OVIDIO NASON

OVIDIO NASÓN

LAS HEROIDAS

EPÍSTOLA XV.

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PARÍS Á ELENA. CONT.

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Ya, porque mis conceptos entendieses,
Hice con rostro y dedos muchas señas,
Con tal ardid que sola tú las vieses.

Y á las dos más queridas de tus dueñas,
Etra y Clemene, tuve atrevimiento
De hablallas con caricias halagüeñas.

Mi secreto les dije y mi tormento,
Mas son hembras en fin; ellas callaron,
Y tímidas huyeron como el viento.

La palabra en la boca me dejaron,
Y sin oir mi petición entera,
Mis ruegos con su miedo amedrentaron.

¡Pluguiera al cielo, á Júpiter pluguiera
Que una aventura, lucha ó justa hubiese,
Donde tu hermosura el premio fuera!

¡Y que en lugar de lauro se le diese
Al vencedor dichoso gloria tanta,
Que ser tu amado esposo mereciese!

Que así como Hipomenes á Atalanta
Ganó, primero al término llegando
Con más cautela y más ligera planta,

Y como el fiero Alcides quebrantando
Los cuernos de Aqueioo quedó glorioso,
De Deyanira y su beldad gozando,

CONT.

OVIDIO NASÓN

LAS HEROIDAS

EPÍSTOLA XV.

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PARÍS Á ELENA. CONT.

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Así de estas victorias envidioso,
Yo fuera más feroz, más atrevido,
Pues esperaba premio más honroso.

Tuvieras mi ardimiento conocido,
Supieras que eras obra de mi mano,
Y premio á mis sudores concedido.

Mas si en aquesto espero, espero en vano;
Sólo resta pedir que no te pese
Que te importune el amador Troyano.

Permite por tu gusto y mi interese
(Si no te ofende ya mi atrevimiento)
Que tus hermosos pies abrace y bese.

¡Oh honor de tus hermanos y ornamento,
Y digna (á no ser hija del sagrado
Júpiter) de su unión y casamiento!

¡Oh! vuelva yo contigo al puerto amado
De Troya, ó quede aquí cenizas hecho,
Aborrecido, muerto y desterrado.

No me rompió liviana flecha el pecho;
No tengo parte en las medulas sana,
El mesmo corazón siento deshecho.

Esto profetizó mi sabia hermana
(Acuerdóme muy bien), que yo sería
Llagado de saeta soberana.

CONT.

OVIDIO NASÓN

LAS HEROIDAS

EPÍSTOLA XV.

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PARÍS Á ELENA. CONT.

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Elena hermosa, luz del alma mía,
Así conserve el cielo tu hermosura
Y acuda á darte gusto y alegría;

Que esta mi voluntad sincera y pura
No quieras despreciar; mi amor recibe,
Pues lo ofrece mi estrella y mi ventura.

Más conceptos se ofrecen que te escribe
Mi tarda mano, y á callar me obliga
La ley que ser prolijo me prohibe.

Y para que en presencia te los diga.
Recíbeme una noche en tu aposento,
Y sabrás por extenso mi fatiga.

¿Has cobrado por este atrevimiento
"Vergüenza alguna? ¿ó quebrantar recelas
La casta fe debida al casamiento?

¡Ay simple entre las niñas simplezuelas,
Por no llamarte rústica y salvaje!
En vano temes, sin provecho velas.

¿Piensas que esa beldad con ese traje
Se puede conservar tan pura y clara
Que á amor no reconozca vasallaje?
Una de dos: ó múdate la cara,
O ablanda el alma inexorable y dura;
Que no es de suyo la belleza avara.

CONT.

OVIDIO NASÓN

LAS HEROIDAS

EPÍSTOLA XV.

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PARÍS Á ELENA. CONT.

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Entre la castidad y la hermosura
Hay disensión y guerra perdurable,
Y raras veces tiene paz segura.

El amoroso hurto deleitable
Ha sido siempre, y es acá en el suelo,
A Júpiter y á Venus agradable.

Este te ha dado á quien gobierna el cielo
Por padre: ¿qué disculpa, pues, te queda
Para poder negarme este consuelo?

Y si el ardor del padre el hijo hereda.
Gasta no puedes ser, pues tu simiente
Procede y es de Júpiter y Leda.

