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CARLOS DRUMMOND DE ANDRADE
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- Mensaje n°61
Re: CARLOS DRUMMOND DE ANDRADE
Entiendo que es una loa a Charles Chaplin... y "ternura por ternura" me parece magistral.
Te mereces un beso.
Te mereces un beso.
_________________
"No hay abrazos que paren los cañones
Ni cañones que maten la esperanza."
Walter Faila.
[i]Qué triste es acabarse sin mancharse de barro. [/i]
Miguel Sánchez Gatell
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- Mensaje n°62
Re: CARLOS DRUMMOND DE ANDRADE
Amar - Carlos Drummond de Andrade (en portugués y español)
Amar
Que pode uma criatura senão,
entre criaturas, amar?
amar e esquecer,
amar e malamar,
amar, desamar, amar?
sempre, e até de olhos vidrados, amar?
Que pode, pergunto, o ser amoroso,
sozinho, em rotação universal, senão
rodar também, e amar?
amar o que o mar traz à praia,
o que ele sepulta, e o que, na brisa marinha,
é sal, ou precisão de amor, ou simples ânsia?
Amar solenemente as palmas do deserto,
o que é entrega ou adoração expectante,
e amar o inóspito, o áspero,
um vaso sem flor, um chão de ferro,
e o peito inerte, e a rua vista em sonho, e uma ave de rapina.
Este o nosso destino: amor sem conta,
distribuído pelas coisas pérfidas ou nulas,
doação ilimitada a uma completa ingratidão,
e na concha vazia do amor a procura medrosa,
paciente, de mais e mais amor.
Amar a nossa falta mesma de amor, e na secura nossa
amar a água implícita, e o beijo tácito, e a sede infinita.
Amar
¿Qué puede una criatura sino,
entre las criaturas, amar?
amar y olvidar,
amar y malamar,
amar, desamar, amar?
siempre, y hasta con ojos vidriados, amar?
¿Qué puede, pregunto, el ser amoroso
solo, en rotación universal, sino
rodar también, y amar?
amar lo que el mar trae a la playa,
lo que él sepulta, y lo que, en la brisa marina,
es sal, o precisión de amor, o simples ansias?
Amar solemnemente las palmas del desierto,
lo que es entrega o adoración expectante,
y amar lo inhóspito, lo áspero,
un vaso sin flor, una planta de hierro,
y el pecho inerte, y la calle vista en un sueño, y un ave de rapiña.
Este es nuestro destino: amor sin cuenta,
distribuido por las cosas pérfidas o nulas,
donación ilimitada a una completa ingratitud,
y en la concha vacía del amor la espera tímida,
paciente, de más y más amor.
Amar nuestra falta misma de amor, y en nuestra sequedad
amar el agua implícita, y el beso tácito, y la sed infinita.
Amar
Que pode uma criatura senão,
entre criaturas, amar?
amar e esquecer,
amar e malamar,
amar, desamar, amar?
sempre, e até de olhos vidrados, amar?
Que pode, pergunto, o ser amoroso,
sozinho, em rotação universal, senão
rodar também, e amar?
amar o que o mar traz à praia,
o que ele sepulta, e o que, na brisa marinha,
é sal, ou precisão de amor, ou simples ânsia?
Amar solenemente as palmas do deserto,
o que é entrega ou adoração expectante,
e amar o inóspito, o áspero,
um vaso sem flor, um chão de ferro,
e o peito inerte, e a rua vista em sonho, e uma ave de rapina.
Este o nosso destino: amor sem conta,
distribuído pelas coisas pérfidas ou nulas,
doação ilimitada a uma completa ingratidão,
e na concha vazia do amor a procura medrosa,
paciente, de mais e mais amor.
Amar a nossa falta mesma de amor, e na secura nossa
amar a água implícita, e o beijo tácito, e a sede infinita.
Amar
¿Qué puede una criatura sino,
entre las criaturas, amar?
amar y olvidar,
amar y malamar,
amar, desamar, amar?
siempre, y hasta con ojos vidriados, amar?
¿Qué puede, pregunto, el ser amoroso
solo, en rotación universal, sino
rodar también, y amar?
amar lo que el mar trae a la playa,
lo que él sepulta, y lo que, en la brisa marina,
es sal, o precisión de amor, o simples ansias?
Amar solemnemente las palmas del desierto,
lo que es entrega o adoración expectante,
y amar lo inhóspito, lo áspero,
un vaso sin flor, una planta de hierro,
y el pecho inerte, y la calle vista en un sueño, y un ave de rapiña.
Este es nuestro destino: amor sin cuenta,
distribuido por las cosas pérfidas o nulas,
donación ilimitada a una completa ingratitud,
y en la concha vacía del amor la espera tímida,
paciente, de más y más amor.
Amar nuestra falta misma de amor, y en nuestra sequedad
amar el agua implícita, y el beso tácito, y la sed infinita.
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"Ser como un verso volando
o un ciego soñando
y en ese vuelo y en ese sueño
compartir contigo sol y luna,
siendo guardián en tu cielo
y tren de tus ilusiones."
(Hánjel)
o un ciego soñando
y en ese vuelo y en ese sueño
compartir contigo sol y luna,
siendo guardián en tu cielo
y tren de tus ilusiones."
(Hánjel)
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- Mensaje n°63
Re: CARLOS DRUMMOND DE ANDRADE
A propósito del 14 de febrero, presentamos este poema de Carlos Drummond de Andrade (Minas Gerais, 1902 – Río de Janeiro, 1987), poeta fundamental de la poesía brasileña del Siglo XX. Aunque su obra más conocida es de un corte elegíaco y melancólico, también cultivó la poesía amorosa como la que se muestra a continuación. La traducción corre a cargo de David Ruano González (Ciudad de México, 1991).
Quiero
Quiero que todos los días del año
todos los días de la vida
cada media hora
cada cinco minutos
me digas: Te amo.
Oyéndote decir: Te amo,
creo, en el momento, que soy amado.
En el momento anterior
y en el siguiente,
¿cómo saberlo?
Quiero que me repitas hasta el hartazgo
que me amas que me amas que me amas.
De lo contrario, se evapora el acto de amar
pues al no decir: Te amo,
desmientes
apagas
tu amor por mí.
Exijo de ti el constante comunicado.
No exijo sino esto,
esto siempre, esto cada vez más.
Quiero ser amado por y en tu palabra
no sé otra manera que no sea ésta
de reconocer el acto amoroso,
la perfecta manera de saberse amado:
amor en la raíz de la palabra
y en su emisión,
amor
saltando de la lengua nacional,
amor
hecho sonido
vibración espacial.
En el momento en el que no me dices:
Te amo,
inexorablemente sé
que dejaste de amarme,
que nunca antes me amaste.
Si no me dices urgente y repetidamente
Te amoamoamoamoamo,
verdad fulminante que acabas de desentrañar,
me precipito en el caos,
esa colección de objetos sin amor.
Quero
Quero que todos os dias do ano
todos os dias da vida
de meia em meia hora
de 5 em 5 minutos
me digas: Eu te amo.
Ouvindo-te dizer: Eu te amo,
creio, no momento, que sou amado.
No momento anterior
e no seguinte,
como sabê-lo?
Quero que me repitas até a exaustão
que me amas que me amas que me amas.
Do contrário evapora-se a amação
pois ao não dizer: Eu te amo,
desmentes
apagas
teu amor por mim.
Exijo de ti o perene comunicado.
Não exijo senão isto,
isto sempre, isto cada vez mais.
Quero ser amado por e em tua palavra
nem sei de outra maneira a não ser esta
de reconhecer o dom amoroso,
a perfeita maneira de saber-se amado:
amor na raiz da palavra
e na sua emissão,
amor
saltando da língua nacional,
amor
feito som
vibração espacial.
No momento em que não me dizes:
Eu te amo,
inexoravelmente sei
que deixaste de amar-me,
que nunca me amastes antes.
Se não me disseres urgente repetido
Eu te amoamoamoamoamo,
verdade fulminante que acabas de desentranhar,
eu me precipito no caos,
essa coleção de objetos de não-amor.
Quiero
Quiero que todos los días del año
todos los días de la vida
cada media hora
cada cinco minutos
me digas: Te amo.
Oyéndote decir: Te amo,
creo, en el momento, que soy amado.
En el momento anterior
y en el siguiente,
¿cómo saberlo?
Quiero que me repitas hasta el hartazgo
que me amas que me amas que me amas.
De lo contrario, se evapora el acto de amar
pues al no decir: Te amo,
desmientes
apagas
tu amor por mí.
Exijo de ti el constante comunicado.
No exijo sino esto,
esto siempre, esto cada vez más.
Quiero ser amado por y en tu palabra
no sé otra manera que no sea ésta
de reconocer el acto amoroso,
la perfecta manera de saberse amado:
amor en la raíz de la palabra
y en su emisión,
amor
saltando de la lengua nacional,
amor
hecho sonido
vibración espacial.
En el momento en el que no me dices:
Te amo,
inexorablemente sé
que dejaste de amarme,
que nunca antes me amaste.
Si no me dices urgente y repetidamente
Te amoamoamoamoamo,
verdad fulminante que acabas de desentrañar,
me precipito en el caos,
esa colección de objetos sin amor.
Quero
Quero que todos os dias do ano
todos os dias da vida
de meia em meia hora
de 5 em 5 minutos
me digas: Eu te amo.
Ouvindo-te dizer: Eu te amo,
creio, no momento, que sou amado.
No momento anterior
e no seguinte,
como sabê-lo?
Quero que me repitas até a exaustão
que me amas que me amas que me amas.
Do contrário evapora-se a amação
pois ao não dizer: Eu te amo,
desmentes
apagas
teu amor por mim.
Exijo de ti o perene comunicado.
Não exijo senão isto,
isto sempre, isto cada vez mais.
Quero ser amado por e em tua palavra
nem sei de outra maneira a não ser esta
de reconhecer o dom amoroso,
a perfeita maneira de saber-se amado:
amor na raiz da palavra
e na sua emissão,
amor
saltando da língua nacional,
amor
feito som
vibração espacial.
No momento em que não me dizes:
Eu te amo,
inexoravelmente sei
que deixaste de amar-me,
que nunca me amastes antes.
Se não me disseres urgente repetido
Eu te amoamoamoamoamo,
verdade fulminante que acabas de desentranhar,
eu me precipito no caos,
essa coleção de objetos de não-amor.
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"Ser como un verso volando
o un ciego soñando
y en ese vuelo y en ese sueño
compartir contigo sol y luna,
siendo guardián en tu cielo
y tren de tus ilusiones."
(Hánjel)
o un ciego soñando
y en ese vuelo y en ese sueño
compartir contigo sol y luna,
siendo guardián en tu cielo
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Re: CARLOS DRUMMOND DE ANDRADE
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- Mensaje n°65
Re: CARLOS DRUMMOND DE ANDRADE
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y en ese vuelo y en ese sueño
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Pascual Lopez Sanchez- Administrador-Moderador
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- Mensaje n°66
Re: CARLOS DRUMMOND DE ANDRADE
JOSÉ
¿Y ahora, José?
La fiesta se acabó,
la luz se apagó,
el pueblo perdió,
la noche enfrió,
¿y ahora, José?
¿y ahora, usted?
¿Usted que es sin nombre,
que se burla de los otros,
usted que hace versos,
que ama, protesta?
¿Y ahora, José?
Está sin mujer,
está sin discurso,
está sin cariño,
ya no puede beber,
ya no puede fumar,
ya no puede escupir,
la noche enfrió,
no veo el día,
no veo el tranvía,
no veo la risa,
no veo la utopía
y todo acabó
y todo huyó
y todo burló,
¿y ahora, José?
¿Y ahora, José?
su dulce palabra,
su instante de fiebre,
su gula y ayuno,
su biblioteca,
su labranza de oro,
su terno de vidrio,
su incoherencia,
su odio – ¿y ahora?
Con la llave en la mano
quiere abrir la puerta,
no existe puerta;
quiere morir en el mar,
pero el mar se secó;
quiere ir a Minas,
Minas no hay más.
José, ¿y ahora?
Si usted gritara,
si usted gimiera,
si usted tocara
el vals vienés,
si usted durmiera,
si usted se cansara,
si usted muriera…
Pero usted no muere,
¡usted es duro, José!
Solito en lo oscuro
sin teogonía,
cual bachaco,
sin pared alguna
para recostarse,
sin caballo negro
que huya al galope,
¡usted marcha, José!
José, ¿a dónde?
SUBLIME...
GRACIAS, MARÍA POR DEMOSTRARNOS EL CAMINO DE LA POESÍA Y EL COMPROMISO.
BESOS.
¿Y ahora, José?
La fiesta se acabó,
la luz se apagó,
el pueblo perdió,
la noche enfrió,
¿y ahora, José?
¿y ahora, usted?
¿Usted que es sin nombre,
que se burla de los otros,
usted que hace versos,
que ama, protesta?
¿Y ahora, José?
Está sin mujer,
está sin discurso,
está sin cariño,
ya no puede beber,
ya no puede fumar,
ya no puede escupir,
la noche enfrió,
no veo el día,
no veo el tranvía,
no veo la risa,
no veo la utopía
y todo acabó
y todo huyó
y todo burló,
¿y ahora, José?
¿Y ahora, José?
su dulce palabra,
su instante de fiebre,
su gula y ayuno,
su biblioteca,
su labranza de oro,
su terno de vidrio,
su incoherencia,
su odio – ¿y ahora?
Con la llave en la mano
quiere abrir la puerta,
no existe puerta;
quiere morir en el mar,
pero el mar se secó;
quiere ir a Minas,
Minas no hay más.
José, ¿y ahora?
Si usted gritara,
si usted gimiera,
si usted tocara
el vals vienés,
si usted durmiera,
si usted se cansara,
si usted muriera…
Pero usted no muere,
¡usted es duro, José!
Solito en lo oscuro
sin teogonía,
cual bachaco,
sin pared alguna
para recostarse,
sin caballo negro
que huya al galope,
¡usted marcha, José!
José, ¿a dónde?
SUBLIME...
GRACIAS, MARÍA POR DEMOSTRARNOS EL CAMINO DE LA POESÍA Y EL COMPROMISO.
BESOS.
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Walter Faila.
[i]Qué triste es acabarse sin mancharse de barro. [/i]
Miguel Sánchez Gatell
Lluvia Abril- Administrador-Moderador
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Edad : 62
- Mensaje n°67
Re: CARLOS DRUMMOND DE ANDRADE
Nunca dejo de sorprenderme. No había pasado por este autor y te doy las gracias, querida amiga por traerlo aquí. Hay que conocer su poesía y entonces, leeré, iré leyendo.
Besos, amiga luna y feliz fin de semana te deseo.
Besos, amiga luna y feliz fin de semana te deseo.
cecilia gargantini- Administrador-Moderador
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Fecha de inscripción : 25/04/2009
Edad : 69
Localización : buenos aires
- Mensaje n°68
Re: CARLOS DRUMMOND DE ANDRADE
Gracias Luita por traernos a un grande!!!!!!!!!!!! Besossssssssssssss
Maria Lua- Administrador-Moderador
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Fecha de inscripción : 12/04/2009
Localización : Nova Friburgo / RJ / Brasil
- Mensaje n°69
Re: CARLOS DRUMMOND DE ANDRADE
Gracias, Pascual, Lluvia y Cecilia!
Besos, amigos
Maria Lua
Os dejo un poema:
Besos, amigos
Maria Lua
Os dejo un poema:
Papai Noel às avessas
* Por Carlos Drummond de Andrade
Papai Noel entrou pela porta dos fundos
(no Brasil as chaminés não são praticáveis),
entrou cauteloso que nem marido depois da farra.
Tateando na escuridão torceu o comutador
e a eletricidade bateu nas coisas resignadas,
coisas que continuavam coisas no mistério do Natal.
Papai Noel explorou a cozinha com olhos espertos,
achou um queijo e comeu.
Depois tirou do bolso um cigarro que não quis acender.
Teve medo talvez de pegar fogo nas barbas postiças
(no Brasil os Papai-Noéis são todos de cara raspada)
e avançou pelo corredor branco de luar.
Aquele quarto é o das crianças
Papai entrou compenetrado.
Os meninos dormiam sonhando outros natais muito mais lindos
mas os sapatos deles estavam cheinhos de brinquedos
soldados mulheres elefantes navios
e um presidente de república de celulóide.
Papai Noel agachou-se e recolheu aquilo tudo
no interminável lenço vermelho de alcobaça.
Fez a trouxa e deu o nó, mas apertou tanto
que lá dentro mulheres elefantes soldados presidente brigavam por causa do aperto.
Os pequenos continuavam dormindo.
Longe um galo comunicou o nascimento de Cristo.
Papai Noel voltou de manso para a cozinha,
apagou a luz, saiu pela porta dos fundos.
Na horta, o luar de Natal abençoava os legumes.
Este poema foi publicado no livro "Alguma Poesia", Editora Pindorama, em1930, primeiro livro do autor. Texto extraído de "Nova Reunião", Livraria José Olympio Editora - Rio de Janeiro, 1983, pág. 24
Papá Noel al revés
Papá Noel entró por la puerta del fondo
(en Brasil las chimeneas no son practicables)
entró cauteloso que ni marido después de la juerga.
