Poesía brasileña: Cinco poemas para leer a Ana Cristina Cesar
Escribe ( y traduce): Alan Bento
Ana Cristina Cesar (Río de Janeiro, 1952 – Íd, 1983) fue una poeta, traductora y crítica literaria brasileña. Aunque ya a los nueve años de edad tenía publicados poemas en el Jornal Tribuna da Imprensa, fue a partir de los años setenta cuando empezó a desarrollar su obra poética, durante la última dictadura militar brasileña (1964-1985). En su corta y efímera carrera publicó libros de poesía en verso y prosa como Cenas de abril (1979), Correspondência completa, Luvas de pelica (1980) y A teus pés (1982). Aunque en un principio sus obras circulaban en editoriales independientes y luego apareció en la famosa antología 26 poetas hoje (dirigida por Heloisa Buarque de Hollanda, y en la que también figuraban autores como Francisco Alvim, Roberto Piva y Torquato Neto), ella misma se despegó del realismo propio de la Poesia marginal y la Generación mimeógrafo, movimientos contraculturales del momento que buscaban sortear la censura impuesta por la dictadura utilizando medios alternativos de difusión. Su estilo, en cambio, estaba más abocado a una fuerte introspección, a un tono íntimo y mínimo, que se manifestaba a través de los quiebres constantes provocados por la sucesión de imágenes que utilizaba. Poseía una fuerte influencia de poetas como Emily Dickinson o Sylvia Plath, y buscó diferenciarse de la poesía femenina de la época en el Brasil, puesto que su estilo estaba lejos del excesivo sentimentalismo y suavidad que estaban asociados a ´lo femenino´ en aquel momento (en el ensayo Literatura e mulher: essa coisa de luxo, la poeta apunta a desnaturalizar el sentido común acerca de lo femenino y lo poético). En 1983, Ana C. (como le gustaba firmar en sus poemas) se suicidaría arrojándose desde la ventana del departamento de sus padres. Póstumamente, se publicarían los libros Inéditos e dispersos (1985), Novas seletas y Poética (2015).
A continuación, cinco poemas de Ana Cristina César, traducidos por el autor de esta nota:
Estoy detrás
del despojamiento más entero
de la simplicidad más desierta
de la palabra más recién nacida
del entero más despojado
del desierto más simple
del nacimiento a más de la palabra
Fecha: 21 agosto, 2018Autor/a: universoepigrafe
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Escribe ( y traduce): Alan Bento
Ana Cristina Cesar (Río de Janeiro, 1952 – Íd, 1983) fue una poeta, traductora y crítica literaria brasileña. Aunque ya a los nueve años de edad tenía publicados poemas en el Jornal Tribuna da Imprensa, fue a partir de los años setenta cuando empezó a desarrollar su obra poética, durante la última dictadura militar brasileña (1964-1985). En su corta y efímera carrera publicó libros de poesía en verso y prosa como Cenas de abril (1979), Correspondência completa, Luvas de pelica (1980) y A teus pés (1982). Aunque en un principio sus obras circulaban en editoriales independientes y luego apareció en la famosa antología 26 poetas hoje (dirigida por Heloisa Buarque de Hollanda, y en la que también figuraban autores como Francisco Alvim, Roberto Piva y Torquato Neto), ella misma se despegó del realismo propio de la Poesia marginal y la Generación mimeógrafo, movimientos contraculturales del momento que buscaban sortear la censura impuesta por la dictadura utilizando medios alternativos de difusión. Su estilo, en cambio, estaba más abocado a una fuerte introspección, a un tono íntimo y mínimo, que se manifestaba a través de los quiebres constantes provocados por la sucesión de imágenes que utilizaba. Poseía una fuerte influencia de poetas como Emily Dickinson o Sylvia Plath, y buscó diferenciarse de la poesía femenina de la época en el Brasil, puesto que su estilo estaba lejos del excesivo sentimentalismo y suavidad que estaban asociados a ´lo femenino´ en aquel momento (en el ensayo Literatura e mulher: essa coisa de luxo, la poeta apunta a desnaturalizar el sentido común acerca de lo femenino y lo poético). En 1983, Ana C. (como le gustaba firmar en sus poemas) se suicidaría arrojándose desde la ventana del departamento de sus padres. Póstumamente, se publicarían los libros Inéditos e dispersos (1985), Novas seletas y Poética (2015).
A continuación, cinco poemas de Ana Cristina César, traducidos por el autor de esta nota:
Estoy detrás
del despojamiento más entero
de la simplicidad más desierta
de la palabra más recién nacida
del entero más despojado
del desierto más simple
del nacimiento a más de la palabra
______
Qué desliz
Donde sus ojos están
las lupas desisten.
El túnel corre, interminable
poco negro sin quiebra
de estaciones.
Los pasajeros nada adivinan.
Dejan correr
No quedan negros
Deslizan en la goma de borrar
cariño discreto
por el cansancio
que apenas se recuesta
contra la transparente
oscuridad.
____
Tú quieres sueño: despídete de los ruidos y
de los restos del día, quita de tu boca
el puñal y el tránsito, sombras de
tus gritos, y ropas, llantos, cuerdas y
también las caras que asoman sobre
tu sonora forma de dar, y los otros cuerpos
que se acuestan y se pisan, y las moscas
que sobrevuelan el cadáver de tu padre, y el dolor (no escuches)
que se prepara para cubrir tu vigilia, y los cantos que
olvidaron tus brazos y tantos movimientos
que pierden tus silencios, y los vientos altos
que no duermen, que te miran desde la ventana
y en tu puerta penetran como locos
pues nada te abandona ni tú al sueño.
____
Es muy claro
amor
latió
para quedar
en esta baranda descubierta
al anochecer sobre la ciudad
en construcción
sobre la pequeña constricción
en tu pecho
angustia de felicidad
luces de automóviles
rayando el tiempo
canteros de obras
en reposo
retiro súbito de la trama
_____
LLUEVE
La lluvia cae.
Los tejados están mojados,
Las gotas se escurren por los vidrios.
El cielo está blanco,
El tiempo está nuevo.
La ciudad lavada.
La tarde atardece,
Sin el siseo de las cigarras,
Sin el júbilo de los pájaros,
Sin el sol, sin el cielo.
Llueve.
La lluvia llueve mojada,
En los techos de los paraguas.
Llueve.
La lluvia llueve ligera.
En nuestros ojos y moja.
El viento vienta ventado,
En los vidrios que se tambalean,
En las plantas que se desdoblan.
Llueve en las playas desiertas,
Llueve en el mar que está gris,
Llueve en el asfalto negro,
Llueve en los corazones,
Llueve en cada alma,
En cada refugio llueve;
Y cuando me miraste a mí,
Con los ojos que me seguían,
Mientras la lluvia caía
En mi corazón llovía
La lluvia de tu mirada.
https://universoepigrafe.wordpress.com/2018/08/21/poesia-brasilena-cinco-poemas-para-leer-a-ana-cristina-cesar/
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