Entonces serás casta v continente
Guando Troya nos tenga y nos posea,
Gozándote conmigo solamente.

Comencemos la lucha y la pelea,
Que después el gozarme por marido
Bellísima la hará, si agora es fea;

Si no es que la adorada en Chipre y Gnido,
Por darme sobresaltos y zozobras,
En vano te me hubiese prometido.

Y pues en discreción á todos sobras,
Advierte que lo mismo te amonesta
Tu esposo, no con dichos, mas con obras.

CONT.

OVIDIO NASÓN

LAS HEROIDAS

EPÍSTOLA XV.

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PARÍS Á ELENA. CONT.

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Ausentóse de aquí porque dispuesta
Quedases á mi bien, y su presencia
No fuese impedimento á nuestra ñesta.

Para ir á Creta y ordenar ausencia,
Nunca se le ofreció tiempo en su vida
Mejor. ;Oh Rey de grande providencia!

El se partió, diciéndote en su ida:
«Amada y bella esposa, ten cuidado
Por mí del huésped que nos vino de Ida.»

Mas tú ¡oh cruel! desprecias el mandado
De tu marido ausente, y no te curas
Del huésped que te ha sido encomendado.

¿De este tu esposo y de sus sienes duras,
De su rusticidad y amor villano
Esperas más regalos y dulzuras?

¿Piensas que ha de saber, ni es en su mano
Saber hacer estima del divino
Tesoro de tu cuerpo soberano?

Engañaste, y proballo determino:
Si tu belleza y prendas estimara,
No las fiara así de un peregrino.

Y cuando con moverte no bastara
Mi ruego humilde, ni mi ardor que crece
Y sube al cielo, y aun allí no para,

CONT.

Se disfruta la poesía de Ovidio.
Gracias, Pascual.

Sí, se disfruta... y la de Cátulo; Virgilio; Safo...

quedaba pendiente, como un compromiso, transmitir la belleza de la poesía clásica (latina... y griega). Y no es un trabajo tan duro - a no ser porque mi ordenadorno funciona...


SIGO.

OVIDIO NASÓN

LAS HEROIDAS

EPÍSTOLA XV.

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PARÍS Á ELENA. CONT.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

Tu esposo, que de mí se compadece,
Obliga y fuerza que los dos gocemos
De la comodidad que él nos ofrece.

Si ésta resbala y se nos va, seremos
Tan necios, que en ser necia y yo ignorante
A tu necio marido venceremos.

Y pues te trajo á casa nuevo amante,
Y casi con sus manos me ha traído
Do gozo el esplendor de tu semblante,

Abraza la ocasión que te ha ofrecido,
Cumple su gusto, y usa en tu provecho
De la simplicidad de tu marido.

Tú sola estás en tu desierto lecho;
Yo duermo solo en mi desierta cama,
Si duerme el que al amor tiene en el pecho.

Gócemenos los solos, bella dama,
Y en el secreto de la noche fría
O ven do estoy, ó donde estás me llama.

Aquella noche para mí sería
(Demás de ser mi gloria y mi contento)
Más clara y de más luz que el mediodía.

Allí me obligaré con juramento
A todas cuantas cosas me obligares,
Y me uniré contigo en casamiento.

CONT.

OVIDIO NASÓN

LAS HEROIDAS

EPÍSTOLA XV.

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PARÍS Á ELENA. CONT.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

Allí, si de mi crédito fiares,
Daremos traza, pues que dalla puedo,
De irnos á Troya cuando lo ordenares.

Si te ocupa vergüenza ó tienes miedo
De dar indicios que espontáneamente
Sigues mis pasos y amoroso enredo,

Yo me publicaré por delincuente,
Confesaréme por ladrón y reo,
Y quedarás del crimen inocente.

Imitaré la empresa de Teseo,
De tus hermanos seguiré la historia,
Y así veré cumplido mi deseo.

No te pude traer á la memoria
Más vivo ejemplo, más activo y fuerte,
Para rendirte y alcanzar victoria.

Robóte aquél por su dichosa suerte,
Y éstos á las Leucípidas robaron;
Yo quiero ser el cuarto y no perderte.

Las naves que en tu honor se fabricaron
En Troya, y mis fortísimas galeras,
Tu sí demandan, y tu sí esperaron.