A tientas en la oscuridad pulsó el interruptor
y la electricidad golpeó las cosas resignadas,
cosas que seguían cosas en el misterio de la Navidad.
Papá Noel exploró la cocina con ojos astutos,
encontró un queso y se lo comió.
Después sacó del bolsillo un cigarro que no quiso encender.
Tuvo miedo tal vez de prender fuego a la barba postiza
(en Brasil todos los papanoeles tienen la cara afeitada)
y avanzó por el pasillo blanco de luz de luna.
Aquel cuarto es el de los niños.
Papá entró convencido.
Los niños dormían soñando con otras navidades mucho más hermosas
pero sus zapatos estaban llenos de juguetes
soldados mujeres elefantes barcos
y un presidente de república de celuloide.
Papá Noel se agachó y recogió todo aquello
en el interminable pañuelo de yerbas rojo.
Cerró el fardo e hizo un nudo, pero lo apretó tanto
que allí dentro mujeres elefantes soldados presidente peleaban por causa de la aglomeración.
Los pequeños seguían durmiendo.
A lo lejos un gallo comunicó el nacimiento de Cristo.
Papá Noel volvió silenciosamente a la cocina,
apagó la luz, salió por la puerta del fondo.
En el huerto, la luz de luna de Navidad bendecía las legumbres.
* Por Carlos Drummond de Andrade
Papai Noel entrou pela porta dos fundos
(no Brasil as chaminés não são praticáveis),
entrou cauteloso que nem marido depois da farra.
Tateando na escuridão torceu o comutador
e a eletricidade bateu nas coisas resignadas,
coisas que continuavam coisas no mistério do Natal.
Papai Noel explorou a cozinha com olhos espertos,
achou um queijo e comeu.
Depois tirou do bolso um cigarro que não quis acender.
Teve medo talvez de pegar fogo nas barbas postiças
(no Brasil os Papai-Noéis são todos de cara raspada)
e avançou pelo corredor branco de luar.
Aquele quarto é o das crianças
Papai entrou compenetrado.
Os meninos dormiam sonhando outros natais muito mais lindos
mas os sapatos deles estavam cheinhos de brinquedos
soldados mulheres elefantes navios
e um presidente de república de celulóide.
Papai Noel agachou-se e recolheu aquilo tudo
no interminável lenço vermelho de alcobaça.
Fez a trouxa e deu o nó, mas apertou tanto
que lá dentro mulheres elefantes soldados presidente brigavam por causa do aperto.
Os pequenos continuavam dormindo.
Longe um galo comunicou o nascimento de Cristo.
Papai Noel voltou de manso para a cozinha,
apagou a luz, saiu pela porta dos fundos.
Na horta, o luar de Natal abençoava os legumes.
Este poema foi publicado no livro "Alguma Poesia", Editora Pindorama, em1930, primeiro livro do autor. Texto extraído de "Nova Reunião", Livraria José Olympio Editora - Rio de Janeiro, 1983, pág. 24
Papá Noel al revés
Papá Noel entró por la puerta del fondo
(en Brasil las chimeneas no son practicables)
entró cauteloso que ni marido después de la juerga.
A tientas en la oscuridad pulsó el interruptor
y la electricidad golpeó las cosas resignadas,
cosas que seguían cosas en el misterio de la Navidad.
Papá Noel exploró la cocina con ojos astutos,
encontró un queso y se lo comió.
Después sacó del bolsillo un cigarro que no quiso encender.
Tuvo miedo tal vez de prender fuego a la barba postiza
(en Brasil todos los papanoeles tienen la cara afeitada)
y avanzó por el pasillo blanco de luz de luna.
Aquel cuarto es el de los niños.
Papá entró convencido.
Los niños dormían soñando con otras navidades mucho más hermosas
pero sus zapatos estaban llenos de juguetes
soldados mujeres elefantes barcos
y un presidente de república de celuloide.
Papá Noel se agachó y recogió todo aquello
en el interminable pañuelo de yerbas rojo.
Cerró el fardo e hizo un nudo, pero lo apretó tanto
que allí dentro mujeres elefantes soldados presidente peleaban por causa de la aglomeración.
Los pequeños seguían durmiendo.
A lo lejos un gallo comunicó el nacimiento de Cristo.
Papá Noel volvió silenciosamente a la cocina,
apagó la luz, salió por la puerta del fondo.
En el huerto, la luz de luna de Navidad bendecía las legumbres.
_________________
"Ser como un verso volando
o un ciego soñando
y en ese vuelo y en ese sueño
compartir contigo sol y luna,
siendo guardián en tu cielo
y tren de tus ilusiones."
(Hánjel)
o un ciego soñando
y en ese vuelo y en ese sueño
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Re: CARLOS DRUMMOND DE ANDRADE
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o un ciego soñando
y en ese vuelo y en ese sueño
compartir contigo sol y luna,
siendo guardián en tu cielo
y tren de tus ilusiones."
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Re: CARLOS DRUMMOND DE ANDRADE
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y en ese vuelo y en ese sueño
compartir contigo sol y luna,
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y tren de tus ilusiones."
(Hánjel)
o un ciego soñando
y en ese vuelo y en ese sueño
compartir contigo sol y luna,
siendo guardián en tu cielo
y tren de tus ilusiones."
(Hánjel)
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Re: CARLOS DRUMMOND DE ANDRADE
AMAR -CARLOS DRUMMOND DE ANDRADE ( EN ESPAÑOL)
"Qué puede una criatura sino
entre las criaturas, amar?
amar y olvidar
amar y malamar
amar, desamar, amar?
Siempre, y hasta con los ojos vidriados, amar?
Qué puede, pregunto, el ser amoroso, solitario,
en rotación universal, sino rogar también y amar?
Amar lo que el mar trae a la playa,
lo que sepulta, lo que la brisa marina es sal,
la necesidad de amor o simple ansia.
Amar solemnemente las palmas del desierto,
lo que es entrega o adoración expectante
y amar lo inhóspito,
lo áspero, un florero sin flor, un piso de hierro y el pecho inerte y la calle vista en sueños y un ave de rapiña.
Tal nuestro destino: amor sin cuenta, distribuido por las cosas pérfidas o nulas, donación ilimitada a una completa ingratitud. Y en la concha vacía del amor la vista medrosa impaciente de más y más amor.
Amar nuestra falta misma de amor, y en nuestra sequedad
Amar el agua implícita y el beso tácito, y la sed infinita".
Amar
Carlos Drummond de Andrade
Que pode uma criatura senão,
Entre criaturas, amar?
Amar e esquecer, amar e malamar,
Amar, desamar, amar?
Sempre, e até de olhos vidrados, amar?
Que pode, pergunto, o ser amoroso,
Sozinho, em rotação universal, senão
Rodar também, e amar?
Amar o que o mar traz à praia,
O que ele sepulta, e o que, na brisa marinha,
É sal, ou precisão de amor, ou simples ânsia?
Amar solenemente as palmas do deserto,
O que é entrega ou adoração expectante,
E amar o inóspito, o áspero,
Um vaso sem flor, um chão de ferro,
E o peito inerte, e a rua vista em sonho,
E uma ave de rapina.
Este o nosso destino: Amor sem conta,
Distribuído pelas coisas pérfidas ou nulas,
Doação ilimitada a uma completa ingratidão,
E na concha vazia do amor à procura medrosa,
Paciente, de mais e mais amor.
Amar a nossa falta mesma de amor,
E na secura nossa, amar a água implícita,
E o beijo tácito, e a sede infinita.
"Qué puede una criatura sino
entre las criaturas, amar?
amar y olvidar
amar y malamar
amar, desamar, amar?
Siempre, y hasta con los ojos vidriados, amar?
Qué puede, pregunto, el ser amoroso, solitario,
en rotación universal, sino rogar también y amar?
Amar lo que el mar trae a la playa,
lo que sepulta, lo que la brisa marina es sal,
la necesidad de amor o simple ansia.
Amar solemnemente las palmas del desierto,
lo que es entrega o adoración expectante
y amar lo inhóspito,
lo áspero, un florero sin flor, un piso de hierro y el pecho inerte y la calle vista en sueños y un ave de rapiña.
Tal nuestro destino: amor sin cuenta, distribuido por las cosas pérfidas o nulas, donación ilimitada a una completa ingratitud. Y en la concha vacía del amor la vista medrosa impaciente de más y más amor.
Amar nuestra falta misma de amor, y en nuestra sequedad
Amar el agua implícita y el beso tácito, y la sed infinita".
Amar
Carlos Drummond de Andrade
Que pode uma criatura senão,
Entre criaturas, amar?
Amar e esquecer, amar e malamar,
Amar, desamar, amar?
Sempre, e até de olhos vidrados, amar?
Que pode, pergunto, o ser amoroso,
Sozinho, em rotação universal, senão
Rodar também, e amar?
Amar o que o mar traz à praia,
O que ele sepulta, e o que, na brisa marinha,
É sal, ou precisão de amor, ou simples ânsia?
Amar solenemente as palmas do deserto,
O que é entrega ou adoração expectante,
E amar o inóspito, o áspero,
Um vaso sem flor, um chão de ferro,
E o peito inerte, e a rua vista em sonho,
E uma ave de rapina.
Este o nosso destino: Amor sem conta,
Distribuído pelas coisas pérfidas ou nulas,
Doação ilimitada a uma completa ingratidão,
E na concha vazia do amor à procura medrosa,
Paciente, de mais e mais amor.
Amar a nossa falta mesma de amor,
E na secura nossa, amar a água implícita,
E o beijo tácito, e a sede infinita.
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y en ese vuelo y en ese sueño
compartir contigo sol y luna,
siendo guardián en tu cielo
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- Mensaje n°73
Re: CARLOS DRUMMOND DE ANDRADE
De Brasil, Carlos Drummond de Andrade.
Publicado el 11 junio, 2018por lapoesiatoda
“Unidos por las Manos”
No seré el poeta de un mundo caduco.
Tampoco cantaré al mundo futuro.
Estoy atado a la vida y miro a mis compañeros.
Están taciturnos pero alimentan grandes esperanzas.
Entre ellos considero la enorme realidad.
El presente es tan grande, no nos apartemos.
No nos apartemos mucho, vamos unidos por las manos.
Carlos Drummond de Andrade fue un poeta, periodista y narrador, dueño de una obra literaria que se enmarca dentro de la corriente del Modernismo del siglo XX en Brasil.
“Canto órfico”
La danza ya no suena,
la música dejó de ser palabra,
el cántico creció del movimiento.
Carlos1
El intelectual brasileño Carlos Drummond de Andrade
Orfeo, dividido,
anda en busca
de esa unidad áurea que perdimos.
Mundo desintegrado,
tu esencia reside tal vez en la luz,
más neutra ante los ojos desaprendidos de ver;
y bajo la piel,
¿qué turbia imporosidad nos limita?
De ti a ti, abismo;
y en él, los ecos de una prístina ciencia,
ahora exangüe.
El prestigioso intelectual brasileño Carlos Drummond de Andrade, nació el 31 de octubre 1902 en la localidad de Minas Gerais, Brasil, al interior de una familia de agricultores. Fue el noveno hijo, de la unión entre los primos Carlos de Paula Andrade y Julieta Augusta Drummond. Los incipientes estudios del futuro poeta, transcurrieron en su ciudad natal, en un colegio de jesuitas. Más tarde se graduó en Farmacia, carrera que nunca ejerció. Su orientación profesional se volvió hacia el periodismo y la literatura, ocupaciones a las que entregó gran parte de su vida.
“Reconocimiento del amor” (Fragmentos)
Amiga, cómo carecen de norte
los caminos de la amistad.
Apareciste para ser el hombro suave
donde se reclina la inquietud del fuerte
(o que ingenuamente se pensaba fuerte).
Traías en los ojos pensativos
la bruma de la renuncia:
no querías la vida plena,
tenías el previo desencanto
Carlos3
Carlos Drummond paseando por Río de Janeiro
de las uniones para toda la vida,
no pedías nada,
no reclamabas tu cota de luz.
Y te deslizabas en ritmo gratuito de ronda.
Descansé en ti mi fajo de desencuentros
y de encuentros funestos.
Quería tal vez -sin percibirlo, lo juro-
sádicamente masacrarte
bajo el hierro de culpas
y vacilaciones
y angustias que dolían
desde la hora del nacimiento,
estigma desde el momento de la concepción
en cierto mes perdido en la Historia,
o más lejos, desde aquel momento intemporal
en que los seres son apenas hipótesis no formuladas
en el caos universal.
¡Cómo nos engañamos huyéndole al amor!
Este escritor brasileño fundó junto a otros intelectuales, una importante publicación de la época, la misma fue bautizada como: “La Revista”, esta fue depositaria del estilo e inquietudes de la corriente del Modernismo. También, Carlos Drummond de Andrade ocuparía otros cargos en el gabinete del Ministerio de Educación y Salud Pública de su país.
“Nota Social”
El poeta llega a la estación.
El poeta desciende.
El poeta toma un auto.
El poeta va para el hotel.
carlos4
Carlos junto a su máquina de escribir
Y mientras hace eso
como cualquier hombre de la tierra,
una ovación lo persigue
hecha algarabía.
Banderolas
que despliegan sus alas.
Bandas de música. Cohetes.
Discursos. Gente con sombreros de paja.
Cámaras fotográficas disparadas.
Automóviles inmóviles.
Bravos…
El poeta está melancólico.
En un árbol del paseo público
(gestión de la actual administración)
árbol grueso, prisionero
de anuncios en colores,
árbol banal, árbol que nadie ve,
canta una cigarra.
Canta una cigarra que nadie oye
un himno que nadie aplaude.
Canta, bajo un sol terrible.
El poeta entra en el elevador
el poeta sube
el poeta se encierra en su cuarto.
El poeta está melancólico.
Desde sus primeros libros, el escritor brasileño Carlos Drummond de Andrade nos expone un lirismo auténtico, legítimo y monumental, al mismo tiempo, se vislumbra una constante investigación y preocupación hacia la comunidad; así cultivó lo que se denomina, una poesía y una prosa de prensa. Andrade es considerado por la crítica, como uno de los máximos representantes de la poesía de Brasil.
“No, mi corazón no es más grande que el mundo…” (Fragmentos)
No, mi corazón no es más grande que el mundo.
Es mucho más pequeño.
En él no caben ni mis dolores.
Por eso me gusta tanto contarme a mí mismo
por eso me desvisto, por eso me grito,
Carlos2
Carlos Drummond leyendo
por eso frecuento los diarios,
me expongo crudamente en las librerías:
necesito de todos.
Sí, mi corazón es muy pequeño.
Sólo ahora veo que en él caben los hombres.
Los hombres están aquí afuera, están en la calle.
La calle es enorme. Más grande, mucho más grande
de lo que yo esperaba.
Carlos Drummond de Andrade es dueño de una considerable obra literaria, que abarca géneros como el cuento, la crónica y la novela. En relación a la poesía, tiene cerca de 30 publicaciones, entre las que se encuentran los siguientes títulos: “Alguna poesía”, “Sentimiento del mundo” y “Amor natural”.
“Procura de la poesía”
No hagas versos sobre acontecimientos.
No hay creación ni muerte ante la poesía.
Frente a ella la vida es un solo estático,
no calienta ni ilumina.
Las afinidades, los aniversarios,
los incidentes personales no cuentan.
No hagas poesía con el cuerpo,
drumondnapraia
Carlos sentado en un banco de la playa en Río de Janeiro
ese excelente,
completo y confortable cuerpo,
tan enemigo de la efusión lírica.
Tu gota de bilis,
tu máscara de gozo o de dolor
en lo oscuro son indiferentes.
Ni me reveles tus sentimientos,
que se prevalecen
del equívoco y tientan el largo viaje.
Lo que piensas o sientes,
eso aún no es poesía.
Carlos Drummond de Andrade dejó de existir físicamente, el 17 de agosto de 1987 en la ciudad de Río de Janeiro a los 85 años de edad, luego, de ver apagarse la vida de su única hija. Andrade nos legó una exquisita obra literaria y periodística.
“El mundo es grande y cabe”
Drummomd_playa
Estatua de Carlos Drummond
El mundo es grande y cabe
en esta ventana sobre el mar.
El mar es grande y cabe
en la cama y en el colchón de amar.
El amor es grande y cabe
en el breve espacio de besar.
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Publicado el 11 junio, 2018por lapoesiatoda
“Unidos por las Manos”
No seré el poeta de un mundo caduco.
Tampoco cantaré al mundo futuro.
Estoy atado a la vida y miro a mis compañeros.
Están taciturnos pero alimentan grandes esperanzas.
Entre ellos considero la enorme realidad.
El presente es tan grande, no nos apartemos.
No nos apartemos mucho, vamos unidos por las manos.
Carlos Drummond de Andrade fue un poeta, periodista y narrador, dueño de una obra literaria que se enmarca dentro de la corriente del Modernismo del siglo XX en Brasil.
“Canto órfico”
La danza ya no suena,
la música dejó de ser palabra,
el cántico creció del movimiento.
