ANTOLOGÍA DE LA POESÍA BARROCA MURCIANA. (APBM)
4. SALVADOR JACINTO POLO DE MEDINA (1603 - 1676 )
OBRAS COMPLETAS.
ACADEMIAS DEL JARDÍN
ACADEMIA CUARTA
A tan cortés respuesta se mostró cariñoso el padre de
Filis, despidiéndose ,luego a dar nueva tan feliz porque la
brevedad ayudase al gusto de haberlo efectuado. El alegria
que Anfriso tuvo, sólo el dolor que padecía en perder a
Filis podrá encarecer el gusto de gozarla, siendo dicha para
todos tan dicho suceso, pues sin aguardar la cortesía de
que los avisasen con recato vinieron todos a darle parabienes
y norabuenas. Todo esto tenía granjeado el ingenio
de Anfriso. Dilatáronse las bodas los días que bastaron
para la prevención de galas y fiestas, haciendo en este
tiempo Filis (ya que la consentía la seguridad de esposo)
tantas finezas con Anfriso, que descontaron los muchos
siglos de desdeñosa. Llegó en fin el dichoso día aplaudido
con tantas fiestas, que por su grandeza las remito para la
segunda parte, refiriendo en ésta un epitalamio que a tan
aquella noche, en público leyó de esta manera
felices bódas hizo Jacinto, y después de haber cenado
EPITALAb'IIO A LAS FELICES BODAS
DE ANFRISO Y FILIS
DEDICATORIA A ANFRISO
En sorda lira, con rozada cuerda,
¡ oh tú, primero Adonis ! ,
desde los castos brazos de tu esposa
(Géminis, o lazada de luceros)
lo que sabes, escucha, repetido ;
será gloria segunda de tu oído,
un eco de tu afecto, aun mal formado ;
si está mal atinado
mi devoción no pierda,
pues acción es del alma generosa
grave epopeya a genio- soberano,
en cuya heroica mano
exceda dulce numerosa pluma
a la que da el cristal, pira de espuma,
pero aunque no la iguala mi instrumento,
pues eres . cortesano, escucha atento.
EPITALAMIO
Hijo galán del sol, un joven bello
(garzón de quien el Frigio está envidiosa)
que el cuerpo alienta de bizarras almas;
de libre acción el ademán brioso,
exespa guedeja . laureó el semblante
que artista el natural plegó el cabello,
y luchando inconstante
travesura en el aire se tropieza,
adora una belleza
dulcemente de amor herido el pecho,
de suprema beldad ocasionado,
no de villana estrella porfiado,
que al mérito cedió noble derecho,
Adora Anfriso desde edad Temprana
la florida man"ana
de Filis, que en los años juveniles
los lustros de su edad fueron abriles,
ninfa en Segura bella,
más hermosa que aquella
que en lecho de cristal parió la espuma,
No abrasó a Troya más hermoso fuego ;
milagro es con disfraz, cielo humanado,
con aires de mujer deidad mentida,
imposible en lo humano su belleza
por más divina menos admíxada,
y sólo competirla
de su talle, su garbo y de su aseo,
del supremo poder privilegiada
competencias la absuelve
y rica de beldad vive segura,
que se acabó con ella la hermosura.
Oro el . cabello que en prisión de plata
trenzados resplandores la coronan,
y la demás, que hermoso se desata
de crespos rayos la ignorada suma,
margen dé rasgos, pórfido la frente,
de luces $oreciente,
y tiene en tantas que a la vista envía
entre lazos de sol prendida el día.
Dulce peligro con sabroso daño,
aviso celestial, divino engaño,
mayorazgos de luz en propia esfera,
no con luces vulgares,
tiene dos singulares
a donde matan vidas satisfechas
a rayos ojos y a pestañas flechas,
En eI purpúreo mar de sus mejillas
un asido jazmín hizo ribera,
en provincias de Tiro,
diferenciado imperio,
hermosa paz en encendida guerra,
tempestad de coral, que al hemisferio
desprecié, la que en sol pinta en zafiro.