Armas y gente, remos y banderas
Tienen, no temas de embarcarte, y luego
Saldrán cortando el piélago ligeras.

CONT.

OVIDIO NASÓN

LAS HEROIDAS

EPÍSTOLA XV.

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PARÍS Á ELENA. CONT.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

Y puesta en salvo con aplauso y juego,
En Frigia como reina poderosa
Gozarás de descanso y de sosiego.

Irás por sus ciudades ¡rara cosa!
Triunfante, y por do quiera que pasares
El pueblo te honrará como á su diosa.

Tendrá alfombras la tierra que pisares,
Y el etiopiso cinamomo al cielo
Dará su olor, quemado en tus altares.

La víctima que allí con santo celo
Se te ofreciere, con sus pies y manos
Hiriendo, ofenderá al sanguíneo suelo.

Mi padre, mis hermanas, mis hermanos,
Mi cortés madre, hembras y varones,
Los nobles, los plebeyos y villanos,

Con músicas, con himnos, con canciones
Celebrarán tu fiesta, y por honrarte
Te ofrecerán innumerables dones.

¡Ay de mí! que no puedo aquí explicarte
De lo que allí verás en honra tuya,
De la centena parte, la una parte.

Más porque en breve epílogo concluya,
En Troya aquel honor te será dado
Según tu alteza y la potencia suya.

CONT.

OVIDIO NASÓN

LAS HEROIDAS

EPÍSTOLA XV.

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PARÍS Á ELENA. CONT.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

Ni hayas temor que habiéndote robado
Con guerras te persiga tu marido,
Ni junte Grecia su escuadrón armado.

Tantas damas hurtadas como ha habido,
Di, ¿cuándo á fuerza de la lid sangrienta,
Cuándo, díme, las han restituido?

¿Dónde la historia un ejemplar presenta?
Y siempre en tal suceso, en tal desgracia,
Más es que la verdad lo que se cuenta.

Robó á la bella Oritia el rey de Tracia,
Y no por eso Tracia tuvo guerra,
Antes se echó á Aquilón esta falacia.

Hurta Jasón con el valor que encierra
A Fasida, y su Coicos cerró el labio
Sin dañar á Tesalia ni á su tierra.

Teseo el fuerte, y más que fuerte sabio.
Robó á Ariadna como á tí, y con esto
Vemos que Minos no vengó su agravio.

Y así por los ejemplos que he propuesto
Consta que en tales casos el espanto
Es mayor que el peligro manifiesto.

Mas finge, si quisieres, todo cuanto
Puede venir de guerra acelerada;
Júntese Grecia á procurar mi llanto.

CONT.

OVIDIO NASÓN

LAS HEROIDAS

EPÍSTOLA XV.

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PARÍS Á ELENA. CONT.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

Fuerza hay en París, y aun será doblada;
Que si en tratar de amor soy excelente,
También lo soy en gobernar la espada.

Ni es de menor potencia la eminente
Asia que vuestra Grecia, pues le sobra
Multitud de caballos y de gente.

Ni tendrá Menelao para esta obra
Más ánimo que yo, ni estando armado
Cobrará más vigor que Paris cobra.

Siendo muchacho, recobré un ganado
Dando la muerte á muchos enemigos,
Por lo cual fui Alejandro intitulado.

Siendo muchacho, á todos mis amigos
En la lucha vencí, y de esto Ilioneo
Y Deifobo serán nobles testigos.

Y no entiendas que sólo el brazo empleo
Sobre el contrario que me ofende junto,
Que junto y lejos con valor peleo.

Tengo en el arco tanto pulso y punto,
Que siendo de mi brazo sacudido,
El blanco enclavo do la flecha apunto.

No me puedes contar de tu marido
Tales hazañas, ni en aquesta ciencia
El grande Atrida quedará instruido.

CONT.

OVIDIO NASÓN

LAS HEROIDAS

EPÍSTOLA XV.

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PARÍS Á ELENA. CONT.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

Pero si porfiares que en potencia
Me iguala, y que el ejército greciano
Compite con mi Troya en excelencia;

En cuanta gente se juntare en vano,
No me darás ;oh imagen de belleza!
Un Héctor de las prendas de mi hermano.

El solo, por su mucha fortaleza,
Vale por un millón, cuyo denuedo
Es más bravo y feroz que la fiereza.