Carlos1
El intelectual brasileño Carlos Drummond de Andrade
Orfeo, dividido,
anda en busca
de esa unidad áurea que perdimos.
Mundo desintegrado,
tu esencia reside tal vez en la luz,
más neutra ante los ojos desaprendidos de ver;
y bajo la piel,
¿qué turbia imporosidad nos limita?
De ti a ti, abismo;
y en él, los ecos de una prístina ciencia,
ahora exangüe.
El prestigioso intelectual brasileño Carlos Drummond de Andrade, nació el 31 de octubre 1902 en la localidad de Minas Gerais, Brasil, al interior de una familia de agricultores. Fue el noveno hijo, de la unión entre los primos Carlos de Paula Andrade y Julieta Augusta Drummond. Los incipientes estudios del futuro poeta, transcurrieron en su ciudad natal, en un colegio de jesuitas. Más tarde se graduó en Farmacia, carrera que nunca ejerció. Su orientación profesional se volvió hacia el periodismo y la literatura, ocupaciones a las que entregó gran parte de su vida.
“Reconocimiento del amor” (Fragmentos)
Amiga, cómo carecen de norte
los caminos de la amistad.
Apareciste para ser el hombro suave
donde se reclina la inquietud del fuerte
(o que ingenuamente se pensaba fuerte).
Traías en los ojos pensativos
la bruma de la renuncia:
no querías la vida plena,
tenías el previo desencanto
Carlos3
Carlos Drummond paseando por Río de Janeiro
de las uniones para toda la vida,
no pedías nada,
no reclamabas tu cota de luz.
Y te deslizabas en ritmo gratuito de ronda.
Descansé en ti mi fajo de desencuentros
y de encuentros funestos.
Quería tal vez -sin percibirlo, lo juro-
sádicamente masacrarte
bajo el hierro de culpas
y vacilaciones
y angustias que dolían
desde la hora del nacimiento,
estigma desde el momento de la concepción
en cierto mes perdido en la Historia,
o más lejos, desde aquel momento intemporal
en que los seres son apenas hipótesis no formuladas
en el caos universal.
¡Cómo nos engañamos huyéndole al amor!
Este escritor brasileño fundó junto a otros intelectuales, una importante publicación de la época, la misma fue bautizada como: “La Revista”, esta fue depositaria del estilo e inquietudes de la corriente del Modernismo. También, Carlos Drummond de Andrade ocuparía otros cargos en el gabinete del Ministerio de Educación y Salud Pública de su país.
“Nota Social”
El poeta llega a la estación.
El poeta desciende.
El poeta toma un auto.
El poeta va para el hotel.
carlos4
Carlos junto a su máquina de escribir
Y mientras hace eso
como cualquier hombre de la tierra,
una ovación lo persigue
hecha algarabía.
Banderolas
que despliegan sus alas.
Bandas de música. Cohetes.
Discursos. Gente con sombreros de paja.
Cámaras fotográficas disparadas.
Automóviles inmóviles.
Bravos…
El poeta está melancólico.
En un árbol del paseo público
(gestión de la actual administración)
árbol grueso, prisionero
de anuncios en colores,
árbol banal, árbol que nadie ve,
canta una cigarra.
Canta una cigarra que nadie oye
un himno que nadie aplaude.
Canta, bajo un sol terrible.
El poeta entra en el elevador
el poeta sube
el poeta se encierra en su cuarto.
El poeta está melancólico.
Desde sus primeros libros, el escritor brasileño Carlos Drummond de Andrade nos expone un lirismo auténtico, legítimo y monumental, al mismo tiempo, se vislumbra una constante investigación y preocupación hacia la comunidad; así cultivó lo que se denomina, una poesía y una prosa de prensa. Andrade es considerado por la crítica, como uno de los máximos representantes de la poesía de Brasil.
“No, mi corazón no es más grande que el mundo…” (Fragmentos)
No, mi corazón no es más grande que el mundo.
Es mucho más pequeño.
En él no caben ni mis dolores.
Por eso me gusta tanto contarme a mí mismo
por eso me desvisto, por eso me grito,
Carlos2
Carlos Drummond leyendo
por eso frecuento los diarios,
me expongo crudamente en las librerías:
necesito de todos.
Sí, mi corazón es muy pequeño.
Sólo ahora veo que en él caben los hombres.
Los hombres están aquí afuera, están en la calle.
La calle es enorme. Más grande, mucho más grande
de lo que yo esperaba.
Carlos Drummond de Andrade es dueño de una considerable obra literaria, que abarca géneros como el cuento, la crónica y la novela. En relación a la poesía, tiene cerca de 30 publicaciones, entre las que se encuentran los siguientes títulos: “Alguna poesía”, “Sentimiento del mundo” y “Amor natural”.
“Procura de la poesía”
No hagas versos sobre acontecimientos.
No hay creación ni muerte ante la poesía.
Frente a ella la vida es un solo estático,
no calienta ni ilumina.
Las afinidades, los aniversarios,
los incidentes personales no cuentan.
No hagas poesía con el cuerpo,
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Carlos sentado en un banco de la playa en Río de Janeiro
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tan enemigo de la efusión lírica.
Tu gota de bilis,
tu máscara de gozo o de dolor
en lo oscuro son indiferentes.
Ni me reveles tus sentimientos,
que se prevalecen
del equívoco y tientan el largo viaje.
Lo que piensas o sientes,
eso aún no es poesía.
Carlos Drummond de Andrade dejó de existir físicamente, el 17 de agosto de 1987 en la ciudad de Río de Janeiro a los 85 años de edad, luego, de ver apagarse la vida de su única hija. Andrade nos legó una exquisita obra literaria y periodística.
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"Ser como un verso volando
o un ciego soñando
y en ese vuelo y en ese sueño
compartir contigo sol y luna,
siendo guardián en tu cielo
y tren de tus ilusiones."
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- Mensaje n°74
Re: CARLOS DRUMMOND DE ANDRADE
Carlos Drummond de Andrade
(Minas Gerais, 31 de octubre de 1902 - Río de Janeiro, 17 de agosto de 1987) fue un poeta y narrador que figura entre los más grandes líricos brasileños del siglo XX y cuyo libro Alguma poesía dio inicio a la renovación del modernismo en Brasil.
Síntesis biográfica
Procede de una Familia campesina en declive, realiza estudios en la ciudad de Belo Horizonte y el Colegio de los Jesuitas de Nueva Anchieta RJ Friburgo, donde fue expulsado por "insubordinación de la mente." De vuelta en Belo Horizonte, comenzó su carrera como escritor y colaborador de la revista Journal of Mines, que congregó a simpatizantes locales de la minera movimiento modernista en ciernes.
Etapa estudiantil y laboral
A insistencia de la familia para obtener un diploma, se gradua de farmacéutico en la ciudad de Ouro Preto en 1925 se gana la vida como periodista y funcionario público. Funda la Revista con otros escritores, que, a pesar de la breve vida, fue un importante vehículo para la afirmación del Modernismo en Minas Gerais. Se une al servicio civil y en 1934 se traslada a Río de Janeiro, donde fue jefe del Estado Mayor Gustavo Capanema, Ministro de Educación hasta 1945. Trabajaba entonces en el Departamento de Patrimonio Histórico y Artístico Nacional y se retira en 1962. Desde 1954 trabaja como columnista en el Morning Post, y desde el comienzo de 1969, el Jornal do Brasil.
Actividad literaria
Inicia la actividad literaria militando en las filas del modernismo, propugnando el retorno a la realidad y rechazando toda forma de influencia extranjera en la Cultura brasileña. En la primera obra que realiza llamada Alguma poesia (1930), domina, en efecto, la Peosía de la vida cotidiana y local. Las costumbres y tradiciones de su tierra natal son evocadas sin hacer ninguna concesión al lirismo romantizante, refrenado por una fina ironía, que se revelará permanentemente en todas sus obras.
Muerte
Falleció en Río de Janeiro, el 17 de agosto de 1987, pocos días después de la muerte de la única hija que procreó, la cronista de María Julieta Drummond Andrade.
Obras
En Brejo das almas (1934), el Lenguaje poético se hace más personal, acentuándose el "humour" e iniciándose el proceso de introspección que le conducirá, mediante la superación del sentido de la soledad y de la consiguiente desazón, a la necesidad de acercarse a los demás hombres. Expresiones poéticas de este acercamiento son Sentimento do mundo (1940), Poesias (1942) y A rosa do povo (1945), uno de los mejores ejemplos de poesía social y popular de la literatura brasileña, obras todas ellas en las que el poeta denuncia la deshumanización del mundo y, al mismo tiempo, manifiesta su confianza en el advenimiento de un mundo mejor. Con A rosa do povo madura el lenguaje modernista del autor y se anuncia, con unas formas expresivas y experiencias técnicas nuevas, la creación de un lenguaje personal y universal a un tiempo. Disminuye el tono coloquial, mientras que aumenta el empleo de la metáfora. Eliminada cualquier forma enfática o retórica, la energía de la expresión y el lirismo surgen de continuos contrastes temáticos, del ritmo, de asociaciones sorprendentes y del "poder de la palabra", estricta y depurada.
Surgen de este modo Claro enigma (1951) y Fazendeiro do ar (1954), poemarios en los que se atenúa la violencia de la denuncia. Los últimos volúmenes publicados, entre ellos Poemas (1959), Liçao de coisas (1962), Versiprosa (1967), Menino antigo (1973) y As impurezas do branco (1973), vuelven a confirmar la conciencia artística de su autor, y la constancia de su búsqueda formal y semántica. Idénticas cualidades se manifiestan en sus obras en prosa, a menudo poética, con las que ofrece un modelo tanto del lenguaje coloquial brasileño como del lenguaje literario moderno. Además de Confissoes de Minas (1944), su primer libro en prosa, Drummond de Andrade publicó Contos de aprendiz (1951) y otros volúmenes de crónicas y de ensayos, como Fala, amendoeira (1957), Cadeira de balanço (1966), O poder ultrajoven e mais 79 textos em prosa e verso (1972), De noticias e nao noticias faz-se a crónica (1966) y Os dias lindos (1977). Varias obras del poeta fueron traducidos al Español, Inglés, francés, italiano, alemán, sueco, checo y otros. Drummond fue sin duda, durante muchas décadas, el poeta más influyente de la literatura brasileña en su tiempo, también ha publicado varios libros de Prosa.
Drummond de Andrade se destaca por la consagración al trabajo y una conducta intachable como escritor, dejando una bella obra.
(Minas Gerais, 31 de octubre de 1902 - Río de Janeiro, 17 de agosto de 1987) fue un poeta y narrador que figura entre los más grandes líricos brasileños del siglo XX y cuyo libro Alguma poesía dio inicio a la renovación del modernismo en Brasil.
Síntesis biográfica
Procede de una Familia campesina en declive, realiza estudios en la ciudad de Belo Horizonte y el Colegio de los Jesuitas de Nueva Anchieta RJ Friburgo, donde fue expulsado por "insubordinación de la mente." De vuelta en Belo Horizonte, comenzó su carrera como escritor y colaborador de la revista Journal of Mines, que congregó a simpatizantes locales de la minera movimiento modernista en ciernes.
Etapa estudiantil y laboral
A insistencia de la familia para obtener un diploma, se gradua de farmacéutico en la ciudad de Ouro Preto en 1925 se gana la vida como periodista y funcionario público. Funda la Revista con otros escritores, que, a pesar de la breve vida, fue un importante vehículo para la afirmación del Modernismo en Minas Gerais. Se une al servicio civil y en 1934 se traslada a Río de Janeiro, donde fue jefe del Estado Mayor Gustavo Capanema, Ministro de Educación hasta 1945. Trabajaba entonces en el Departamento de Patrimonio Histórico y Artístico Nacional y se retira en 1962. Desde 1954 trabaja como columnista en el Morning Post, y desde el comienzo de 1969, el Jornal do Brasil.
Actividad literaria
Inicia la actividad literaria militando en las filas del modernismo, propugnando el retorno a la realidad y rechazando toda forma de influencia extranjera en la Cultura brasileña. En la primera obra que realiza llamada Alguma poesia (1930), domina, en efecto, la Peosía de la vida cotidiana y local. Las costumbres y tradiciones de su tierra natal son evocadas sin hacer ninguna concesión al lirismo romantizante, refrenado por una fina ironía, que se revelará permanentemente en todas sus obras.
Muerte
Falleció en Río de Janeiro, el 17 de agosto de 1987, pocos días después de la muerte de la única hija que procreó, la cronista de María Julieta Drummond Andrade.
Obras
En Brejo das almas (1934), el Lenguaje poético se hace más personal, acentuándose el "humour" e iniciándose el proceso de introspección que le conducirá, mediante la superación del sentido de la soledad y de la consiguiente desazón, a la necesidad de acercarse a los demás hombres. Expresiones poéticas de este acercamiento son Sentimento do mundo (1940), Poesias (1942) y A rosa do povo (1945), uno de los mejores ejemplos de poesía social y popular de la literatura brasileña, obras todas ellas en las que el poeta denuncia la deshumanización del mundo y, al mismo tiempo, manifiesta su confianza en el advenimiento de un mundo mejor. Con A rosa do povo madura el lenguaje modernista del autor y se anuncia, con unas formas expresivas y experiencias técnicas nuevas, la creación de un lenguaje personal y universal a un tiempo. Disminuye el tono coloquial, mientras que aumenta el empleo de la metáfora. Eliminada cualquier forma enfática o retórica, la energía de la expresión y el lirismo surgen de continuos contrastes temáticos, del ritmo, de asociaciones sorprendentes y del "poder de la palabra", estricta y depurada.
Surgen de este modo Claro enigma (1951) y Fazendeiro do ar (1954), poemarios en los que se atenúa la violencia de la denuncia. Los últimos volúmenes publicados, entre ellos Poemas (1959), Liçao de coisas (1962), Versiprosa (1967), Menino antigo (1973) y As impurezas do branco (1973), vuelven a confirmar la conciencia artística de su autor, y la constancia de su búsqueda formal y semántica. Idénticas cualidades se manifiestan en sus obras en prosa, a menudo poética, con las que ofrece un modelo tanto del lenguaje coloquial brasileño como del lenguaje literario moderno. Además de Confissoes de Minas (1944), su primer libro en prosa, Drummond de Andrade publicó Contos de aprendiz (1951) y otros volúmenes de crónicas y de ensayos, como Fala, amendoeira (1957), Cadeira de balanço (1966), O poder ultrajoven e mais 79 textos em prosa e verso (1972), De noticias e nao noticias faz-se a crónica (1966) y Os dias lindos (1977). Varias obras del poeta fueron traducidos al Español, Inglés, francés, italiano, alemán, sueco, checo y otros. Drummond fue sin duda, durante muchas décadas, el poeta más influyente de la literatura brasileña en su tiempo, también ha publicado varios libros de Prosa.
Drummond de Andrade se destaca por la consagración al trabajo y una conducta intachable como escritor, dejando una bella obra.
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Re: CARLOS DRUMMOND DE ANDRADE
Drummond De Andrade, Carlos
BIOGRAFÍA
Carlos Drummond de Andrade nació en 31 de octubre en la ciudad de Itabira, Minas Gerais (Brasil) en 1902. En 1920 se traslada con su familia a Belo Horizonte dónde publicó sus primeros trabajos. Dos años después conoció a los escritores Blaise Cendras y Mario de Andrade. En 1925 Andrade ingresó en la Facultad de Farmacia, se graduó aunque nunca llegó a ejercer su profesión. Junto a su amigo Emilio Moura y otros amigos fundó A Revista, que fue uno de los principales órganos de difusión del modernismo brasileño.
En 1930 publicó su primer libro Alguna poesía. En 1934 se trasladó definitivamente a Río de Janeiro, ocupando el cargo de jefe de gabinete del nuevo ministro de Educación y Salud Pública y publicó Brejo das Almas.
Al finalizar la segunda guerra mundial y caer el gobierno de Getulio Vargas, ocupó por un corto período, la dirección del diario Tribuna Popular. Regresó al ministerio de Educación, a la Dirección de Patrimonio Histórico y Artístico. Tuvo una intensa vida profesional como periodista, colaboró con Diario de Minas y luego con Jornal de Brasil, colaboración que duró sesenta y cuatro años, pero a la par pudo realizar una riquísima labor poética. En su momento no tembló su conciencia al renunciar a un importantísimo premio nacional que iba acompañado de una gran cantidad de dinero ya que éste era otorgado por el entonces gobierno militar de su país.
Desde sus primeros libros la poesía de Drummond se destacó del resto y es considerado por la crítica como uno de los mayores poetas del Brasil.
Murió el 17 de agosto de 1987 en la ciudad de Río de Janeiro, doce días después de la muerte de su única hija María Julieta Drummond de Andrade.
Su obra tiende a la renovación de la poesía de su país, y está considerado como uno de los principales poetas contemporáneos brasileños. Influido por Valéry, manifiesta un humor escéptico, disfrazado en ocasiones de hermetismo.
