Hoy hace justo un año y cinco meses,
dos semanas, tres días y diez horas
menos quince minutos,
que mis ojos enjutos
un punto no te han visto, ninfa honrada ;
pordóname lo honrada si te enfada,
y lo ninfa también, que es vulgar cosa
decir luego un poeta ninfa herynosa
a la dama que alaba, y no querría
enfadar a lá mía
con estos epítetos,
muletas de los versos y coneetos ;
digo; volviendo al caso, que ha dóshustros
de días, que son diez, que voy buceando
un nombre dulce y blando
qué con el tuyà frise, -
como con el de Inés frisa el de Nise,
con Isabél Belisa,
con Francisca Fenisa;
y en el alma me pesa
que te llames Téresa,
porque, dando . una vuelta al Calegino,
enfadoso, colérico y mohíno,
no me he enëoñtradà en el volumen suyo
nombre que venga con el' nombre tuya ;
pero mi amor, mi ingenio y mi codicia
ha hallado al de Teresa el de Tirieia,
y con voz más lozana
también a Tertulianá.
Escoge de las dos, y si el primero
tes parece mejor y más entero,
por escogerlo tú, tengo por llano
que lo tendrá por bien el Tertuliano.
Sabrás, dulce Tiricia de mi vidá,
mas eres mí homicida,
y es mejor el llamarte de esta suerté
cruel Tertuliana de mi muerte.
El dios ciego, rapaz o niño tuerto,
por ti mé tiene muerto,
pero no digo bien, pues estoy vïvo,
y hablando y quejándome te escribo,
siendo tan llano y cierto
que no habla y escribe eI que está muerto,
y es caso peligróso
que me tengas, mí bíen, por mentiroso.
Digo, pues, qué me abraso y me constxtno,
pues me sale del alma al rostro el humo
y mi cara morena,
es claro indicio que en ttx fuego pena ;
mas temo que este fuego
al punto has de decir que es burla y ciego,
porque el es tu belleza quien lo atiza,
ya me hubiera su ardor vuelto en aeniz8,
Y que Para, ereella
no has visto de mi llama una centella;
y las flechas de amor, del alma. avispas,
siempre que encienden fuego arrojan chispas.
Humilde al fin te quiero,
más que Leandro a Ero,
si con menos provecho,
gises no he pasado mar ni visto estrecho ;
y en cosa tan notoria,
es de amante novel picar historia.
Aquí dïjera ahora
que tu galán te adora;
mas callo, porque temo
castigos de blasfemo,
y requiebros que huelen a gentiles
sasi de amores plebeyos y civiles ;
y yo, - aunque posó valga,
te estimo y quiero con amar hidalga,
sin pechar con desvelos
la moneda forera de los pelos,
Suele un amante que de veras ama
ablandar a su dama,
cuando está rigurosa,
con lisonjas de hermosa,
retratando su rostro en breve suma
con ingenio pintor y pincel pluma,
y después, cotejada la pintura
con la viva heamosura,
le parece el retrato
como a Zoxobabel Poncio Pilato ;
pero yo, sin lisonja,
que parezca poeta o huela a maíija,
gtúero pintar al vivo
ti cara o rostro, de belleza archivo.
Podrá ser que te ablandes,
bello lienzo da Flandes
o serafín marciano,
viéndote retratada de la mano
de tu galán Apeles ;
y si te vas tan dura como sueles,
diré que he retratado
de Dafne el cuerpo, de corteza armado.
Comienzo a lo usual, por los cabellos,
que son del mismo sol los rayos bellos ;
mas no vienen tus hebras con sus rayos,
porque ellas eón morcillas y ellos bayos;
y si digo que son madejas de oro,
a mí y a su beldad piérdo el decoro,
pues habrá quien me tache
de que vendo por oro el azabache,
y fabricar mentiras semejantes
más es de mercaderes que de amantes.
Digo, pues, que en tu moño y tus guedejas,
que llamamos madejas
cortesanos discíetos,
son muchos pelos prietas,
que tu mano adereza
y están asidas siempre a tu cabeza,
entre cuyas sortijas
suelen crïarse algunas sabandijas,
de que es, porque su casta allí no reine;
conde de su expulsión el boj de un peine.