No sabes cuánto valgo, cuánto puedo;
Ignoras con quién has de ser casada,
Origen y principio de tu miedo.

Segura está que no serás buscada
De griega flota, y si buscada fueres,
La Grecia será triunfo de mi espada.

Ni habré en desprecio convocar poderes,
Ni dar batallas por tan bella esposa,
Pues más mereces tú por ser quien eres.

Que cuanto es una joya más preciosa,
Más cuesta, y cuanto el premio es más notable*
Es tanto más la empresa peligrosa.

También redunda en tí gloria admirable,
Que á causa tuya el mundo tenga guerra,
Siendo tu fama y nombre perdurable.

Sal, pues, con fausto agüero de esta tierra,.
Y tu esperanza en mi valor confirma,
Y las promesas que esta carta encierra
Me pedirás en fe de esta mí firma.

FIN DE LA EPÍSTOLA XV

OVIDIO NASÓN

LAS HEROIDAS

EPÍSTOLA XVI.

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ARGUMENTO
DE LA EPÍSTOLA DÉCIMASEXTA.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

Muchos afirman que esta epístola no es de Ovidio,
sino del poeta Sabino, contemporáneo de Ovidio,
el cual respondió á todas estas epístolas, como
el mismo Ovidio lo manifiesta en el segundo libro
de sus Elegías, escribiendo á su amigo Marco,
donde dice: "Quam cito de toto rediit meus orbe
Sabinus," etc. Con lo cual no prueban su opinión,
pues nombrando de industria Ovidio todas las
epístolas á que respondió Sabino, no nombra la de
Paris ni la de Elena, sino es más abajo en la
misma Elegía, cuando nombrándolas por suyas,
dice:

"Et Paris est ÜHc, et adultera nobile crimen,
Et comes exúncto Laodameia viro."

Demás de esto, es tenida por de Ovidio de todos
los hombres doctos, y á mi pobre parecer en ninguna
de sus epístolas mostró más artificio, más
pensamiento, más doctrina que en esta de Elena,
aunque todos á la de Safo conceden la palma. Recibiendo,
pues, Elena la carta de Paris, como quisiere
condescender á su petición, le respondió en
ésta, en la cual Ovidio, con admirables colores
retóricos, pone la naturaleza y condición variable
de la mujer que no está firme en el temor de Dios.
Ya se muestra grave, ya afable; ya rigurosa, ya
mansa; ya niega, ya concede; ya suelta, ya ata; ya
le despide, ya le da esperanza, dándole ocasión de
que se atreva y persevere; y en fin se remite á dos
secretarias suyas, en cuyas manos tenía depositado
su secreto.

OVIDIO NASÓN

LAS HEROIDAS

EPÍSTOLA XVI.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

ELENA A PARIS

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

Ya que, con artificio nunca oído,
A mis ojos, á mí y á mi belleza
Violó tu caria, oh huésped atrevido,

Parece que me obliga mi grandeza
A responder; y no es pequeña gloria .
Inclinar mi valor á tu bajeza.

¿Has osado otra vez, por transitoria
Delectación de amor, di peregrino,
Traído por tu mal á mi memoria;

Has osado otra vez con desatino
Las leyes quebrantar del hospedaje,
Que guarda el mundo como don divino?

¿Acostumbras, fiando en tu linaje,.
Solicitar las Reinas que casadas
Guardan del matrimonio el homenaje?

¿Con este intento fueron arribadas
Tú y tus gentes, de hambre casi muertas,
A mi puerto, do han sido regaladas?

¿Sólo por esto las reales puertas,
Aunque viniste de diversa gente,
Tuviste con amor y aplauso abiertas?

¿Es por ventura paga conveniente
Del hospedaje que en mi esposo hallaste
La injuria que le tramas torpemente?

CONT.

OVIDIO NASÓN

LAS HEROIDAS

EPÍSTOLA XVI. CONT.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

ELENA A PARIS.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

Cuando en mis puertos y en mi casa entraste,
¿Eras huésped, di, Paris, ó enemigo
Que con nombre de huésped me engañaste?

Bien sé que, aunque es la queja que prosigo
Justa, he de ser por tu sentencia vana,
Rústica y descortés en lo que digo.