BIBLIOGRAFÍA
Alguna poesía (1930)
Brejo das almas (1930)
Sentimiento del mundo (1940)
Confesiones de Minas (1944)
Poemas (1951)
50 Poemas escogidos por el autor (1956)
Obra completa (1964)
Versiprosa (1967)
Caminos de Joao Brandao (1970)
Amor, amores (1974)
19 libros de poesía (1983)
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BIOGRAFÍA
Carlos Drummond de Andrade nació en 31 de octubre en la ciudad de Itabira, Minas Gerais (Brasil) en 1902. En 1920 se traslada con su familia a Belo Horizonte dónde publicó sus primeros trabajos. Dos años después conoció a los escritores Blaise Cendras y Mario de Andrade. En 1925 Andrade ingresó en la Facultad de Farmacia, se graduó aunque nunca llegó a ejercer su profesión. Junto a su amigo Emilio Moura y otros amigos fundó A Revista, que fue uno de los principales órganos de difusión del modernismo brasileño.
En 1930 publicó su primer libro Alguna poesía. En 1934 se trasladó definitivamente a Río de Janeiro, ocupando el cargo de jefe de gabinete del nuevo ministro de Educación y Salud Pública y publicó Brejo das Almas.
Al finalizar la segunda guerra mundial y caer el gobierno de Getulio Vargas, ocupó por un corto período, la dirección del diario Tribuna Popular. Regresó al ministerio de Educación, a la Dirección de Patrimonio Histórico y Artístico. Tuvo una intensa vida profesional como periodista, colaboró con Diario de Minas y luego con Jornal de Brasil, colaboración que duró sesenta y cuatro años, pero a la par pudo realizar una riquísima labor poética. En su momento no tembló su conciencia al renunciar a un importantísimo premio nacional que iba acompañado de una gran cantidad de dinero ya que éste era otorgado por el entonces gobierno militar de su país.
Desde sus primeros libros la poesía de Drummond se destacó del resto y es considerado por la crítica como uno de los mayores poetas del Brasil.
Murió el 17 de agosto de 1987 en la ciudad de Río de Janeiro, doce días después de la muerte de su única hija María Julieta Drummond de Andrade.
Su obra tiende a la renovación de la poesía de su país, y está considerado como uno de los principales poetas contemporáneos brasileños. Influido por Valéry, manifiesta un humor escéptico, disfrazado en ocasiones de hermetismo.
BIBLIOGRAFÍA
Alguna poesía (1930)
Brejo das almas (1930)
Sentimiento del mundo (1940)
Confesiones de Minas (1944)
Poemas (1951)
50 Poemas escogidos por el autor (1956)
Obra completa (1964)
Versiprosa (1967)
Caminos de Joao Brandao (1970)
Amor, amores (1974)
19 libros de poesía (1983)
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"Ser como un verso volando
o un ciego soñando
y en ese vuelo y en ese sueño
compartir contigo sol y luna,
siendo guardián en tu cielo
y tren de tus ilusiones."
(Hánjel)
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Re: CARLOS DRUMMOND DE ANDRADE
Poesía social fresca
Carlos Drummond de Andrade: Sentimiento del mundo
Hiperión, Madrid, 2006
¿Puede un libro de poemas publicado en Brasil en 1940 interesar a un lector español de hoy mismo…? Sentimiento del mundo de Carlos Drummond de Andrade, recientemente editado en nuestro país, nos demuestra que sí, que la buena poesía no está sujeta, como los productos perecederos, a una fecha de caducidad. Intentaré, pues, a través del recorrido por algunos poemas significativos, ilustrar su interés, su actualidad. Para empezar, los títulos de Carlos Drummond de Andrade (ya desde el título inicial, el del libro y el del primer poema) tienen un sentido abarcador, universalista, ambicioso. Sentido que no excluye, en alguna ocasión, tintes claramente irónicos. “Tengo apenas dos manos / y el sentimiento del mundo”, dicen los dos primeros versos. Es decir: está la humildad de lo concreto, de lo mínimo, frente a la vastedad del mundo, de su concepto mismo.
Pero al lado de un cierto sentimiento de impotencia, el que deriva de fuerzas desiguales, está también un voluntarismo, resuelto aunque no inconsciente: la lucha es necesaria a pesar de todo, de la propia individualidad, de las proclividades de la historia, incluida la historia de la literatura. Se apela asimismo a lo material básico, “fuego y alimento”, integrándose el autor en la urdimbre dialéctica de las revoluciones de principios del siglo xx. No obstante, una palabra emblemática de aquella retórica se envilece, o se contamina de pesimismo histórico, ante las tercas evidencias de la realidad: “ese amanecer / más noche que la noche”. Autocrítica e ironía son dos registros que no debemos olvidar aquí. Rasgo este de modernidad que matiza un discurso equidistante tanto de la fe del carbonero como del escepticismo decadente de algunos estetas. “Confidencias del itabirano” (Itabira es la ciudad donde nació el poeta) nos introduce en algunos procedimientos estilísticos peculiares: la reiteración de la oración simple, la yuxtaposición aparentemente simplista, la paradoja, la ruptura de una lógica semántica, la inversión de un orden gradativo que puede, también, señalar ambivalencia en la lectura: “Tuve oro, tuve ganado, tuve haciendas”. Por encima de todo destaca en el poema el determinismo vital que imponen algunas circunstancias, la imposible deserción de unas raíces: “Itabira es solo una fotografía en la pared. / ¡Pero cómo duele!”. “Poema de la necesidad” es una especie de letanía ingenuista (?) en la que no faltan contradicciones que exigen, naturalmente, una relectura: ¿cómo se puede conciliar, por ejemplo, la lectura de Baudelaire, cuyas flores mórbidas son símbolo de placeres solitarios, de individualismo exacerbado, con el sueño colectivista de una revolución que, además, debe ser blanca, incruenta…? Es preciso “anunciar el fin del mundo”, reza, con mayúsculas, el poeta. El fin, por apocalíptico que parezca, es también, como los bárbaros de Kavafis, una promesa de regeneración, de savia nueva. Y en cualquier caso la voz de los profetas, de los agoreros del desastre, puede tener (eso solo ya bastaría) una función de revulsivo, de sacudida de conciencias instaladas en el letargo y en una inercia decadente. De decadencia, en fin, nos vuelve a hablar “Tristeza del imperio”. Un imperio ¿carioca? que parece diseñado no sobre los patrones de un sibaritismo romano, sino sobre los clichés de un hortera enriquecido, sea este de la latitud que sea. El mal gusto también es, por desgracia, universal: “Soñaban la futura liberación de los instintos / y nidos de amor que serían instalados en los rascacielos de / Copacabana, con radio y teléfono automático”. “El obrero en el mar”, único poema en prosa del libro, parte de una imagen que tiene su origen en la iconografía evangélica. El texto, lejos del tono panfletario, crítico incluso con ese lenguaje simplista, nos presenta a un obrero semidesnudo, mesiánico, “apenas más oscuro que los otros”, que anda sobre las aguas: ¿hacia dónde? ¿hacia una tierra de promisión como Moisés cuando, huyendo de la esclavitud de Egipto, abre un camino en el mar Rojo…? No solo Cristo en el lago de Tiberíades es aquí un referente. El poeta, por otra parte, sabe que entre él y ese ser enigmático (en el fondo todo obrero, al margen de falsas demagogias, lo es para un intelectual) hay una distancia insalvable: son realidades sociales y espirituales distintas, divergentes incluso. Por eso el poema, muy bello y misterioso en todo momento, no revela al final, coherentemente, el sentido, o destino, de ese viaje prodigioso. Subraya, eso sí, una separación casi cósmica que sin embargo acoge un poderoso signo de comprensión lejana, quizá utópica… “Niño llorando en la noche”, con ese encanto de una sencillez engañosa (engañosa por difícil de conseguir), seduce casi desde el primer verso, o versículo. Inconsolable, ese niño puede ser metáfora del dolor del mundo; un dolor que no está ubicado en ningún sitio concreto, o que se ubica en todos, porque el dolor es universal, atemporal… Abierto así el llanto a la indiferencia de la noche, a un inmenso vacío de conciencia, al silencio culpable de todos los que, en sentido amplio, duermen, ignoran, no oyen. Pero siempre habrá alguien, un poeta de guardia por ejemplo, que oirá, con sensibilidad agudizada, incluso “el rumor de la gota del remedio (¿no debería traducirse bálsamo?) cayendo en la cuchara”. Carlos Drummond de Andrade aboga por una poesía contaminada, impura, claramente antiacademicista: “En vano asesinaron la poesía en los libros”, “los sobrevivientes están aquí, poetas directos de la Calle Ancha”. Nos recuerda en este sentido aquella admonición de otro autor populista, Pablo Neruda: “Quien huye del mal gusto cae en el hielo”. No es ajeno tampoco a una imaginería, no muy frecuente, de índole vagamente surrealista: “Un gusano comenzó a roer las levitas indiferentes”. “Privilegio del mar” denuncia otra vez el estatus, no idílico pero sí “mediocremente confortable”, de una clase insolidaria. Para ella “el mundo es verdaderamente de cemento armado”. Pero, ¿qué ocurriría si ese buque fondeado en la bahía fuese un barco ebrio, “un crucero loco”, un acorazado como el de los filmes rusos de antaño…? No cabe preocuparse: los marineros son fieles, las aguas tranquilas, el mundo inamovible. “Podemos beber honradamente nuestra cerveza”. La pax burguesa, no obstante, siempre tiene en esta poesía el acecho, o la insinuación, de una inminencia: ¿inminencia de qué…? Es algo que no se hace explícito, que queda ahí colgado, como una amenaza, como una incógnita: “Los inocentes de Leblón / no vieron al navío entrar / ¿Trajo bailarinas?/ ¿Trajo emigrantes?/ ¿Trajo un gramo de radio?”. El adjetivo “inocentes” es, por supuesto, irónico. Significa cínicos, o lo que es peor: tontos inconscientes, tontos culpables. Inocentes que en la arena caliente, adormecedora, disfrutan pasándose por la espalda “un aceite suave”. Todo el mundo, quizá, está narcotizado, magnetizado, idiotizado por una especie de gigantesco “Bolero de Ravel”. Tanto que “los tambores apagan la muerte del Emperador”: de nuevo la ignorancia, real o fingida, de ese peligro, esa inminencia… Los pecados de omisión son tan graves aquí como los pecados de acción. Y la teoría que no cede paso a la praxis tan culpable como la inercia del conformismo. Las palabras, en efecto, no son inocentes. Configuran, con demasiada frecuencia, lenguajes nocivos. Así, un poema como “De la mano” podrá leerse como brevísimo manual de crítica de poesía: la lírica decadentista de los estetas, el futurismo verbalista de las orgías revolucionarias, el romanticismo crepuscular, el ombliguismo de los suicidas, el escapismo de los exóticos, la bobería de los místicos seráficos… Frente a todo ello “el tiempo es mi materia, el tiempo presente, los hombres presentes, la vida presente”. Toda una declaración de principios. Poesía de ahora mismo, sí, la de Carlos Drummond de Andrade.
Eugenio García Fernández
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Carlos Drummond de Andrade: Sentimiento del mundo
Hiperión, Madrid, 2006
¿Puede un libro de poemas publicado en Brasil en 1940 interesar a un lector español de hoy mismo…? Sentimiento del mundo de Carlos Drummond de Andrade, recientemente editado en nuestro país, nos demuestra que sí, que la buena poesía no está sujeta, como los productos perecederos, a una fecha de caducidad. Intentaré, pues, a través del recorrido por algunos poemas significativos, ilustrar su interés, su actualidad. Para empezar, los títulos de Carlos Drummond de Andrade (ya desde el título inicial, el del libro y el del primer poema) tienen un sentido abarcador, universalista, ambicioso. Sentido que no excluye, en alguna ocasión, tintes claramente irónicos. “Tengo apenas dos manos / y el sentimiento del mundo”, dicen los dos primeros versos. Es decir: está la humildad de lo concreto, de lo mínimo, frente a la vastedad del mundo, de su concepto mismo.
Pero al lado de un cierto sentimiento de impotencia, el que deriva de fuerzas desiguales, está también un voluntarismo, resuelto aunque no inconsciente: la lucha es necesaria a pesar de todo, de la propia individualidad, de las proclividades de la historia, incluida la historia de la literatura. Se apela asimismo a lo material básico, “fuego y alimento”, integrándose el autor en la urdimbre dialéctica de las revoluciones de principios del siglo xx. No obstante, una palabra emblemática de aquella retórica se envilece, o se contamina de pesimismo histórico, ante las tercas evidencias de la realidad: “ese amanecer / más noche que la noche”. Autocrítica e ironía son dos registros que no debemos olvidar aquí. Rasgo este de modernidad que matiza un discurso equidistante tanto de la fe del carbonero como del escepticismo decadente de algunos estetas. “Confidencias del itabirano” (Itabira es la ciudad donde nació el poeta) nos introduce en algunos procedimientos estilísticos peculiares: la reiteración de la oración simple, la yuxtaposición aparentemente simplista, la paradoja, la ruptura de una lógica semántica, la inversión de un orden gradativo que puede, también, señalar ambivalencia en la lectura: “Tuve oro, tuve ganado, tuve haciendas”. Por encima de todo destaca en el poema el determinismo vital que imponen algunas circunstancias, la imposible deserción de unas raíces: “Itabira es solo una fotografía en la pared. / ¡Pero cómo duele!”. “Poema de la necesidad” es una especie de letanía ingenuista (?) en la que no faltan contradicciones que exigen, naturalmente, una relectura: ¿cómo se puede conciliar, por ejemplo, la lectura de Baudelaire, cuyas flores mórbidas son símbolo de placeres solitarios, de individualismo exacerbado, con el sueño colectivista de una revolución que, además, debe ser blanca, incruenta…? Es preciso “anunciar el fin del mundo”, reza, con mayúsculas, el poeta. El fin, por apocalíptico que parezca, es también, como los bárbaros de Kavafis, una promesa de regeneración, de savia nueva. Y en cualquier caso la voz de los profetas, de los agoreros del desastre, puede tener (eso solo ya bastaría) una función de revulsivo, de sacudida de conciencias instaladas en el letargo y en una inercia decadente. De decadencia, en fin, nos vuelve a hablar “Tristeza del imperio”. Un imperio ¿carioca? que parece diseñado no sobre los patrones de un sibaritismo romano, sino sobre los clichés de un hortera enriquecido, sea este de la latitud que sea. El mal gusto también es, por desgracia, universal: “Soñaban la futura liberación de los instintos / y nidos de amor que serían instalados en los rascacielos de / Copacabana, con radio y teléfono automático”. “El obrero en el mar”, único poema en prosa del libro, parte de una imagen que tiene su origen en la iconografía evangélica. El texto, lejos del tono panfletario, crítico incluso con ese lenguaje simplista, nos presenta a un obrero semidesnudo, mesiánico, “apenas más oscuro que los otros”, que anda sobre las aguas: ¿hacia dónde? ¿hacia una tierra de promisión como Moisés cuando, huyendo de la esclavitud de Egipto, abre un camino en el mar Rojo…? No solo Cristo en el lago de Tiberíades es aquí un referente. El poeta, por otra parte, sabe que entre él y ese ser enigmático (en el fondo todo obrero, al margen de falsas demagogias, lo es para un intelectual) hay una distancia insalvable: son realidades sociales y espirituales distintas, divergentes incluso. Por eso el poema, muy bello y misterioso en todo momento, no revela al final, coherentemente, el sentido, o destino, de ese viaje prodigioso. Subraya, eso sí, una separación casi cósmica que sin embargo acoge un poderoso signo de comprensión lejana, quizá utópica… “Niño llorando en la noche”, con ese encanto de una sencillez engañosa (engañosa por difícil de conseguir), seduce casi desde el primer verso, o versículo. Inconsolable, ese niño puede ser metáfora del dolor del mundo; un dolor que no está ubicado en ningún sitio concreto, o que se ubica en todos, porque el dolor es universal, atemporal… Abierto así el llanto a la indiferencia de la noche, a un inmenso vacío de conciencia, al silencio culpable de todos los que, en sentido amplio, duermen, ignoran, no oyen. Pero siempre habrá alguien, un poeta de guardia por ejemplo, que oirá, con sensibilidad agudizada, incluso “el rumor de la gota del remedio (¿no debería traducirse bálsamo?) cayendo en la cuchara”. Carlos Drummond de Andrade aboga por una poesía contaminada, impura, claramente antiacademicista: “En vano asesinaron la poesía en los libros”, “los sobrevivientes están aquí, poetas directos de la Calle Ancha”. Nos recuerda en este sentido aquella admonición de otro autor populista, Pablo Neruda: “Quien huye del mal gusto cae en el hielo”. No es ajeno tampoco a una imaginería, no muy frecuente, de índole vagamente surrealista: “Un gusano comenzó a roer las levitas indiferentes”. “Privilegio del mar” denuncia otra vez el estatus, no idílico pero sí “mediocremente confortable”, de una clase insolidaria. Para ella “el mundo es verdaderamente de cemento armado”. Pero, ¿qué ocurriría si ese buque fondeado en la bahía fuese un barco ebrio, “un crucero loco”, un acorazado como el de los filmes rusos de antaño…? No cabe preocuparse: los marineros son fieles, las aguas tranquilas, el mundo inamovible. “Podemos beber honradamente nuestra cerveza”. La pax burguesa, no obstante, siempre tiene en esta poesía el acecho, o la insinuación, de una inminencia: ¿inminencia de qué…? Es algo que no se hace explícito, que queda ahí colgado, como una amenaza, como una incógnita: “Los inocentes de Leblón / no vieron al navío entrar / ¿Trajo bailarinas?/ ¿Trajo emigrantes?/ ¿Trajo un gramo de radio?”. El adjetivo “inocentes” es, por supuesto, irónico. Significa cínicos, o lo que es peor: tontos inconscientes, tontos culpables. Inocentes que en la arena caliente, adormecedora, disfrutan pasándose por la espalda “un aceite suave”. Todo el mundo, quizá, está narcotizado, magnetizado, idiotizado por una especie de gigantesco “Bolero de Ravel”. Tanto que “los tambores apagan la muerte del Emperador”: de nuevo la ignorancia, real o fingida, de ese peligro, esa inminencia… Los pecados de omisión son tan graves aquí como los pecados de acción. Y la teoría que no cede paso a la praxis tan culpable como la inercia del conformismo. Las palabras, en efecto, no son inocentes. Configuran, con demasiada frecuencia, lenguajes nocivos. Así, un poema como “De la mano” podrá leerse como brevísimo manual de crítica de poesía: la lírica decadentista de los estetas, el futurismo verbalista de las orgías revolucionarias, el romanticismo crepuscular, el ombliguismo de los suicidas, el escapismo de los exóticos, la bobería de los místicos seráficos… Frente a todo ello “el tiempo es mi materia, el tiempo presente, los hombres presentes, la vida presente”. Toda una declaración de principios. Poesía de ahora mismo, sí, la de Carlos Drummond de Andrade.
