le he visto prepararse sin gusto mío, porque no me agrada que trabaje tanto.

    Si continúa todavía en esa, dile que yo me alegro principalmente de que haya terminado para que regrese a su casa y viva su vida ordinaria nuevamente.

    Que no le preocupe el resultado hasta el punto de desazonarle si éste fuera adverso, pues algo y aun algos se parecen las oposiciones a las loterías y no es cosa de sufrir cuando el décimo no nos resultó premiado.

    A ti te digo lo propio, aunque tus circunstancias son otras (no para esto de las desazones, sino para la cuestión de los garbanzos). Trabaja con los libros y con los señores del margen y venga luego lo que Dios quiera.

    Yo he estado tres o cuatro días en Cáceres, gestionando la concesión de un camino vecinal, que me traje al cabo para este pueblo.

    Desideria y los niños están hace una semana en Granadilla, y pasado mañana, Dios mediante, iré a buscarlos.

    Jesús me tiene algo preocupado. El caso es que él está bueno, juguetón y alegre, pero no come lo que fuera menester y se nos ha quedado delgadillo. Nada le duele, pero tiene aversión a las comidas, y no me alarma mucho más porque le veo siempre juguetón y corriendo.

    Los demás, bien. Yo, como sabes, estuve en Salamanca antes de mi viaje a Cáceres.

    Allá me trataron bien. No estuvo mal el banquete. Se abstuvieron muchos de los de la extrema derecha y los catedráticos de la Universidad porque no digieren al Unamuno. Esto de los de la extrema derecha me tienen muy sin cuidado, y el día que me tiren de la lengua ya les diré yo por qué, entre otras razones, me dieron ellos alguna para aceptar el banquete, que se les ha indigestado.

    El Lábaro no ha dicho nada contra mí. El Lábaro no tiene culpa de nada de lo pasado ni yo tampoco.

    Que me escriba Baldomero de cuándo se va a su casa.

    Que me mandes tú buenas noticias de tus oposiciones.

    Adiós. Te abraza tu amigo que te quiere mucho

    JOSÉ MARÍA.

    (cont.)


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    Mensaje por Lluvia Abril Lun 07 Feb 2022, 00:27

    JOSÉ MARÍA GABRIEL Y GALÁN


    EPISTOLARIO


    La obra de Gabriel y Galán


    (cont.)


    Querido Mariano: Después de echar al correo mi última recibí la tuya.

    Ya verías en la mía que desgraciadamente es cierto que me quedé sin mi hermana Enriqueta (q. e. p. d.), que, como recordarás, vivía en La Maya y estaba casada con Maturino, de quien me has oído hablar muchas veces.

    Dios me la tenga en el cielo, como asimismo a mi pobre tía Antonia.

    Siento mucho no poder autorizarte para que des a ese señor deán la composición El Cristu benditu con objeto de publicarla en la revista de que me hablas. Te explicaré mi negativa. Ya sabes que no los escribí para publicarlos en periódico alguno, y que Unamuno me pidió, por conducto de Baldomero, autorización para publicarlos él. Contesté a mi hermano accediendo a lo que con insistencia pedía Unamuno, pero imponiendo la condición de que no habían de publicarse en revistas y periódicos de cierto género, por ejemplo, Vida Nueva u otro papel semejante. Así quedaron las cosas, hasta que en Septiembre pasado, estando yo en Salamanca, el mismo Unamuno me recordó sus propósitos de antes, que yo no quise contrariar. Tú comprenderás que fuera poco correcto dar a otro alguno los versos que él me pidió y yo le di. Sin embargo, por el deseo de complacerte y para que pudieras darlos tú al señor deán, escribí a Unamuno diciéndole lo que ocurría, y me contesta diciéndome que insiste en publicarlos y que elija yo revista o periódico para ello. Él me habla de La Ilustración Española y Americana, por si me parece bien. Como ves, he hecho lo que hacer podía para no negarte lo que me pides, pero no puedo concedértelo. Díselo así al señor deán, a quien darás en mi nombre muchas gracias por su benevolencia para juzgar mis escritos que nada valen.

