pero habitas en mi sentimiento
y aunque los años pasen
y aunque estés lejos
no debes de olvidar,
que el amor jamás, se pone viejo...
Del poema ERES COMO EL VIENTO
de María Ofelia Reimundo
Hablo con la razón de los años
que son muchos -¡si señor!-
pero que yo no los siento.
Y la razón es muy sencilla:
tener la salud perfecta,
hacer trabajar la mente,
no cargar la conciencia
con acciones que denigren
o causen remordimiento,
cultivar la amistad,
que es pieza fundamental,
y buscarse cada día
un quehacer que distraiga
y no requiera obligación:
el leer y el escribir
son distracciones suficientes
para tener la mente en acción.
Y en el aspecto corporal,:
gimnasia por la mañana
un cuarto de hora es bastante;
ducha caliente y fría,
comer con frugalidad
y por la noche
leche y pan son suficiente;
dormir con tranquilidad,
sin que traigáis a la mente
pensamientos o ideas
que os hagan desvelar;
y si además de todo lo dicho
en ayunas bebéis agua,
tres vasos es lo aconsejable,
y a uno de ellos le añadís
cloruro magnésico
en poquísima cantidad,
seguro llegaréis a mi edad,
felices y contentos
con deseos de vivir.
Y esto os lo cuenta
a quién solo le falta
cuatro años y pocos días
para el siglo cumplir.
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