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o un ciego soñando
y en ese vuelo y en ese sueño
compartir contigo sol y luna,
siendo guardián en tu cielo
y tren de tus ilusiones."
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Re: CARLOS DRUMMOND DE ANDRADE
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- Mensaje n°78
Re: CARLOS DRUMMOND DE ANDRADE
Procura da Poesia
Não faças versos sobre acontecimentos.
Não há criação nem morte perante a poesia.
Diante dela, a vida é um sol estático,
não aquece nem ilumina.
As afinidades, os aniversários, os incidentes pessoais não contam.
Não faças poesia com o corpo,
esse excelente, completo e confortável corpo, tão infenso à efusão lírica.
Tua gota de bile, tua careta de gozo ou dor no escuro
são indiferentes.
Não me reveles teus sentimentos,
que se prevalecem de equívoco e tentam a longa viagem.
O que pensas e sentes, isso ainda não é poesia.
Não cantes tua cidade, deixa-a em paz.
O canto não é o movimento das máquinas nem o segredo das casas.
Não é música ouvida de passagem, rumor do mar nas ruas junto à linha de espuma.
O canto não é a natureza
nem os homens em sociedade.
Para ele, chuva e noite, fadiga e esperança nada significam.
A poesia (não tires poesia das coisas)
elide sujeito e objeto.
Não dramatizes, não invoques,
não indagues. Não percas tempo em mentir.
Não te aborreças.
Teu iate de marfim, teu sapato de diamante,
vossas mazurcas e abusões, vossos esqueletos de família
desaparecem na curva do tempo, é algo imprestável.
Não recomponhas
tua sepultada e merencória infância.
Não osciles entre o espelho e a
memória em dissipação.
Que se dissipou, não era poesia.
Que se partiu, cristal não era.
Penetra surdamente no reino das palavras.
Lá estão os poemas que esperam ser escritos.
Estão paralisados, mas não há desespero,
há calma e frescura na superfície intata.
Ei-los sós e mudos, em estado de dicionário.
Convive com teus poemas, antes de escrevê-los.
Tem paciência, se obscuros. Calma, se te provocam.
Espera que cada um se realize e consume
com seu poder de palavra
e seu poder de silêncio.
Não forces o poema a desprender-se do limbo.
Não colhas no chão o poema que se perdeu.
Não adules o poema. Aceita-o
como ele aceitará sua forma definitiva e concentrada
no espaço.
Chega mais perto e contempla as palavras.
Cada uma
tem mil faces secretas sob a face neutra
e te pergunta, sem interesse pela resposta,
pobre ou terrível que lhe deres:
Trouxeste a chave?
Repara:
ermas de melodia e conceito
elas se refugiaram na noite, as palavras.
Ainda úmidas e impregnadas de sono,
rolam num rio difícil e se transformam em desprezo.
[A rosa do povo]
*****************************
Procura de la poesía
No hagas versos sobre acontecimientos.
No hay creación ni muerte ante la poesía.
Frente a ella la vida es un solo estático,
no calienta ni ilumina.
Las afinidades, los aniversarios, los incidentes personales no cuentan.
No hagas poesía con el cuerpo,
ese excelente, completo y confortable cuerpo, tan enemigo de la efusión lírica.
Tu gota de bilis, tu máscara de gozo o de dolor en lo oscuro son indiferentes.
Ni me reveles tus sentimientos,
que se prevalecen del equívoco y tientan el largo viaje.
Lo que piensas o sientes, eso aún no es poesía.
No cantes a tu ciudad, déjala en paz.
El canto no es el movimiento de las máquinas ni el secreto de las casas.
No es la música oída de paso; rumor del mar en las calles junto a la línea de espuma.
El canto no es la naturaleza
ni los hombres en sociedad.
Para él, lluvia y noche, fatiga y esperanza, nada significan.
La poesía (no extraigas poesía de las cosas)
elude sujeto y objeto.
No dramatices, no invoques,
no indagues. No pierdas tiempo en mentir.
No te aborrezcas.
Tu yate de marfil, tu zapato de diamante,
vuestras mazurcas y supersticiones, vuestros esqueletos de familia,
desaparecen en la curva del tiempo, son inservibles.
No recompongas
tu sepultada y melancólica infancia.
No osciles entre el espejo y la
memoria en disipación.
Que se disipó, no era poesía.
Que se partió, cristal no era.
Penetra sordamente en el reino de las palabras.
Allá están los poemas que esperan ser escritos.
Están paralizados, mas no hay desesperación,
hay calma y frescura en la superficie intacta.
Helos allí solos y mudos, en estado de diccionario.
Convive con tus poemas, antes de escribirlos.
Ten paciencia, si oscuros. Calma, si te provocan.
Espera que cada uno se realice y consuma
con su poder de palabra
y su poder de silencio.
No fuerces al poema a desprenderse del limbo.
No recojas en el suelo el poema que se perdió.
No adules al poema. Acéptalo
como él aceptará su forma definitiva y concretada
en el espacio.
Acércate y contempla las palabras.
Cada una
tiene mil fases secretas sobre la neutra faz
y te pregunta, sin interés por la respuesta,
pobre o terrible, que le des:
¿Trajiste la llave?
Repara:
yermas de melodía y de concepto,
ellas se refugian en la noche, las palabras.
Aún húmedas e impregnadas de sueño
rolan en un río difícil y se transforman en desprecio.
Versión de Manuel Graña Etcheverry
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"Ser como un verso volando
o un ciego soñando
y en ese vuelo y en ese sueño
compartir contigo sol y luna,
siendo guardián en tu cielo
y tren de tus ilusiones."
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siendo guardián en tu cielo
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- Mensaje n°79
Re: CARLOS DRUMMOND DE ANDRADE
Canção amiga Milton Nascimento e Carlos Drummond de Andrade
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siendo guardián en tu cielo
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- Mensaje n°80
Re: CARLOS DRUMMOND DE ANDRADE
Amar
Carlos Drummond de Andrade
Que pode uma criatura senão,
Entre criaturas, amar?
Amar e esquecer, amar e malamar,
Amar, desamar, amar?
Sempre, e até de olhos vidrados, amar?
Que pode, pergunto, o ser amoroso,
Sozinho, em rotação universal, senão
Rodar também, e amar?
Amar o que o mar traz à praia,
O que ele sepulta, e o que, na brisa marinha,
É sal, ou precisão de amor, ou simples ânsia?
Amar solenemente as palmas do deserto,
O que é entrega ou adoração expectante,
E amar o inóspito, o áspero,
Um vaso sem flor, um chão de ferro,
E o peito inerte, e a rua vista em sonho,
E uma ave de rapina.
Este o nosso destino: Amor sem conta,
Distribuído pelas coisas pérfidas ou nulas,
Doação ilimitada a uma completa ingratidão,
E na concha vazia do amor à procura medrosa,
Paciente, de mais e mais amor.
Amar a nossa falta mesma de amor,
E na secura nossa, amar a água implícita,
E o beijo tácito, e a sede infinita.
Carlos Drummond de Andrade
Que pode uma criatura senão,
Entre criaturas, amar?
Amar e esquecer, amar e malamar,
Amar, desamar, amar?
Sempre, e até de olhos vidrados, amar?
Que pode, pergunto, o ser amoroso,
Sozinho, em rotação universal, senão
Rodar também, e amar?
Amar o que o mar traz à praia,
O que ele sepulta, e o que, na brisa marinha,
É sal, ou precisão de amor, ou simples ânsia?
Amar solenemente as palmas do deserto,
O que é entrega ou adoração expectante,
E amar o inóspito, o áspero,
Um vaso sem flor, um chão de ferro,
E o peito inerte, e a rua vista em sonho,
E uma ave de rapina.
Este o nosso destino: Amor sem conta,
Distribuído pelas coisas pérfidas ou nulas,
Doação ilimitada a uma completa ingratidão,
E na concha vazia do amor à procura medrosa,
Paciente, de mais e mais amor.
Amar a nossa falta mesma de amor,
E na secura nossa, amar a água implícita,
E o beijo tácito, e a sede infinita.
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Re: CARLOS DRUMMOND DE ANDRADE
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Re: CARLOS DRUMMOND DE ANDRADE
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compartir contigo sol y luna,
siendo guardián en tu cielo
y tren de tus ilusiones."
(Hánjel)
o un ciego soñando
y en ese vuelo y en ese sueño
compartir contigo sol y luna,
siendo guardián en tu cielo
y tren de tus ilusiones."
(Hánjel)
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- Mensaje n°83
Re: CARLOS DRUMMOND DE ANDRADE
Resíduo
De tudo ficou um pouco
Do meu medo. Do teu asco.
Dos gritos gagos. Da rosa
ficou um pouco.
Ficou um pouco de luz
captada no chapéu.
Nos olhos do rufião
de ternura ficou um pouco
(muito pouco).
Pouco ficou deste pó
de que teu branco sapato
se cobriu. Ficaram poucas
roupas, poucos véus rotos
pouco, pouco, muito pouco.
Mas de tudo fica um pouco.
Da ponte bombardeada,
de duas folhas de grama,
do maço
― vazio ― de cigarros, ficou um pouco.
Pois de tudo fica um pouco.
Fica um pouco de teu queixo
no queixo de tua filha.
De teu áspero silêncio
um pouco ficou, um pouco
nos muros zangados,
nas folhas, mudas, que sobem.
Ficou um pouco de tudo
no pires de porcelana,
dragão partido, flor branca,
ficou um pouco
de ruga na vossa testa,
retrato.
Se de tudo fica um pouco,
mas por que não ficaria
um pouco de mim? no trem
que leva ao norte, no barco,
nos anúncios de jornal,
um pouco de mim em Londres,
um pouco de mim algures?
na consoante?
no poço?
Um pouco fica oscilando
na embocadura dos rios
e os peixes não o evitam,
um pouco: não está nos livros.
De tudo fica um pouco.
Não muito: de uma torneira
pinga esta gota absurda,
meio sal e meio álcool,
salta esta perna de rã,
este vidro de relógio
partido em mil esperanças,
este pescoço de cisne,
este segredo infantil...
De tudo ficou um pouco:
de mim; de ti; de Abelardo.
Cabelo na minha manga,
de tudo ficou um pouco;
vento nas orelhas minhas,
simplório arroto, gemido
de víscera inconformada,
e minúsculos artefatos:
campânula, alvéolo, cápsula
de revólver... de aspirina.
De tudo ficou um pouco.
E de tudo fica um pouco.
Oh abre os vidros de loção
e abafa
o insuportável mau cheiro da memória.
Mas de tudo, terrível, fica um pouco,
e sob as ondas ritmadas
e sob as nuvens e os ventos
e sob as pontes e sob os túneis
e sob as labaredas e sob o sarcasmo
e sob a gosma e sob o vômito
e sob o soluço, o cárcere, o esquecido
e sob os espetáculos e sob a morte escarlate
e sob as bibliotecas, os asilos, as igrejas triunfantes
e sob tu mesmo e sob teus pés já duros
e sob os gonzos da família e da classe,
fica sempre um pouco de tudo.
Às vezes um botão. Às vezes um rato.
Drummond: 100 anos
Carlos Machado, 2002
Carlos Drummond de Andrade
In A Rosa do Povo
José Olympio, 1945

Residuo
De todo quedó un poco.
De mi miedo. De tu asco.
De los gritos entrecortados. De la rosa
quedó un poco.
Quedó un poco de luz
atrapada en el sombrero.
En los ojos del rufián
de ternura quedó un poco
(muy poco).
Poco quedó de este polvo
del que se cubrió
tu zapato blanco. Quedaron pocas
ropas, pocos velos rotos
poco, poco, muy poco.
Pero de todo queda un poco.
Del puente bombardeado,
de dos hojas de hierba,
del atado
—vacío— de cigarros quedó un poco.
Porque de todo queda un poco.
Queda un poco de tu mentón
en el mentón de tu hija.
De tu silencio áspero
un poco quedó, un poco
en los muros enojados,
en las hojas, mudas, que suben.
Quedó un poco de todo
en el plato de porcelana,
dragón partido, flor blanca,
quedó un poco
de surco en tu frente,
retrato.
Si de todo queda un poco,
¿por qué no iba a quedar
un poco de mí? ¿en el tren
que lleva al norte, en el barco,
en los avisos del diario,
un poco de mí en Londres,
un poco de mí en todas partes?
¿En la consonante?
¿En el pozo?
Un poco queda oscilando
en la embocadura de los ríos
y los peces no lo evitan,
un poco: no está en los libros.
De todo queda un poco.
No mucho: de una canilla
cae esta gota absurda,
mitad sal, mitad alcohol,
salta esta pata de rana,
este vidrio de reloj
partido en mil esperanzas,
este cuello de cisne,
este secreto infantil…
De todo quedó un poco:
de mí; de vos; de Abelardo.
Pelo en mi manga,
de todo quedó un poco;
viento en mis orejas,
eructo simple, gemido
de víscera desconforme,
y minúsculos artefactos:
campanilla, alvéolo, cápsula
de revólver…de aspirina.
De todo quedó un poco.
Y de todo queda un poco.
Oh abrí los frascos de loción
y sofocá
el hedor insoportable de la memoria.
Pero de todo, qué terrible, queda un poco,
y bajo las olas ritmadas
y bajo las nubes y los vientos
y bajo los puentes y bajo los túneles
y bajo las llamaradas y bajo el sarcasmo
y bajo el gargajo y bajo el vómito
y bajo el sollozo, la cárcel, lo olvidado
y bajo los espectáculos y bajo la muerte escarlata
y bajo las bibliotecas, los asilos, las iglesias triunfantes
y debajo tuyo y bajo tus pies ya duros
y bajo los goznes de la familia y de la clase,
queda siempre un poco de todo.
A veces un botón. A veces un ratón.
_________________
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o un ciego soñando
y en ese vuelo y en ese sueño
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- Mensaje n°84
Re: CARLOS DRUMMOND DE ANDRADE
Carlos Drummond de Andrade aboga por una poesía contaminada, impura, claramente antiacademicista: “En vano asesinaron la poesía en los libros”, “los sobrevivientes están aquí, poetas directos de la Calle Ancha”. Nos recuerda en este sentido aquella admonición de otro autor populista, Pablo Neruda: “Quien huye del mal gusto cae en el hielo”. No es ajeno tampoco a una imaginería, no muy frecuente, de índole vagamente surrealista: “Un gusano comenzó a roer las levitas indiferentes”. “Privilegio del mar” denuncia otra vez el estatus, no idílico pero sí “mediocremente confortable”, de una clase insolidaria. Para ella “el mundo es verdaderamente de cemento armado”. Pero, ¿qué ocurriría si ese buque fondeado en la bahía fuese un barco ebrio, “un crucero loco”, un acorazado como el de los filmes rusos de antaño…? No cabe preocuparse: los marineros son fieles, las aguas tranquilas, el mundo inamovible. “Podemos beber honradamente nuestra cerveza”. La pax burguesa, no obstante, siempre tiene en esta poesía el acecho, o la insinuación, de una inminencia: ¿inminencia de qué…? Es algo que no se hace explícito, que queda ahí colgado, como una amenaza, como una incógnita: “Los inocentes de Leblón / no vieron al navío entrar / ¿Trajo bailarinas?/ ¿Trajo emigrantes?/ ¿Trajo un gramo de radio?”. El adjetivo “inocentes” es, por supuesto, irónico. Significa cínicos, o lo que es peor: tontos inconscientes, tontos culpables. Inocentes que en la arena caliente, adormecedora, disfrutan pasándose por la espalda “un aceite suave”. Todo el mundo, quizá, está narcotizado, magnetizado, idiotizado por una especie de gigantesco “Bolero de Ravel”. Tanto que “los tambores apagan la muerte del Emperador”: de nuevo la ignorancia, real o fingida, de ese peligro, esa inminencia… Los pecados de omisión son tan graves aquí como los pecados de acción. Y la teoría que no cede paso a la praxis tan culpable como la inercia del conformismo. Las palabras, en efecto, no son inocentes. Configuran, con demasiada frecuencia, lenguajes nocivos. Así, un poema como “De la mano” podrá leerse como brevísimo manual de crítica de poesía: la lírica decadentista de los estetas, el futurismo verbalista de las orgías revolucionarias, el romanticismo crepuscular, el ombliguismo de los suicidas, el escapismo de los exóticos, la bobería de los místicos seráficos… Frente a todo ello “el tiempo es mi materia, el tiempo presente, los hombres presentes, la vida presente”. Toda una declaración de principios. Poesía de ahora mismo, sí, la de Carlos Drummond de Andrade.