    Y ya que de esto te hablo, acabaré de decirte lo que me escribe Unamuno, que, entre paréntesis, ya sabrás que es rector de la Universidad de Salamanca. Me dice que en su reciente viaje a Madrid, a donde fue con objeto de hablar en el Congreso Hispano-Americano, le recitó El Cristu benditu a varios amigos: que uno de los que más se encantaron fue Balart, el cual le preguntó si yo había escrito más, y al contestarle Unamuno que sí, le dijo que me excitara a que hiciera un tomito de poesías. Cree Unamuno que Balart haría el prólogo, y cuando menos, hablaría de los versos en alguna revista, y me invita a que lo haga. Salvador Rueda le decía «eso es poesía, eso, y no alquimia», etc., etc. También me anima Unamuno a que escriba en prosa algo, si ya no lo he hecho, y me recomienda que haga cuadros de costumbres o una novela.

    Nada de todo ello haré: ni el tomo de versos, ni la novela, por razones que no son para escritas así de prisa.

    Unamuno me pidió más versos y le envié unos romances que tenía escritos; creo que dos.

    Uno le ha gustado mucho y en su carta hace la crítica de él, y por cierto, admirablemente hecha. Tengo que enviarle más, aunque dispongo, como sabes, de muy poco tiempo para preparar debidamente las cosas.

    No conozco esa Revista Cacereña de que me hablas y sospecho que la has confundido con la Revista de Extremadura, que se publica en Cáceres, y de la cual soy suscriptor, por cierto que alguna vez he estado a punto de enviarle algo para la publicación. En ella escribe tu amigo el Sr. Escobar Prieto. Yo me he acordado de enviarle alguna composición escrita en la jerga de esta tierra, por lo mismo que la revista lleva por título Revista de Extremadura.

    No tengo más tiempo.

    Te quiere tu amigo

    JOSÉ MARÍA.

    (cont.)


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    Mensaje por Lluvia Abril Miér 09 Feb 2022, 01:21

    JOSÉ MARÍA GABRIEL Y GALÁN


    EPISTOLARIO


    La obra de Gabriel y Galán


    (cont.)



    21 de Septiembre de 1901.

    Mis queridos discípulos y amigos: Acabo de regresar de Salamanca y de leer vuestra afectuosa carta de felicitación86.

    De entre las muchas que he recibido, pocas me han producido una tan gran satisfacción como esa vuestra; y tan natural es esto, que ni siquiera he de apuntar ninguna de las razones que justifican el placer que me ha producido vuestra afectuosa enhorabuena.

    Veo entre vuestras firmas una que no es de un discípulo mío, y por este mismo hecho le agradezco por separado y en especial su atención para conmigo.

    Yo nada valgo; pero los que fuisteis mis discípulos ayer y podéis llamaros hoy amigos míos, tened la seguridad de que os quiere muy de veras y nunca podrá olvidaros,

    JOSÉ MARÍA GABRIEL Y GALÁN.
    ________________________________________


    Guijo de Granadilla (Cáceres). 26 de Noviembre de 1902.

    EXCMO. E ILMO. SR. OBISPO DE SALAMANCA.

    Mi venerado Sr. Obispo: Una ligera indisposición de que, a Dios gracias, estoy ya restablecido, no me ha dejado contestar, el mismo día en que a mis manos llegó, la gratísima carta que vuestra excelencia ilustrísima tuvo la bondad de dirigirme desde Madrid, felicitándome por lo de Zaragoza.

    No es digno de tal honor el hecho de que un Jurado poco exigente haya querido otorgar a unas poesías modestas, premios que ellas no merecen.

    Pero esto no ha de privarme del gusto con que yo cumplo todo deber de gratitud; y así, le envío, en estas líneas un vivo testimonio de esta nueva que debo a V. E. I. por su bondadoso parabién, que es para mí, no sólo altísima honra, sino sabroso estimulante de los que mueven la más flaca voluntad.

    Celebro con toda mi alma que traiga de Villaharta mejor salud que la que llevase allá. Hago votos por que Dios se la conserve para bien de muchas cosas.

    A Zaragoza me enviaron desde Salamanca un número de la Basílica con las cartas de respetabilísimos amigos87 de V. E. I., comentadas de manera tan honrosa para mí: nuevo motivo de gratitud que no sé cómo expresar.

    Breves momentos tuve en mi poder la revista88. Gustó aquello de tal modo y corrió tanto de mano en mano por la ciudad, que, al cabo, perdimos todos la pista y no pudieron lograr los del Ateneo su propósito de leerlo el presidente en la velada a que me invitaron. Yo tuve el placer de escuchar unánimes elogios, justamente dirigidos a quien todos correspondían, que no eran a mí ciertamente.

    Es de V. E. I. muy agradecido servidor adicto, que con tanto cariño como respeto b. s. a. p.,

    JOSÉ MARÍA GABRIEL Y GALÁN.

    (cont.)


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