Roja iluminación, concha de perlas
cuantas su boca encierra,
escuela del oriente y de la aurora;
do vienen a aprenderlas
y estudiadas aquí, las ríe el alba.
Para que ensarte Flora
y dijes de cristal las ferie al prado,
y en hilo delicado
con surcos soberanos;
pautó el Puzol la nieve de sus manos.
Nunca más bien mandada
al grito ha respondido y a las- voces,
oh ciudadano eapíxitu del valle! ,
oh alma desigual a cuerpo tanto ! ,
ninfa del monte que organiza eI seno,
ni en sitio más ameno,
con pasos más veloces,
tierna sigwió la flor enamorada
su requiebro brillante,
grande estrella del día
y majestad dorada,
que por espiras de oro
o por briosa senda de diamante,
Ios cimborrios azules rodeando,
peregrino del cielo,
santuarios de estrellas visitando
con piadoso cuanto ardiente celo,
obligación de luces les presenta,
pues no menos atento
parada elevación le bebe el sima
Filis a Anfriso bello, a quien adora,
ni menos enamora
el joven su belleza,,
constante en su firmeza,
y así en su amor entrambos confiados,
sin que quieran mudarse,
los amores se cambian para amarse,
siempre de más amor desafiados ;
y aunque más fuerza cada cual repite
no se vence su amor, mas se compite.
Tal vez los ojos, elocuencia muda,
y más cortés licencia que los labios,
con docta erudición se explican sabios,
ecos del corazón, dulce respuésta
a donde su pasión se manifiesta,
y a donde se averiguan los afectos
y se leen al alma Ios conceptos.
Mas porque el labio no le deba menos,
ni las clichas énvidie de los ojos,
ladrones que usurparon los ajenos
caudales de la boca,
los que hurtaron despojos
sin consentir en él, los restituyen,
y ejerciendo el ofició que la toca,
acechándose a una otra fineza,
sin acabar aquélla esotra empieza.
Recuperando defraudados gustos
del tiempo que pasó que no se amaron
¡oh codicia de amar, franca codicia!
pródigo el uno aI afro ofrece amante
glorias de un siglo eterno en cada instante.
Más allá del morir su amor alargan,
y en firmes lazos justas
a inmortal duración capitularon
que, breve, su fe advierte
aun el vivir prolijo de la muerte.
Zlega a tanto su amor, que entrambos sienten
los excesos de amarse
por no perder lós triunfos de quererse ;
ninguno amando vive por sí mismo,
que para eternizarse
truecan las almas y el vivir desmienten.
Un corazón de amor profunda abismo
dos sujetos gobierna,
y un alma sola a entrambos vivifica,
con duración eterna ;
y dando el uno al otro el señoría
quedó sin albedrîo el albedrío.
De dulces frutos la esperanza rica
en más caricia y en mayor halago
(si es que puedén llegar a ser más grande)
su amor enlazan, y en durable empleo
con el nudo se anudan de ~ümeneo,
sin que el rigor de amor un solo amago
en su fe pura haga,
ni el duro golpe con que el gusto estraga
sus pechos turbe ni sus almas mande.
Cuánto su aplauso fué, cuánto su gozo
y cuánto su alborozo,
se resistió a la lengua su tamaño ;
a cuyo idioma extraño,
no intérprete la voz, puede espiarle
la dicción menos culta,
que escora locución se dificulta.
A1 dios nupcial, al Himéneo santo,
siendo de Roma espanto,
lisonja general triunfos previene ;
y publicando alegre el más solene,
jaquelada de estrellas en su coche,
sin que faltasé el día, entró la noche,
y aunque la inmensa luz del cielo ea tanta
el gusto en todos suspendio faroles,
y vanos por ser soles
presumîa el más breve
que el día el ser le debe,
y el flamante se vió tapieéría
con tantas luces contrahecho el dia.
