antes de la muerte
que es el principio del final,
Nuestros cuerpos agachan la cabeza
sorprendidos de mantenerse en pie.
(Jacques Brel – Voir un ami pleurer)
¿Debo seguir hablando, decir que fui futuro
en el pasado
cuando nadie me escucha ni me cree?
¿Esperar que me digan que soy tierno
cuando a todos les gusta la aspereza?
Sigue creciendo ajeno a mi agonía
el árbol en el patio de los mirlos
y sus hojas caducas
me dicen con sigilo y con candor
que volvió la esperanza,
que seré algo más viejo y mi memoria
empezará a cubrirse por miedo a que la vean,
que mi tren se marchó hace ya mucho tiempo,
que quizás nunca
se detuvo en mi alma cuando llevaba amor,
que vivo en otro mundo,
por eso no respiro
en las conversaciones que pasan y no llegan
y acaban en las sombras,
que aprendí a no reírme de los desposeídos,
a no sentir orgullo por mi supervivencia,
a llevar al poeta
como una cruz al hombro.
El payaso profundo que glosa mis tristezas
frecuenta las consultas, persigue batas blancas,
fuma en los hospitales, toma el pezón perdido
que sonríe a la muerte...
entre sus manos...
***
Y no hay ninguna queja.
Última edición por F. Enrique el Lun 03 Jun 2019, 17:55, editado 1 vez
» Padre, están cantando los Mirlos
» Agosto. Agenda 2030. Objetivo 3 Salud y bienestar
» Poesía feminista
» Sentir la noche
» Eso quiero yo y queremos todos
» En cualquiera de las noches de esta vida
» SOBRE LA ROSA...
» Delirio (rev)
» MIS LOZANAS MANOS