Ya no hay pueblo en éste espacio del alma
donde cantaban las ranas después de la lluvia
Ni las huellas hundidas en el barro fresco
Ni el pelicano del monte, ni la chacra prolija
No hay figuras quebradas en la tierra reseca.
Ni fogatas de talas en el invierno del tiempo
No hay una patria chica para guardar la nostalgia
Ni una nostalgia tan grande para cubrir el olvido
Bajo el piso de adoquines se sepultaron los pasos
que escribieron historias de una infancia perdida
Sobre vías destruidas y estaciones fúnebres
desaparecieron las cartas imaginarias de la vida
Un tren de hojalata se ha tragado los sobres
del papel que guardaba la memoria de un niño.-
Walter Faila
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