Mas sea inhábil, rústica y villana,
Con tal que en la vergüenza esté constante,
Y el mundo no me inculpe de liviana.

Si no tengo severo mi semblante,
Ni en público me muestro rigurosa,
Fantástica, intratable y arrogante;

Es á lo menos ínclita y gloriosa
Mi fama, y he vivido sin pecado,
Aunque parezco poco* escrupulosa.

Y no puede alabarse hombre criado
Que ha tenido favor de mí, y me ofende
Quien tal contra mi honor ha imaginado.

Y lo que más me admira y me suspende
Es contemplar tu necia confianza,
Que tan barata á tu querer me vende.

No sé qué causa ó qué razón alcanza
Tu pobre seso (si posees alguno)
Que de adquirir mi amor te dé esperanza.

CONT.

OVIDIO NASÓN

LAS HEROIDAS

EPÍSTOLA XVI. CONT.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

ELENA A PARIS.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

Porque el heroico nieto de Neptuno
Por fuerza me robó, siendo el efeto,
Por ser yo niña, frivolo y ninguno,

¿Te ha parecido á tí como indiscreto
Ser digna que otra vez fuese hurtada
A Menelao perdiéndome el respeto?

Si siendo requerida y requebrada
Me dejara hurtar, entonces fuera
De todo el mundo con razón culpada.

Mas si con mano tremebunda y fiera
Me arrebató, ¿qué culpa he cometido,
Sino es el no querer lo que el quisiera?

No sacó fruto de me haber cogido,
Antes volví sin daño y detrimento;
Sólo pasé el temor que no he perdido.

Y cuando mucho, tuvo atrevimiento
De me besar en ocasiones raras,
Sin ir más adelante con su intento.

Tú (según tu maldad) no te agradaras
Con esta primer fruta de los labios,
Ni en verme niña y tierna repararas.

Hiciéronle mejor los Dioses sabios,
Haciéndole de tí desemejante,
Por atajar su daño y mis agravios.

CONT.

OVIDIO NASÓN

LAS HEROIDAS

EPÍSTOLA XVI. CONT.

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ELENA A PARIS.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

Volvióme intacta el valeroso amante,
Disminuyendo el caso atroz y feo
Con su modestia digna que se cante.

Pesóle al mozo del enorme empleo;
¿Y por ventura es bien que le pesara
De tu rapiña al ínclito Teseo,

Porque en su robo Paris le heredara,
Y en las lenguas del vulgo mentiroso
Mi nombre y opinión periclitara?

Ni me enojo por verte así animoso,
Que contra un amador ¿quién puede airarse?
Sino es que este tu amor es alevoso.

Y aun dudo si es seguro confirmarse
Tu amor por verdadero y sin mudanza,
Que es fácil el varón para mudarse.

Dudo, no por faltarme confianza
De mi beldad, ni porque desespero
De la hermosura que mi rostro alcanza;

Mas porque atentamente considero
Que es dañoso á las damas y á sus nombres
Creerse y confiarse de ligero*

Y es fama entre nosotras, no te asombres,
Que no decís verdad jamás en cosa,
Y que sois falsos y sin fe los hombres.

CONT.

OVIDIO NASÓN

LAS HEROIDAS

EPÍSTOLA XVI. CONT.

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ELENA A PARIS.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

Dirás que no hay mujer casta y hermosa,
O que á lo menos entre las más bellas
Es rara y singular la vergonzosa.

¿Pues quién me veda á mí vivir entre ellas,
Y ser entre las raras, rara y casta;
Si hay firme, firme; estrella si hay estrellas?

Y si imaginas que mi madre basta
Para que con su ejemplo y vituperio
Yo peque, en vano tu saber se gasta.

Contempla que mi madre en su adulterio
Excusa tuvo, pues que fué engañada
Con falsa imagen llena de misterio.

Con blanca pluma estaba disfrazada
La deidad del que rige aquella estancia
Que es por los altos Dioses habitada.

Ningún engaño, fuerza ni ignorancia,
Si yo peco, me excusa, ni habrá velo
Con que pueda cubrir mi exorbitancia.

Ella si erró, discúlpela su celo,
Su vicio redimió por ser causado
Del autor que preside en tierra y cielo ,

Mas si yo triste hubiese adulterado,
¿Qué cisne, qué dios Júpiter me dieras
Con que fuera mi error calificado?

