Y quedan tus manos como un reflejo de lo externo
Que trata de propagarme su energía
Para que pueda de nuevo caminar sobre las aguas del destino.
Creo que he nombrado la palabra maldita y en ella me refugio
A pesar de la contradicción que supone no tener esperanzas de que el sendero
Continúe más allá de la cortada de la muerte.
Y sin embargo una flor se abre sobre el canto del petirrojo
Una madre continúa en su canción de entrenoches
Una nube se entrega a la fecundación de los surcos.
Por ello, todo es esperanza y todo puede ser destino.
Por lo tanto hemos de levantar la vesana y afrontar la marejada.
Abrazados en la continuidad
Las campañas no podrán silenciar nuestra melodía
Y el conjunto de premoniciones
Rodeara los campos en los que hemos sembrado nuestro cuerpo.
Hemos de grabar en la tábula las primeras letras de un alfabeto
Donde el límite es la infinitud.
Hay una estrella que apoya nuestras decisiones.
Última edición por Ignacio Bellido el Jue 21 Mayo 2009, 19:50, editado 1 vez
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