Momentos

No estaba Dios sobre las nubes de plomo
y la tierra ardía bajo los pies descalzos
La ausencia se palpaba en el misterio
de las manos que apretaban
el germen de lo etéreo.
Me desperté temblando, sin saber que aun dormía
Sudaba mi piel entre tus dedos de amante
La fiebre acosaba sin descanso mi cerebro
y se derretía mi cuerpo entre las sábanas.
Tuve nostalgias de lugares en que nunca estuve
y recuerdos de cosas que jamás viví
Miré tus labios como una prosa
que aun no se ha escrito
Desmayé en tu iris aquel sueño ingrato
pero los ojos no brillaban en el polvo de la noche
Y eran, para mí, demasiado tercos los silencios,
y mudas,eran entonces, las palabras.

Walter Faila