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- Mensaje n°85
Re: CARLOS DRUMMOND DE ANDRADE
O MUNDO É GRANDE
O mundo é grande e cabe
nesta janela sobre o mar.
O mar é grande e cabe
na cama e no colchão de amar.
O amor é grande e cabe
no breve espaço de beijar.
(in “Amar se Aprende Amando”)
*********************
El mundo es grande y cabe ...
El mundo es grande y cabe
en esta ventana sobre el mar.
El mar es grande y cabe
en la cama y en el colchón de amar.
El amor es grande y cabe
en el breve espacio de besar.
_________________
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- Mensaje n°86
Re: CARLOS DRUMMOND DE ANDRADE
CARLOS DRUMMOND ENTRE LA VANGUARDIA Y LA POLÍTICA
*Miguel Ángel Flores
En 1922, en la ciudad de São Paulo, un grupo de jóvenes inquietos y ruidosos llevaron a cabo una Semana del Arte Moderno, que se constituyó en el acta de nacimiento de la poesía moderna de Brasil. A partir de esa semana quedó claro que la poesía iba adquirir una nueva voz. Con sus poemas y proclamas hicieron que el simbolismo y el parnasia-nismo pasaran a la categoría de historia y su envejecimiento fue instantáneo. Aunque Manuel Bandeira no estuvo físicamente en São Paulo para la celebración de la fiesta de la nueva poesía, su actitud renovadora frente al lenguaje y los temas que hasta entonces se habían considerado propios de ésta, su grito de independencia ante una tradición agotada le valieron ser considerado el fundador de la vanguardia en la poesía brasileña. Algunos jóvenes poetas lo llamaron el "Juan Bautista" de la poesía. Con Bandeira entraron las voces de la calle a los versos y todo fue susceptible de convertirse en poesía, aun las cosas y los hechos más deleznables. Toda una revolución que tuvo a su alumno más aventajado y brillante en Carlos Drummond de Andrade, un joven que tenía veinte años cuando los Andrade, Mario y Oswaldo, iniciaron su revolución estética que tuvo repercusiones en todo el país.
El poema que se inicia con los versos "En medio del camino había una piedra/ había una piedra en medio del camino/ había una piedra/ en medio del camino había una piedra", publicado originalmente en 1928, en la Revista de Antropofagia, e incluido en el primer libro de Drummond de Andrade, Alguma poesia (1930), se volvió un caso mítico en el ámbito de la literatura brasileña contemporánea. Fue difícil aceptar en esos años que la poesía podía tener la aspereza de una piedra y que este objeto mineral podía, a su vez, ser la síntesis de una nueva poética. Drummond comentaba años después que su poema había servido "para dividir en Brasil a las personas en dos categorías mentales".
Este poema es el punto de partida de algunos grandes poemas posteriores de Drummond, comenzando por ese largo y extraordinario texto que es "La máquina del mundo", del libro Claro enigma (1951). Éste es, de hecho, representativo de algunas de las características fundamentales de la poesía del autor. En la simultánea evocación y parodia de Dante —"Nel mezzo del cammini di nostra vita..."— anunció su forma particular de romper con el pasado literario, que, más que apostar por el rechazo, se avoca a la reinvención, ya sea a través de citas sesgadas, como en este caso, ya sea en la apropiación de formas y metros clásicos, del soneto a la "terza rima". También la desconcertante seguridad del texto es ilustrativa de la distancia a la que siempre Drummond se mantuvo de las más exaltadas pirotecnias vanguardiastas.
Si aceptamos la habitual división de la modernidad literaria brasileña en tres etapas, la publicación de Alguma poesia marca el inicio de la fase intermedia, que se prolongaría hasta el final de la segunda guerra mundial. La realización, en São Paulo, de la Semana de Arte Moderno, en 1922, es generalmente considerada como el acontecimiento que desencadenó la vanguardia en Brasil, al que estuvo ligado Mario de Andrade, amigo de toda la vida de Drummond, cuyo movimiento Antropofágico se proponía "devorar" los valores europeos. La idea de crear una modernidad característicamente nacional, que pasaba, por ejemplo, por una nueva atención a lo cotidiano brasileño y por la dignificación de la oralidad popular, influenciará la poesía de Drummond de Andrade.
Cuando el autor publica Alguma poesia, las propuestas radicales del primer modernismo (no confundir con lo que se entiende entre nosotros como modernismo) habían ya dado lugar a un experimentalismo menos ostentoso, propio de una etapa de consolidación. Este su primer libro revela una voz singular, pero no deja de sintetizar los rasgos más destacados del modernismo: elección de temas de una cotidianidad banal, el verso libre, que en Drummond es bastante más contenido de lo que parece, un rechazo de la retórica excesiva que desemboca muchas veces en una especie de antilirismo, y una ironía que tanto atañe a la importación acrítica de los modelos europeos como a las idiosincrasias brasileñas. En el poema "Explicación", escribe:
La Europa es una ciudad muy vieja donde sólo hacen caso del dinero
y tiene una actrices de piernas adjetivas que engañan a la gente.
El francés, el italiano, el judío hablan una lengua de harapos.
Aquí al menos la gente sabe que todos son una runfla de canallas,
lee su periódico, crítica al gobierno,
se queja de la vida (la vida está tan cara)
y al fin de cuentas todo sale bien...
Pertenece también a este libro el "Poema de siete fases", que se inicia con los versos:
Cuando nací, un ángel tuerto
de esos que viven en la sombra
dijo: ¡Ve, Carlos! Sé torpe en la vida.
Este "yo" irónico y escéptico, pero también un tanto desastrado, continuará hablando en sus libros posteriores. El poeta tiene una asombrosa paleta de géneros y técnicas que pone en práctica. Es de destacar la forma como supo armonizar el cosmopolitismo modernista y la aceptación de sus raíces regionales, en su caso Minas Gerais. No es por un azar que la "máquina del mundo" se revela a la reluctante mirada de Drummond en un camino pedregoso de Minas Gerais.
Y como recorriera vagamente
un camino de Minas, pedregoso,
y al caer de la tarde una campana ronca
se mezclase con el sonido de mis zapatos
...la máquina del mundo se entreabrió
para quien rompiéndola ya se esquivaba
y sólo de haberlo pensado se lloraba.
En los veinte años que separan Alguma poesia de Claro enigma (1951), Drummond publicó Brejo das almas (1934), Sentimiento do mondo (1940), José (1941) y A rosa do povo (1945). Los tres libros de los años 40 prestan especial atención a la realidad social, oscilando entre el pesimismo y la esperanza. Ya en Claro enigma los vestigios de la utopía social dan lugar a una especie de desencantado soplo metafísico. Entre los más de veinte volúmenes de poemas que Drummond dejó, se cuenta Fazendeiro do Ar (1954), marcado por la presencia de la tierra natal y de la familia, A vida pasada a limpio (1959), Lição de coisas (1962), con sus sutiles juegos de vocabulario, Versiprosa (1967), donde la crónica se funde con la poesía, la trilogía Boitempo (1968, 1973 y 1979) y el libro póstumo O amor natural, cuyo humor y erotismo están ilustrados en el poema "A Bunda, que engraçada".
A rosa do povo (La rosa del pueblo), publicado en 1945, el libro más voluminoso de Drummond (55 poemas), escrito de 1943 a 1945, comienza con una poética semejante a la de "El luchador". Pero ya no se trata de entablar un combate con las palabras, sino de las relaciones entre ellas, y sobre todo de una reflexión sobre el significado vital del canto lírico, apoyado en la evocación de un puñado de poetas modernos:
No rimaré la palabra sueño
con la no correspondiente palabra otoño.
Rimaré con la palabra carne
o cualquier otra que todas me convienen.
Las palabras no nacen atadas,
brinca, se besan, se disuelven,
en el cielo libre a veces un dibujo,
son puras, anchas, auténticas, impenetrables.
"Las palabras no nacen atadas" proclama Drummond: es su reconocimiento de la importancia de la jerarquía verbal propia de la escritura clásica, su propósito era legitimar una "democracia de las palabras", en expresión de Spitzer. Pero es también el reconocimiento, por parte de Drummond, de que la escritura moderna es solidaria con una "literatura de la experiencia". Así lo demuestra la obra de los poetas-hermanos "asimilados" por Drummond, el lirismo moderno implica el rechazo de todo esteticismo; en la literatura moderna la "belleza" se torna un valor subordinado; la aspiración a la "autenticidad" da un paso al frente.
Así, pues, a primera vista, se retorna a una poética de lo vivido, a la estética —romántica, si es que existe alguna—de la expresión. Es obvio que se trata de un romanticismo modernizado, es decir, antiidealista y antisentimental:
Poeta del infinito y de la materia,
cantor sin piedad, sí, sin frágiles lágrimas,
boca tan seca, pero ardor tan casto.
Y es que, en lugar del narcisismo afectivo de los románticos, el yo lírico adopta una ética de arriesgar todo a una esperanza difícil para que el canto realice con éxito su "viaje":
Dar todo por la presencia de los lejanos,
Sentir que hay ecos, pocos, pero cristal,
No roca tan sólo, peces circulando
Bajo el navío que lleva este mensaje,
Y aves de largo pico verificando
Su derrota, y dos o tres faroles,
¡Últimos! Esperanza del mar negro.
Ese viaje es mortal, y comienza allá.
Saber que hay todo...
Mensaje de ética, dotado de ubiquidad, abierto a todo, pues
Como huir al mínimo objeto
¿O negarse a lo grande?...
y ciertamente a la realidad social:
...como una lágrima,
el pueblo, mi poema, te atraviesa.
En otro poema de La rosa, "Rueda mundo", Drummond declara al universo
Irreductible al canto,
Superior a la poesía.
Lo que no impide que la poética de "Consideración del poema" aspire a hacer del canto un mapa del mundo, bajo todos los aspectos posibles.
Sólo que ese ecumenismo crítico de la voz lírica ("ser explosivo, sin fronteras") es incapaz de olvidar la naturaleza verbal de la poesía. Las palabras son siempre, como en "El luchador", autónomas e impenetrables:
Las palabras no nacen atadas
saltan, se besan, se disuelven,
en el cielo libre a veces un dibujo,
son puras, largas, auténticas, indivisibles.
el viaje del canto es un
...moverse en medio
de millones y millones de formas raras,
secretas, duras...
La poética de la expresión, sin embargo, no era sino apariencia: escribir no significa antes que todo "expresarse", sino vivir entre las formas del lenguaje. Reencontramos sin dificultad la "pasión del lenguaje" de "El luchador". Inútil señalar la diferencia entre esas "formas raras" y la aristocracia esteticista de los estilos parnasiano y simbolista. Esas formas sólo son raras, secretas, porque el mensaje "mortal" de la poesía sólo alcanza su fin después de haber celebrado el misterio del lenguaje. La ascesis de la agonía con las palabras es estrictamente necesaria a la autenticidad vital de la poesía. Puede suceder que la dureza, la aspereza de las palabras esté en relación con la revuelta reprimida del poeta ante la miserias de nuestra época. El lenguaje "explosivo" es, en todo caso, el idioma confesado del poema "Nuestro tiempo", cuya primera parte termina así:
Me callo, espero, descifro.
Las cosas tal vez mejoren.
¡Son tan fuertes las cosas!
Pero no soy las cosas y me rebelo.
Tengo palabras en mí buscando salida,
son ásperas y duras,
irritadas, enérgicas,
comprimidas hace tanto tiempo,
perdieron el sentido, quieren tan sólo explotar.
Más profundamente, sin embargo, lo que expresa es aquello que hay de resistente, de inaprensible en las palabras oriundas del propio lenguaje. En último análisis, es éste el que impone la peregrinación "en medio de millones y millones de formas raras" antes de que el poema realice su viaje a lo auténtico, yendo más allá de todo belleza decorativa. Esta ascesis, nítidamente esbozada, como vimos, en "Consideración del poema", vuelve al tema explícito de la segunda ars poetica del libro, "En busca de la poesía":
No hagas versos sobre acontecimientos.
No hay creación ni muerte ante la poesía.
Ante ella, la vida es sol estático,
no calienta, ni ilumina, ni alumbra.
Las afinidades, los cumpleaños, los incidentes personales no cuentan.
No hagas poesía con el cuerpo,
ese excelente, completo y confortable cuerpo,
tan inmune a la efusión lírica.
*
Penetra sordamente en el reino de las palabras.
Allá están los poemas que esperan ser escritos.
Están paralizados, pero no hay desesperación,
hay calma y frescura en la superficie intacta.
Helos ahí solos y mudos, en estado de diccionario.
Convive con tus poemas antes de escribirlos.
Ten paciencia, si oscuros. Calma, si te provocan.
Espera que cada uno se realice y consume
con su poder de palabra
y su poder de silencio.
No fuerces el poema a desprenderse del limbo.
No recojas del suelo el poema que se perdió.
No adules el poema. Acéptalo como él aceptará su forma definitiva y concentrada en el espacio.
Acércate, contempla las palabras.
Cada una
tiene mil fases secretas bajo el rostro neutro
y te pregunta, sin interés en la respuesta,
pobre o terrible, que le das:
¿Trajiste la llave?
Observa:
yermas de melodía y concepto
ellas refugiándose en la noche, las palabras.
Aún húmedas impregnadas de sueño,
ruedan en un río difícil y transformándose en desprecio.
La tarea primordial del poeta es, pues, entrar sin ruido en el "reino de las palabras"; es el respeto del lenguaje que excluye cualquier precipitación en el acto de escribir. Las palabras no son necesariamente hostiles; al contrario de lo que pasa en "El luchador", ellas no esquivan sistemáticamente al poeta, pues el lenguaje "en estado de diccionario" encierra los poemas "que esperan ser escritos". Lo que el poema dice, e incluso lo que dice callando, obedece a una ley superior a la simple voluntad del escritor: la ley del lenguaje. Ninguna intención expresiva se le podría sustraer. Toda veleidad concerniente a la expresión "directa" del pensamiento es ilusoria; para expresar lo que se quiere es necesario pasar por el extraño reino de las palabras.
No es por azar que el propio Drummond muchas veces —y precisamente en La rosa del pueblo— hace versos sobre acontecimientos mundiales (la guerra, por ejemplo), sobre las pasiones del alma y del cuerpo, sobre la ciudad, sobre los recuerdos de infancia... incluso "dramatizando, invocando e interrogando". La relación entre lo que está prohibido (1ª parte) y lo que se debe hacer (2ª parte) es, pues, dialécticamente irónica. "Búsqueda de la poesía" no prohíbe de ningún modo la vasta escala de asuntos que el lirismo universal de "Consideración del poema" acaba de autorizar, comprometiendo en eso mismo la autenticidad de la poesía; prohibido es tan sólo el abordaje de los asuntos a través de una actitud ingenua, en lo que se dice respecto al discurso. Drummond no pretende negar —como esa estéril vanguardia contemporánea— que el discurso poético es un discurso sobre una cosa específica. Para él la experiencia del lenguaje, por más importante, por más necesario que sea, es el medio, no el fin, del discurso literario.
Piensa en la dulzura de las palabras. Piensa en la dureza de las palabras.
Piensa en el mundo de las palabras. Que te comunican fiebre. Riqueza.
Mancha de tinta o gordura, en todo caso mancha de vida.
dice el hombre a la paloma redentora al final del diálogo en verso en "Noche en la repartición". Es por eso que puede insertar naturalmente el combate con las palabras, y la estadía en su reino, dentro del marco más vasto de una meditación sobre el sentido ético y humano de la poesía. La poética de La rosa del pueblo integra la psicología de la producción poética de José en una verdadera filosofía de la literatura.
