por Pascual Lopez Sanchez el Mar 20 Oct 2020, 07:58
AUGUSTO FERRÁN Y FORNIER. (1835 - 18880)
OBRAS COMPLETAS (FTE. BVMC)
UNA INSPIRACIÓN ALEMANA
ÉPOCA PRIMERA
I
En mi corazón vuelve a amanecer. En mi corazón se ocultan los últimos rayos de la luna pensativa, y se esconde el último brilla de las relucientes estrellas.
En mi corazón se acurrucan en tropel todos los ecos de las infinitas palabras que la noche, oscura y silenciosa, porque tiene recuerdos, medita con acento íntimo y profundo.
En mi corazón buscan seguro abrigo los suspiros, los punzantes duelos, los comprimidos sollozos, las penas solitarias y quejumbrosas que la noche ha despertado y que ahuyenta el nuevo día.
En mi corazón se precipitan todos los hijos de la noche: recuerdos y esperanzas, deseos y realidades, ensueños y desengaños, verdades y mentiras.
Mi pobre corazón se asusta al pronto; siente que lo oprimen, que lo conmueven, que lo agitan; pero es tan fuerte, que no quiere quejarse, y calla resignado al ver la claridad del nuevo día.
Sí; en mi corazón vuelve a amanecer. Los primeros rayos del sol doran la cumbre de las montañas. Los prados se iluminan, las colinas resplandecen, y los barrancos más profundos se despiertan perezosos.
El sol mira con sus mil ojos resplandecientes, desde la cumbre de la montaña, y al pronto nada ve, porque su intensa claridad es como el relámpago que deslumbra y todo lo ilumina, hasta la sombra más oculta.
Donde no hay sombra no hay verdadera luz. -Yo te saludo, ¡oh sol! Hacia ti levanto mis brazos, tanto tiempo caídos e inmóviles, y con profundo júbilo me paro a mirarte y exclamo, herido por tu deslumbrante esplendor:
¡Oh sol incomparable! ¡Oh sol siempre joven! Si fueras el sol del invierno te volvería la espalda; si fueras el sol del estío te despreciaría; si fueras el sol del otoño me burlaría de ti; pero ¡oh sol generoso y altivo!»
Tú eres el sol de la primavera, y como eres el sol de la primavera, caigo de rodillas ante tu luz bienhechora, y beso la tierra, y al besar la tierra, late mi corazón fuertemente.
Dentro del pecho late fuertemente, y despierta, y salta de júbilo, porque tus rayos primaverales llegan hasta él, y porque tus rayos primaverales despiertan en su fondo y llenan de radiantes reflejos.
Dulces imágenes casi heladas por el frío invierno, recuerdos tristes y alegres de primaveras ya olvidadas, deleites y pesares ya casi muertos de frío; porque tus rayos primaverales y ardientes, al dar nuevo vigor a la tierra, vieja y sombría al exterior, pero siempre joven y tranquila en el fondo, encienden, quién sabe si por última vez, mi aterido corazón, si no muerto, helado ya y moribundo.
» "Cómo se comenta un poema" de Ángel L. Luján Atienza. Editorial Síntesis, S.A., 1999, Madrid. (Recensión)
» Hafiz
» Fernando Pessoa: Libro del desasosiego
» SAFO
» FERNANDO PESSOA( ELE MESMO, ALBERTO CAEIRO, RICARDO REIS, ÀLVARO DE CAMPOS, BERNARDO SOARES, ETC)
» CLARICE LISPECTOR ( Centenario de nacimiento)
» CECILIA MEIRELES
» Khalil Gibran
» Yalal ad-Din Muhammad Rumi