Debimos acabar con tanta teoría
Ejecutar cada palabra que rondaba el pensamiento
envuelta en una mudez absurda e irresoluta.
Algo pasó, y quedó el mundo dividido:
las mesas grandes y los platos chicos.
Los besos esquivos y los abrazos lejanos.
Los mares abrieron su boca como tigres hambrientos
Y cada volcán fue un dragón enfurecido.
Pero no supimos prevenirlo
Fuimos parte del mar y del dragón
en la vorágine absurda y egoísta de la vida.
En esta tierra de viñas y petróleo
fabricamos vinos y envenenamos agua
la sangre fue quedando en nuestras manos,
laceramos ilusiones como corderos sagrados
para ofrecerlas a los dioses que nunca nos oyeron.
Debimos descifrarlo, acabar con tanta teoría
Pero fuimos latidos sordos, palabras mudas
Dejamos los corazones
en manos de organismos oficiales
y en ese bodegón sin techo
cargado de ataúdes y miserias
el rocío fue herrumbrando
la canción más feliz de nuestros sueños.
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