CONT.

OVIDIO NASÓN

LAS HEROIDAS

EPÍSTOLA XVI. CONT.

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ELENA A PARIS.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

Tu sangre y tus abuelos exageras.
Tu regio nombre has bien encarecido.
Bien te alabas, ilustras y ponderas.

Mi linaje es del orbe conocido.
Mi clara estirpe al resplandor febeo
Deshace con la lumbre que ha adquirido.

Quiero callar á Tántalo y á Atreo,
A Pélope y á Tíndaro famoso,
Y á los demás parientes que poseo.

Basta decir que á Júpiter glorioso
Me dio por padre la engañada Leda
Por el fingido cisne cauteloso.

Agora vé y publica con faz leda
De tus ilustres padres la simiente;
Verás tu orgullo cuan ajado queda.

Con Príamo el magnánimo y prudente
Señala á Laomedonte, y su osadía,
A los cuales venero acá en mi mente.

Mas el que da valor y nombradla
A tu noble prosapia, es quinto en ella,
Y es el primer cimiento de la mfa.

Y bien que entienda que tu Troya bella
Es rica, y que su cetro es soberano,
Y que tú bastas para ennoblecella;

CONT.

OVIDIO NASÓN

LAS HEROIDAS

EPÍSTOLA XVI. CONT.

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ELENA A PARIS.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

Mas no me persuado que el greciano
Imperio, en majestad y fortaleza
Es de menos quilates que el troyano.

Y si es inferior en la riqueza
Y en número de gente nuestra Esparta,
También lo es Troya en término y nobleza.

Tanto oro me promete esta tu carta,
Que á nuestras Diosas en su eterno coro
Mueve, y del casto intento las aparta.

Mas si ya los umbrales del decoro
Quisiera traspasar como atrevida,
Hiciéralo por tí, no por el oro.

O guardaré mi honor toda mi vida,
O siguiéndote iré por mil regiones,
Antes de amor que de tu dar vencida.

Ni desprecio tus dádivas y dones,
Que siempre son las dádivas preciosas,
Y en ser tú quien las das, valor les pones.

Mas lo que más me agrada en estas cosas
Es tu amor firme, y que por causa mía
Acometas empresas peligrosas.

Y que trayendo por tu norte y guía
A tu esperanza, de ese mar insano
El agua dividieses cana y fría.

CONT.

OVIDIO NASÓN

LAS HEROIDAS

EPÍSTOLA XVI. CONT.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

ELENA A PARIS.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

Mas no me persuado que el greciano
Imperio, en majestad y fortaleza
Es de menos quilates que el troyano.

Y si es inferior en la riqueza
Y en número de gente nuestra Esparta,
También lo es Troya en término y nobleza.

Tanto oro me promete esta tu carta,
Que á nuestras Diosas en su eterno coro
Mueve, y del casto intento las aparta.

Mas si ya los umbrales del decoro
Quisiera traspasar como atrevida,
Hiciéralo por tí, no por el oro.

O guardaré mi honor toda mi vida,
O siguiéndote iré por mil regiones,
Antes de amor que de tu dar vencida.

Ni desprecio tus dádivas y dones,
Que siempre son las dádivas preciosas,
Y en ser tú quien las das, valor les pones.

Mas lo que más me agrada en estas cosas
Es tu amor firme, y que por causa mía
Acometas empresas peligrosas.

Y que trayendo por tu norte y guía
A tu esperanza, de ese mar insano
El agua dividieses cana y fría.

CONT.

OVIDIO NASÓN

LAS HEROIDAS

EPÍSTOLA XVI. CONT.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

ELENA A PARIS.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

Noto también las señas que tu mano
Hace en la mesa, aunque con pecho invito
El rostro tuerzo, y disimulo en vano.

Tal vez me miras tan de hito en hito,
Que resistir tu vista no pudiendo,
Mis ojos á la tierra precipito.

Tal vez suspiras, y tal vez cogiendo
Mi vaso, bebes por la misma parte
Que primero me viste estar bebiendo.

jAy, cuántas veces para declararte,
Con rostro v con los dedos me hablabas.
Supliendo las palabras con el arte!

Y las más de ellas, como te elevabas,
Temí que no las viese rni marido:
Con tan poco recato las obrabas.