La rosa del pueblo trae al lirismo de Drummond una escala temática más amplia. Las vicisitudes del yo, la escena familiar, la lira erótica, el canto comprometido y el drama de lo cotidiano, la pintura de la historia y el cuadro de género, la poesía sobre la poesía y el poema filosófico son el tema de cerca de media centena de textos casi siempre de primer orden. Con La rosa del puebo se realiza la promesa de "Sentimento do Mundo": cantar "la vida presente". Ante la realidad burguesa del tiempo de guerra, el "sentimiento del mundo" queda inserto en la historia o historiorizado, como escribió un crítico brasileño. El lirismo social y comprometido se desdobla en literatura "sociológica"; sin nunca dar el visto bueno a los simples documentos, la interpretación lírica se alimenta de una especie de análisis sociológico muy suyo, pero de ningún modo menos revelador que los métodos científicos.
Este historicismo lírico escoge a veces grandes temas en el espacio como "América":
Esta soledad de América... Yermo y ciudad grande acechando.
o en el tiempo, como el conflicto mundial ("Carta a Stalingrado", "Visión 1944", "Con el ruso en Berlín"), pero es sin duda más convincente cuando se mantiene en la órbita de la vida cotidiana, tan bien expresada en piezas como "Muerte en el avión", o en la quinta parte de "Nuestro tiempo", y también por los diversos apuntes de "Muerte del lechero" o la fantasía dramática de "Noche en la repartición".
La mayoría de las veces la prospección de lo cotidiano conduce al alejamiento de las personas, a la soledad sin grandeza del homo urbanus. Oponiendo el deseo de ir de la mano en "Sentimiento del mundo" ("De la mano") a las pequeñas miserias de la "multitud solitaria", señaladas desde José, el poeta llega a constatar el aplazamiento de la comunión de los hombres:
Ya no se dan la mano en el mundo.
Ellas viajarán ahora solitarias.
Sin el fuego de los viejos contactos,
Que ardía por dentro y daba valor.
¿Cómo podemos leer al inicio del siglo xxi un libro como La rosa del pueblo, que expresa en gran parte una visión del mundo con sus utopías malogradas y sus espejismos? No es este el libro más emblemático de la obra drummondiana, pero a la luz de lo acontecido con una idea de la sociedad y de experiencias históricas amargas, el libro pone a prueba la vigencia de un lenguaje que manifiesta su fuerza de expresión al poetizar la experiencia cotidiana del hombre común. Asimismo el La rosa puede considerarse como un manifiesto de alguien que nos pide ver la vida desde una actitud irónica, escéptica y desencantada, de este lado de nuestra realidad, porque en la otra orilla está la esperanza del nuevo mundo. Y en medio del desencanto de nuestra realidad, Drummond escoge la figura de Charles Chaplin, para ilustrar los momentos de un humanismo que son las únicas vías de salvación.
Al final de la segunda guerra mundial, como tanto otros poetas de muchas lenguas, Drummond sentía simpatía por el comunismo, y fue solidario con Carlos Prestes, su líder en Brasil. En esos años Drummond fue un intelectual marxizante, según un brillante crítico brasileño, quien le reprocha su confusión conceptual con respecto al capitalismo. Es curioso: el poeta brasileño y Ezra Pound confundían de manera ingenua el capitalismo con fenómenos "inmorales" que, como la usura, ocurrieron en una etapa precapitalista de la economía y de la sociedad. Si nos hemos ocupado de divulgar en español La rosa del pueblo es porque a pesar de la obvia intención política su lenguaje en rebeldía, su poética de la esencialidad y la desnudez de la palabra resiste cualquier lectura bien o mal intencionada. La rosa del pueblo contiene algunos de los más hermosos poemas que escribió Carlos Drummond de Andrade.•
(En la elaboración de este ensayo nos ha sido de gran utilidad el magno, y hasta la fecha insuperable, estudio que José Guilherme Merquior dedicó a la poesía de Carlos Drummond: Verso universo em Drummond, Río de Janeiro, José Olympio, 1975).
*
Miguel Ángel Flores es profesor-investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana Azcapotzalco. Sus libros más recientes son Umbral y memoria (México, UAM-Aldus, 1999) y un volumen en la colección Material de Lectura de la UNAM En la actualidad reside en China.
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*Miguel Ángel Flores
En 1922, en la ciudad de São Paulo, un grupo de jóvenes inquietos y ruidosos llevaron a cabo una Semana del Arte Moderno, que se constituyó en el acta de nacimiento de la poesía moderna de Brasil. A partir de esa semana quedó claro que la poesía iba adquirir una nueva voz. Con sus poemas y proclamas hicieron que el simbolismo y el parnasia-nismo pasaran a la categoría de historia y su envejecimiento fue instantáneo. Aunque Manuel Bandeira no estuvo físicamente en São Paulo para la celebración de la fiesta de la nueva poesía, su actitud renovadora frente al lenguaje y los temas que hasta entonces se habían considerado propios de ésta, su grito de independencia ante una tradición agotada le valieron ser considerado el fundador de la vanguardia en la poesía brasileña. Algunos jóvenes poetas lo llamaron el "Juan Bautista" de la poesía. Con Bandeira entraron las voces de la calle a los versos y todo fue susceptible de convertirse en poesía, aun las cosas y los hechos más deleznables. Toda una revolución que tuvo a su alumno más aventajado y brillante en Carlos Drummond de Andrade, un joven que tenía veinte años cuando los Andrade, Mario y Oswaldo, iniciaron su revolución estética que tuvo repercusiones en todo el país.
El poema que se inicia con los versos "En medio del camino había una piedra/ había una piedra en medio del camino/ había una piedra/ en medio del camino había una piedra", publicado originalmente en 1928, en la Revista de Antropofagia, e incluido en el primer libro de Drummond de Andrade, Alguma poesia (1930), se volvió un caso mítico en el ámbito de la literatura brasileña contemporánea. Fue difícil aceptar en esos años que la poesía podía tener la aspereza de una piedra y que este objeto mineral podía, a su vez, ser la síntesis de una nueva poética. Drummond comentaba años después que su poema había servido "para dividir en Brasil a las personas en dos categorías mentales".
Este poema es el punto de partida de algunos grandes poemas posteriores de Drummond, comenzando por ese largo y extraordinario texto que es "La máquina del mundo", del libro Claro enigma (1951). Éste es, de hecho, representativo de algunas de las características fundamentales de la poesía del autor. En la simultánea evocación y parodia de Dante —"Nel mezzo del cammini di nostra vita..."— anunció su forma particular de romper con el pasado literario, que, más que apostar por el rechazo, se avoca a la reinvención, ya sea a través de citas sesgadas, como en este caso, ya sea en la apropiación de formas y metros clásicos, del soneto a la "terza rima". También la desconcertante seguridad del texto es ilustrativa de la distancia a la que siempre Drummond se mantuvo de las más exaltadas pirotecnias vanguardiastas.
Si aceptamos la habitual división de la modernidad literaria brasileña en tres etapas, la publicación de Alguma poesia marca el inicio de la fase intermedia, que se prolongaría hasta el final de la segunda guerra mundial. La realización, en São Paulo, de la Semana de Arte Moderno, en 1922, es generalmente considerada como el acontecimiento que desencadenó la vanguardia en Brasil, al que estuvo ligado Mario de Andrade, amigo de toda la vida de Drummond, cuyo movimiento Antropofágico se proponía "devorar" los valores europeos. La idea de crear una modernidad característicamente nacional, que pasaba, por ejemplo, por una nueva atención a lo cotidiano brasileño y por la dignificación de la oralidad popular, influenciará la poesía de Drummond de Andrade.
Cuando el autor publica Alguma poesia, las propuestas radicales del primer modernismo (no confundir con lo que se entiende entre nosotros como modernismo) habían ya dado lugar a un experimentalismo menos ostentoso, propio de una etapa de consolidación. Este su primer libro revela una voz singular, pero no deja de sintetizar los rasgos más destacados del modernismo: elección de temas de una cotidianidad banal, el verso libre, que en Drummond es bastante más contenido de lo que parece, un rechazo de la retórica excesiva que desemboca muchas veces en una especie de antilirismo, y una ironía que tanto atañe a la importación acrítica de los modelos europeos como a las idiosincrasias brasileñas. En el poema "Explicación", escribe:
La Europa es una ciudad muy vieja donde sólo hacen caso del dinero
y tiene una actrices de piernas adjetivas que engañan a la gente.
El francés, el italiano, el judío hablan una lengua de harapos.
Aquí al menos la gente sabe que todos son una runfla de canallas,
lee su periódico, crítica al gobierno,
se queja de la vida (la vida está tan cara)
y al fin de cuentas todo sale bien...
Pertenece también a este libro el "Poema de siete fases", que se inicia con los versos:
Cuando nací, un ángel tuerto
de esos que viven en la sombra
dijo: ¡Ve, Carlos! Sé torpe en la vida.
Este "yo" irónico y escéptico, pero también un tanto desastrado, continuará hablando en sus libros posteriores. El poeta tiene una asombrosa paleta de géneros y técnicas que pone en práctica. Es de destacar la forma como supo armonizar el cosmopolitismo modernista y la aceptación de sus raíces regionales, en su caso Minas Gerais. No es por un azar que la "máquina del mundo" se revela a la reluctante mirada de Drummond en un camino pedregoso de Minas Gerais.
Y como recorriera vagamente
un camino de Minas, pedregoso,
y al caer de la tarde una campana ronca
se mezclase con el sonido de mis zapatos
...la máquina del mundo se entreabrió
para quien rompiéndola ya se esquivaba
y sólo de haberlo pensado se lloraba.
En los veinte años que separan Alguma poesia de Claro enigma (1951), Drummond publicó Brejo das almas (1934), Sentimiento do mondo (1940), José (1941) y A rosa do povo (1945). Los tres libros de los años 40 prestan especial atención a la realidad social, oscilando entre el pesimismo y la esperanza. Ya en Claro enigma los vestigios de la utopía social dan lugar a una especie de desencantado soplo metafísico. Entre los más de veinte volúmenes de poemas que Drummond dejó, se cuenta Fazendeiro do Ar (1954), marcado por la presencia de la tierra natal y de la familia, A vida pasada a limpio (1959), Lição de coisas (1962), con sus sutiles juegos de vocabulario, Versiprosa (1967), donde la crónica se funde con la poesía, la trilogía Boitempo (1968, 1973 y 1979) y el libro póstumo O amor natural, cuyo humor y erotismo están ilustrados en el poema "A Bunda, que engraçada".
A rosa do povo (La rosa del pueblo), publicado en 1945, el libro más voluminoso de Drummond (55 poemas), escrito de 1943 a 1945, comienza con una poética semejante a la de "El luchador". Pero ya no se trata de entablar un combate con las palabras, sino de las relaciones entre ellas, y sobre todo de una reflexión sobre el significado vital del canto lírico, apoyado en la evocación de un puñado de poetas modernos:
No rimaré la palabra sueño
con la no correspondiente palabra otoño.
Rimaré con la palabra carne
o cualquier otra que todas me convienen.
Las palabras no nacen atadas,
brinca, se besan, se disuelven,
en el cielo libre a veces un dibujo,
son puras, anchas, auténticas, impenetrables.
"Las palabras no nacen atadas" proclama Drummond: es su reconocimiento de la importancia de la jerarquía verbal propia de la escritura clásica, su propósito era legitimar una "democracia de las palabras", en expresión de Spitzer. Pero es también el reconocimiento, por parte de Drummond, de que la escritura moderna es solidaria con una "literatura de la experiencia". Así lo demuestra la obra de los poetas-hermanos "asimilados" por Drummond, el lirismo moderno implica el rechazo de todo esteticismo; en la literatura moderna la "belleza" se torna un valor subordinado; la aspiración a la "autenticidad" da un paso al frente.
Así, pues, a primera vista, se retorna a una poética de lo vivido, a la estética —romántica, si es que existe alguna—de la expresión. Es obvio que se trata de un romanticismo modernizado, es decir, antiidealista y antisentimental:
Poeta del infinito y de la materia,
cantor sin piedad, sí, sin frágiles lágrimas,
boca tan seca, pero ardor tan casto.
Y es que, en lugar del narcisismo afectivo de los románticos, el yo lírico adopta una ética de arriesgar todo a una esperanza difícil para que el canto realice con éxito su "viaje":
Dar todo por la presencia de los lejanos,
Sentir que hay ecos, pocos, pero cristal,
No roca tan sólo, peces circulando
Bajo el navío que lleva este mensaje,
Y aves de largo pico verificando
Su derrota, y dos o tres faroles,
¡Últimos! Esperanza del mar negro.
Ese viaje es mortal, y comienza allá.
Saber que hay todo...
Mensaje de ética, dotado de ubiquidad, abierto a todo, pues
Como huir al mínimo objeto
¿O negarse a lo grande?...
y ciertamente a la realidad social:
...como una lágrima,
el pueblo, mi poema, te atraviesa.
En otro poema de La rosa, "Rueda mundo", Drummond declara al universo
Irreductible al canto,
Superior a la poesía.
Lo que no impide que la poética de "Consideración del poema" aspire a hacer del canto un mapa del mundo, bajo todos los aspectos posibles.
Sólo que ese ecumenismo crítico de la voz lírica ("ser explosivo, sin fronteras") es incapaz de olvidar la naturaleza verbal de la poesía. Las palabras son siempre, como en "El luchador", autónomas e impenetrables:
Las palabras no nacen atadas
saltan, se besan, se disuelven,
en el cielo libre a veces un dibujo,
son puras, largas, auténticas, indivisibles.
el viaje del canto es un
...moverse en medio
de millones y millones de formas raras,
secretas, duras...
La poética de la expresión, sin embargo, no era sino apariencia: escribir no significa antes que todo "expresarse", sino vivir entre las formas del lenguaje. Reencontramos sin dificultad la "pasión del lenguaje" de "El luchador". Inútil señalar la diferencia entre esas "formas raras" y la aristocracia esteticista de los estilos parnasiano y simbolista. Esas formas sólo son raras, secretas, porque el mensaje "mortal" de la poesía sólo alcanza su fin después de haber celebrado el misterio del lenguaje. La ascesis de la agonía con las palabras es estrictamente necesaria a la autenticidad vital de la poesía. Puede suceder que la dureza, la aspereza de las palabras esté en relación con la revuelta reprimida del poeta ante la miserias de nuestra época. El lenguaje "explosivo" es, en todo caso, el idioma confesado del poema "Nuestro tiempo", cuya primera parte termina así:
Me callo, espero, descifro.
Las cosas tal vez mejoren.
¡Son tan fuertes las cosas!
Pero no soy las cosas y me rebelo.
Tengo palabras en mí buscando salida,
son ásperas y duras,
irritadas, enérgicas,
comprimidas hace tanto tiempo,
perdieron el sentido, quieren tan sólo explotar.
Más profundamente, sin embargo, lo que expresa es aquello que hay de resistente, de inaprensible en las palabras oriundas del propio lenguaje. En último análisis, es éste el que impone la peregrinación "en medio de millones y millones de formas raras" antes de que el poema realice su viaje a lo auténtico, yendo más allá de todo belleza decorativa. Esta ascesis, nítidamente esbozada, como vimos, en "Consideración del poema", vuelve al tema explícito de la segunda ars poetica del libro, "En busca de la poesía":
No hagas versos sobre acontecimientos.
No hay creación ni muerte ante la poesía.
Ante ella, la vida es sol estático,
no calienta, ni ilumina, ni alumbra.
Las afinidades, los cumpleaños, los incidentes personales no cuentan.
No hagas poesía con el cuerpo,
ese excelente, completo y confortable cuerpo,
tan inmune a la efusión lírica.
*
Penetra sordamente en el reino de las palabras.
Allá están los poemas que esperan ser escritos.
Están paralizados, pero no hay desesperación,
hay calma y frescura en la superficie intacta.
Helos ahí solos y mudos, en estado de diccionario.
Convive con tus poemas antes de escribirlos.
Ten paciencia, si oscuros. Calma, si te provocan.
Espera que cada uno se realice y consume
con su poder de palabra
y su poder de silencio.
No fuerces el poema a desprenderse del limbo.
No recojas del suelo el poema que se perdió.
No adules el poema. Acéptalo como él aceptará su forma definitiva y concentrada en el espacio.
Acércate, contempla las palabras.
Cada una
tiene mil fases secretas bajo el rostro neutro
y te pregunta, sin interés en la respuesta,
pobre o terrible, que le das:
¿Trajiste la llave?
Observa:
yermas de melodía y concepto
ellas refugiándose en la noche, las palabras.
Aún húmedas impregnadas de sueño,
ruedan en un río difícil y transformándose en desprecio.
La tarea primordial del poeta es, pues, entrar sin ruido en el "reino de las palabras"; es el respeto del lenguaje que excluye cualquier precipitación en el acto de escribir. Las palabras no son necesariamente hostiles; al contrario de lo que pasa en "El luchador", ellas no esquivan sistemáticamente al poeta, pues el lenguaje "en estado de diccionario" encierra los poemas "que esperan ser escritos". Lo que el poema dice, e incluso lo que dice callando, obedece a una ley superior a la simple voluntad del escritor: la ley del lenguaje. Ninguna intención expresiva se le podría sustraer. Toda veleidad concerniente a la expresión "directa" del pensamiento es ilusoria; para expresar lo que se quiere es necesario pasar por el extraño reino de las palabras.
