Carlos Drummond de Andrade
Contenido: Carlos Drummond de Andrade. Introducción. Mi poema sobre la traducción de A máquina do mundo. A Máquina do mundo traduzido.Biografia de Carlos Drummond de Andrade. Video
La traducción para mí es traslación, es tomar un relato o un poema: prefiero la poesía porque es más dúctil, más maleable; y trasladarlo a otra casa con todas las pertenencias. También es el acomodo en el nuevo espacio. Me siento obligado a dejar lo mejor posible en la nueva residencia todo lo recogido de la anterior; habitaciones nuevas, nuevo salón, jardín recién conquistado. Espero haber tomado en mi mente lo más de lo que Drummond de Andrade quiso decir y sugerir en “La Máquina do Mundo”
Espero haberlo trasladado sin romper ninguna pieza, ni el jarrón de Sévres ni el hombrecillo de los gansos, adorno de terracota que rompió siendo niño con disgusto y pegó con resina. Espero haberlo colocado como él lo hubiera querido, contando con que todo en la nueva casa es distinto queriendo ser lo mismo. Por eso quise conocer a Drummond lo suficiente para atreverme a traducirlo, para atreverme a interpretarlo. Como el nuevo espacio es mayor, las piezas pueden estar más separadas. Conocer el idioma de partida o dominar las herramientas que lo cercan, diccionarios, referencias de uso; conocer el idioma de llegada, conocer el género literario de la pieza. Eso necesita el traductor; y con frecuencia no se tiene todo.
Trabalhos do tradutor
Pedro Sevylla de Juana
Tinha trazido ao castelhano
desde o idioma português vários centos
de poemas, filhos de muito diferentes
bardos;
por isso me atrevi com um dos grandes:
Carlos Drummond
de Andrade e seu audaz
e celebrado
“A Máquina do Mundo”;
pilar do Modernismo neste
Brasil
de meus desvelos.
“…se foi miudamente recompondo,
enquanto eu, avaliando o que perdera,
seguia vagaroso, de mão pensas.”
Cheguei ao ponto morto,
certamente,
na postrema estrofe, pedra angular
e fechamento do poema.
Mas stricto sensu
a di culdade,
insuperável por então,
de mão pensas
premeditada falta de concordância
estava nas três palavras
últimas.
“Y como mis pies palparan suavemente
una carretera de Minas, empedrada,
y en la aldaba de la tarde una campana ronca…”
Me animou o princípio, o confesso,
e me crendo
capaz de traduzí-lo inteiro
continuei carregado
de otimismo contagioso:
“…la máquina del mundo se entreabrió
para quien de romperla ya se arrepentía
y solo por haberlo imaginado lagrimaba.”
Pressentia a minha imodéstia
algum inconveniente
dos considerados menores.
Nada ni nadie iba a suponer obstáculo bastante
para que, mi fuerza expresiva, expresara
-raíz y tallo nutriéndose, armonía encadenada-
lo mucho que mi inteligencia compartía.
“Arrancó suntuosa y reservada,
sin emitir un sonido considerado impuro
ni un resplandor mayor que el soportable…”
Progresivos
sonido y movimiento, amanecían
martes y miércoles unidos,
jueves y viernes de la mano
y yo me las prometía
tan felices.
Desconhecendo ainda
o que agora sei, minha intuição
apagava: Se abrió, para escrever
em seu lugar: Arrancó:
palavra-chave.
“…esa exégesis integral de la vida
ese vínculo inicial y único
que no llegas a interpretar pues tan arisco…”
Filosofía, metafísica, teosofía, naturalismo,
sociología, sicología: entiendo al hombre
en su conjunto y en las partes:
homo homini lupus; amor, primera fuerza
metafórica:
estoy bien preparado:
me dije: exégesis sin duda tiene ahí su hueco.
¿Sé adónde voy?: conozco el sendero.
“…y la gloria de los dioses y el imponente
sentimiento de muerte, que florece,
en el mástil de la existencia más gloriosa…”
Exultante estava e convencido
de minhas instáveis reservas, ente eu
que se autoalimenta
alimentando a própria dúvida;
já, sexta-feira dia nove,
pouco antes
das duas da manhã,
desconhecendo que numa noite de insónia
posterior,
o laberinto de mão pensas
pensando e repensando
me ia mostrar sua saída.