Leche, cielo, cristal y nieve. ardiente
dijera que es tu frente ;
mas no habrá, quien lo crea
cuando en tu frente vea
aquesta tez bastarda,
poco menos que negra y más que parda,
y porque algún curioso, ~ te mira,
no me baile en mentira,
digo que es su color leche entintada,
ollín nevado y nieve azabácl~ada,
un cielo a media noche,
cuando está de la luna ausente el coche,
con una infinidad de pacas bellas,
que en mulaio cristal sirven de estrellas.
Dos arcas son tus cejas, de Cupido,
con que a tus pies rendido
tiane al cuerpo y al loco,
Y si este nombre es poco, ,
son dos arcos que al suelo
muestran las nubes cuando llueve el cielo ;
son dos arcos triunfales
y dos arcos turquescos ;
mas estos epítetos no son frescos,
porque tienen más años
que yerros un doctor y un sastre engaño$.
Y si bien se me acuerda,
el arco_ de Cupido este con cuerda,
y para disparar birotes suyos,
no la tienen .los tuyos ;
y del arco del cielò dirá alguno
que los tuyos son dos y el otro es uno.
Dejemos folsedádes,
y digamos verdades
tus negras cejas son por un estilo, .
de cerdas o de hilo;
mal teñidos dos flecos;
unas veces mojados y otros secos,
del agua que, sudando, es fuerza exprima .
la frente que está : encima
mordaces tenacillas
son hoces y corvinas,
y alegre o con enojo,
sirven de guarda-polvo a tus dos ojòs:
Llamáralos"estrellas rutilantes,
a las del mismò cielo semejantes ;
mas ¿qué tienen que ver ojos y estrellas
si ellas son negros y doradas ellos`l
y cuando los llamara, "
del firmamento oscuro de tu cara;
luceros zahareños,
también para luceros son pequeños:
Y si, por menos bajo,
ahora les encajo
el título de soles,
son tramoyas de cisnes españoles ;
que siempre que celebran
bellezas que requiebran
les parece al$banza humilde y baja
si no hurtan al cielo alguna alhaja.
Mas yo, que por lo ronco y por el tizne,
tengo poco de cisne,
diré que son las luces de tu frente
(si ella misma no miente)
dos enlutados ojos non dòs niñas,
de quien son cuatro párpados basquiñas,
que con travieso estilo
ol sesgo miran siempre; y nunca at hilo ;
de cuyas . tiernas guardas
son las pestañas pinas o alabarlos,
hermosos pasadizos de la vista,
que puso el celestiol y eterno Artista
en monjas, frailes, clérigos y legos,
para mirár y ver, si no son ciegos.
Cañón de plata, o zona, que divide
estas esferas y lucientes globos.
Eso, musa, a los bobos
¿qué esfera, ni qué globos, ni qué antojos,
si acabale de decir que son dos ojos?
Volved a la nariz : cañón de plata
dijera que es la tuya, hermosa ingrata,
mas no se compadece
decir que es plata, si vellón parece ;
llamárala almendruco,
como el otro poeta mameluco ;
mas tu nariz, mureiana Melisendra,
es grandè para almendra ;
y si éste es desatino,
vendamos pan por pan, vino por vino.
Digo que es tu nariz un corvo caño,
unas veces de alambre, otras de estaño ;
que tú sueles en breve
poner a su dógal fundas de nieve,
cuyos caños de enebro
purgan las inmundicias del celebro.
D e tus rojas y cándidas mejillas
dijera maravillas,
llamáralas auroras,
mas no están de una suerte a todas horas :
que si en la madrugada
sale la Aurorà blanca y encarnada;
tus mejillas descubren
el ébano que encubren,
porque en ellas el ébano es poetizó
y la grana y jazmín prestado hechizo ;
mas no sé qué quisieras
que, las llamara, eternas primaveras,
claveles deshojados
sobre campos nevados,
o en mosquetas hermosas
entreveradas rosas,
sangre vertida en leche,
o aquel nuevo y ridículo escabeche
de cristal y de grana ;
mas toda es jarcia vana,
que ahora razonan, y cantaron antes
poetas mendigantes,
fantásticos pintores,
juntandö tintas y mezclando flores ;
mas no quieré mi amor hacerte ofrenda
del color que se halla en cualquier tienda,
y de flores, despojos de la mano
de cualquiera hortelano,
que brotó la maceta
del tierno casco de cualquier poeta.