No es por azar que el propio Drummond muchas veces —y precisamente en La rosa del pueblo— hace versos sobre acontecimientos mundiales (la guerra, por ejemplo), sobre las pasiones del alma y del cuerpo, sobre la ciudad, sobre los recuerdos de infancia... incluso "dramatizando, invocando e interrogando". La relación entre lo que está prohibido (1ª parte) y lo que se debe hacer (2ª parte) es, pues, dialécticamente irónica. "Búsqueda de la poesía" no prohíbe de ningún modo la vasta escala de asuntos que el lirismo universal de "Consideración del poema" acaba de autorizar, comprometiendo en eso mismo la autenticidad de la poesía; prohibido es tan sólo el abordaje de los asuntos a través de una actitud ingenua, en lo que se dice respecto al discurso. Drummond no pretende negar —como esa estéril vanguardia contemporánea— que el discurso poético es un discurso sobre una cosa específica. Para él la experiencia del lenguaje, por más importante, por más necesario que sea, es el medio, no el fin, del discurso literario.
Piensa en la dulzura de las palabras. Piensa en la dureza de las palabras.
Piensa en el mundo de las palabras. Que te comunican fiebre. Riqueza.
Mancha de tinta o gordura, en todo caso mancha de vida.
dice el hombre a la paloma redentora al final del diálogo en verso en "Noche en la repartición". Es por eso que puede insertar naturalmente el combate con las palabras, y la estadía en su reino, dentro del marco más vasto de una meditación sobre el sentido ético y humano de la poesía. La poética de La rosa del pueblo integra la psicología de la producción poética de José en una verdadera filosofía de la literatura.
La rosa del pueblo trae al lirismo de Drummond una escala temática más amplia. Las vicisitudes del yo, la escena familiar, la lira erótica, el canto comprometido y el drama de lo cotidiano, la pintura de la historia y el cuadro de género, la poesía sobre la poesía y el poema filosófico son el tema de cerca de media centena de textos casi siempre de primer orden. Con La rosa del puebo se realiza la promesa de "Sentimento do Mundo": cantar "la vida presente". Ante la realidad burguesa del tiempo de guerra, el "sentimiento del mundo" queda inserto en la historia o historiorizado, como escribió un crítico brasileño. El lirismo social y comprometido se desdobla en literatura "sociológica"; sin nunca dar el visto bueno a los simples documentos, la interpretación lírica se alimenta de una especie de análisis sociológico muy suyo, pero de ningún modo menos revelador que los métodos científicos.
Este historicismo lírico escoge a veces grandes temas en el espacio como "América":
Esta soledad de América... Yermo y ciudad grande acechando.
o en el tiempo, como el conflicto mundial ("Carta a Stalingrado", "Visión 1944", "Con el ruso en Berlín"), pero es sin duda más convincente cuando se mantiene en la órbita de la vida cotidiana, tan bien expresada en piezas como "Muerte en el avión", o en la quinta parte de "Nuestro tiempo", y también por los diversos apuntes de "Muerte del lechero" o la fantasía dramática de "Noche en la repartición".
La mayoría de las veces la prospección de lo cotidiano conduce al alejamiento de las personas, a la soledad sin grandeza del homo urbanus. Oponiendo el deseo de ir de la mano en "Sentimiento del mundo" ("De la mano") a las pequeñas miserias de la "multitud solitaria", señaladas desde José, el poeta llega a constatar el aplazamiento de la comunión de los hombres:
Ya no se dan la mano en el mundo.
Ellas viajarán ahora solitarias.
Sin el fuego de los viejos contactos,
Que ardía por dentro y daba valor.
¿Cómo podemos leer al inicio del siglo xxi un libro como La rosa del pueblo, que expresa en gran parte una visión del mundo con sus utopías malogradas y sus espejismos? No es este el libro más emblemático de la obra drummondiana, pero a la luz de lo acontecido con una idea de la sociedad y de experiencias históricas amargas, el libro pone a prueba la vigencia de un lenguaje que manifiesta su fuerza de expresión al poetizar la experiencia cotidiana del hombre común. Asimismo el La rosa puede considerarse como un manifiesto de alguien que nos pide ver la vida desde una actitud irónica, escéptica y desencantada, de este lado de nuestra realidad, porque en la otra orilla está la esperanza del nuevo mundo. Y en medio del desencanto de nuestra realidad, Drummond escoge la figura de Charles Chaplin, para ilustrar los momentos de un humanismo que son las únicas vías de salvación.
Al final de la segunda guerra mundial, como tanto otros poetas de muchas lenguas, Drummond sentía simpatía por el comunismo, y fue solidario con Carlos Prestes, su líder en Brasil. En esos años Drummond fue un intelectual marxizante, según un brillante crítico brasileño, quien le reprocha su confusión conceptual con respecto al capitalismo. Es curioso: el poeta brasileño y Ezra Pound confundían de manera ingenua el capitalismo con fenómenos "inmorales" que, como la usura, ocurrieron en una etapa precapitalista de la economía y de la sociedad. Si nos hemos ocupado de divulgar en español La rosa del pueblo es porque a pesar de la obvia intención política su lenguaje en rebeldía, su poética de la esencialidad y la desnudez de la palabra resiste cualquier lectura bien o mal intencionada. La rosa del pueblo contiene algunos de los más hermosos poemas que escribió Carlos Drummond de Andrade.•
(En la elaboración de este ensayo nos ha sido de gran utilidad el magno, y hasta la fecha insuperable, estudio que José Guilherme Merquior dedicó a la poesía de Carlos Drummond: Verso universo em Drummond, Río de Janeiro, José Olympio, 1975).
*
Miguel Ángel Flores es profesor-investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana Azcapotzalco. Sus libros más recientes son Umbral y memoria (México, UAM-Aldus, 1999) y un volumen en la colección Material de Lectura de la UNAM En la actualidad reside en China.
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"Ser como un verso volando
o un ciego soñando
y en ese vuelo y en ese sueño
compartir contigo sol y luna,
siendo guardián en tu cielo
y tren de tus ilusiones."
(Hánjel)
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- Mensaje n°87
Re: CARLOS DRUMMOND DE ANDRADE
Obras
En Brejo das almas (1934), el Lenguaje poético se hace más personal, acentuándose el "humour" e iniciándose el proceso de introspección que le conducirá, mediante la superación del sentido de la soledad y de la consiguiente desazón, a la necesidad de acercarse a los demás hombres. Expresiones poéticas de este acercamiento son Sentimento do mundo (1940), Poesias (1942) y A rosa do povo (1945), uno de los mejores ejemplos de poesía social y popular de la literatura brasileña, obras todas ellas en las que el poeta denuncia la deshumanización del mundo y, al mismo tiempo, manifiesta su confianza en el advenimiento de un mundo mejor. Con A rosa do povo madura el lenguaje modernista del autor y se anuncia, con unas formas expresivas y experiencias técnicas nuevas, la creación de un lenguaje personal y universal a un tiempo. Disminuye el tono coloquial, mientras que aumenta el empleo de la metáfora. Eliminada cualquier forma enfática o retórica, la energía de la expresión y el lirismo surgen de continuos contrastes temáticos, del ritmo, de asociaciones sorprendentes y del "poder de la palabra", estricta y depurada.
Surgen de este modo Claro enigma (1951) y Fazendeiro do ar (1954), poemarios en los que se atenúa la violencia de la denuncia. Los últimos volúmenes publicados, entre ellos Poemas (1959), Liçao de coisas (1962), Versiprosa (1967), Menino antigo (1973) y As impurezas do branco (1973), vuelven a confirmar la conciencia artística de su autor, y la constancia de su búsqueda formal y semántica. Idénticas cualidades se manifiestan en sus obras en prosa, a menudo poética, con las que ofrece un modelo tanto del lenguaje coloquial brasileño como del lenguaje literario moderno. Además de Confissoes de Minas (1944), su primer libro en prosa, Drummond de Andrade publicó Contos de aprendiz (1951) y otros volúmenes de crónicas y de ensayos, como Fala, amendoeira (1957), Cadeira de balanço (1966), O poder ultrajoven e mais 79 textos em prosa e verso (1972), De noticias e nao noticias faz-se a crónica (1966) y Os dias lindos (1977). Varias obras del poeta fueron traducidos al Español, Inglés, francés, italiano, alemán, sueco, checo y otros. Drummond fue sin duda, durante muchas décadas, el poeta más influyente de la literatura brasileña en su tiempo, también ha publicado varios libros de Prosa.
En Brejo das almas (1934), el Lenguaje poético se hace más personal, acentuándose el "humour" e iniciándose el proceso de introspección que le conducirá, mediante la superación del sentido de la soledad y de la consiguiente desazón, a la necesidad de acercarse a los demás hombres. Expresiones poéticas de este acercamiento son Sentimento do mundo (1940), Poesias (1942) y A rosa do povo (1945), uno de los mejores ejemplos de poesía social y popular de la literatura brasileña, obras todas ellas en las que el poeta denuncia la deshumanización del mundo y, al mismo tiempo, manifiesta su confianza en el advenimiento de un mundo mejor. Con A rosa do povo madura el lenguaje modernista del autor y se anuncia, con unas formas expresivas y experiencias técnicas nuevas, la creación de un lenguaje personal y universal a un tiempo. Disminuye el tono coloquial, mientras que aumenta el empleo de la metáfora. Eliminada cualquier forma enfática o retórica, la energía de la expresión y el lirismo surgen de continuos contrastes temáticos, del ritmo, de asociaciones sorprendentes y del "poder de la palabra", estricta y depurada.
Surgen de este modo Claro enigma (1951) y Fazendeiro do ar (1954), poemarios en los que se atenúa la violencia de la denuncia. Los últimos volúmenes publicados, entre ellos Poemas (1959), Liçao de coisas (1962), Versiprosa (1967), Menino antigo (1973) y As impurezas do branco (1973), vuelven a confirmar la conciencia artística de su autor, y la constancia de su búsqueda formal y semántica. Idénticas cualidades se manifiestan en sus obras en prosa, a menudo poética, con las que ofrece un modelo tanto del lenguaje coloquial brasileño como del lenguaje literario moderno. Además de Confissoes de Minas (1944), su primer libro en prosa, Drummond de Andrade publicó Contos de aprendiz (1951) y otros volúmenes de crónicas y de ensayos, como Fala, amendoeira (1957), Cadeira de balanço (1966), O poder ultrajoven e mais 79 textos em prosa e verso (1972), De noticias e nao noticias faz-se a crónica (1966) y Os dias lindos (1977). Varias obras del poeta fueron traducidos al Español, Inglés, francés, italiano, alemán, sueco, checo y otros. Drummond fue sin duda, durante muchas décadas, el poeta más influyente de la literatura brasileña en su tiempo, también ha publicado varios libros de Prosa.
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o un ciego soñando
y en ese vuelo y en ese sueño
compartir contigo sol y luna,
siendo guardián en tu cielo
y tren de tus ilusiones."
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- Mensaje n°88
Re: CARLOS DRUMMOND DE ANDRADE
PARA SEMPRE
Por que Deus permite
que as mães vão se embora?
Mãe não tem limite,
é tempo sem hora,
luz que não se apaga
quando sopra o vento
e chuva desaba,
veludo escondido
na pele enrugada,
água pura, ar puro,
puro pensamento.
Morrer acontece
com o que é breve e passa
sem deixar vestígio.
Mãe, na sua graça,
é eternidade.
Por que Deus se lembra
- mistério profundo -
de tirá-la um dia?
Fosse eu Rei do Mundo,
baixava uma lei:
Mãe não morre nunca,
mãe ficará sempre
junto de seu filho
e ele, velho embora,
será pequenino
feito grão de milho.
************
Para Siempre
¿Por qué Dios permite
que las madres marchen?
En Madre no hay límite,
es tiempo sin hora,
luz que no se apaga
cuando sopla el viento
y cae la lluvia,
terciopelo oculto
en piel arrugada,
agua y aire puros,
puro pensamiento.
Morir acontece
si se es breve y pasa
sin dejar vestigio.
La Madre, en su gracia,
es eternidad.
¿Por qué Dios se acuerda
- misterio profundo -
de quitarla un día?
Rey fuera del Mundo,
y diera una ley:
La Madre no muere,
la madre persiste
cerca de su hijo
y él, aunque sea viejo,
se hará pequeñito
cual grano de mijo.
Carlos Drummond de Andrade
(versión de Pedro Casas Serra)
Por que Deus permite
que as mães vão se embora?
Mãe não tem limite,
é tempo sem hora,
luz que não se apaga
quando sopra o vento
e chuva desaba,
veludo escondido
na pele enrugada,
água pura, ar puro,
puro pensamento.
Morrer acontece
com o que é breve e passa
sem deixar vestígio.
Mãe, na sua graça,
é eternidade.
Por que Deus se lembra
- mistério profundo -
de tirá-la um dia?
Fosse eu Rei do Mundo,
baixava uma lei:
Mãe não morre nunca,
mãe ficará sempre
junto de seu filho
e ele, velho embora,
será pequenino
feito grão de milho.
************
Para Siempre
¿Por qué Dios permite
que las madres marchen?
En Madre no hay límite,
es tiempo sin hora,
luz que no se apaga
cuando sopla el viento
y cae la lluvia,
terciopelo oculto
en piel arrugada,
agua y aire puros,
puro pensamiento.
Morir acontece
si se es breve y pasa
sin dejar vestigio.
La Madre, en su gracia,
es eternidad.
¿Por qué Dios se acuerda
- misterio profundo -
de quitarla un día?
Rey fuera del Mundo,
y diera una ley:
La Madre no muere,
la madre persiste
cerca de su hijo
y él, aunque sea viejo,
se hará pequeñito
cual grano de mijo.
Carlos Drummond de Andrade
(versión de Pedro Casas Serra)
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"Ser como un verso volando
o un ciego soñando
y en ese vuelo y en ese sueño
compartir contigo sol y luna,
siendo guardián en tu cielo
y tren de tus ilusiones."
(Hánjel)
o un ciego soñando
y en ese vuelo y en ese sueño
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y tren de tus ilusiones."
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- Mensaje n°89
Re: CARLOS DRUMMOND DE ANDRADE
Congresso Internacional do Medo
Provisoriamente não cantaremos o amor,
que se refugiou mais abaixo dos subterrâneos.
Cantaremos o medo, que esteriliza os abraços,
não cantaremos o ódio, porque este não existe,
existe apenas o medo, nosso pai e nosso companheiro,
o medo grande dos sertões, dos mares, dos desertos,
o medo dos soldados, o medo das mães, o medo das igrejas,
cantaremos o medo dos ditadores, o medo dos democratas,
cantaremos o medo da morte e o medo de depois da morte.
Depois morreremos de medo
e sobre nossos túmulos nascerão flores amarelas e medrosas
****************
Congreso Internacional del miedo
Provisoriamente no cantaremos el amor,
que se refugió más abajo de los subterráneos.
Cantaremos el miedo, que esteriliza los abrazos,
no cantaremos el odio porque no existe,
solo existe el miedo, nuestro padre y nuestro compañero,
el miedo grande de los sertones, de los mares, de los desiertos,
el miedo de los soldados, el miedo de las madres, el miedo de las iglesias,
cantaremos el miedo de los dictadores, el miedo de los demócratas,
cantaremos el miedo de la muerte y el miedo de después de la muerte,
después moriremos de miedo
y sobre nuestras tumbas nacerán flores amarillas y temerosas.
Provisoriamente não cantaremos o amor,
que se refugiou mais abaixo dos subterrâneos.
Cantaremos o medo, que esteriliza os abraços,
não cantaremos o ódio, porque este não existe,
existe apenas o medo, nosso pai e nosso companheiro,
o medo grande dos sertões, dos mares, dos desertos,
o medo dos soldados, o medo das mães, o medo das igrejas,
cantaremos o medo dos ditadores, o medo dos democratas,
cantaremos o medo da morte e o medo de depois da morte.
Depois morreremos de medo
e sobre nossos túmulos nascerão flores amarelas e medrosas
****************
Congreso Internacional del miedo
Provisoriamente no cantaremos el amor,
que se refugió más abajo de los subterráneos.
Cantaremos el miedo, que esteriliza los abrazos,
no cantaremos el odio porque no existe,
solo existe el miedo, nuestro padre y nuestro compañero,
el miedo grande de los sertones, de los mares, de los desiertos,
el miedo de los soldados, el miedo de las madres, el miedo de las iglesias,
cantaremos el miedo de los dictadores, el miedo de los demócratas,
cantaremos el miedo de la muerte y el miedo de después de la muerte,
después moriremos de miedo
y sobre nuestras tumbas nacerán flores amarillas y temerosas.
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- Mensaje n°90
Re: CARLOS DRUMMOND DE ANDRADE
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"Ser como un verso volando
o un ciego soñando
y en ese vuelo y en ese sueño
compartir contigo sol y luna,
siendo guardián en tu cielo
y tren de tus ilusiones."
(Hánjel)
o un ciego soñando
y en ese vuelo y en ese sueño
compartir contigo sol y luna,
siendo guardián en tu cielo
y tren de tus ilusiones."
(Hánjel)
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