“…como olvidados credos requeridos
pronto y vibrantes no se dispusieran
a colorear de nuevo la cara neutra…”
Presto y fremente:
pronto y vibrantes: pluralizo;
mas mão pensas segue martelando a minha cabeça
porque perguntada R^Bomfim,
temporalmente lisboeta, não
me pode fechar uma mão,
nem o dicionário Priberam, sempre tão
atento a minhas necessidades;
recorro a Mario
também Andrade de apelido,
a suas cartas cruzadas com Carlos,
e não está nelas a saída.
A Ester Abreu voy, último recurso,
y de su respuesta rauda y precavida,
minucioso análisis de las palabras,
infiero una posición de duda sobre la fiabilidad
del texto de partida.
Incorporo la incertidumbre a las posibles soluciones;
y decido escribir: “olvidados credos requeridos”
como versión del verso al que,
por el momento, llego.
“…pasara a dirigir mi voluntad
que, ya de por sí inestable, se cerraba
semejante a esas ores indecisas…”
Descobria admirável o nexo literário,
o ritmo, a paixão,
a veemência sujeitada; mas na amanhecida
me intrigava mais ainda
o sentido exato que o poeta
quis dar às indômitas palavras
de mão pensas, sua concreção abstrata.
Me encontraba en punto muerto
esperando una resurrección imposible
o un entierro profiláctico, cuando
la primera luz de la alborada, en otra noche,
avivó mi mente trasladándome,
infante, a mi pueblo;
época agitada do traçado
dessa breve estrada que vai de Valdepero
a Valdeolmillos:
povos limítrofes separados pelos montes
de azinheiras.
Allí el burrero y su reata de asnos,
serones repletos de rocas;
allí los pedreros, que
con sus martillos largos
machacaban peñas, alisando;
allí los peones con sus paladas de tierra,
allí la máquina aplanadora,
apisonadora por buen nombre:
férreo cilindro macizo la rueda delantera
destinada a compactar el suelo,
transformando
tierra y piedra sueltas
en calzada resistente.
Isso era, aí estava o quid.
Esclarecido e esclarecedor
compreendi que podia retirar da engrenagem o pau
na tradução de «A Máquina do Mundo».
La acompasada voz silente de la cachazuda máquina,
vino a mí: atrás y adelante, adelante y atrás,
guiada por un operario experimentado,
sutil e inteligente, que se hacía preguntas y respuestas,
iluminado en la noche
por un fanal sereno,
y en los descansos muchos
bajaba a tierra para palpar con el pie el empedrado
o apoyaba, pensativo, en el timón
los brazos cruzados, las manos sobrepuestas,
observando los trajines de los demás oficios
desarrollados a sus pies.
Ainda habitava eu a dúvida, quando Carlos Machado,
poeta difusor de poetas, grande pesquisador
de Drummond
com firme conhecimento de causa,
me enviou o carinhoso e esclarecedor aviso:
“Essa falta de concordância não existe:”
as edições certas incluem o “s” de mãos.
Assim que eu havia sofrido sem ração verdadeira
porque nesse verso postreiro
Drummond escreveu
inequivocamente:
seguia vagaroso, de mãos pensas.
Saturados de murmullos: “hálito, eco
o simple sacudida”, mis oídos internos,
lleno yo de un vigor intuitivo
destinado a seguir vertiendo
al castellano
esas “verdades más altas que tantos
monumentos erigidos a la verdad;”
esclarecido o mistério das três robustas palavras,
últimas do vibrante poema,
adotei a decisão de terminá-lo assim:
“…poco a poco se fue recomponiendo,
mientras yo, valorando lo perdido,
permanecía indolente, mano sobre mano.”
» POESIA RECITADA O CANTADA
» CLARICE LISPECTOR II
» Luís Vaz de Camões (c.1524-1580)
» CECILIA MEIRELES (7 de noviembre de 1901, Río de Janeiro/9 de noviembre de 1964, Río de Janeiro/Brasil
» CARLOS DRUMMOND DE ANDRADE
» VINICIUS DE MORAES
» Dhammapada
» Bhagavad-gītā
» El Caballero Blanco