por Lluvia Abril Mar 14 Nov 2017, 01:03
HERMANOS ARGENSOLA. CONTINUACIÓN
- LI -
Más embravezco al mar, más inquietos
pruebo los vientos cuanto más envío
voces al cielo, y al lamento mío
responde con más ásperos efectos.
Mas si llevo estos ídolos secretos,
¿por qué lo espero favorable y pío?
¿Guardo, Filis, tus prendas y porfío
a pedir paz con votos imperfetos?
Osemos, pues. ¿Qué tiemblas, mano? Intenta
ardan las adoradas hebras de oro,
su imagen y estas letras de su dueño.
Que así, ronco el piloto en la tormenta,
arroja al mar las perlas y el tesoro
para librar el combatido leño.
- LII -
En abismos poner los fundamentos
de la ancha tierra y, cual pequeño velo,
hacer los aires, y formar el cielo
y estrellas, con diversos movimientos;
dar ley al mar y reprimir los vientos,
juntar conformes el calor y el hielo,
con providencia y con eterno celo
crecer vivientes plantas y elementos.
Señor, a tu poder muy poco ha sido;
mas que Tú, Dios; que Tú, Criador, quisieses
nacer hombre y morir por quien te ofende,
tanto a tus maravillas ha excedido,
que no lo sé decir, basta que fueses
el que lo hizo, y sólo el que lo entiende.
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