EL BARÓN
ACTO PRIMERO
ESCENA I. CONT.
- LEONARDO
Estando tan cerca
de Toledo, estando enfermo
de tanto peligro, ¿hubiera
sido razón...?
- FERMINA
Yo no sé...
Voy a acabar, no nos sientan.
Nuestro Barón prosiguió
sus visitas con frecuencia:
siempre al lado de mis amas,
siempre haciéndolas la rueda,
muy rendido con la moza,
muy atento con la vieja;
de suerte, que la embromó.
La ha llenado la cabeza
de viento; está la mujer
que no vive ni sosiega
sin su Barón; y él, valido
de la estimación que encuentra,
quejándose muchas veces
de que la posada es puerca,
de que no le asisten bien,
que los gallos no le dejan
dormir, que no hay en su cuarto
ni una silla ni una mesa;
tanto ha sabido fingir,
y ha sido tan majadera
mi señora, que ha enviado
por la trágica maleta
de El Barón, y ha dado en casa
eficaces providencias
para que su señoría
coma, cene, almuerce y duerma.
En efecto, ya es el amo:
se le han cedido las piezas
de arriba; viene a comer,
se sube a dormir la siesta,
vuelve a jugar un tresillo,
o sale a dar una vuelta
con las señoras; después
vienen a casa, refresca,
cena, sin temor de Dios,
vuelve a subir y se acuesta.
Tal es su vida. El motivo
de haber venido a esta tierra,
ha sido, según él dice...
¡Para el tonto que lo crea!
No sé que lance de honor,
de aquellos de las novelas:
persecuciones, envidias
de la corte, competencias
con no sé quien, que le obligan
a andarse de zeca en meca...
En fin, mentiras, mentiras,
mal zurcidas todas ellas.
Esto es lo que pasa. Ahora
inferid lo que os parezca.
Isabel os quiere bien;
pero Patillas lo enreda
a veces y...
- LEONARDO
Sí, su madre
es tal que podrá vencerla;
y hará que me olvide, hará
que a su pesar la obedezca...
¡A su pesar!... Pero, ¿quién
me asegura su firmeza?
¿Quién sabe si, ya olvidada
del que la quiso de veras,
a un hombre desconocido
dará su mano contenta?...
Adiós... Pero tú, que sabes
cuanto mi amor interesa,
haz que yo la pueda hablar;
dila el afán que me cuesta...
Dila, en fin, que no hay amante,
por más infeliz que sea,
que si no merece afectos,
desengaños no merezca.
(Hace que va y vuelve. Vase.)
- FERMINA
¡Pobrecillo! Mucho temo
que el tal Barón te la juega.
Y al cabo de tantos años
de ilusiones lisonjeras,
tantos suspiros perdidos,
tanto rondar a la puerta,
tus proyectos amorosos
en esperanzas se quedan.
¿Y esto es amar? Esto es
vivir remando en galeras.
FIN DE LA ESCENA I
Hoy a las 18:59 por Maria Lua
» LA POESÍA PORTUGUESA - LA LITERATURA PORTUGUESA
Hoy a las 18:51 por Maria Lua
» LA POESIA MÍSTICA DEL SUFISMO. LA CONFERENCIA DE LOS PÁJAROS.
Hoy a las 18:47 por Maria Lua
» POEMAS SIDERALES I ( Sol, Luna, Estrellas, Tierra, Naturaleza, Galaxias...)
Hoy a las 18:14 por Maria Lua
» Luís Vaz de Camões (c.1524-1580)
Hoy a las 16:21 por Maria Lua
» FRANCESCO PETRARCA (1304-1374)
Hoy a las 16:19 por Maria Lua
» EDUARDO GALEANO (Uruguay - 1940-2015)
Hoy a las 15:49 por Maria Lua
» VICTOR HUGO (1802-1885)
Hoy a las 15:40 por Maria Lua
» DOSTOYEVSKI
Hoy a las 15:25 por Maria Lua
» CÉSAR VALLEJO (1892-1938) ROSA ARELLANO
Hoy a las 15:11 por cecilia gargantini