ANTOLOGÍA DE LA POESÍA BARROCA MURCIANA. (APBM)
4. SALVADOR JACINTO POLO DE MEDINA (1603 - 1676 )
OBRAS COMPLETAS.
ACADEMIAS DEL JARDÍN
ACADEMIA TERCERA
La gala con que escribe don Pedro de Castro en la
corte puede ser ádmiración ; mirad si podrá ser a nuestra
Murcia crédito. Oíd este soneto suyo al sepulcro del ilus
trísimo Cardenal de Trejo, Obispo de Málaga y Presidente
de Castilla
SONETO
No pises, no ; respete el pie la nieve
dese mármol, de aquella aguja, aquella
pompa de luz con vanidad de estrella
que a los ojos del sol lágrimas bebe.
Pira es de un Fénix que su ser se debe,
urna es de un justo que renace en ella.
¡ Oh, lo que el mármol de virtudes sella!
¡Oh, lo que el bronce a desengaños mueve !
Yace a España su púrpura, que~ triste
vió agonizar de tanto sol la llama,
muerta no, a su ser restituida.
Ve en paz, j oh, peregrino! , y dí que viste
en breve vida eternidad de fama,
en breve muerte eternidad de vida.
No son estos ingenios solos. Muchos puedo referir,
aunque no tengo en la memoria versos suyos ; un don
Alonso Pusmarín, relator del Consejo Real ; un don Fran
cisco Valcárcel; un don Luis Cerdán ; un don Alonso
Mergelina, que tan doctamente escribió un tratado en
Derecho en favor de la Virgen ; un don Juan Mergelina,
su hermano, que con tanta erudición ha traducido los
sesenta libros que escribió Pierio Valeriano de los Geroglíñcos
antiguos de los egipcios ; un don Rodrigo Montalvo ;
un doctísimo jurisconsulto, el licenciado Pedro Ferrer, cu
yos méritos le han dado la plaza de corregidor de Ciudad
Rodrigo y la de alcalde mayor en la ciudad de Córdoba
y nos deja con esperanzas de mayores ocupaciones ; un
licenciado Bernardino, de Porras, cuyo ingenio puede hacer
competencias a los Baldosa el universal en ciencias
(así lo llama nuestro gran Lope de Vega) don Ginés de
Rocamora ; el prudentísimo don Francisco de Castilla,
que escribió tan doctamente el libro de Teórica de virtudes;
el racionemo Ramírez Pagán, que escribió el Jardín
de humanas y divinas flores; dan 1Vliguel Maineta ; el doctor'León
y su hijo Franciscó de León; el beneficiado Gepeda
; ' el beneficiado Martín Hidalgo ; el licenciada Alonso
Tinco ; el licenciado Alonso Cano de Ureta, que escribió
la semana de E~pinardo ; el doctor Leandro Cervera ;
Miguel González de Canedo, que escribió El triunfo de
San Miguel y El Monstruo español. Todos estos ingenios,
¿no son calificación, no son honra de que se puede preciar
el mundo? Pues sí hablamos de las armas, ¿dónde
florece más la valentia? Digalo la ilustrísima casa de Fajardo,
casa de generales, y sus valerosos sucesores, que su
. espada pretendieron sus blasones y con su valor los alcanzaron
. Buen testigo es de esta verdad el miedo que
los enemigos tienen al nombre de Fajardo, y los moros
granadinos 1o confiesan y los que vivieron la Mamora,
donde a costa de su vida conquistó don Luis Fajardo a
su rey tan gran fortaleza con sus ilustres y valerosos hijos
don Alonso Fajardo, que murió sirviendo a su Majestad,
siendo gobernador en las Filipinas, a cuyo gobierno de=
ben ,aquellos reinos su conservación, y el segundo hijo
don Juan Fajardo, primer marqués de Espinardo, capitán
generál .del mar Océano y gobernador de La Coruña.
Y si nos acordamos de los primeros Fajardos y marqueses
de los Vélez, ¿no es gloria de nuestra patria un marqués
don Pedro, un marqués don Luis? Pues demás de
éstos, ¿cuántos otros capitanes tiene nuestra Murcia, un
dan Juan Usodemar y Narváez, que en la jornada que
nuestro gran monarca Felipe II juntó para Argel, con
tanta costa y ostentación de su liberalidad llevó a su costa
vestidos de una misma librea trescientos hombres; un
don Juan Verástegui ; el capitán Pagán ; el capitán don
Francisco de Ribera, general de las galeras de Dunquerque;
el capitán Aledo ; el capitán don Francisco 1VIontijo ;
el capitán Chaves, y otros muchos sujetos que olvido? Si
tratamos de lá pintuxa, d.e que también este caballero
nos maltrata, ¿tiene Italia quien pueda competir el pincel
de un Pedro Oriente, de un Lorenzo Suárez y un Cristóbal
Acebedo, segunda naturaleza cada uno Bellos en
lo natural de sus copias? Y en lo que nota de poca cortesía,
¿dónde más humanidad, más agasajos con forasteros,
y adónde más gala ; dónde las damas más discretas,
más hermosas, más bien puestas las galas, tan airoso lo
prendido, tan aliñado eI . deseo ; dónde hay más riqueza,
pues vale sólo el fruto de la seda más de dos millones cada
un año, sin lo que los otros frutos (que tiene de todos)
vienen a montar? I~a amenidad de su sitio ¿tiénele España
más deleitoso?, pues es todo él un cultivado bosque
de moreras, árboles para criar la seda, y un jardín
natural, pues sin artificio ni cuidado, por todas partes y
en todos tiempos, cubre la tierra su cabeza toda de la
más hermosa cabellera de yerbas y flores, tan varias y
peregrinas que no puede saberles el nombre la memoria
más memoria, efectos todos de la abundancia de las
aguas, pues pasan de más de quinièntas cequias las que
hacen lazos y giros diferentes por toda la huerta, sin otras
tantas que dejan de correx algunos días, hijas unas de
otras, y todas del caudaloso Segura, que dividiendo en
dos partes iguales la huerta parece con ramas de plata
un árbol de cristal. Menos información sobrara para la
noticia que el mundo tienè de los ingenios, riquezas, galas,
hermosuras delta dichosa ciudad, y cuando lè faltasen
todas no puede tomarsè la licencia de murmurarlas
quien no acierta todo lo que escribe, pues si reparamos
en lo que escribió este caballero, lo primero erró en el
título del libro llamándolas Heyoidas. A defenderse ha
con Ovidio, que da la misma inscripción a un libro suyo,
pero olvidóse este autor, sin duda, que héroes son los va
rones ilustres, y heróidas las mujeres ilustres, como lo
fueron Penépole, Ariadna y Fedra, de las cuales, y de
otras, hace eI poeta sus epístolas ; Papinio, l b. 2 de las
Silvas: Quae veteres Zafias graecasque Heroidas aequas.
Adviértase si son mujeres ilustres y no epístolas. Si los
versos que van sin construcción se hubieran de censurar,
fuera cansaros y cansarme: Casi todos _ Ios tercetos van
desatados . Diré sóol de los que tratan de Murcia, y propongo
el principio de la carta Heroidas
Ni científico eI Tormes, rico el Betis,
sutil el tajo, célebre Jarama,
ni inmenso el mar, a quien adora Tetis,
ni caballo relincha o toro brama,
ni las guirnaldas del Petrarca o Tasso,
se tiéne aquí noticia, si laureles
componen o si roble a Garcilaso.
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