De instrumentos sonora y dulce turba
(cbn acorde ruido,
suspensión lisonjera del oído}
canora seña al punto se adelanta
al fuego corredor que, én veloz planta,
y con tiras derechas,
de vasta aljaba se dispara en flechas,
y en tropas se derrama par el viento,
y antes que muera en brazos .de Neptuno,
pomo de luces es, pavón de Juno, -
martinete de fuego,
del viento burla y juego,
penacho al chapitel más encumbrado,
dándole al sol cuidado
si engreído se atreve al firmamento,
y espirando en el aire su armonía,
bella en fragmentos, baja argentéría,
lágrimas esparcidse de los astros.
Del salitre animadas
otras exhalaciones dan carreras
que son en las esferas
deI cabello del sol hebras cortadas,
para ensartar estrellas hilos de oro,
errantes paralelos,
renglones de la plana de los cíelos,
Otras en bravea giros despidiendo
el polvo ardiente con lucidos rastros
guardan, serpientes, desigual decoro,
caracteres de púrpura escribiendo,
de rúbricas el suelo iluminando,
y de los golpes Ios peñascos huecos
los rimbombos duplican con los ecos.
Ya del lecho que ocupa mal vestida
la roja falda embarca, o capotillo, '
que al oxiente sirvió de colgadura,
y deI metal precioso y amarillo,
y de rayos ,labró la flocadura,
de tanta fiesta nueva
las envidias que prueba
o los celos, despiertan a la aurora,
párpados de jazmín desperezando,
risueño fabricando
cordiales epíctimas a Flara
(guardajoyas del prado)
de aljófar liquidado
en cuya risa le bebió la vida.
Despertar quiere el sol, y al madrugarlo
comienza a vocearlo
con tropeles suaves
de la grita sonora de las aves,
y obligarlo pretende su deseo
a que haga festejos a Him eneo.
Apriesa nace y alargando el paso
huésped no quiere ser de los planetas,
y ya cuandó su edad caduca ardores
(antes que Fénix muera
y en la hoguera se queme del ocaso)
despojándose Murcia de las florea
cuánta hermosura encierra su muralla,
alegres cortejando a las nuneiales
conduce al río, dando a sus cristales
y a sus olas inquietas,
florida ley que impar puede envidialla
de Manzanares la mejor ribera.
Ya el río, pues, galán de tantas damas,
y 1\Tarciso gigante enamorado,
muestra el hombro cargada
de dos escuadras por teñidos rumbos
que, surcando cristal, plata cultivan ;
y mareadas vomitaron llamas,
de su plaza festivos embarazos,
fugitivos topacioá
doce doxados, si volantes, pinos
en cielo de cristal lucientes signos,
carrozas que, tiradas de los vientos,
mansiones son en ambos elementos
a los dioses, que ufanos
las ocupaban doce, soberanos.
Por curso difexente
oposición publican frente a frente,
y, al compás sonoroso de clarines,
marítimo torneo representan;
donde todos obstentan
de su deseo procurados fines,
y las lanzas de vidrio, al encontrarse,
astillas de cristal, hieren el cieló.
Que Anfriso quiere más los seis pretenden,
y otros del mismo ~ número defienden
que a Anfriso, Filis bella y soberana
vence en constanté amor y el lauro gana
mas en reñida, si amorosa lucha
nadie victoria escucha,
porque a su amor sin sombra de recelo
dictan todos los orbes celestiales
todas las horas al querer iguales.
A los dioses suceden
de doce ninfas escuadrón bizarro,
y, perla de una concha cada una,
con airoso ademán el pie siniestró
atrás afirma, y adelante el diestro ;
y adornadas de hermosas tunieelas
(traje del sol, adorno de la luna)
visten el aire de encarnadas velas ;
y a naturales nubes del oriente
que, corchete, un diamante prendió al hombro
y el viento ultraja con galán desgarro.
A sus frentes serenas
(con flores de oro campo de azucenas)
. parte florida, eclíptica luciente,
y en el lugar está más levantado
en copos el cabello, el sol nevado,
y lo que el aire juega por la espalda
ya es guarnición del manto, ya guirnalda.
