por Angel Sáb 25 Abr 2009, 13:49
Amigos, le comparto esta pagina de la historia poética de México, toda una época... la época romantica de nuestro País donde dejó una huella profunda por su calidad, magistral belleza, y su enorme sensibilidad, una gran extensa obra la de Amado Nervo, pero su obra mas sublime es el libro " La Amada Inmóvil" dedicado a Ana, su musa, que lo acompaño en toda su vida.
Les dejo su Bigrafía y unos versos que desde mi punto de vista lo identifican pefectamente
Espero lo disfruten amigos
El 31 de agosto de 1901 Amado Nervo conoció en París, en una calle del Barrio Latino, a Ana Cecilia Luisa Dailliez, quien se convertiría en el amor de su vida . De hecho, esta mujer se convirtió en su amor secreto, su musa enjaulada. Así lo confirma el hecho de que, al ser nombrado segundo secretario de la embajada de México en Madrid, Nervo se instaló con Ana Cecilia en el piso segundo izquierdo del número 15 de la madrileña calle de Bailén, donde ni los porteros de la casa supieron de la existencia de aquella mujer. El 17 de diciembre de 1911, Ana Cecilia contrajo una fiebre tifoidea que le provocó una lenta agonía, también secreta, ya que Nervo la atendió a escondidas, hasta la noche del 7 de enero de 1912 en que murió su musa. La amada inmóvil es el poema que nació esa noche en que Nervo veló en soledad el cadáver de quien fue su amada.
Amado Nervo nació en Tepic en 1870 y realizó estudios en el Seminario de Zamora, Michoacán, mas pronto abrazó la carrera de leyes y empezó a trabajar en un despacho de abogados. Pronto se dio a conocer por diversos artículos en periódicos y por la sucesiva aparición de libros que lo fueron consolidando como poeta de prestigio. Colaboró en la Revista Moderna, donde estrechó lazos con los poetas del modernismo. Combinó sus funciones diplomáticas con la continuidad de su obra, cultivando no solo la poesía, sino el cuento, ensayos, crónicas y relatos de viajes a la manera de Rubén Darío. Viajó por Italia y Austria, y desempeñó cargos diplomáticos en América del Sur, como ministro plenipotenciario en Argentina y Uruguay. Murió el 14 de noviembre de 1919 en Montevideo, y sus restos fueron trasladados a México, con todos los honores, y sepultados en la Rotonda de los Hombres Ilustres.
Se conserva en Madrid una placa en el edificio de la calle de Bailén y en el nicho 213 del cementerio de San Lorenzo y San José, donde el poeta mandó sepultar a su amada inmóvil. La lápida de mármol negro era visible al otro lado del río Manzanares, desde donde "el fraile de los suspiros, celeste anacoreta", como lo llamó Rubén Darío, siguió viviendo su secreto amor. Tales sentimientos se ven reflejados en este volumen, homenaje adolorido de uno de nuestros más reconocidos poetas a la mujer que él consideró "ornamento de mi soledad, alivio de mi melancolía, flora de mi heredad modesta, dignidad de mi retiro, lamparita santa y dulce de mis tinieblas".
En memoria de ANA
Encontrada en el camino de la vida
el 31 de agosto de 1901.
Perdida —¿para siempre?— el 7 de enero de 1912
III. "GRATIA PLENA"
TODO en ella encantaba, todo en ella atraía:
su mirada, su gesto, su sonrisa, su andar...
El ingenio de Francia de su boca fluía.
Era llena de gracia, como el Avemaría;
¡quien la vio no la pudo ya jamás olvidar!
Ingenua como el agua, diáfana como el día,
rubia y nevada como margarita sin par,
al influjo de su alma celeste amanecía...
Era llena de gracia, como el Avemaría;
¡quien la vio no la pudo ya jamás olvidar!
Cierta dulce y amable dignidad la investía
de no sé qué prestigio lejano y singular.
Más que mucha princesas, princesa parecía:
era llena de gracia, como el Avemaría;
¡quien la vio no la pudo ya jamás olvidar!
Yo gocé el privilegio de encontrarla en mi vía
dolorosa; por ella tuvo fin mi anhelar,
y cadencias arcanas halló mi poesía.
Era llena de gracia, como el Avemaría;
¡quien la vio no la pudo ya jamás olvidar!
¡Cuánto, cuánto la quise! ¡Por diéz años fue mía;
pero flores tan bellas nunca pueden durar!
¡Era llena de gracia, como el Avemaría;
y a la Fuente de gracia, de donde procedía,
se volvió... como gota que se vuelve a la mar!
Marzo de 1912
Ofertorio
Deus dedit, Deus abstulit
Dios mío, yo te ofrezco mi dolor:
¡Es todo lo que puedo ya ofrecerte!
Tú me diste un amor, un solo amor,
¡un gran amor!
Me lo robó la muerte...
y no me queda más que mi dolor.
Acéptalo,señor:
¡Es todo lo que puedo ya ofrecerte!...
Amado Nervo
I. ¿LLORAR? ¿POR QUÉ?
ESTE es el libro de mi dolor:
lágrima a lágrima lo formé;
una vez hecho, te juro, por
Cristo, que nunca más lloraré.
¿Llorar? ¿Por qué?
Serán mis rimas como el rielar
de una luz íntima, que dejaré
en cada verso; pero llorar,
¡eso ya nunca! ¿Por quién? ¿Por qué?
Serán un plácido florilegio
un haz de notas que regaré
y habrá una risa por cada arpegio,
¿Pero una lágrima? ¡Qué sacrilegio!
Eso ya nunca. ¿Por quién? ¿Por qué?
Amado Nervo
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