Y del temor que tuve concebido,
Di bastante señal en tu presencia,
Mostrando el rostro candido encendido.

Mil veces dije, viendo tu insolencia:
—Este es amante, y es desvergonzado,—
Y no ha salido falsa mi sentencia.

También en aquel círculo dorado
Que está en la mesa con primor dispuesto,,
Y en él mi nombre con buril grabado,

CONT.

OVIDIO NASÓN

LAS HEROIDAS

EPÍSTOLA XVI. CONT.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

ELENA A PARIS.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

Leí debajo de mi nombre aquesto:
«Amóla;» y claramente lo decía
Que con letras de vino estaba puesto.

Mas con los ojos respondí este día
Que negaba el creerlo, y ya ¡ay cuitada!
Sé que se puede hablar por esta vía.

Si hubiera de quebrar la fe guardada
A mi marido, la quebrara agora
Que estoy de tus caricias obligada.

Es tu rostro también como la aurora
Bello, yo lo confieso, pues inflama
Pechos, y con su luz los enamora.

Y puédese preciar cualquiera dama
De ser de tal varón amada esposa
Y de alcanzar tan venturosa cama.

Mas goce tanto bien la que es dichosa.
La que sin culpa y sin error notable
Puede gozar su juventud hermosa,

Mi honor se muestre firme, incontrastable;
No se rinda al amor lascivo, injusto;
Haga mi nombre eterno y perdurable.

Aprende con mi ejemplo santo y justo
A poder carecer de lo hermoso,
Que es virtud la abstinencia de tu gusto.

CONT.

OVIDIO NASÓN

LAS HEROIDAS

EPÍSTOLA XVI. CONT.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

ELENA A PARIS.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

Dírne, atrevido; díme, cauteloso:
¿Cuántos mancebos piensas que pretenden
Lo que pretendes tú como animoso?

¿Piensas que solos ven, solos trascienden
Tus ojos? ¿piensas que me faltan ciento
Que estén ardiendo? pero no me ofenden.

No tienes tú mejor entendimiento
Que ellos, ni miras más en mi belleza:
Sólo en tí encuentro más atrevimiento.

Ni tienes más valor, más fortaleza,
Más corazón, más ánimo en la espada;
Menos vergüenza sí, menos firmeza.

Entonces yo quisiera que en tu armada:
Vinieras, cuando, siendo yo doncella.
Era de muchos nobles demandada.

Que si allí viera tu presencia bella,
Entre cien mil tú fueras elegido,
Porque me inclina á te querer mi estrella.

Y en esta mi elección que he definido,
Por ser tan justa, cuando esté agraviado,
Alcanzaré perdón de mi marido.

Tarde vienes al gozo ya usurpado,
Otro posee tu bienaventuranza,
Otro ha el objeto de tu amor logrado:

CONT.

OVIDIO NASÓN

LAS HEROIDAS

EPÍSTOLA XVI. CONT.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

ELENA A PARIS.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

Fué tarde, tibia y floja tu esperanza,
Salióte azar la suerte y peligrosa,
Pues lo que pides otro ya lo alcanza.

Aunque hubiera gustado ser tu esposa,
No por eso yo soy del grande Atrida
Mujer forzada, pero soy forzosa.

Ruégote por tu amor y por tu vida
Que no enciendas mi pecho en vivas llamas
Con esa tu retórica fingida.

No me dañes, pues dices que me amas;
Deja que guarde sin mostrarme aleve
Mi triste suerte, que en tu carta infamas.

Ni por un gusto momentáneo y breve
Quieras robar con sumo desconcierto
Aquel despojo que á mi honor se debe.

Dirás que Venus hizo este concierto,
Cuando en el valle Ideo, que de rosas
Poblado estaba y de jazmín cubierto,

Te mostraron desnudos las tres Diosas
Sus cuerpos bellos, por llevar sentencia
De hermosura como más hermosas.

Prometió Juno reinos y opulencia,
Palas saber, y Venus mi hermosura,
Dándote á la Tindárida en tenencia.

CONT.

OVIDIO NASÓN

LAS HEROIDAS

EPÍSTOLA XVI. CONT.

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ELENA A PARIS.

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Fábula me parece y gran locura
Que sujetasen á tu pobre mente
Su perfección las Diosas de la altura.