En su cabeza imprimen
de plumas atrevidas multitudes,
que con el aire varias
disciplinan al sol las luminarias,
y armado el pecho de armas sonorosas
unas el arco del violón esgrimen,
y otras, en confusión, bullicios lados,
las tiorbas pellizcan con los dedos,
y a las quejas que rinden amorosas,
con una y otra vuelta;
baila el bello escuadrón con planta suelta
( si de plata calzada)
con brioso compás la bien casada.
Los bailes cesan, y las ninfas todas
con las voces que avivan,
repiten ¡ privan ! , ¡ vivan ! ,
y en coro dulce respondió suave
a la primera que, inquiriendo grave
la conveniencia de encontradas cuerdas,
en fantasías lerdas,
con los cristales de su mano heridas .
a una tiorba da sonoras vidas.
Delgada voz arrima al instrumento,
que a describir pasajes
del instrumento eI canto llano deja,
y aunque le corresponde de él se aleja,
y trinando la voz suspende el viento.
Galanteando métricos fóllajes, ,
blandas caricias al sentido anuncia,
y en cada acento, que su voz pronuncia,
haciendo admiración que el arte estrena,
bella la ninfa comenzó sirena.
apuren Filis, y Anfriso generoso,
duren estos amantes,
más que duran del cielo los diamantes,
y después la edad suya
' la ancianidad de Febo sustituya,
y den sus largos años,
de inmortales, aI tiempo desengaños ;
nunca de sus sucesos admirables,
nunca de sus hazañas las proezas
con múda admiración las cuente el mármol,
ellos solos durables
vivientes epitafios se aperciban
y el coreo eterno de loa cielos viven.
CORO. ¡Vivan, vivan!
avivan los dos iguales
de todos el deseo,
y edad les sobrará para inmortales,
ya, por milagro vivo,
para mayor trofeo,
en informal sagrario los coloquen
y el grande vividor, el grande archivo
olvide por más gloria
de tu día primero la memoria,
de la común cuchilla libre y franco,
y en el cuaderno blanco,
o cartapacio hermoso de los días, '
al libro del vivir, crezcan las hojas,
y sean de sus años las porfías
tan grandes que loa ceros no sincopen,
ni en torno su volumen las escriban,
y el curso eterno de los cielos vivan.
CORO. ¡Vivan, vivan!
»Vivan, en paz gloriosa,
tantas creciendo sucesiones bellas
que pr.,esuman sus números de estrellas, procesion generosa
de aquellos que en la cifra de su escudo,
claros enigmas de sus fuertes manos,
historiaron en breve sus hazañas,
a cuya imitación sea desnudo
su acero defensor de las Españas,
y opresos los adustos africanos
terror intenso de su acción reciban,
y el curso cierno de los cielos vivan.
CORO. ¡Vivan, vivan!
gVivan, y en copia rica
cuanto se comunica
de la risa del sol hasta su llanto,
lo posean, y cuanto
tesoro universal la común madre
fecunda concibib del común padre,
para que en su abundancia,
liberales sus manos, no se quejen
y atrás los hechos valerosos dejen
los que a fama inmortal triunfar arriban,
y el cursa eterno de los cielos vivan .
Coro. ¡Vivan, vivan!
Hoy a las 07:39 por Pedro Casas Serra
» Paul Niger (1915-1962)
Hoy a las 07:21 por Pedro Casas Serra
» Aimé Césaire (1913-2008)
Hoy a las 06:59 por Pedro Casas Serra
» Léon G. Damas (1912-1978)
Hoy a las 06:45 por Pedro Casas Serra
» 2022-04-27 AFORISMOS: ENFERMEDAD
Hoy a las 05:54 por Pedro Casas Serra
» 2022-04-27 AFORISMOS: RECUERDOS II
Hoy a las 05:51 por Pedro Casas Serra
» Metafora. Especial Navidades 2024 (09-01-2025)
Hoy a las 05:48 por Pedro Casas Serra
» NO A LA GUERRA 3
Hoy a las 05:35 por Pedro Casas Serra
» Poetas murcianos
Hoy a las 04:57 por Pascual Lopez Sanchez
» XII. SONETOS POETAS ESPAÑOLES SIGLO XX (VII)
Hoy a las 02:44 por Pascual Lopez Sanchez