Son tus mejillas dos nevados pomos
que algunos llaman romos,
cuyo color burillo
quiere matrimoniar con lo amarillo,
y para disfrazar su taracea
de contraria librea
viste tu mano frenos
su negro bombasí de teia blanca,
que un tejedor mortero
urdió, y tejió primero,
mezclando, y no de balde,
con pelo, solimán, trama, albayalde,
poniendo con cautela
sobre la blanca tela
dos rosas encarnadas
del papel trasladadas ;
sellada provisión, que un dedo cita,
dada en Granada, y en Guadix escrita,
quedando el rostro ufano y hueco,
con su mismo embeleco,
de ver, cuando al cristal tu imagen miras,
cubierta una verdad con dos mentiras.
Sólo ahora me toca,
bella Tiriçia, dibujar tu boca :
son tus hermosos labios
del más fino rubí dulces agravios,
rojo clavel partido,
breve listón de nácar dividido,
animados corales
de dos sartas de perïas orientales
o de diamantes puros,
con bella proporción dos bellos muros
mas estaè herejías,
alabanzas no son, sino ironías,
que al pecho más extraño
inclinan y enternecen con su engaño
que por ley que promulga,
la vulgar opinión las descomulga ;
y yo, como poeta bautizada,
no quiero estar por esto excomulgado.
Y pués éstas son burlas lisonjeras ,
volvamos a las veras.
Tus labios son dos labios solamente,
y una, tu boca, o puente,
del pan, del agua, de la vozv aliento,
sonoroso instrumento ;
cuya color impresa
és madroño una véz; òtra camuesa,
según los bruñe y pinta
el sangriento Brasil, resuelto en tinta.
Muros de Cierna carne, y no dé yeso,
de ocho dientes de hueso
y otros cuatro colmillos,
ya blancos, ya amarillos;
y veinte muelas, que tu boca esmaltan,
`menos las que te faltan,
con. que, sin que pesar de hacerlo tomes,
muerdes, mascas y comes,
hablas, alientas, cantas y suspiras,
y la saliva tiras,
escupes, y en mil mòdos
pides sagaz a todos,
y alegre sí pronuncias,
si te promete alguno el bien que anuncias,
y rebelde, sin gusto y con despego, ,
me respondés un no cuando te ruego.
Dejo la barba y cuello,
brazos, maños y pecho hermoso y bello
del vello que lo tapa, -
que a tu morena piel es felpa y capa,
porque no piense y crea
cuando estos versos léa
el malicioso y rudo
que voy ad
rezando algún menudo.
Este es, ingrata ninfa, tu' trasladö ,
sacado, corregida y concertada~ v`~ "y~_;;-
con el original de tu persona.
Las faltas me perdonas,
que por ellas rem tò
àl vivo original todo lo escrito.
Ablándate, pues quiero .a,
ese animado acero,
muéstrate ~ tu galán menos ingrata. ,r
Mira que si me mata
tu desdén excesivo,
estando muerto no has de verme vivo,
y mientras fuere vivo ten por cierto
que he de quererte y no has de verme muerto.
Hoy a las 13:46 por Pedro Casas Serra
» Poetas ucranianos muertos
Hoy a las 13:33 por Pedro Casas Serra
» Metáfora. Poemas de poetas vivos. 2059, de Raquel Lanseros
Hoy a las 13:09 por Pedro Casas Serra
» ANTOLOGÍA DE GRANDES POETAS HISPANOAMÉRICANAS
Hoy a las 12:45 por cecilia gargantini
» MAIAKOVSKY Y OTROS POETAS RUSOS Y SOVIÉTICOS, 4 POETAS CONTEMPORÁNEOS DE RUSIA Y LA FEDERACIÓN RUSA. CONT. 7
Hoy a las 12:43 por cecilia gargantini
» POEMAS PARA NIÑOS
Hoy a las 12:38 por cecilia gargantini
» 2022-04-27 AFORISMOS: RELIGIÓN II
Hoy a las 12:35 por cecilia gargantini
» CLARICE LISPECTOR II ( ESCRITORA BRASILEÑA)
Hoy a las 09:57 por Maria Lua
» Rabindranath Tagore (1861-1941)
Hoy a las 09:52 por Maria Lua
» Jorge Amado( 1912-2001)
Hoy a las 09:50 por Maria Lua