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No creo que en su litis y juicio,
Me pusiesen por precio á tu rudeza,
Pues era en mí deshonra y perjuicio.

No estimo en tanto grado mi belleza,
Que piense que por don ha de ser dada
De una deidad de soberana alteza.

Contenta estoy con solo ver loada
Mi gran beldad, que es harto desengaño
Ser de todos los hombres aprobada.

Aunque recelo algún oprobio y daño
En que Venus me alabe, porque veo
Que de envidia me ordena algún engaño.

Mas no quiero negar, todo lo creo;
Apruebo esta alabanza por posible,
Que ¿cómo he de negar lo que deseo?

Ni te enciendas en cólera inflexible
Por verme tan incrédula y severa;
Que apenas lo que afirmas es creíble.

CONT.

OVIDIO NASÓN

LAS HEROIDAS

EPÍSTOLA XVI. CONT.

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ELENA A PARIS.

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Es, pues, de mis grandezas la primera
Haber mi rostro a Yenus agradado,
Siendo de mi belleza pregonera.

La segunda es haberme tú estimado
Por sumo precio para tu grandeza,
Y por corona y prez de tu reinado.

Preferiste de Elena la belleza
A los reinos de Juno y su privanza,
Y á Palas, á sus ciencias y riqueza.

Luego pues soy tu imperio y buena andanza.,
Tu ciencia, tu virtud y tu provecho,
Todo tu honor y bienaventuranza,

Tendré de hierro y de diamante el pecho,
Si esa gran voluntad y amor del tuyo
Ko acepto, ó como ingrata lo deshecho.

Mas dudo, y como tímida rehuyo
De amar á aquel que apenas imagino
Poder ser mío, por tener ya cuyo.

¿De qué sirve intentar con desatino
Arar la playa, cultivar la arena,
Ni por las ondas señalar camino?

¿De qué sirve esperar en cosa ajena,
Ni pretender su fruto peligroso,
Pues el lugar y el tiempo nos condena?

CONT.

OVIDIO NASÓN

LAS HEROIDAS

EPÍSTOLA XVI. CONT.

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ELENA A PARIS.

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Para el fruto de Venus amoroso
Inhábil soy, que nunca he hecho ofensa
{Los Dioses son testigos) á mi esposo.

También agora que tu amor dispensa,
Que te responda en esta carta breve
Lo tiene el alma >á novedad inmensa.

La mano apenas del temor se mueve,
Y siente por notable pesadumbre
El nuevo oficio que á tu fe se debe.

¡Dichosa la que tiene de costumbre
Servirse de un amante y otro amante,
Rompiendo la aspereza de esta cumbre!

Yo, de amorosos gustos ignorante,
Tengo por muy difícil y pesado
El camino de culpa semejante,

Ya me ofende el temor de haber pecado,
Y antes de cometello me confundo;
Que es propia la inquietud del mal estado.

Ya pienso que me mira todo el mundo,
Y ve escritas mis culpas en la frente:
Que no hay secreto do hay amor inmundo.

Ni esto imagino temerariamente,
Que ciertas detracciones he sentido
Contra los dos de la plebeya gente.

CONT.

OVIDIO NASÓN

LAS HEROIDAS

EPÍSTOLA XVI. CONT.

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ELENA A PARIS.

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Y Etra diversos chismes me ha traído
Que al vulgo oyó; que todo se revela,
Y piensa el amador que no es sentido.

Pero tú disimula con cautela,
La llama esconde de la vela que arde,
Sino es que gustas de apagar la vela.

Mas ¿por qué causa como vil cobarde
La has de apagar? Pues encubrilla puedes.,
Disimula y espera, que no es tarde.

Ama, pretende, pídeme mercedes,
Pero secretamente y con prudencia,
Que á veces tienen ojos las paredes.

Por haber hecho Menelao ausencia,
Aunque nos dio ocasión, no es justa cosa
De aquí tomemos pública licencia.

Él se ausentó por ocasión forzosa;
Causa hubo justa en este apartamiento;
No te parezca, oh Paris, maliciosa.

Partióse, y con mi expreso mandamiento*
Porque dudando si ausentarse había,
Le dije:—Ye, mas vuélvete al momento.—

El recibió por buen agüero y guía
Ir con mi gusto, y del contento ufano,
Mil ósculos me dio con alegría.

CONT.