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MONOLOGO DILUÍDO
Se diluye mi mirada ante el ventanal que abro en mi casa y que se llena entero, con la cordillera majestuosa de Los Andes, casi sin nieves, sus alturas con hilos nevados, imperceptibles, pero con su cara llena de rocas, y en sus laderas resbalan los milenarios años, que la llenan de arrugas, la horadan los siglos, ancianidad de la natura.
Pensé,------- cuántos te habrán mirado como yo lo hago, cuántos cóndores y águilas sobrevolado, cuántas rocas resbalaron con temblores y terremotos, soportando vientos, lluvias y nevazones; aquí abajo me siento tan pequeño, un grano de arena, a veces cuando emito un grito mirando tu altura, cuando tengo pena, cuando se muere un ser querido, sufriendo dolores del cáncer, mirando tu altura, me pregunto sin responderme, eludiéndolo todo, si sientes un eco o mi mirada penetrante, que rebota en tus laderas y vuelve a mi ventana, ¿ por que sé que mis preguntas no tienen respuestas?, y sentirás sólo un grito apagado cual murmullo emitido por mi garganta en idioma de cerros con letras de piedras, cobre y obsidiana. Es un alarido emitido por millones de años con la misma pregunta, del por qué sin respuestas, que me cansé de hacérmela a mi mismo cuando te miro en las mañanas, cuando el sol sale por encima de tus cumbres-
Son tantas sin respuestas. Preguntas hechas con dolor.
Son los gritos apagados que nacen de otro lamento que llega muerto y que mentalmente lo repito día a día cuando abro esta ventana y miro tu rostro de roca y tierra…..
MONOLOGO DILUÍDO
Se diluye mi mirada ante el ventanal que abro en mi casa y que se llena entero, con la cordillera majestuosa de Los Andes, casi sin nieves, sus alturas con hilos nevados, imperceptibles, pero con su cara llena de rocas, y en sus laderas resbalan los milenarios años, que la llenan de arrugas, la horadan los siglos, ancianidad de la natura.
Pensé,------- cuántos te habrán mirado como yo lo hago, cuántos cóndores y águilas sobrevolado, cuántas rocas resbalaron con temblores y terremotos, soportando vientos, lluvias y nevazones; aquí abajo me siento tan pequeño, un grano de arena, a veces cuando emito un grito mirando tu altura, cuando tengo pena, cuando se muere un ser querido, sufriendo dolores del cáncer, mirando tu altura, me pregunto sin responderme, eludiéndolo todo, si sientes un eco o mi mirada penetrante, que rebota en tus laderas y vuelve a mi ventana, ¿ por que sé que mis preguntas no tienen respuestas?, y sentirás sólo un grito apagado cual murmullo emitido por mi garganta en idioma de cerros con letras de piedras, cobre y obsidiana. Es un alarido emitido por millones de años con la misma pregunta, del por qué sin respuestas, que me cansé de hacérmela a mi mismo cuando te miro en las mañanas, cuando el sol sale por encima de tus cumbres-
Son tantas sin respuestas. Preguntas hechas con dolor.
Son los gritos apagados que nacen de otro lamento que llega muerto y que mentalmente lo repito día a día cuando abro esta ventana y miro tu rostro de roca y tierra…..
Última edición por ernesto würth el Dom 21 Mar 2010, 18:05, editado 1 vez
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